Disclaimer: El Potterverso pertenece a la maravillosa Rowling
No tiene demasiado misterio, ni demasiado suspense, todos sabemos qué paso pero no cómo, y esta es la idea que tengo yo de ese cómo.
Este fic participa para el reto: "El crimen perfecto" del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.
NO SIN TI
Aterrizó sobre un arbusto tremendamente mullido. Esquivó una de sus ramas que parecían ser mágicas y venenosas y comenzó su búsqueda. Todo allí era completamente verde y únicamente podía oírse el sonido de un río a pocos metros de allí. No iba a ser difícil encontrarla.
Andó durante un par de horas, durante algún tiempo completamente en círculos. Divisó un par de serpientes, algún que otro ave rapaz y recibió varias picaduras de insectos que fueron reducidos a polvo gracias a su varita. Se manchó de barro el borde de su capa y tuvo que cortar ciertas ramas con ayuda de un pequeño cuchillo que curiosamente había encontrado en el suelo de aquel bosque. Pero no fue hasta que se dirigió en dirección al río para refrescarse que la encontró, arrastrando su túnica y tan hermosa como la última vez que la había visto.
-¡Helena detente!- gritó haciendo que ella parara en seco y se diera la vuelta
-¿Qué estás haciendo aquí?- preguntó mirándolo aterrorizada mientras se aferraba a un paquete con forma triangular que él sabía muy bien que contenía.
-Sabes de sobra que hago aquí Helena y tienes que venir conmigo- Extendió su mano hacia ella sin acercarse demasiado suplicando a Merlín que no volviera a alejarse de nuevo.
-Creí haberte dejado claro que no quería ir contigo a ninguna parte. ¡No tenías ningún derecho a seguirme!- Ella no se acercó ni tomó su mano, dio dos pasos hacia atrás e intentó esconder tras los pliegues de su túnica el paquete- ¡Vas a estropearlo todo!
-Eres tú la que está estropeando todo ¿O es que no te das cuenta? Primero quisiste romper mi corazón y ahora el de tu madre ¿Crees que huyendo vas a lograr arreglar tu vida?
-Tú no lo entiendes- susurró en un tono apenas audible sintiendo como algo invisible golpeaba su estómago- Deberías irte de aquí,será lo mejor para todos.
-Sabes tan bien como yo que no me iré de aquí sin ti. Vamos a volver, vas a devolverle a tu madre su diadema y seremos felices juntos- No era una proposición, era una orden y eso solo conseguiría enfadar más a la que él consideraba el gran amor de su vida.
Su cara se descompuso. Primero lo miró a él y luego al bulto que se ocultaba tras su capa incapaz de comprender como podía saber que era aquello que intentaba esconder. -¿Cómo te atreves a acusarme de eso? ¡Pudo ser robada por cualquiera!
-Nadie ansía como tú ser más inteligente Helena- enunció mientras se acercaba a la muchacha aprovechando la confusión de esta.- Los dos lo sabemos
-Hay muchos otros métodos para poder ser más inteligente- rebatió no demasiado convencida, algo completamente inusual en ella.
-Sí, pero no lo suficiente como para superar a tu madre. De serlo así ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Por qué huyes? ¿De qué?- Apenas un metro los separaba ya y ella atemorizada por los gritos había pegado su espalda a un árbol hueco del bosque.
Una lágrima resbaló por su mejilla pero tuvo la suficientemente fuerza como para levantar la mirada del suelo y enfrentarse a él dedicándole una mirada cargada de odio- ¡Yo a ti no debo ningún tipo de explicación!
-¡Sí me la debes! ¡Soy tu prometido! ¿Cuándo vas a aceptarlo de una vez?- gritó de nuevo casi desesperado mientras agarraba una de las muñecas de la muchacha haciendo que la diadema cayera al suelo.
-¡Suéltame! ¡Yo no te elegí como mi prometido! ¡Y jamás me casaré contigo!- chilló mientras forcejeaba consiguiendo empujar al joven hacia atrás. Sin saber muy bien qué hacer y aprovechando que él se había golpeado la cabeza al caer y que aún tardaría en reaccionar, cogió la diadema y con ayuda de su varita la escondió en el árbol que estaba tras su espalda. Después cortó su túnica y comenzó a correr hacia lo más profundo del bosque con el corazón intentando salirse por su garganta y prometiéndose a sí misma que volvería a por la diadema, que algún día superaría a su madre y qué destacaría en el mundo por su nombre y no por su apellido.
No miró atrás, ni un solo instante, pero al poco rato supo que él había comenzado a correr detrás de ella, podía oír sus pasos. Supo que estaba perdiendo la ventaja que había logrado al empujarlo. Supo que se estaba acercando. Supo que la alcanzaría.
Él también lo supo.
Y así fue.
Se lanzó contra ella haciéndola caer al suelo y soltar un pequeño grito por el golpe, pero permaneció sobre ella para evitar que huyera de nuevo.
-Vuelve, por favor- le suplicó esperando oír por primera vez en su vida una afirmativa de su boca.-Casémonos y seamos felices. Nunca superarás a tu madre ¡Acéptalo de una maldita vez! Vive tu vida conmigo y deja de intentar imposibles.
-¡Tú no me mereces! Sabes que no lo haré. - respondió sin dejar de temblar
-Y tú sabes que yo no me iré de este bosque si tú no vuelves conmigo. - Ella continúo intentando inútilmente liberarse de su agarre aun sabiendo que él era mucho más fuerte que ella.
-En ese caso tendrás que quedarte aquí para siempre- respondió logrando que una de las venas de su cuello se hinchara. Él comenzó a enrojecer y ella pudo ver como sus ojos abandonaban toda cordura. Él agarró el pequeño cuchillo y ella comenzó a llorar. Él situó el puñal en su cuello y ella supo que se acercaba su final.
-Por favor, no lo hagas- suplicó habiendo perdido ya toda esperanza de salir viva y de recuperar la tiara de su madre.
-Solo tienes que quererme. Volver conmigo- rogó a la joven presionando aún más con la punta del arma su garganta. –Es sencillo.
-Jamás- Notó como la pequeña daga se alejaba de su garganta, pero antes de poder si quiera suspirar y recuperar la esperanza de vivir, el que era su prometido atravesó su corazón.
-Ahora entenderás lo que he sentido con todos tus rechazos- La apuñaló de nuevo salpicando su túnica con sangre- Lo que es sentir como rompen tu corazón- Y volvió a apuñalarla.
Esperó una respuesta por su parte, pero nunca llegó. Fue entonces que comprendió lo que había hecho. Intentó presionar las heridas de su pecho, trato de curarla con varios hechizos, pero para entonces los ojos de su amada ya habían perdido su brillo y su corazón ya había dejado de latir.
Gritó su nombre como había hecho al encontrarla pero esta vez las únicas respuestas las profirió el silencio acompañado todavía de los sonidos que el río producía.
Observó a la joven inerte en el suelo y se permitió besarla por primera vez en su vida pero no fue suficiente para que la culpa abandonara su cuerpo. Miró detenidamente como su rostro ya pálido seguía pareciéndole lo más hermoso que había visto, contempló la sangre que recubría su túnica, la suya propia y sus manos y entonces, entre toda su desesperación, encontró lo que para él era la solución a todos sus problemas: el cuchillo.
-Te dije que no me iría de aquí sin ti.- Justo antes de morir creyó ver cómo Helena, de un color gris plata, le observaba de pie, esta vez sin miedo, pero sí con un profundo odio que no fue capaz de soportar. Supo que de haber esperado un minuto más se habría vuelto loco. Así que no lo pensó más y ensartó la pequeña arma en su pecho.Y aquello le pareció mucho menos doloroso que la idea de vivir en un mundo del cual Helena Ravenclaw no formara parte.
FIN
Hacía muchísimo tiempo que no escribía algo de esto, más aún que no subía algo. No es lo más original del mundo pero creo que tenía tantas ganas de escribir algo que no he podido resistirme a hablar de este momento. Aunque nunca creí que escribiría algo de esta pareja me alegra haberme animado. La historia se ambienta en un bosque de la Albania justo después de que Rowena enferme por la marcha de su hija y le pida al Barón Sanguinario (es una lata que no tenga nombre real y no me lo he querido inventar) que fuera en su búsqueda sabiendo que no descansaría hasta encontrarla. El hecho haya decidido que sean prometidos se debe el hecho de que Rowena supiera que él no pararía hasta encontrarla supone que en primer lugar se tenían que conocer bien y segundo que tendría que saber que el la quería, y me parecía que todo eso concordaba. Aparte de que eso le daba aún más dramatismo. Y aunque Rowena no dijera nunca a nadie que su hija le había robado he pensado que tal vez con él podía hacer una excepción ya que si la encontraba se enteraría tarde o temprano ¿no?
Y eso es todo, supongo.
Así que hasta la próxima (que espero que la haya)
H.J
