Suspiré en la noche, tratando de acomodarme en el delgado colchón que me había sido asignado, en el suelo. No podía dormir, lo cual era bastante malo teniendo en cuenta que a la mañana siguiente debía intentar llegar a otro refugio sin matarme o hacer que maten a uno de mis compañeros por algún error.
Estaba tan exhausta, tan herida, y aún así no podía dormir. Mi hombro izquierdo palpitaba del dolor, al igual que mi pie; y además tenía varios cortes en los brazos. Los chicos no lo tenían mejor, al parecer Ellis había roto su nariz, Nick se había dado un golpe muy fuerte en la cabeza y algo estaba muy mal con la pierna de Coach.
Al menos ellos parecían estar durmiendo bien.
La comida se agotaba, el agua se gastaba, las municiones se utilizaban demasiado y los botiquines estaban empezando a escasear.
Pero lo lograríamos. Yo sabía que lo lograríamos. Saldríamos los cuatro juntos de este infierno en la Tierra.
No sabía cuanta gente quedaba en el mundo, tal vez hasta los otros tres supervivientes (Zoey, Francis y Louis) que conocimos en Rayford estaban muertos. ¿Por qué estaba tan segura de que lograríamos salir de esto con vida? ¿Por qué éramos especiales? No lo sabía. Pero sí sabía que los tres hombres que tenía a unos escasos metros de distancia no podían morir, Ellis era muy joven, Nick muy astuto y Coach muy experimentado.
A pesar de todo el dolor físico, del sentimental al estar matando tantas personas, pude componer una leve sonrisa en la oscuridad, desde el sucio colchón en el suelo. Me volví hacia la pared y cerré mis ojos suavemente, despejando las ideas de mi cabeza.
"Lo lograremos", fue mi último pensamiento antes de caer rendida en un profundo sueño.
