Disclaimer: Los personajes son obra y gracia de J.K Rowling nuestra salvadora. Escrito sin ánimos de lucrar.
Este fic participa del reto "Más de 1.000 Historias" del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.
Participa en el reto "Viñeta de Emociones".
Conteo de palabras: 506
Práctica.
aburrimiento.
Cuando Albus decide ir al jardín de La Madriguera —aburrido y atormentado por la constante pregunta de "¿ya has pensado en que trabajarás, Albus?" —, no le dice nada a nadie. Está cansado y lo único que quiere es un poco de aire fresco y tranquilidad. Se tira sin un ápice de gracia en el pasto, mirando cómo James, Lily, Rose, Hugo, Roxanne y Fred juegan al quidditch sin percatarse de que él está ahí abajo. Oh, y ahí está la snitch cerca de la cabeza de James… y James la pierde… y ahí va él pretendiendo que no lo ha hecho. Albus se permite una sonrisa satisfecha. Nunca antes la vergüenza ajena lo había hecho sentir tan bien.
Lily se aleja del grupo y aterriza. Es la única que va a la escuela aún y Albus sabe que juega de cazadora. Albus se sorprende de que haya estado marcando tan bien y hola, el juego aún no ha terminado. Pero aún así, Lily se une a su lado, pretendiendo darle un golpe en la mejilla para luego darle un suave beso ahí; es una de esas cosas tiernas que su hermana ha tomado la manía de hacer. Los gritos resuenan en el fondo.
—¿Qué pasó? —pregunta—. Estabas jugando bastante bien ahí arriba —Pero James no, le recuerda agradablemente su mente.
Lily alza su pierna derecha y la coloca encima de su regazo.
—Mi pierna. Me duele.
Albus frunce los labios y alza una ceja que sólo significa "¿Crees que soy idiota?"
Lily sonríe. —Sí.
—¡Las piernas también me duelen y aún así yo sigo jugando! —grita Fred de repente sin parar de jugar, haciendo que ambos se sobresalten—. ¡Quidditch es vida! ¡Sigue jugando y olvidarás el dolor!
—¡Merlín! —grita James, exasperado.
Lily y Albus los miran por un segundo, hasta que Lily exhala.
—Paré porque quería sentarme junto a Albus.
Hugo se detiene en el aire, justo arriba de ellos y exclama.
—¿Estás bromeando? ¡Empezaremos el curso en menos de una semana y con ello nuestra última copa de Quidditch! ¿Estás diciendo que es más importante perder nuestro tiempo libre de práctica? ¿Acaso Albus es más importante que-?
Albus se cruza de brazos y levanta la cara con una mirada meticulosa.
—Anda, Hugo —dice—. Continúa.
Lily mira hacía arriba y hacia abajo entre ellos y alza las cejas en una mueca de fingida seriedad.
—Ya lo has oído, Hugo.
El juego termina y James ya se ha bajado de su escoba caminando en dirección hacia ellos, luchando por tranquilizar su respiración y con los ojos abiertos en una expresión que, Albus supone, busca ser intimidante.
—¡Escúchenme, idiotas! —vocifera. Empieza su frustrado monólogo de cómo él es un ocupado adulto de veintidós años que tiene cosas mejores que hacer y todos escuchan cansados (Albus jura que puede ver a Roxanne imitando y gesticulando cada palabra a la perfección).
—Pero James —empieza Albus—, tú perdiste la snitch hace rato.
—¡Merlín! —grita James.
—Cierra la boca —murmura Rose con voz cansada a su costado.
