Hola a todos esta es una nueva historia, no es mia, solo la estoy traduciendo, le pertenece a la excelente escritora A. E. Giggle quien muy amablemente me permitio traducirla para que ustedes la disfruten, todos los creditos van a ella, su link es el siguiente http : // www . fanfiction . net / u / 1945064 / , es un crossover entre twilight y harry potter, esta muy bueno
Por supuesto todos los personajes pertenecen a los respectivos autores
El Guardián Secreto
Estaba caminando hacia la isla colocada en el medio de la ridículamente espaciosa cocina de los Cullen, con mi ensalada en la mano cuando sucedió. Con todo lo que sucedió el año pasado, incluyendo el peligro que trajo consigo James y su vengadora pareja, la partida y el regreso de mi familia adoptiva de vampiros y la realización de que estaba viviendo a unos cuantos kilómetros de una tribu de desplazadotes de forma, esto era lo ultimo que estaba esperando. Un gran sonido hizo eco a través de la habitación cuando el plato golpeó el piso, la comida derramada sobre la superficie mientras los pedazos fracturados de la vajilla se estrellaban contra el piso de madera pulido. Me detuve congelada, completamente conciente de los cuatro pares de ojos color ocre enfocados absolutamente en mí. Finalmente, cuando era más que evidente que no estaba en condiciones de moverme una profunda voz musical se escucho a mi derecha.
"Bella?" pregunto cuidadosamente, no di ninguna respuesta. Dos brazos musculosos y duros como la piedra se enredaron alrededor de mi cintura, jalándome hasta que mi espalda estuviese presionada contra un frió pecho de granito, podía sentir un aliento helado cosquilleándome la oreja mientras intentaba rescatarme de mi parálisis.
"Bella, que sucede? Te encuentras bien?"
Edward roto mi cuerpo y levanto mi cabeza para tener un mejor acceso a mis ojos, además de mi acelerado corazón eran los mejores indicadores de mi estado emocional. Debieron haber revelado algo de evidencia sobre el terror que en ese momento se apoderaba de mí, la arruga entre sus ojos se profundizo y su mirada se endureció. Talvez tenía que ver con el hecho de que Jasper se encontraba de pie a unos cuantos metros de mí y que indudablemente haya captado mi cambio de humor.
"Por que estas tan asustada, Bella?" pregunto Jasper, mientras camina alrededor de su muy preocupada esposa para acercarse a mi. Emmett se mantuvo de pie silenciosamente con su espalda pegada al refrigerador, siempre el ejemplo de la tranquilidad, sin importad las circunstancias.
Edward acaricio mi rostro con su mano derecha, su izquierda asegurada en la parte baja de mi espalda. Cuando su mano se movió a tomar la mía, exhalo fuertemente cuando sus dedos entraron en contacto con el brazalete que llevaba en mi muñeca. Mis ojos se dirigieron a ella, igual que los de Edward.
La banda estaba hecha de cuero negro, ambos extremos conectados con una peculiar pieza central. Aparentaba ser una gran moneda dorada. Cualquiera que la mirara asumiría que era simplemente un souvenir, porque realmente no guardaba ningún parecido con alguna forma de moneda existente en el mundo. En el lado visible había algo parecido a un dragón y las palabras Unum Galleon estaban escritas alrededor del borde.
"Bella," Edward dijo, calmadamente, pero era evidente que debajo de la fachada había un sin fin de fuertes emociones que estaba tratando de esconder, "podrías explicarme por favor por que tu brazalete ha comenzado de un pronto a otro a calentarse."
Retire mi vista del galeón mientras comenzaba a soltar la pieza que lo sujetaba a mi muñeca, en su lugar mire a Alice quien se encontraba ahora con los tres Cullens faltantes, cada una llevando una expresión de ligera confusión, sus ojos se tornaron vidriosos su rostro perdió la expresión de preocupación solo para ser reemplazada por lo que era claramente frustración.
"No lo entiendo," dijo, sus ojos se encontraron con los de Edward por un segundo para luego regresar nuevamente a los míos. "No tiene ningún sentido. Que sucede, Bella?"
La ignore, dándole vuelta al brazalete para ver el lado de atrás. Ahí, en la orilla de la moneda- donde la palabra Gringotts debía de estar claramente marcadas- estaba escrito: Harry en Hogwarts. Pelea. Aparecerse en Cabeza de Puerco.
Espero que lo que haya visto Alice no tenga nada relacionado con esto, pero estaba segura de la que la posibilidad de eso era poco o casi nula. Esto, naturalmente, lo confirma. Me vio en mi vieja escuela- que más pudo haber sido? La visión ni siquiera espero a que hubiese decidido concientemente regresar, dado a que había decidido ya hace algún tiempo que si una revolución ocurriera en el mundo de la magia estaría allí para ayudar a mis amigos. Que clase de Gryffindor seria si me vuelvo gallina en el momento mas crucial de todos?
"Debo irme," susurre, con temor de mirar a los ojos a mi prometido, a pesar de saber perfectamente bien que debo hacerlo. Cuando levante la mirada me encontré aliviada a notar que estaba mirando fijamente en la dirección contraria, luego, por supuesto, me di cuento que su mirada estaba dirigida a Alice. Se estaban comunicando mentalmente, su expresión dura, de repente mi inminente salida parecida imposible.
"Hasta que explique que demonios esta pasando, Bella, no vas a ningún lado." Edward cambio su penetrante mirada a mí. Maldicion. "Nada de lo que Alice ve ahora es comprensible. Te ve corriendo en algún lado sosteniendo un palito y lanzando luces en todas direcciones, si no te conociera también hubiera pensado que te fuiste a jugar algún juego inusual de láser!"
"Edward," Dije, rogándole, "Lo siento pero de veras no puedo explicar ahora. Tengo que irme y tú tienes que dejarme.
"No hasta que te expliques."
El resto de los Culles se encontraban a la espera. Di un fuerte suspiro. Siempre he sabido que tenía que explicar todo esto en algún momento, pero he estado esperando por el momento oportuno. Cuando conocí a Edward estuve tratando de que revelara su propio secreto, tuve mis sospechas tan pronto puse mis ojos sobre el- aprendí todo sobre vampiros en mi clase de defensa contra la artes oscuras y la única cosa que me tenia confundida fue su extraño color de ojos, el cual debió de haber sido , de acuerdo a mis estudios, de un rojo brillante- pero difícilmente podía acercarme y decir'Hey, Edward! Eres un vampiro, verdad? Que hay con ese color de ojos tuyo? Solo pregunto por que me había dicho mi profesor de defensa en mi tercer año, Remus Lupin, quien de casualidad es un hombre lobo, que se supone que deben de ser del mismo color de tu comida.' Eso habría ido pero muy bien, estoy segura. Obviamente no podía sacar el tema de que sabía que era un vampiro sin exponerme a mi misma de alguna manera. En su lugar había esperado a sacar el tema hasta que mi teoría fue confirmada por Jacob Black. No tenia idea de que el me daría la excusa que necesitaría, pero una vez que lo hizo no gaste ni un segundo. Conforme progresamos en la relación supe que podía confiarle mi secreto pero hasta que lo mismo pudiese ser dicho de su familia, no iba a revelar nada de mi historia. Luego, cuando James apareció, cualquier honestidad de mi parte tubo que esperar, una vez que la amenaza paso estuve trabajando en mi coraje para contarle a Edward, solo que el se marcho antes de tener la oportunidad de hacerlo. Y luego una vez que me entere de Aro y sus habilidades, decidí mantener mi secreto hasta después de mi transformación y siguiente reunión con los Volturi. Si, hay vampiros que saben de la existencia de mi mundo, pero la mayoría permanece ignorante, y no estaba preparada para ser yo quien cambiara eso. Talvez Aro ya estaba en el secreto, talvez no, de todas maneras no quería tomar el riesgo, y verdaderamente no estaba por darle una razón mas para quererme en su club de fenómenos.
Inhalé el aire profundamente y cerré los ojos, para poder así decir lo que tenia que decir sin la tentadora distracción del rostro de Edward.
"Bien, les diré, pero nada va a tener mucho sentido ya que tenemos muy poco tiempo, y aunque lo haga, de seguro van a creer que estoy loca."
Mire a través de una pequeña hendidura en mis parpados. Estaba de pie, tan quieto como una estatua, esperando, como el resto de su familia, cerré de nuevo mis ojos y apreté mis puños, en lo que seria seguramente la explicación mas extraña que hayan escuchado.
"Tengo que regresar a mi escuela- no Forks! En la que estaba antes de regresar a los Estados- por que hay…"
"Espera. Que?" Emmett interrumpió. "Vivías en Phoenix antes de venir aquí."
"Mi madre, pero yo siempre estaba en la escuela, en UK, te diría en que parte pero no estoy completamente segura."
Edward se movía para hablar pero puse un dedo en sus labios.
"Déjame hablar. Se que esto es una locura pero ustedes quieren la verdad y no tengo mucho tiempo" Asintió con la cabeza y la arruga en medio de sus ojos de acentuó.
"Sabes como mi madre es un poco loca? Bueno después de que cumpli 10n años decidió que debíamos inmigrar. Nos mudamos a un lugar llamado Dorset. Me gustaba ahí, era bonito. Obviamente la fascinación de mi madre no duro- el clima ingles no es exactamente increíble, pude ver que se estaba inclinado hacia moverse de regreso a Phoenix, pero antes de que tomara la decisión recibimos una visita de una mujer llamada Minerva McGonagall. Al principio pensamos que estaba un poco atravesada, dado que insistía en que yo tenía poderes mágicos y en que yo era una bruja. Luego empecé a pensar en todas las cosas inexplicables que me sucedían cuando era menor. En la escuela a la que atendía, por ejemplo, había una niña que solía molestarme. Estaba por empezar a hacerlo un día, en el momento justo antes de lograrlo, su lata de soda exploto en su mano. Gritaba que le estaba quemando, pero ninguno de los profesores fue capaz de explicar como la soda helada de repente alcanzo el punto de ebullición. Hubo otras cosas también, pero no tengo tiempo para eso.
"De todas maneras, para hacer corta la historia, resulto que la mujer no estaba tan loca como creímos. Saco su varita e hizo varias cosas para probarlo, después me dio una lista de los materiales que necesitaría y me dijo que esperaba con ansias verme el próximo termino. Mi madre y yo seguimos sus instrucciones hasta llegar a un lugar llamado Diagon Alley donde compre mis cosas, incluyendo mi varita, mi lechuza, la cual ustedes aun tienen que conocer, mi libros de hechizos, mis ingredientes para pociones entre entras cosas y esperé por el día en que saldría para Hogwarts. El día llego, me subí al tren y descubrí que el castillo era verdadero. Estudie duro por que la magia me resulto fascinante, mi madre regreso a Phoenix y yo la visitaba cada verano, pero cuando llegaba de nuevo setiembre regresaba a Hogwarts a continuar con mi educación mágica. El mundo mágico tiene sus problemas y grandes, lo cual descubrí poco después de mi llegada. Verán, hay magos malos como buenos, y algunos de ellos ponen a los monstuos que ustedes conocen en vergüenza. Hay uno, en particular, del cual mi gente esta aterrorizada"
Rápidamente les di a los siete vampiros detalles sobre Voldermort, aunque me abstuve de decir su nombre, junto con la historia de Harry Potter, y la información que ha estado circulando y pintándolo como el Elegido, destinado a derrotar al Señor Oscuro, también procedí a informarles sobre el galleon falso que me fue dado por Hermione Granger cuando fui parte de la ED, y la forma en que lo usamos para comunicar mensajes secretos durante el diabólico régimen de Umbridge como Alto Inquisidor.
"Ven," dije, "Tengo que regresar a Hogwarts. Si Harry esta de regreso, es por que algo de fijo esta por suceder y necesito estar ahi. Yo mas que cualquier otro! Soy nacida muggle, no vengo de padre magicos. Gente como yo es perseguida por los seguidores del Señor Oscuro. Es por eso que no pude regresar después de que Dumbledore, el director, fue asesinado el año pasado. No es seguro para los de mi clase- sangre sucia nos llaman- y como puedo esperar que eso cambie si no regreso y peleo por mi libertad?"
Termine mi pequeño discurso aquí, mire cada uno de sus rostros. Alice y Esme lucían completamente perplejas; Carlisle y Jasper se veían preocupados, y era obvio que temían por mi salud mental; Emmeett luchaba por mantener la cara seria y claramente pensaba que esto era una elaborada broma, Rosalie se veía enojada; Edward por otro lado, se veía con dolor. No cabía ninguna duda de que había llegado a la conclusión de que yo había perdido la chaveta, de hecho de seguro que estaba pensando que mi repentino episodio era todo culpa suya, que finalmente había logrado llevarme hasta el limite simplemente con su imposible existencia.
"No me creen," dije, era un hecho.
"Bella," me contesto, "creo que estas…"
"Sabes que?" interrumpí, soltándome de su abrazo y marchando hacia el salón para retirar mi mochila. "Ya me canse de las explicaciones. Solo hay una manera de probarlo."
Cuando regrese a la cocina, ninguno se había movido ni un centímetro, excepto Rosalie, quien estaba mirando su reflejo en los vidrios de las ventanas. Metí la mano en la mochila y saque mi varita. Parecía incorrecto nunca llevarla conmigo, así que la había escondido en mi pequeña cartera a la cual le había puesto un encantamiento expansivo indetectable, es de 11 pulgadas y pelo de unicornio, apunto al desorden que había hecho en el piso y dije "Reparo". Instantáneamente todos los pedazos se juntaron para dejar un plato tan bueno como originalmente se encontraba. "Accio plato," dije luego, causando que volara por el aire hasta caer en mis manos, luego apunte mi varita a la comida derramada, podia hacer un hechizo no verbal pero quería darles una clara demostración a los Cullens. "Evanesco." Las hojas de lechuga, la cebolla y tomate desaparecieron.
Me volví para encarar a mi sorprendida familia. Todos tenían sus ojos puestos en donde antes se encontraba la ensalada derramada hace unos segundos, ninguno dando alguna señal de que se moverían en algún momento. Solo para asegurarme de que el mensaje quedara claro, hice graciosamente- bueno, graciosa para mi- una pirueta y desaparecí de la cocina, sentí mi cuerpo estirándose ante la presión y tan rápido como empezó ya había terminado, me encontraba en la parte mas lejana del río que se encontraba en parte trasera de la casa de los Cullen, donde aun tendrían una buena vista de mi.
"You-hoo!" Llame. Todos se voltearon. Me reí al ver sus expresiones de asombro y confusión antes de aparecer de regreso en la cocina. Si hubiese tenido tiempo de disfrutar finalmente la satisfacción de hacerles saber que no soy tan indefensa como inicialmente pensaban, estaría sonriendo como el gato Cheshire. Sin embargo, la luz de la tarde que brillaba sobre el galleon que había dejado sobre counter atrapo mi atención, recordándome que necesitaba regresar a Hogwarts.
"Así que, eso es todo," anuncie. "Se que es ridículo y desearía tener mas tiempo para explicárselos, pero no lo tengo, dudo mucho que Harry arriesgue regresar a la escuela sabiendo que esta bajo el control de los Mortifagos a menos de que se estuviera preparando para pelear."
"Mortifagos? Que—pero—" el pánico de Esme era obvio con solo ver su expresión; su inhabilidad para formar una oración coherente lo hacia evidente también.
"Bella," Alice interrumpió, "No necesito ser síquico para saber que lo que estas planeando es extremadamente peligroso. Podrias terminar…"
"Muerta" La cabeza de Edward se volvía hacia mi. Emitio un bajo gruñido.
"Bueno, Yo… realmente iba a decir herida," Alice replico, definitivamente mas ansiosa que antes.
"Miren," dije dirigiéndome a todos- todos necesitaban comprender que tan serio es esto y si había la posibilidad de que pudiese morir en las próximas veinticuatro horas debía ser honesta con ellos. "Ustedes son vampiros. Pueden matar a un humano con un simple toque. Magos y Brujas por el otro lado, no necesitan hacer tanto, todo lo que se necesita son dos palabras y el agitar de una varita… y la persona muere."
Todos me miraron, horrorizados, inclusive Rosalie.
"Gente muere todos los días a las manos de sus enfermos seguidores, todo por deporte. Gente como yo." Voltee mi mirada hacia Edward para poder comunicar mejor lo inevitable, por que sabia que el seria el mas difícil de convencer. "Regreso a Hogwarts ahora y ninguna cantidad de fuerza vampirica me va a detener."
"No!"
"Edward. Lo siento, pero no tienes opinión en este asunto."
Apretó su mandíbula por un segundo y accidentalmente trituro una sección del counter, el cual había estado apretando a través de toda la conversación.
"Parece que no tengo otra opción mas que acceder," dijo de repente, sorprendiéndome ligeramente. Se irguió y cruzo sus brazos, mostrando ninguna preocupación por la ahora dañada área de trabajo, "Así que si tienes tu mente fija en esto… voy contigo."
Estaba a punto de protestar pero me detuve, considerando los beneficios de su presencia. Su fuerza y velocidad serian una indudable ventaja en una pelea.
"De hecho, tenerte ahí seria de gran ayuda. La posibilidad de que salgas herido no es muy grande. La piel de vampiro es dura y cualquier hechizo rebotara. Tomaría docenas de docenas de hechizos lanzados simultáneamente para lograr tan solo atontarte, probablemente mas de los que necesitarías para hacérselo a un dragón y considerando que el enemigo tendrá demasiados oponentes como para concentrarse solamente en…"
"Dragones?" Emmett dijo, incrédulamente. "estas bromeando, verdad?"
"No, no lo estoy," conteste, notando como sus cejas se levantaban hasta la mitad de su frente. "Como estaba diciendo, su piel rechazaría ataques mágicos, así que si no han invitado vampiros al castillo recientemente no creo que su presencia seria perjudicial para su salud."
"Te podríamos cubrir entonces? Actuar como un escudo me refiero" Jasper añadió.
"Y los otros estudiantes. Eso nos daría una ventaja."
"Esta decidido entonces," concluyo Alice. "Vamos todos."
El resto de los Cullen asintieron. Emmett se froto las manos una contra la otra murmurando algo que no comprendí del todo, aunque podría jurar que escuche las palabras 'ir contra un dragón'.
"Tengo una pregunta," Carlisle dijo, mirándome curiosamente. "Como llegamos ahi?"
