Nada tienen de especial dos mujeres que se dan la mano

El cabello caía en forma de cascada por la espalda de la mujer que se encontraba al lado de un hombre bastante conocido por todos. Se encontraban en la estación caminando mientras la hija menor de ellos se quejaba por todo lo que ocurría. La mujer sonrió, a sabiendas de que entendía perfectamente la reacción de su hija. Una oleada de nostalgia recorrió el cuerpo de la mujer, que no pudo evitar sonreír

Recordaba esos años suyos de juventud, cuando sus hermanos se marchaban y ella se quedaba en casa con sus padres. Se sentía triste y quería ir. Ahora, veía como su hija pequeña, la viva imagen de ella, se enojaba mientras su marido intentaba calmarla

-Dentro de poco tú también irás

La voz de Harry Potter se intentaba mostrar calmada, y lo conseguía. Más que nada porque estaba hablando con su princesa, con su querida Lily… Una sonrisa apareció por el rostro del hombro mientras la joven parecía enojarse

-Faltan dos años… ¡Yo quiero ir ahora!

La voz de Lily Luna resonó en todo el andén, llamando la atención así de miradas ajenas. Además, no solo fueron los gritos de la niña desesperada, sino más bien de las lechuzas que llevaban ellos, cosa que parecía extraña para cualquier persona normal y corriente…Solamente que ellos no eran así… Eran distintos, y eso lo sabían todos…

-¡No, señor! ¡No me van a poner en Slythering!

La voz del hermano mediano resonó también, mientras el mayor sonreía con cierto triunfo. Le encantaba poner de los nervios a su hermano, cosa de la que Ginny estaba harta. Quería a sus hijos, pero estaba segura que en cualquier momento les estrangularía y no dejaría huellas de tal acto

-¿Quieres parar ya, James?-Su voz sonó potente, cosa que pareció divertir más al joven mago

-Sólo he dicho que podrían ponerlo en Slythering… ¿Qué tiene eso de malo? Es verdad que a lo mejor lo ponen…

Sin embargo, el muchacho decidió callar ante la mirada severa de la pelirroja. El joven James sabía cuando debía callarse, y eso le hizo cierta gracia a Harry. Se imaginaba al chico como el vivo retrato del que fue su padre, y quizás no iba mal encaminado. Llegaron a la barrera finalmente y la traspasaron con paso lento.

-¿Dónde están?

La voz de Albus sonó inquieta. Y no era el único que se encontraba así. Ginny también buscaba con desesperación la figura de esas personas tan importantes…En verdad, buscaba la de una en concreto, pero decidió guardar la calma, y aparentó una tranquilidad que nadie llegó a sospechar de eso, ni si quiera su querido marido, Harry Potter

-Ya los encontraremos

Los ojos verdes del muchacho la miraron agradecido, provocando la sonrisa de la mujer. Eso también la calmó a ella, posando sus manos en los hombros del que era su hijo. Se sorprendía de la similitud de este con su padre…Y no solamente en lo físico, aunque era cierto que Albus era la viva imagen de su marido. Con ojos verdes claros y un cabello del mismo color que aquel hombre, azabache, aunque algo menos revuelto, y no llevaba gafas. Sin embargo, era valiente como su padre, y a la vez podía mostrarse cruel como una verdadera serpiente…Pero solo con la gente que no apreciaba, o que le molestaba. En cambio, James era un puro león, por lo que acabó en Griffindor. Ginny sonrió. No se sentiría defraudada por él, ni mucho menos.

-Creo que están ahí, Al-Comentó Ginny aparentando indiferencia

A lo lejos aparecieron cuatro figuras de la niebla que no reconocieron hasta verlos tan cerca. Un hombre algo alto y grueso, con una sonrisa bonachona se acercó hacia Harry con una sonrisa. Una muchacha de cabello rojizo y ojos marrones se acercó al que era su primo con una sonrisa tímida, seguida de su hermano pequeño de ojos azules claros y cabello de media melena castaño

-¡Hola!-Saludó Albus con cierto alivio

Rose sonrió a su primo, enseñándole su túnica nueva. Entonces las miradas de ellas dos se encontraron. Los ojos castaños de Ginebra se encontraron con los de tono miel de Hermione. La última llevaba su cabello recogido en un moño bastante moderno, mientras la pelirroja llevaba media melena y una sonrisa se apareció en su rostro

Sus corazones latían con fuerza, de una manera poco convencional. Se dieron la mano antes de abrazarse. Ese gesto no pasó desapercibido para unos ojos curiosos, que apartaron la mirada sin saber el porqué la curiosidad de esa caricia que parecía normal entre dos mujeres, que ante todo, se apreciaban…Que habían compartido buenos momentos juntas, y ese sería uno…Sus hijos entrando a Hogwarts

Se separaron mientras se giraban para ver a Hugo, el hermano de Rose, hablar con Lily. Ambos querían saber en qué casa acabarían. No sería difícil adivinarlo. Ambos en Griffindor, como casi todos, excepto Albus, que sería la excepción pero no por ello él debía dejar de animarse, porque al fin y al cabo, no estaba mal ser un Slythering

-No quiero que te sientas presionado, pero si no te ponen en Griffindor, te desheredo-Comentó Ron tranquilamente

-¡Ron!

Hermione se mostraba indignada mientras Lily y Hugo reían. Albus y Rose, en cambio se mostraban recelosos. Ginny sonrió apenada en parte, aunque al instante recobró el color de sus mejillas, ese rojizo que enloquecía a alguien…

-No lo dice en serio-Aclararon las mujeres a la vez

Sus corazones se volvieron a acelerar, como en cada contacto entre ellas, pero poco importaba ya porque Ron no les prestaba atención a ninguna de las dos. El hombre miraba más allá, donde se podía observar a tres figuras. Ron sonrió un poco victorioso mientras Hermione ladeaba la cabeza ante el comportamiento poco convencional de este.

-Mirad quienes han venido…

A lo lejos se podía ver la figura esbelta de Draco Malfoy. Pese a sus entradas, y el haber envejecido, seguía conservando ese estilo glamuroso que tanto destacaba en él. La mujer que se encontraba a su lado era parecida en muchos puntos de vista a ese hombre. Su cabello castaño caí por su espalda de igual manera que el de Ginny cuando era joven. La mujer observó a la otra para poder ver los ojos grises, claros, y profundos…Aunque ante todo, grises…Después sus miradas se posaron en la pequeña figura que les acompañaba. Era la viva imagen de Draco, y posiblemente era igual que Albus comparado con Harry, su mismo espejo, su misma figura…Su cabello rubio, y sus ojos grises…Sin embargo, había una cosa en la que no se parecían…Y es que el muchacho poseía unos ojos grises profundos, pero sin tristeza…Llenos de cariño, y sobre todo amor

-Así que ese es el pequeño Scorpius…-Murmuró Ron-Asegúrate de superarlo en todos los exámenes, Rosie. Suerte que has heredado la inteligencia de tu madre

La tía de la muchacha sonrió sin poder evitarlo. En parte, y solo en parte, le recordaba a su querida Hermione. Sus ojos eran iguales y en carácter eran como dos gotas de agua…Una mezcla de de ella y Ron, y pese a eso, adoraba a esa pelirroja que era su sobrina

-Haz el favor Ron-Replicó Hermione entre divertida y seria-¡No intentes enemistarlos antes incluso de que hayas empezado el curso!

-Tienes razón, perdóname… Pero no te hagas muy amiga suya, Rose. El abuelo Weasley jamás le perdonaría si te casaras con un sangre limpia

-¡Eh!-Era la voz de James

El chico llegó, explicando que había visto a Teddy con Victorie. Ginny suspiró frustrada. Pese a ser un Potter, era similar a Ron, cosa que provocó la risa de Hermione y la ensoñación de Lily