Disclaimer: Los personajes de CCSAKURA no me pertenecen, es propiedad exclusiva de las CLAMP.

Bueno... después de tanto tiempo de publicar un fic, es tiempo de ponerse las pilas y presentar este que tenía hace mucho tiempo guardado. Espero que les guste y que me manden sus sugerencias.

He corregido el Fic, y espero (rezo) para que no se me haya pasado ninguna falla, de antemano me disculpo.

Y ahora... el fic... XD


Londres, 1910.

Estaba parada en el medio del escenario. El teatro estaba vació y las voces de los que habían estado con ella se alejaban por los pasillos, quedando solo el eco.

-Así que tu eres la que se cree la prima dona- la voz de un hombre la desconcertó. Era demandante y prepotente.

-¿Y usted es?- preguntó la chica respetuosamente.

-Eso no tiene importancia, pero quiero que sepas que este es mi escenario. Si yo lo ordenó, no cantaras aquí-

-Mi asesora está haciendo los trámites para que pueda cantar en este escenario, no creo que esto deba traer conflictos-

-Acaso no me escuchaste- la interrumpió, pero ella siguió hablando.

-…pero si usted es el dueño y no quiere que cante aquí, aceptare su orden y me marchare- ella podía escuchar las botas sobre el piso de madera.

-Tienes carácter, jovencita- él se movió alrededor de ella, pero de lejos. –Pero no me convences con tu rostro dulce- él se acercó de golpe, pero ella no se asustó, ni se inmutó. – ¿No me tienes miedo?-

-¿Por qué habría de tenérselo? Miedo a un hombre que abusa de su autoridad. No, usted no me influye miedo-

-¿Acaso será que no sabes quién soy?- se paró detrás de ella y la tomó de la muñeca, con un fuerte y brusco movimiento.

-No, no lo sé o quizás no lo recuerdo. Si ese es el caso, discúlpeme por mi mala memoria, pero no puedo recordar de las personas que me hablan-

-Me gusta tu carácter y tu voz- la soltó. Ella escuchó que se movilizaba hacía los asientos del teatro. –Si logras convencerme dejaré que actúes en mi teatro.- ordenó. Él se sentó en uno de los asientos de la primera fila y esperó. –Canta para mí.- Ella asintió y entrelazó sus dedos frente a su pecho.

-Voy a cantar…-

-Cualquier cosa- la interrumpió de mala gana -Solo hazlo-. La chica hizo una mueca por el desagradable hombre. Aspiró, para llenar sus pulmones de aire y comenzó su canción.

-Piensa en mí, se va mi amor también donde tú vas… Recuérdame todo está igual, promete que lo harás. Cuando estés muy lejos cuando yo ya no te sientas mas aquí, si en tu aliento esta mi nombre, piensa un poco en mí.- él abrió los ojos sorprendido y encantado por la voz de aquella hermosa criatura, sonrió complacido. Se levantó sin hacer ruido y se alejó.

Él teatro estaba llenó de personas que observaban a la chica cantar su hermosa canción. Con su vestido rosado y su cabello atado en un recogido moño, con algunos listones y sus manos juntas para sacar fuerzas desde sus entrañas y las luces de los reflectores hacían que pareciera un ángel en medio del vació escenario, con solo el respaldo un poco de utilería y escenografía. - Un sueño fue contigo lo viví y ahora que nada es así, en un mundo de recuerdos yo me encierro en mí. Cierto es que el destino quiso unir dos puertas que aun estaban por abrir. Piensa en mí, solo tu ausencia puedo yo atrapar. Evócame cuando tu barco bogue por mi mar. Tu piensa en mí porque que ni un día abra que no amanezca con tu luz. No abra noche que en mis sueños no aparezcas tú.- La canción llegó hasta su punto máximo con sus notas y los acordes de más de cincuenta instrumentos que la acompañaban, entraron en los corazones del auditorio, para tocar sus emociones. –Piensa un poco en mí…- los aplausos no se hicieron esperar. El público eufórico se levantó de sus asientos para venerar a tal hermosa y diva de la música.

Él joven de cabellos negros, que se hallaba en uno de los palcos principales, se levantó de su asiento y corrió por las escaleras del teatro para ir al escenario y esperar a la chica detrás de bambalinas.

Ella llegó hasta su nuevo camarín guiada por su asistente, una mujer simpática y alegre que la protegía siempre desde que tenía once años. Ambas entraron y por fin su asistente pudo mostrar su emoción.

-Tomoyo, estuviste fabulosa. Esa canción no la conocía pero es la más linda que has cantado. Aunque es difícil cual de todas es la mejor, tú siempre cantas de maravilla-

-Muchas gracias, Nakuru. Tus palabras realmente me reconfortan- Nakuru dirigió hasta Tomoyo a un sillón de color rojo y alto. –Vaya, si que te han traído muchos regalos-

-Sí.- la joven sonrió –se siente el olor de flores como en el invernadero que hay casa-

-Mira… que tenemos aquí- Tomoyo sintió que Nakuru se alejaba y luego se acercaba a ella. –Esta sí que es linda- le entregó una rosa, atada en un listón. Tomoyo la acercó hasta su nariz y sintió el perfume dulce de aquella flor. –No es un detalle lindo-. La puerta fue tocada suavemente y sin esperar respuesta se abrió. Un joven de cabellos negros entró.

-Mis más sinceras disculpas por mi intromisión apresurada e irrespetuosa- dijo el joven. Tomoyo sintió algo familiar en su voz. –Pero me moría de ganas por conocer a la prima dona de la noche-

-Es usted muy amable, joven- Dijo la chica de cabello azabache. –Pero sinceramente, no creo merecer tan grandes halagos-

-Tomoyo, no seas tan menospreciativa- agregó Nakuru.

-No lo soy- respondió ella.

-No debe serlo. Estoy de acuerdo con la señorita Akizuki, usted es una gran cantante.- ella se ruborizó por aquellos comentarios –No se sienta apenada por nuestros halagos, de seguro todos piensan lo mismo-

-Es usted muy amable- Nakuru le sonrió al chico y vio cuando este dejo un hermoso ramo de rosas en una de las mesas, que ya estaban infestadas de las mismas. –Aun sigo siendo irrespetuoso. Deje que me presente, mi nombre es Erik Garnier. Soy el dueño de este teatro-

-¿El dueño?- preguntó la joven de cabello azabache no había reconocido la voz de la persona que le hablaba, sonaba completamente diferente al de la persona que se había topado esa mañana -¿Tiene usted algún socio?- volvió a preguntar para salir de la duda.

-No. ¿Por qué lo pregunta?-

-No. No es nada importante- respondió ella con una sonrisa.

-Me atrevo a pedir unas horas de esta noche para invitarlas a cenar, y festejar su triunfo- Tomoyo volteó hacía Nakuru, a esperar respuesta.

-No creo que sea mala idea, Tomoyo- agregó la castaña.

-Por supuesto usted también vendría con nosotros, señorita Akizuki- invitó él.

-Es usted muy amable- ella se inclinó para agradecerle.

-Bien, entonces lo tomare como un sí- él se inclinó ante las jóvenes y dirigió sus pasos hacía la puerta –Estaré esperándolas en la entrada. Pediré mi carruaje- ambas asintieron. Tomoyo escucho el ruido de la puerta al abrirse y posteriormente al cerrarse.

-¿Te agrada la idea?- preguntó Nakuru.

-Sí. Así conocerás un poco de la ciudad- respondió la joven. Nakuru se acercó a ella por la espalda y puso sus delgados y largos dedos en el corsé de la chica.

-Déjame ayudarte- comenzó a desabrochar una a una los cordones que apretaban la cintura de la joven. –Es un joven muy agradable y muy guapo-

-Así parece. Su voz tiene un tilde suave y calmado- Sintió que él corsé se aflojaba y dejaba libre sus pechos y su cintura. Por fin podía respirar libremente. Las manos de Nakuru la guiaban hacía un lado para que no pisara la tela de su falda que habían dejado caer al piso. Nakuru tomó un vestido apretado en la cintura y la ayudo a vestirse.

-¿No te molesta que vaya?- preguntó preocupada la joven.

-No. Sabes que no podría hacer nada si no estás conmigo-

-Sabes que no es cierto- Nakuru abrochó el vestido por la espalda hasta llegar al último botón. –tú puedes hacer muchas cosas sola-

-Que en promedio, para una persona normal podría hacer fácilmente- la puerta fue tocada suavemente.

-Adelante- respondió Nakuru. Una mujer de edad media se asomó y le sonrió.

-Lamento molestarlas, pero aquí hay un hombre que desea hablar con la señorita Daidouji, es de una agencia. Por eso me he atrevido a molestarlas-

-No se preocupe.- respondió Nakuru –En un momento iré-

-Debe ser el hombre que tiene nuestro hospedaje- comentó Tomoyo, mientras se acercaba al sofá que la dirigía Nakuru

-Es lo más seguro- Nakuru soltó los listones del cabello de la chica y este se desparramó por su espalda. En las puntas se formaron pequeños bucles que se veían graciosos y elegantes. –Te peinaré e iré a verlo-

-Puedo esperar- respondió Tomoyo. Nakuru dudó. –Ve, estaré aquí. No me iré a ninguna parte-

-Hoy me dijiste lo mismo y te fuiste hasta el escenario sola. Me dio mucho miedo cuando te vi ahí. Lo mejor fue que no te acercaste demasiado a las orillas, podías haber caído-

-Tranquila. Esta vez te obedeceré y como siempre si estoy en otro lugar cantare para que me encuentres-

-Está bien. Iré, pero prométeme que te quedaras aquí-

-Lo prometo- Nakuru dejó el cabello de la joven y se dirigió hasta la puerta.

-Es una promesa. Si no estás asumiré que algo malo te ha sucedido- volvió a repetir la joven.

-Está bien- la chica delineó una sonrisa. Nakuru la despidió con la mano mientras salía de la habitación y cerraba la puerta. Todo quedo sumergido en un completo silencio. Tomoyo respiró hondo y sintió el olor de las flores que estaban en su habitación. Recordó la rosa que tenía en su mano y acarició los pétalos suavemente y el listón. La puerta se abrió de golpe y se cerró rápidamente, lo que la hizo sorprenderse. –No era necesario que fueras tan violenta-

-No soy a quien esperas- el ruido de la cerradura al cerrarse hizo que levantara su cara hacía la puerta. La voz era la del mismo hombre que la había obligado a cantar aquella mañana para darle su aprobación de participar en su teatro.

-Usted es…-

-Así es- la interrumpió. -Observe tú presentación- dijo él y se acercó hasta ella.

-¿Y qué le ha parecido?- preguntó por inercia.

-He visto mejores-

-Entiendo- Tomoyo bajo la cara y volvió a sentir la flor en sus manos.

-¿Te ha gustado? La rosa-

-¿Usted la envió?- preguntó dudosa

-Si-

-¿No me está mintiendo?- preguntó ella mientras la acariciaba.

-Acaso ¿Te he mentido?- escuchó los pasos del hombre acercarse a ella y comenzar a rodearla, con paso lento y firme.

-Sí.- la iba a interrumpir pero ella se adelantó y siguió hablando –Me dijo que este era su teatro, pero pertenece al señor Erik Garnier-

-¡Ah! ¡Ese!-

-¿No se simpatizan?-

-No, pero no es algo que deba comunicártelo- él se movió por la habitación. –Bien, en otro tema, esa canción la he escuchado en otro lugar, pero no recuerdo donde- en su tono de voz se notaba la tranquilidad e incertidumbre.

-Vaya, al fin suena como un caballero-

-¿Perdón?- preguntó desconcertado.

-Me ha gritado en más de una ocasión en estas dos veces que nos hemos visto, sin contar que me ordena que haga cosas, me miente y luego entra en mi camarín sin esperar autorización. No creo que esos sean modales de un caballero-

-Si me esforzara por ser un caballero no estaría en mi posición-

-¿A qué se refiere?-

-Los caballeros que usted conoce son hombres sin escrúpulos y con secretos muy profundos y sucios, prefiero ser un irrespetuoso pero respetar a las personas que se lo merecen-

-Está diciendo que el señor Garnier es un hombre sucio-

-Sí-

-¿Acaso lo conoce?-

-Mejor que cualquier persona-

-Pues yo pienso que es un hombre muy amable y transparente- rebatió ella. Él rió a carcajadas.

-¿Cuánto tiempo llevas aquí?-

-No mucho-

-¿Hace cuanto lo conoces?- preguntó con autoridad. Ella se levantó un poco airada, sabía a dónde llegarían sus preguntas sarcásticas.

-Lo sé. No lo conozco, pero él tiene mejores modales que usted y que muchos de los hombres que he conocido, y por sus modales uno puede saber la educación que se le ha dado.

-Estás completamente pérdida, pequeña. Tu filosofía es irracional. Te diré que si quieres seguir cantando aquí, en mi teatro, no te juntes con ese hombre-

-¿Es una orden?-

-¡Sí!- él caminó hacia la puerta –Si sabes lo que te conviene la obedecerás- Tomoyo dio unos pasos para alcanzarlos, pero sus pies se enredaron con la alfombra y su vestido. Perdió el equilibrio y resbaló, cerró los ojos y esperó a sentir el golpe pero este nunca llegó. Sintió en su cintura y su hombro las manos de aquel hombre que la afirmaban. Él la había detenido para que ella no se golpeara.

-Gracias- le dijo. Él la encaró por primera vez y vio sus ojos negros como dos pozos oscuros y carentes de vida -¿Qué sucede?- preguntó ella. Él la guió hasta el sillón y la dejó ahí.

-Tú… tú no puedes- se detuvo un momento y se quedo en silencio –No me respondiste- comenzó a decir -¿Te ha gustado la flor?- ella recordó la rosa que hasta hace unos momentos tenía en sus manos. Sintió que él la acercaba a ella y rozaba con sus pétalos en su rostro.

-Sí. Me ha gustado mucho-

-¿Sabes de qué color es?- preguntó, aferrándose a una esperanza.

-¿Cómo podría?- contestó ella finalmente.

-Es una rosa extraña, de color negro y el listón es azul- él continuó acariciándola con aquella delicada flor, pero esta vez bajo hasta su cuello -¿Sabes lo que significa en el lenguaje de las flores?-

-No- respondió Tomoyo. La piel la tenía erizada por aquel contacto extraño.

-Significa… eres mía- Antes de que alcanzara a reaccionar por la cercanía de sus rostros, él le afirmó el mentón y atrapó sus labios de una forma realmente inapropiada para esa situación. Tomoyo no pudo siquiera reaccionar, él la estaba besando en la boca y ella no podía siquiera alejarlo, y lo peor del caso no era que no pudiera moverse, si no que estaba disfrutando del contacto. Levantó sus manos hasta el pecho del hombre para poder apartarlo, pero él le tomó las manos y entrelazo sus dedos.

No duro exactamente lo que él hubiese preferido, pero se alejo al notar que la chica que estaba a su lado se estaba quedando sin aliento. Se apartó un poco y observo su rostro. Sus mejillas estaban rosadas y sus ojos cerrados y aun sintiendo el extraño éxtasis que le había causado su beso. Se incorporó a regañadientes y le devolvió la rosa que hasta ese momento tenia en su mano –Nos volveremos a ver- le dijo y caminó hasta la puerta, puso la llave, pero antes de salir ella lo interrumpió.

-¿Quién-Quién eres?- preguntó un poco nerviosa y aturdida.

-Soy Eriol, el dueño de este teatro-

Ángel de música

Capitulo 1

Aprobación

Continuara…


Y bien... que les ha parecido... espero recibir sus comentarios lo antes posible y esperare hasta una fecha prudente para publicar el siguiente capítulo.

Nos vemos y no desesperéis a los que ya leen otros de mis fic... X EJ: "Clan, Obligaciones..." que ya está listo, solo espero la fecha indicada

Nos vemos

Bye bye