Capítulo 1: Universidad

Si había algo que Ulrich disfrutaba más que amanecer al lado de Yumi era amanecer con un beso de la chica. Estaba subida sobre él, como cada mañana antes de ir a la Universidad. Apenas llevaban una semana asistiendo, pero la convivencia la habían hecho desde un poco antes, y bien contentos que estaban por ello.

—Habría que desayunar —dijo ella. Su cabello, más largo que en la época como estudiante del Kadic, caía sobre Ulrich, pero a este no le importaba.

—¿Y si no me apetece?

—¡Ay, bobo! —protestó ella en broma—. Venga, que cualquier día de estos llegaremos tarde.

Se pusieron en pie (Ulrich ya había alcanzado en altura a Yumi) y fueron a la cocina. Un café mañanero acompañados de las noticias por la radio y la compañía del otro. Ulrich iba a estudiar Ciencias de la Salud para poder ejercer como fisioterapeuta. Yumi se había decantado por la educación física.

Habían ido a vivir juntos cuando tenían confirmada su estancia en la Universidad. Los gastos corrían sobre todo por parte de sus padres, quienes no les habían puesto ningún impedimento. Aunque al principio ambas familias tenían sus discrepancias, la relación entre ambos se había fortalecido mucho, y les había ayudado, tanto a la aceptación de sus progenitores como a centrarse en la vida, aunque aún Ulrich se andaba con pies de plomo con su suegro.

Yumi también había empezado aquel año la Universidad. Dado que adelantaba un año en edad a sus amigos, y que William había optado por hacer otras cosas con su vida, se las había ingeniado para hacer otro tipo de estudios durante el último año y así podría empezar al mismo tiempo que los demás.

Se vistieron y bajaron a la calle. La estación de Metro les pillaba apenas a unos pasos de su portal. En sólo quince minutos, habían llegado al campus.

Jeremy, Aelita y Laura estaban ya en el banco que se habían asignado por allí. Se acercaron a ellos. Los tres se habían inscrito en carreras relacionadas con ciencias. Jeremy iba a cursar una ingeniería informática. Se había cortado el pelo, y sus gafas antiguas habían sido sustituidas por unas de montura metálica muy fina. Aelita se había soltado la melena y se había dado unas mechas de un tono rosa algo más oscuro. Aquel año iba a estudiar física, al igual que Laura. Ella continuaba con el pelo igual, pero apenas había cumplido la mayoría de edad, cambió radicalmente la forma de vestir. No iba con ropa especialmente provocativa, pero sí más parecida a como vestían las demás chicas en lugar de modelitos más bien antiguos.

—¿Qué tal? —preguntó Jeremy—. Nosotros hemos tenido una suerte increíble viniendo en coche, ha habido un accidente.

—Yo lo he visto mientras venía en el autobús —afirmó Laura—. Espantoso.

—Pues nosotros hemos venido sin novedades —dijo Ulrich.

—¿Y a tu padre ya se le ha pasado el susto? —preguntó Aelita a Yumi.

Sólo unas semanas antes, Hiroki se había plantado en casa de la mano de Johnny y había dicho a sus padres que estaban saliendo. La cara de ambos fue de sorpresa, y el señor Ishiyama había estado unos días un poco alterado. Yumi había hablado con él finalmente.

—Sí, ya lo ha aceptado. Más o menos —añadió rápidamente, pero prefería no recordar las conversaciones nocturnas por teléfono con su hermano, llorando el pequeño desconsoladamente.

—Buenos días.

Sam había aparecido detrás de ellos. También se había inscrito a la universidad, quería estudiar sociología. El motivo detrás de ello era poner una consulta de sexología, como no podía ser de otra forma. Se había hecho un par de tatuajes. Llevaba uno en el hombro, el ojo de XANA, en referencia a su grupo de amigos. El otro tatuaje ponía "Sex & Friendship", y lo tenía sobre la pierna, muy cercano a su intimidad.

—¿Quién falta todavía por aparecer? —preguntó otra voz.

Carlos y Alicia habían llegado. Él se había dejado crecer el pelo y también la barba. Se preparaba unas oposiciones para el cuerpo de policía, pero se pasaba por la universidad para estudiar algo de leyes (no descartaba trabajar en el sector privado). Alicia llevaba el pelo en una coleta al lado derecho, y también se había tatuado:un pequeño pajarito en el lado izquierdo del cuello. Estudiaría filología inglesa.

—Mirad quienes han llegado. Los de los pisos —rió Jeremy.

—Mejor que no le molestes con eso... —dijo Alicia—. Hoy el compañero de piso que se buscó le ha dejado tirado.

—¡Deberías haberte ido TÚ a vivir con él! —afirmó Sam.

—¡No fue mi culpa! —protestó la chica—. Carlos no se decidió a ir a la Universidad hasta el último momento, y yo...

—Dejemos el tema —cortó Carlos—. Cada uno se complica la vida a su manera.

Jeremy sabía a lo que se refería. Él y Aelita se habían ido a vivir juntos a La Ermita, que seguía siendo el "cuartel general" del grupo. Pero para ello, habían tenido que buscar el testamento de Franz Hopper, el padre de la chica, e incluso, para su dolor, falsificar el certificado de defunción (¿qué haces si no cuando alguien muere en un mundo virtual y no devuelve cadáver?). Con respecto a su madre, no habían podido hacer nada para contactarla. Aún así, tras muchos esfuerzos había logrado terminar la burocracia y ahora la pequeña casita les pertenecía.

—¿Y cómo está Odd? —preguntó Ulrich—. En toda la semana no he hablado con él.

—Pues está encantado estudiando luz y sonido —respondió Sam—. Me ha dicho que pasará a vernos con más frecuencia.

Ella y Odd no habían vuelto a ser pareja finalmente. Aunque Sam había superado sus sentimientos por Yumi, y Odd había pasado su "fase de experimentar con hombres" (pese a lo cual no se prohibían de practicar esas relaciones), se habían dado cuenta que el compromiso era la barrera que entre ellos se cernía. No obstante, eran las personas de mayor confianza, y seguían pasando por novios a los ojos de cualquiera que no estuviera en el acuerdo. A veces hasta sus amigos dudaban que no estuvieran juntos.

—La verdad es que esto se me hace raro... —dijo Ulrich—. ¿No os pasa, que os sigue pareciendo que estamos en el primer día aquí?

—¡Hola!

Sissi y Javier se acercaban. Ellos dos se habían metido en la residencia universitaria, a pesar de que el señor Delmas les había ofrecido un dormitorio para ellos en la academia. No obstante, no era el ambiente que ambos buscaban. Sissi iba a estudiar Administración, pues algún día heredaría el Kadic, y quería saber gestionarlo. Además, había vuelto a ponerse de morena, su color natural, con un par de mechas rubias a los lados. Javier había perdido algo de peso, y su aspecto era más formal que cuando conoció al grupo. Llevaba el pelo perfectamente peinado e iba a estudiar Derecho a tiempo completo, pues le interesaba la abogacía.

Tan sólo un par de minutos después se movieron para dentro, empezaban las primeras clases de la mañana y les tocaba dividirse. Yumi, Alicia, Javier y Carlos iban hacia el mismo ala del edificio. Sin embargo, Carlos aceleró el paso y fue seguido de Javier. Antes de meterse dentro, Carlos dejó una nota en la puerta.

—¿Os ocurre algo? —preguntó Yumi a Alicia.

—Bueno… hemos tenido una pequeña discusión por mi compañero de piso —respondió ella.

—¿Y eso?

—Es un antiguo compañero de Kadic… y me dijo antes del verano de buscar un piso si ambos íbamos a venir aquí. Y Carlos no había tenido problemas con ello… hasta hoy.

—¿Qué ha pasado?

—Pues que ha subido a por mi, y el otro le ha abierto la puerta… en calzoncillos. Menos mal que no entra a la misma hora que nosotros o le hubiera pegado.

Yumi se sorprendió por las revelaciones de la chica, y luego miró la nota que había dejado el chico: "Se busca compañera de piso. Localizado en la Avenida Bosson, 1, 2º5. Contactar con Carlos León, tfn 5 878 989 858. URGE."Cuando entraron al edificio, había más notas pegadas en las paredes.

—¿No crees que estás exagerando un poco? —preguntó Javier a Carlos.

—No. Mira, Jean-Baptiste Pujol le hacía ojos a Alicia en Kadic. No era algo que me preocupara en exceso… pero si subo y me le topo casi sin ropa… marcando abdominales…

—Vamos, que estás celoso.

—¿Celoso? Para nada —respondió Carlos fingiendo indiferencia.

—Estás siendo un inmaduro buscando una compañera de piso. Y es raro que una tía responda a un anuncio como el tuyo de un chico. ¡Si te preocupas, marca paquete!

El chico miró a Javier, sin entenderle.

—¡Que te lo montes con Alicia en su casa cuando esté el otro y así queda claro que es tu terreno!

—… Eso sonaría menos absurdo después de beber alcohol. Pero —miró su reloj— aún no es hora.

William salía del notario. No se lo podía creer. Acababa de comprar un local. Sus padres se lo habían pagado. Y eso que aún estaba en sus estudios de mecánica para montarse el taller, pero le quedaban apenas dos meses solamente para finaliza. Y el local estaba justo encima del pisito, otro regalo de sus progenitores. No le gustaba que invirtieran tanto de golpe, pero tenía intención de devolverles el dinero en cuanto empezase el negocio y tuviera beneficios.

—¡William! —le llamó una voz.

Odd se acercaba. Se estrecharon la mano.

—¿Qué tal ese proyecto de taller mecánico? —le preguntó.

—Pues ya tengo local. Espero poder abrir pronto. ¿Y tú?

—Pues las clases bien. Pero hay un papelito que me falta, así que tengo que ir a Kadic a por él. Qué pereza.

—¿Te acompaño y nos tomamos algo luego?

—Perfecto.

El Kadic estaba a apenas diez minutos de camino desde donde se hallaban ellos, aunque caminaron a buen paso y tardaron cinco. Atravesaron la verja, y de pronto...

—¡Chicos!

Milly y Tamiya estaban cerca en aquel momento y nada mas verles, se lanzaron a por ellos y les plantaron sendos abrazos. Los chicos casi perdieron el equilibrio con aquella efusividad, pero lo devolvieron.

—¿Qué tal, chicas?

—¡Mal! —protestó Milly—. Os echamos de menos...

—Mucho —afirmó Tamiya—. No es justo que os hayáis ido... el año pasado ya se fue Yumi. Y tú —añadió mirando a William.

—Y este año todos los demás juntos. Siempre... siempre nos dejáis solas...

—Eso no es verdad. Aquí tenéis a Johnny e Hiroki. Y Jeremy y Aelita viven cerca —les recordó Odd.

—Y os dejamos una copia de las llaves de todos por... si necesitábais algo —añadió William, evitando mencionar el acuerdo en público.

—Pero... es distinto eso a poder colarnos en vuestros cuartos de noche... —dijo Tamiya.

Odd suspiró. Sabía que se iban a terminar enfrentando a eso pero no podían hacer nada para evitarlo. Cuando las chicas les soltaron, Odd las volvió a evaluar. Le impresionaba siempre el cambio que habían tenido las dos pequeñas, que ya no lo eran tanto.

Milly era más alta, y había alcanzado a Odd. Se había olvidado de peinarse con coletas, y el cabello rojo le caía sobre los hombros. Aunque no vestía de una forma especialmente provocativa, sus camisetas dejaban entrever su crecido escote, y procuraba llevar el vaquero algo ajustado.

Tamiya se había quedado un poco más bajita, pero su ropa era más llamativa (no le quedaba ni una camiseta que no dejara al descubierto el piercing que se había hecho en el ombligo), aunque se había negado a quitarse las trenzas.

—Por cierto, aun no os hemos dado las gracias... por ayudarnos a salir del armario —dijo Milly, mirando a William esta vez, ya que en una de las reuniones del año anterior, había sido quien les había sugerido la mejor forma.

—No es necesario —dijo él—. Me alegra que podáis estar tranquilas en la academia.

En ese momento, dos personas les abrazaron, pero por la espalda. A Odd no le costó reconocer quienes eran.

—Hiroki, Johnny, mejor que paréis o pueden pensar algo raro —bromeó.

Efectivamente, ellos eran. Les soltaron y se juntaron con Milly y Tamiya.

—Chicas, vamos a llegar tarde si nos quedamos aquí mucho rato —les dijo Johnny.

—¿Nos reuniremos todos pronto? —quiso saber Hiroki. Desde la vuelta de las vacaciones conjuntas, habían empezado a hacer "quedadas obligatorias" cada dos meses, ya fuera todos juntos, o por géneros. Lo que más le gustaba eran los cumpleaños.

—Pues ya sabes que a principios de octubre... —respondió William—. Jeremy dijo que iba a preparar unos "calendarios compartidos" de esos para que tengamos en cuenta quién tiene exámenes...

—¡El año pasado quedábamos antes de los exámenes para relajarnos! —protestó Johnny.

—Sí, antes de que esos locos se metieran en la universidad. Ahí las cosas cambian —afirmó Odd—. Y daros prisa, que seguro que el timbre va a sonar.

No se equivocaba, apenas se habían despedido sonó el timbre y los cuatro pequeños salieron corriendo hacia su aula. Los dos jóvenes se dirigieron a la secretaría, con ganas de salir pronto e ir a tomar algo.

Carlos tomaba notas en clase mentalmente. Mientras el profesor hablaba intentaba memorizarlo, y luego miraba por encima el cuaderno de Javier para comprobar. Por desgracia, aquella "técnica" aún estaba en desarrollo. Su sorpresa llegó cuando empezó a vibrarle la pierna. Miró el teléfono, y era un número desconocido. Salió sigilosamente del aula.

—Buenos días —saludó.

—Hola. ¿Eres Carlos León? —preguntó una voz femenina.

—Sí.

—Llamo por lo del anuncio que has puesto en la universidad. Me interesa bastante. ¿Podemos quedar esta tarde?

—... —tardó en procesar la respuesta. No se esperaba una llamada sobre su anuncio, y menos tan pronto—. Sí. Yo hoy termino pronto. ¿A las dos te viene bien?

—Perfecto. ¡Hasta luego!

Y colgó. Carlos miró su teléfono extrañado y luego volvió al aula.

Aelita estaba pasando un mal rato importante. Se había querido sentar con Laura, pero aquel día había acudido más gente y las dos únicas sillas libres estaban en sitios diferentes. Sin darse cuenta, había terminado entada al lado de Herb Pichon, el antiguo "guardaespaldas" de Sissi.

—Qué raro que Jeremy te haya dejado aquí sola...

—No es sóla. Simplemente estamos haciendo dos carreras diferentes —contestó ella.

Tan sólo unos meses antes, Herb le había hecho una proposición indecente, y Aelita se había negado de manera categórica. Le extrañaba la tranquilidad con la que Herb la trataba ahora.

—He pensado... que si nos mandan hacer un proyecto... con lo inteligentes que somos, podríamos hacer una bestialidad —sugirió de pronto el chico.

Aelita le miró y luego volvió a desviar la mirada a su cuaderno para anotar una fórmula.

—¿Por qué no te centras en atender?

—Es que eres demasiado guapa.

Aelita inspiró, aunque no pudo evitar que se le subieran los colores. Los piropos tenían ese efecto en ella. Miró su teléfono por debajo de la mesa. El chat grupal (desarrollado, cómo no, por ella, Laura y Jeremy, a prueba de hackeos) estaba vacío. Envió un mensaje: "ME QUIERO MORIR :("

Clases, compañeros de piso, distancia, poco tiempo para verse... El grupo sabía, o al menos intuía, que aquel año podían cambiar y ocurrir muchas cosas.


Bueno, este era el nuevo proyecto. Algunos esperábais, seguramente, que empezara nada más volver de las vacaciones tras ese capítulo 60, pero la verdad, el Kadic empezaba a quedarse pequeño para mis ideas, y "desperdigando" un poco al grupo, puede haber, creo, más posibilidades en las tramas. Aún así, habrá detalles de estos dos/tres años de lapso de tiempo.

Tengo ya escritos los tres primeros capítulos, de forma que voy a esperar a vuestras reviews con peticiones e ideas, a ver cómo continúo la historia, aunque hay tramas que ya tengo decididas ;) Ya iréis descubriendo poco a poco lo malo que puedo llegar a ser con los personajes :P (o no).

Y ya por costumbre, voy a responder a las reviews. A las que aparecieron tras mi "nota de autor" en CLE :)

Alejito480: Ya me pasé a verlo, si no me equivoco, y respondí también ;) Lo del incesto... lo dejo en el aire. ¿Qué haré, qué haré...?

zuole: Tranquilo, me alegra que te gustara ese "the end". Y espero verte por aquí en esta segunda parte :)

Usuario865: Un saludo para ti también, y espero que también te guste esta segunda parte :)

LW: Sí, los pequeños además tendrán algo más de peso en esta nueva trama. Y de la misma forma, escribiré ese Jerlita.

aerdna20: Por lo pronto un embarazo no lo he pensado, pero... ¡no puedo contar lo que sí he pensado porque sería spoiler! xD

lalo101097: Bueno, eso de "un poco penoso" ofende, pero al menos es síntoma de mejoría en mi estilo xD Obviamente uno no se suelta igual al principio que cuando continúa. En este seguirán pasando cosas, por supuesto. XANA no, no aparecerá... del todo. Tengo alguna idea que aún no se si plasmar como one-shot o capítulo de este fic... Ya veremos ;)

Lo dicho pues, el miércoles, one-shot y el domingo, capítulo 2. Las peticiones, por favor, ponedlas en el fic en el que lo queréis, para no liarme ;) ¡Lemmon rules!