¡Hola! Este es el primer capítulo de un pequeño fic que se me ocurrió hace tiempo basado en la canción "Amiga mía" de Alejandro Sanz. Cada vez que publico un SoMa alguien me pide que meta a Kid o a Black Star de por medio para ponerle las cosas difíciles a Soul (como si no lo hiciera sufrir bastante ya xD) pero al escuchar esta canción fue como me convencí. No es una historia demasiado ambiciosa, solo enredos que podrían ocurrir en la vida real, creo. Soul Eater no me pertenece, tampoco Maka, ni Liz, ni Death the Kid ni ninguno de los personajes que puedan aparecer en este fic, escrito únicamente con fines de diversión.

This Love

Capítulo 1

Amiga mía

Soul comenzó a guardar sus cosas en el portafolio antes de salir de la oficina. Eran casi las ocho y la verdad era que ya tenía mucha hambre así que trató de identificar con la vista lo que le faltaba, unos cuantos archivos y todo estaba listo. Su oficina, pequeña y sencilla, tenía un ambiente cálido debido a los muebles de madera y la iluminación que él había preferido por sobre el diseño practico y lineal que casi todos elegían. Le gustaba, casi lamentaba tener que irse.

En eso estaba pensando cuando logró distinguir de reojo una silueta femenina en su puerta.

-¿Ya te vas?- preguntó Maka, acercándose al escritorio. Soul la observó unos segundos, sinceramente confundido.

-¡Vaya! Creí que hoy ibas a salir con las chicas- comentó de forma distraída- ¿vas a quedarte más tiempo? Puedo esperar un rato.

-Oh, no- Maka sonrió- precisamente te buscaba para preguntarte si pensabas ir a casa a cenar.

Soul volvió la vista a su portafolio y asintió.

-Te acordaste porque en ese caso, hoy me toca cocinar, ¿No?- comentó entre dientes, a lo que Maka enrojeció visiblemente molesta.

-Idiota- dijo finalmente, a lo que Soul también se molestó, pero decidió no pelear con ella.

Tomó sus cosas y buscó las llaves de su auto con la vista.

-Bien, vámonos, de todas formas iba a cocinar en mi casa así que es lo mismo.

Atravesaron el pasillo ya desierto, hablando de cosas ocurridas durante el día, del trabajo, del clima, es decir, las banalidades de cualquier jornada normal de trabajo.

Soul le abrió la portezuela del auto a Maka, y ella entró agradeciéndole el gesto mecánicamente. Solo pasaban por lo habitual.

Ellos tenían una amistad muy cercana desde mucho tiempo antes, cuando iban en la escuela. Para su buena suerte, habían conseguido trabajo en la misma empresa, vaya, incluso vivían en el mismo edificio. De vez en cuando cenaban en casa de alguno de los dos y se turnaban para cocinar. A ambos les hacía bien, pues llevaban mucho tiempo lejos de sus familias.

Durante el trayecto, Soul notó que su amiga estaba bastante pensativa, pero en realidad no le sorprendió porque sabía la razón mejor que nadie. Se limitó a dejarla un rato, pues estaba plenamente consciente de que no iba a hacerla hablar aunque lo intentara.

Por lo demás, quedaron atorados en un embotellamiento. Maka suspiró con fastidio mientras Soul despegaba las manos del volante un momento para estirarse. Sabía que eso podía ir para largo. Lo único bueno era que en realidad no le incomodaba estar a solas con Maka. En todo caso, era mucho mejor que estar solo en una situación tan desesperante y a decir verdad no era la primera vez que les ocurría algo así. Pero en esta ocasión, el silencio taciturno de Maka podía poner el asunto un poco incómodo, así que el optó por encender el sonido y poner un disco.

-Sé que no te gusta esta música-comentó el repentinamente- si quieres puedo poner otra cosa.

-Está bien- Maka hizo una sonrisa pensativa- es relajante.

Soul volvió sus sentidos al camino, hubo un ligero avance. Luego se detuvieron de nuevo.

Cruzó las manos, dejando las muñecas descansar en el volante, apoyó la frente en este. Posteriormente, ladeo un poco la cabeza para ver a su amiga.

-¿Ocurrió algo malo?

Ella negó con la cabeza casi enseguida.

-No mientas- comentó él, volviendo su mano a la palanca de velocidades y su vista al frente; estaban avanzando de nuevo- te conozco mejor que nadie.

Se detuvieron otra vez, y Soul se volvió a estirar.

-Entonces no me presiones. Suficiente tengo con Liz y con Stein-san como para que tú también quieras sermonearme.

-Si ese par también se dio cuenta- comentó Soul sin voltear a verla- es que realmente te ocurre algo malo.

Maka estaba replegada en su asiento, contra la puerta, como una niña castigada.

-Si sigues insistiendo, me bajo ahora mismo y me voy caminando.

Soul presiono el botón para quitarle el seguro a la portezuela.

-Adelante, compañera. Pero te tardarás dos horas en llegar al edificio y tienes que atravesar el callejón más peligroso de la ciudad. Si llegas viva a la oficina mañana entonces yo me disculparé.

Maka no hizo nada, así que finalmente Soul aseguró la puerta de nuevo.

-No quiero que te sientas mal. Si quieres lo dejamos para después.

-Por favor-contestó fríamente, a lo que su compañero simplemente volteó la cabeza. Se equivocó; la situación se tornaba incómoda.

El tráfico tardó en normalizarse unos veinte minutos más, durante los cuales siguieron en silencio, de vez en cuando soltando algún comentario sin importancia. Soul pudo notar, de cualquier modo, que el ánimo de Maka no subía en lo absoluto. Trató de hacer el viaje lo más ameno posible, tratando de fingir que todo estaba bien.

Llegaron al edificio y Soul se estacionó. Entraron y subieron las escaleras en silencio.

Entraron en el departamento de Maka. Soul se quitó la chaqueta y la corbata, arrojándolas en un sillón junto con su portafolios.

-¿Qué preparamos para cenar?- preguntó Maka de pronto, como si quisiera compensarlo por el mal rato en el auto, pero Soul sonrió.

- Si no te sientes con ánimos, ve a descansar mientras preparo algo. Es mi turno, ¿No? Ve, tómate tu tiempo- le dijo con u sonrisa cool, como quien tiene todo perfectamente controlado.

Maka hizo una media sonrisa.

-Gracias. Me daré un baño, me siento deshecha.

-Bien. No te prometo que esté listo cuando vuelvas.

Al parecer el mal día que probablemente había tenido Maka no era solamente debido a…cierto tema que incomodaba un poco a Soul, sino también, para su alivio, a un día de trabajo normal: agotador y llegado a ser un poco fastidioso.

Soul lo pensó un poco mejor mientras buscaba los ingredientes para la comida. Decidió preparar únicamente pasta y carne, sencillo, rápido y relativamente neutral. Era de los pocos platos con los cuales no terminaban peleando por si había quedado bien o mal, salado o insípido, crudo o quemado. No tardo en sospechar que quizás Maka había recibido malas noticias en la oficina y eso la había hecho sentirse mal…es decir, no tenía que ser necesariamente por lo que él estaba pensando.

Soul respiró profundamente mientras trataba de alejar el tema de su mente. Entonces escuchó la llave de la regadera abrirse y el agua cayendo. Se sintió un poco más tranquilo entonces.

Esto a su parecer era lo que le hacía falta. Cenar algo y luego irse a dormir. Y que mejor compañía para la cena que la de su mejor amiga, Maka.

Al cabo de un rato, cuando estaba preparando la salsa de tomate, Maka se asomó por la puerta, apenas suficiente para decir algo rápido.

-me secare el cabello…espero que no te moleste esperarme un poco más.

-Está bien, tomate tu tiempo.

Soul apoyó las manos sobre la mesa, como si fuera a caerse. Luego de reponerse, acomodó los platos y buscó algo de tomar. Sirvió las porciones y esperó pacientemente a que Maka volviera.

Ella entro ataviada con un pantalón de mezclilla y una blusa blanca. Soul con sus pantalones de buena tela y las mangas de su camisa dobladas hasta los codos hacia un buen contraste con ella, pero resultaba divertido notarlo.

Hubo silencio. Un largo silencio, lo cual resultó ser extraño. Normalmente Maka solo estaba así de silenciosa cuando estaba enojada con Soul. Pero bueno, eran adultos, ya era tiempo de que lo afrontaran, algo andaba mal.

-Soul- Maka dejó su plato y levantó la mirada con decisión- voy a salir de viaje dentro de dos semanas.

Los ojos de Soul chispearon en cuanto levantó la vista.

-¿Es por eso que estas así?

Maka pretendió no prestar atención al comentario. Luego levantó la vista y percibió la mirada triste de su compañero sobre ella, por lo que sonrió de forma autosuficiente.

-¿Pero qué puedes decir tu? Si se nota que también tuviste un día terrible.

Soul siguió comiendo como si nada.

-Todo estuvo perfecto- contestó de una forma ligeramente altanera, casi como si tuviera intención de enfadar a su amiga.

-Pues no lo parece. Tu también pareces tener problemas y honestamente, si no lo compartes conmigo ¿con quién lo harás?

Soul levantó la vista hacia ella. Maka guardó silencio, pues al parecer sus palabras habían dado en el blanco.

Él se quedó en silencio también. Volvió la vista a su comida y luego de comer un poco más, sonrió.

-Es que aun no sé si estoy bien o mal, porque tú no me has dicho que es lo que pasó contigo.

Maka sonrió imperceptiblemente. Con el paso del tiempo, Soul se había vuelto experto en decir exactamente lo que ella deseaba oír. Sin embargo él no mentía, pues realmente estaba preocupado por ella y eso era lo que lo había puesto de un humor relativamente malo. Podía parecer un poco autodestructivo, pero Soul tenía sus razones para estar preocupado por ella.

Dejaron el tema para después. Acabaron de cenar y Soul se fue a dormir a su departamento, a un par de puertas del de Maka.

Al día siguiente, fue a la oficina como siempre.

No iba de un humor especialmente agradable, pero sí lo suficientemente soportable como para que la voluntad le alcanzara para ir a ver a Maka y saludarla.

Se la encontró, sentada en su escritorio, con la mirada fija en una rosa roja puesta suavemente en un florero.

-Esta hermosa, ¿No?-Preguntó.

-No más que tú, seguro.

La desventaja de Soul en una situación así era que Maka se tomaba sus elogios como burlas, y terminaba riéndose o dándole un golpe. Aunque Soul hablaba en serio, Maka se lo tomó a broma y él comenzó a molestarse.

-¿Quién te la mandó?- preguntó distraídamente.

-No lo sé. Siempre hay una en el escritorio cuando llego. Es algo muy lindo.

-¿Y sabes quién es el obsesionado enamorado de ti?

Maka dejó la flor en paz unos segundos.

-Me encantaría saberlo, pero… tengo un poco de miedo.

-¿De qué?

Tardó en contestar. Tenía miedo, pero realmente no se lo podía explicar. No sabía porqué o a qué le temía.

-No tengo idea. Porque, quien sea ¿Qué le puedo decir? ¿Y si lo arruino? ¿Y si es alguien a quien no le puedo corresponder?

Soul tardó tanto en contestar que no pudo hacerlo, pues Liz entro como vendaval en la oficina de Maka hablándole de reuniones, documentos, firmas, pendientes y del dichoso viaje que tenía que hacer en dos semanas. Soul se hizo un poco hacia una esquina y percibió como la mirada de Maka se ensombrecía al oir mencionar el viaje. Se disculpó y salió a su propia oficina, donde se sumió en su trabajo tratando de olvidar unos momentos todo lo relacionado con Maka.

Ella se encontraba al fin sola en su oficina, cuando escuchó tres toques precisos y cortos en su puerta.

-adelante- dijo sin dejar de teclear en su computadora.

A su oficina se coló un joven de su edad, de elegante apariencia y suaves ojos color miel, quien le dedicó una sonrisa y tomo asiento frente a ella.

-¿Cómo estas, Maka?

Ella se concentró en su visita, tratando de evitar que se diera cuenta del sonrojo que ahora trataba de llegar a sus mejillas.

Él le atraía, y mucho. Era tan suave en su forma de ser…podía ser un poco obsesivo, pero era confiable, tierno, amable. Tenía unas manos preciosas y un trato incomparable, además de una forma de hablar que la hacía sentir como si fuera la única mujer sobre la tierra aun cuando solo hablaban de trabajo. Era casi un príncipe.

-Hola Kid. Yo estoy muy bien. ¿Y tú?

-Bien. Venía a hablarte sobre lo del viaje. Como sabes, es muy importante que asistamos y demos una buena imagen de la empresa, sobretodo en la fiesta.

-Sí, eso lo sé.

-Bueno, yo estaba preocupado de que te sintieras…incómoda de que viajáramos nosotros solos. Quiero decir, si quisieras que alguien fuera en tu lugar, o que te acompañara…Soul, o alguien más… con quien tuvieras más confianza.

Extrañamente se sintió herida.

-Por supuesto que no. Es decir, no me incomoda, creo que lo mejor será que vayamos tú y yo. Además…somos amigos desde hace mucho tiempo y a pesar de eso siento como si no hubiéramos compartido absolutamente nada. Quiero decir, quisiera conocerte un poco más, y un viaje así es una buena forma, ¿no?

Kid sonrió complacido.

-Me agradas mucho, Maka. Tienes razón, llevamos años de amistad y a pesar de eso nunca hemos pasado tiempo de calidad juntos. Yo también estoy interesado en conocerte mejor.

Ella sonrió, pero de pronto alguien tocó la puerta. Maka suspiro ligeramente fastidiada.

-Pase.

Soul entró con un fajo de papeles y al ver a Kid sonrió.

-Buenos días, Kid. Disculpen la interrupción. Necesito que Maka revise estos documentos.

-No importa, amigo- sonrió Kid- solo hablábamos de nuestro viaje. Estamos muy interesados en conocernos mejor, ¿No, Maka?

Maka sonrió y fingió distraerse con los documentos. Obviamente, Kid había dicho esto como una broma un poco sugerente, pero para su sorpresa ninguno de sus amigos se lo tomó muy bien que digamos.

De pronto tuvo la sensación de que sobraba en ese lugar.

-Este…yo debo ir a trabajar… Maka, Soul, si necesitan algo pueden buscarme en mi oficina.

-No te preocupes- sonrió Soul, luego se volvió hacia Maka- volveré por esos papeles en un rato, ¿De acuerdo?

Maka asintió.

Mientras Soul volvía a concentrarse en su trabajo del día, reflexionaba, se preguntaba… ¿Porqué Maka no había mencionado que el viaje que iba a hacer sería con Kid?

A él no se le había pasado, para nada, esa mirada que ella le dedicaba cada vez que lo veía pasar por el pasillo, o se saludaban, o cuando de vez en cuando comían juntos con otros compañeros de la oficina.

Maka y Kid…eran bastante parecidos. A decir verdad, habían estudiado prácticamente juntos, los tres. Pero ellos dos, tenían ese modo de ser, esa clase de vida que parece todo hecho a la medida, todo de acuerdo al plan, todo bien hecho desde siempre. En cambio él, Soul, tenía una vida diferente, desorganizada, decidida por el destino o por su buena o mala suerte. Estaba trabajando en esa empresa porque descubrió que era bueno haciendo lo que hacía y también como un modo de escapar de su familia. En cambio ellos dos, tenían el futuro decidido casi desde su nacimiento.

Tenían también esa tendencia a buscar la perfección sin aceptar tonterías de nadie.

No le sorprendía que Maka, con lo que amaba la excelencia, estuviera enamorada de Kid. Pero aún así, no cambiaba el hecho de que le calaba, y muy hondo. Era difícil de explicar lo que estaba sintiendo en esos momentos y para ser sincero, no iba a aceptarlo tan fácilmente y mucho menos decírselo a ella de frente. Porque, después de todo. ¿Qué mínima oportunidad había de que ella le correspondiera? Tendría que ser un milagro el que intercediera por él para acercarse a ella más que como amigos.

Aunque ella nunca había admitido frente a él que sentía algo por Kid. Era solo una corazonada, una alerta de peligro que su mente y su corazón le habían dado mucho tiempo antes.

-Soul- Liz le habló desde la puerta al pasar y verlo con los ojos pegados en la pared como si en ella estuviera escrito el más grande secreto del universo- te distraes de nuevo.

Soul sacudió la cabeza y dirigió su mirada a la puerta.

-Sólo estaba pensando.

Liz se aproximó a su escritorio y se sentó frente a él. Lo miró unos momentos y luego suspiró con un toque de resignación.

Se inclinó hacia adelante para lograr que el chico la mirara a los ojos y le pusiera atención.

-No se lo has dicho, ¿Verdad?

Soul alzó las cejas y volvió a concentrarse en su trabajo.

-No sé de que hablas.

-Por supuesto que lo sabes. Creo que deberías dejar de ser tan cuidadoso y comenzar a ser sincero contigo mismo. ¿Sabes? Ella no se va a enterar de lo que sientes con telepatía. Si no eres claro con tus sentimientos, ¿qué puede hacer Maka al respecto sino tratarte siempre como a un amigo?

Soul frunció el ceño y se volvió a su computadora, tratando de recordar qué estaba haciendo antes de que su pensamiento fuera tacleado con la imagen de Maka golpeando una y otra vez la puerta de su mente.

-Pues hace rato no fuiste de mucha ayuda que digamos.

-Lamento haber interrumpido, pero era algo urgente, no podía esperar afuera a que te decidieras a darle un beso porque hubiera sido como esperar que el iceberg se derritiera antes de impactar con el Titanic.

Se retaron con la mirada por unos segundos.

-¿Qué demonios quisiste decir con eso?

-Que estás hundido, Soul, si no encuentras una forma de aclararte con ella pronto puedes apostar a que la perderás. Mujeres como Maka solo aparecen una vez en la vida de un hombre como tú. La tomas o la dejas, y tu tiempo se está yendo mientras ella piensa en otro hombre.

Soul se dio la vuelta en su silla, dándole la espalda a Liz. Odiaba que le dijeran ese tipo de verdades a la cara porque dolía todavía más que cuando las descubría por sí mismo. Más aún, sin saberlo Liz le confirmaba a Soul lo que el casi podía tantear con los dedos, el hecho de que Maka estuviera enamorada de otro.

-Yo no tengo oportunidad con ella y lo sé. Si ella está enamorada de alguien mas entonces yo no tengo nada que hacer en medio.

-¡Por supuesto que sí! Tienes que intentarlo. Venir a que el corazón se te parta a diario no es una gran perspectiva de vida, ¿No crees? Al menos tienes que salir de la duda. Cuando ella te conteste descansarás sin importar el resultado, piénsalo.

Soul siguió sin darse la vuelta, por lo que Liz se dispuso a abandonar la oficina.

-Si tanto miedo tienes de perderla, adelante, sigue comportándote como un perfecto cobarde. Pero no te quiero distraído ni dando suspiros de moribundo por el pasillo, ¿Entendido? Y esto te lo he dicho como tu superior y no como tu amiga.

Y salió de ahí dando un portazo tan fuerte que más de uno se asomó a ver qué había pasado. Soul abrió la puerta de nuevo y tranquilizó al personal sin muchos ánimos. La verdad, no le gustaba trabajar encerrado.

Mas tarde, cuando ya era casi hora de irse, fue interceptado una vez más por Maka. Había estado evitando el enfrentamiento deliberadamente desde un principio.

-Hoy me toca cocinar- sonrió ella sujetándolo del hombro, cuando él trató de pasar rápidamente frente a su oficina.

Soul se detuvo, y un poco dudoso, se mordió los labios y por primera vez en un buen rato le mintió deliberadamente a Maka.

-Estoy muy ocupado esta noche. Se me acumuló el trabajo y yo…

-Bien, entonces…- Maka alcanzó su abrigo y cerró su oficina- te prepararé la cena en tu casa y te haré compañía un rato, ¿Qué te parece?

Soul no tuvo otra opción que aceptar.

Al llegar a su casa, que estaba un poco desordenada como siempre, Maka se instaló con naturalidad en la cocina y comenzó a cocinar algo no muy elaborado mientras Soul se sentaba en la mesa fingiendo estudiar con atención unos documentos.

En pocos minutos Maka se acercó a él con la cena, que resultaron ser pequeños bocadillos de carnes frias, queso, lechuga, galletas saladas, etcétera. Se sentó a su lado, muy cerca y se interesó en su trabajo.

-Tal vez pueda ayudarte- comentó dándole un mordisco a una galleta.

Estuvo hojeando con él los documentos mientras Soul simplemente trataba de evadirse, hasta que Maka perdió la paciencia y lo confrontó.

-Este trabajo está completo, Soul. ¿Por qué me mentiste?

-Estaba cansado y no quería causarte molestias, ¿De acuerdo?

-¿Y por qué no dijiste eso desde un principio?

-No quería hacerte enojar.

Maka se puso de pie y caminó estirándose un poco.

-Sé que estas molesto porque no te conté…que el viaje lo haría con Kid.

Soul ladeó la cabeza y trató de ocultar su sorpresa y sus nervios.

-¿Qué sabes de eso?

-N…no mucho, solo lo que Liz me insinuó. Dijo que te tenía un poco inquieto. Pero…debes saber que no debes preocuparte por mí.

Soul decidió ir al grano, pues dar rodeos no le servía de nada. Se puso de pie y reordenó sus cosas. Levantó los platos y mientras hacía esto, comentó lo que lo inquietaba, tratando de no hacerlo sonar tan grave.

-Tú sientes algo por Kid, ¿cierto?

Rezó por una negativa. Pidió en silencio que su respuesta fuera regañarlo por pensar estupideces, o que por lo menos le pidiera que no se metiera en sus asuntos tan personales. Sin embargo, la repuesta que recibió hizo que un hoyo negro se abriera en el piso debajo de él y se lo tragara hasta la cintura, dejándolo medio hundido, medio muerto, pero aun respirando y agonizando.

-¿Soy acaso tan transparente?

Si su cuerpo acabó de hundirse en algún momento, si su estómago se revolvió, si su cuerpo se entumeció, si la garganta se le cerró, si por su rostro corrieron lágrimas de impotencia y amargura, ni él ni Maka se dieron cuenta de eso.

Comenzó a lavar los platos y suspiró, pretendiendo sonar comprensivo.

-¿Es eso lo que te tiene tan inquieta? Que te guste Kid o no, me tiene sin cuidado, siempre que no sea eso lo que te este afectando para que estés molesta, nerviosa, o lo que sea que te esté pasando.

-Bueno, la verdad- Maka se tiró en una silla cercana y se miró las manos- sí estoy un poco nerviosa por eso. Quiero…decirle lo que siento. Esperaré el momento propicio y haré que lo hablemos claramente. No sé qué es lo que siente por mí, pero si me corresponde entonces m hará muy feliz.

-¿Qué harás si te rechaza?

-Seguiré con mi vida tal cual ha sido siempre. Pero no sé si podre volver a verlo a la cara.

-Amar no es un pecado o una falta de respeto.

Soul había tratado de convencerse de ello, pero aunque él mismo lo había dicho no salió como él esperaba. Más aún, tuvo que hacerse de corazón de piedra y se evitó el mal rato de confesarse con Maka, como pensó que llegaría a hacerlo si ella se decidía a acompañarlo a su casa esa noche.

-No, pero igual duele no ser correspondido. ¿Te ha pasado alguna vez?

-Sí. Pero nada demasiado significativo.

-Pero esto sí lo es. No tengo miedo de que me lastimen, solo quiero saber la verdad.

Maka ayudó a Soul a terminar de recoger la cocina.

Antes de salir del departamento, un rato después, se dio la vuelta y lo miró con una sonrisa.

-Soul…a veces me haces enojar mucho, ¿Sabes? Pero aun así me escuchas sin juzgarme y me dices lo que piensas sin rodeos- lo abrazó y a él se le fue todo el aire de su pecho- un amigo como tú es invaluable.

Luego le dio un beso fugaz en la mejilla y le hizo una seña de adiós con una mano.

Soul cerró la puerta y se encerró en su cuarto.

-Maldición- se dijo, mientras alcanzaba una almohada para taparse con ella la cara- esto no puede seguir así.

Continuará…

Mmmmm pobre Soul jejeje. Bueno, gracias por leer el primer capítulo. No tengo pensado que sea un fic demasiado largo, unos cuatro capítulos, o cinco. No lo sé, tengo sentimientos encontrados con este fic, porque Kid me cae bien y sospecho que lo voy a odiar mientras escriba. Bien, espero que me dejen sus comentarios.

Atte, Yereri