Cap. 1: Bienvenido.
Se acomodó los gruesos lentes sobre el puente de su naríz y se arregló el moño rojo, que en ese momento consideró que estaba muy ajustado.
Gotas de sudor amenazaban con rodar por su frente. Rápidamente sacó de su bolsillo un pañuelo blanco y se secó la cara.
Apenas podía contener todas las emociones en su cuerpo. La emoción, los nervios, la adrenalina, la ilusión, la expectación. Todas se acumulaban en su estómago y se mezclaban hasta formar un gran nudo.
Se dio cuenta, por la décimo segunda vez, que tenía esa enorme sonrisa de tarado nuevamente, y se recordó a sí mismo que la debía borrar de su rostro, debía actuar como si todo estuviera normal, como si no estuviera a punto de conocer a su mas grande ídolo del rock y como si no fuera a escribir su biografía.
Esa estrella no era nada mas, ni nada menos que Kurt Hummel, un hombre que Blaine consideraba como un ser (estaba en la duda si era humano) perfecto, un hombre condenadamente atractivo que podía cantar con la mejor voz que Blaine había escuchado en su vida y hacía magia con la guitarra.
La primera vez que el morocho vio a este semi-Dios, fue cuando Blaine estaba en una cafetería, sentado en la esquina del lugar, totalmente concentrado en lo que estaba escribiendo. Alguien se subió al escenario, se sentó en un banquito, acomodó su guitarra sobre su pierna derecha y se presentó.
Claro que el morocho no había notado ninguno de aquellos detalles, pero luego lo escuchó. Escuchó aquella melodiosa voz que podía maravillarte con los hermosos agudos y ponerte la piel de gallina con los seductores graves. Aquella voz produjo algo en el morocho que él nunca fue capaz de comprender, algo que lo hizo levantarse de su lugar y caminar mas cerca del escenario, algo que lo había tocado dentro suyo, un lugar íntimo.
Hasta aquel día Blaine continúa llamando ese algo "magia"
Claro que después de esa presentación no se pudo acercar a él, y lo intentó por un tiempo largo. Pero gracias a su insistencia, perseverancia y ayuda de nuevos contactos logró lo que había querido. Solo quería conocerlo y ver si había una posibilidad de que la 'Rolling Stones', revista donde trabajaba, considerara publicar una entrevista con él, pero cuando su agente le propuso escribir su biografía no pudo negarse.
Este era un arriesgado pero necesario salto para impulsar su carrera como escritor profesional, ya que en su actual puesto nunca lo tomarían en serio con sus columnas que no aportan ningún contenido importante en la revista.
Blaine miró su GPS, que estaba pegado al parabrisas, y dobló a la derecha como éste aparato lo marcaba. Cuando vio el ícono de una bandera en la pantalla lo invadieron los nervios.
El morocho estacionó el auto y levantó la vista. No era un barrio lujoso, porque claro…Kurt Hummel no era tan…famoso. Ese era el desafío de Blaine, claro que no sería fácil publicar algo de él en la revista donde trabajaba y mucho menos escribir una biografía, esperando que ésta impulse su carrera como escritor…pero era un desafío que el morocho estaba dispuesto a aceptar.
Apagó y guardó su GPS, agarró su celular, las llaves del auto y su bolso marrón y salió del auto.
Cuando llegó a la puerta del edificio se acomodó su camisa y se alisó con la mano el pelo antes de tocar el timbre.
Después de unos largos minutos y varios toques de timbre, recibió una respuesta "¿Hola?"
"Hola ¿Qué tal? Soy Blaine Anderson" Respondió el chico sin poder ocultar su entusiasmo en su voz.
"¿Quién?"
El morocho se puso serio, casi se ahoga "Blaine Anderson, hablé ayer con el agente de Kurt Hummel, se suponía que hoy iba a empezar a escribir su biografía"
"Ah, si, pasa" Respondieron del otro lado e inmediatamente un zumbido indicó que Blaine podía abrir la puerta.
Al llegar al piso quinto el morocho estaba en las nubes, no podía creer que lo que estaba a punto de hacer fuera realidad, todo parecía un gran sueño.
Golpeó la puerta, y luego de unos segundos un hombre de pelo negro, ojos claros y vestido solo de negro le abrió la puerta "Hola…¿Blaine, verdad? Bienvenido" Dijo con una sonrisa "Soy Elliot" Continuó a medida que le daba la mano y lo dejaba pasar.
Había algo en el ambiente y en la cara del tal Elliot que a Blaine no le gustaba nada, para empezar el departamento olía raro, la sonrisa del otro chico era rara y sus ojos estaban rojos y sus pupilas estaban dilatadas, no hacía falta ser un genio para armar el rompecabezas.
Blaine entró con precaución a la casa, observando con detalle cada rincón de ésta. No esperaba algo glamouroso, pero tampoco esperaba eso: un departamento algo sucio, descuidado y bastante chico.
En la sala de estar solo había un sillón, una mesita cubierta por envoltorios y envases de comida chatarra y en la alfombra ropa tirada, sin mencionar los frascos de pastillas y las botellas de alcohol que estaban en todas partes.
Pero Blaine olvidó todo, absolutamente todo cuando lo vio. Kurt Hummel sentado en el sillón, frente a sus ojos, solo a algunos metros de distancia.
De inmediato se dio cuenta de que era maleducado mirar a las personas como él lo estaba haciendo, así que puso su mejor cara de póker que le salió en el momento.
Cuando logró tranquilizarse y observó bien al hombre sentado en el sillón, se dio cuenta de que éste no había notado su presencia, solo estaba ahí, sentado con la mirada perdida. Estaba como…ido…ausente…con la mirada fija en la pared, como si fuera lo único que valiera la pena ver.
El morocho se aclaró la garganta, con la esperanza de que aquel gesto indicara su presencia y de que Kurt le dedicara un poco de su atención. Pero no fue así.
Todas las sensaciones que no podía contener anteriormente en su cuerpo se desvanecieron en el aire, ya no sabía que sentir, ni que pensar de su ídolo.
De todas formas había algo de lo que estaba seguro al cien porciento. Ese vegetal que estaba tirado en aquel sofá no era el hombre que él admiraba y del que se enorgullecía.
El tal Elliot se acercó a la sala y se paró en frente del sillón "Kurt" Dijo mientras chasqueaba los dedos para llamar su atención "Llegó Blaine" Terminó diciendo en un tono entusiasta como los grandes hacen con los chicos pequeños para que la sopa suene mas emocionante.
El castaño levantó la vista bastante confundido, miró a Elliot y después se le quedó mirando a Blaine por un largo rato, de arriba abajo "¿Quién?" Preguntó con una voz grave y ronca que hizo que las rodillas de Blaine temblaran.
"¿Recuerdas cuando hablamos de que debería haber una biografía publicada tuya? Bueno, se lo ofrecí a Blaine, aquí presente, de que la escribiera y aceptó" Respondió el hombre con una sonrisa.
-¿Kurt no sabía que iba a escribir su biografía? ¿En qué me metí?-Se preguntó el morocho, cerrando los ojos y deseando que todo eso fuera un mal sueño.
Kurt volvió a mirar a Blaine de arriba abajo pero le dedicó mas tiempo esta vez. "No"
"¿Cómo que no?" Preguntó el morocho asombrado y consternado, sin darle lugar a Elliot para que hiciera la misma pregunta.
"No escribirás mi biografía" Sentenció y volvió su mirada hacia la pared.
"Disculpame, hey…." Contestó Blaine chasqueando los dedos apresuradamente "¿Me miras y automáticamente no estoy habilitado para escribir tu biografía? Es tu decisión, claro está, pero ¿Solo con mirarme llegas a la conclusión de que no soy apto?" El castaño asintió con la cabeza, lo que enervó al morocho aún mas "¿Con que criterio puedes decidir eso? Por favor, me muero de curiosidad, porque si eres tan vacío como el resto de los demás allí afuera" Dijo mientras señalaba la ventana a su derecha "Me voy en este instante porque hoy antes de venir creí que encontraría a alguien diferente de lo que me topé hace minutos"
"¿Con que pensaste encontrarte?" Preguntó el hombre pálido con una media sonrisa.
"Con un músico, un artista…una persona" Respondió con furia, sabía que probablemente había gritado la mayoría del tiempo y que para aquel punto debía tener la cara completamente roja, pero nada de eso le importaba. La sonrisita se borró de la cara de Kurt y Blaine se paró con la cabeza en alto, con algo de orgullo, pero sin darse por vencida, quería descargarse todo lo que tenía para decir "Pero en vez de eso me encontré con un pedazo de carne tirada en un sillón, al que no vale la pena hablarle porque está demasiado drogado y probablemente alcoholizado como para entender lo que digo, eres un gasto innecesario de saliva, eso es lo que eres. Y me duele, no te creas que no me duele decirlo. Eras mi ídolo y esperaba que la gente te conociera por tus logros y tu carrera, pero ahora no quiero que ellos conozcan esto" Listo, ahora podía respirar tranquilo al sentir que ese peso de enojo se habia caído de sus hombros.
Notó al instante que sus ojos estaban llorosos, pero mantuvo las lágrimas allí, se dio media vuelta y se fue indignado.
Bueno...una nueva fic, la verdad que me hace dudar, pero bueno...quiero ver que sale de esto :O
Esta basado en un texto que leí en Lengua en el colegio, tiene el mismo nombre de la fic y es de Julio Cortázar, claro que solo tomé la idea del cuento y el original es mucho mas complicado que éste.
Pero bueno, espero que les haya gustado leer este primer capítulo, que en realidad es como una prueba, si no tiene "éxito" o si por lo menos una persona no se engancha con la historia no la voy a seguir porque no va a tener sentido :/
Dejen sus reviews! :D
