Estaba subiendo los retos a mi livejournal, pero decidí continuar subiendolos acá...
Este, es un reto de Noa-san en StopRain.
Para ubicar a los lectores en el contexto del reto: Deben ser 3 capítulos, con temática mundialista, e IchiRuki incluido.
Título: Blanco y Negro
Autor: sony!
Disclaimer: Bleach no me pertenece. Le pertenece a Kubo-sensei.
Capítulo 1: La Apuesta
Fútbol.
A Rukia le parecía algo tan tonto. ¿Qué tan divertido era ver 22 tipos persiguiendo un balón en un campo?
—Técnicamente, son 20 tipos. Dos de ellos no se mueven —, le explicó Karin, cuando la enojada shinigami se expresó en voz alta.
¡Daba lo mismo! Eran un montón de tontos persiguiendo un bendito balón y tratando de meterlo en un arco. Ya tenía suficiente con Renji haciendo exactamente lo mismo en la Sociedad de Almas.
No le encontraba sentido a sentarse frente a un televisor a ver eso.
Sin embargo, allí estaba, sentada junto a los tres integrantes de la familia Kurosaki, esperando a que esperara el tan mentado partido inicial del tan esperado mundial de fútbol que todos se desvivían por ver. Todo el día había escuchado a Isshin hablándole del tema a su hijo, y a Karin el doble de entusiasmada por el partido; a Yuzu feliz; y a Ichigo mandando a callar a su padre varias veces, hasta que finalmente éste lo convenció de sentarse frente al televisor; Ichigo, por su parte había convencido a Rukia. Ella, había aceptado, encantada, pensando que era algo totalmente distinto a la afición común de Renji.
No, no lo era.
Y a Ichigo se le había ocurrido traer a su amigo shinigami, que había traído a otros cuantos que se amontonaban en la sala, en la que abundaba no solo el ruido, sino el olor a comida. Rukia los contó a todos en silencio: 21 personas, (ella incluida).
Al menos no era la única que parecía no querer estar allí, su hermano, no tenía muy buena cara; a todos les lanzaba miradas reprobatorias, y una vez murmuró algo, que al Rukia le sonó como una maldición.
Finalmente, y como si no pudiese estar más enojada, sintió el olor del alcohol, era de esperarse, Rangiku estaba presente, donde ella estaba, estaba el alcohol. Y viceversa. Isshin no hizo nada por impedir que su hijo bebiera, es más, no pareció inmutarse. En media hora, la mitad de los invitados estaban borrachos, e Ichigo trataba de calmarlos a todos, mientras culpaba a Renji de haber traído a "esa manada de irresponsables".
—¡No lo culpes, hijo! —, le decía Isshin—Déjalos que se diviertan
—¡Isshin-san, usted es lo máximo! —, dijo alguien, Ichigo buscó al dueño de la voz, era Kira, que ahora le decía algo a Hinamori y recibía miradas amenazadoras de Hitsugaya.
—¡Gracias! —, respondió el padre del sustituto, luego, miró a Rukia—¡Oye, Rukia-chan, ven para acá! ¡Hay suficiente espacio!—, le gritó a la chica, varios lo apoyaron—¡Puedes sentarte en las rodillas de mi hijo, si quieres!—. Recibió un golpe de parte de su hijo, otra mirada asesina de Byakuya y ninguna respuesta de parte de Rukia.
"No puede ser peor, ¿Verdad?", pensó Rukia, después de un suspiro, se acercó a las personas que estaban allí sentadas, encontró un espacio en el suelo, en medio de Hisagi y Renji; allí se sentó; hasta que sintió una mano que le tocaba la cabeza, se volteó:
—Ichigo… —, hizo que su voz sonara amenazadora, él no le hizo caso.
—Te vas a divertir, créeme
—¿Tú crees? ¡Todos están borrachos!
—No todos.
—Estos dos sí —, le respondió Rukia, señalando a los dos hombres que estaban a cada lado suyo.
—No, no estamos borrachos —, respondió Renji; Hisagi asintió, coincidiendo con el pelirrojo.
—Podemos cambiar de lugar —, sugirió Ichigo.
—No, ella se queda acá —, dijeron los otros dos shinigamis, cada uno tomando un brazo de Rukia. Renji de una manera casi posesiva, mientras que Hisagi lo hacía de una manera cómica.
—¿Está bien? —, preguntó el pelinaranja, empezando a preocuparse por su compañera.
—No creas que no sé defenderme —, le respondió Rukia.
—Está bien, entonces. Supongo —. Ichigo se giró al escuchar su nombre, a regañadientes aceptó la copa que le brindaba Rangiku.
El tiempo trascurrido entre ese instante y el partido inaugural, le pareció casi eterno a Rukia; aunque por fin, sus brazos estaban libres, el licor parecía haber cambiado de ánimo al teniente de la Novena, que se había empeñado en entablar una conversación con ella, convenciéndola de que se tomara una copa. Ya llevaba cinco, y la conversación parecía divertida, sin importar que dos o tres veces el tema se desviara a Tosen, por parte de él, o a Kaien por culpa de ella. Acabó descubriendo ciertas cosas que, en su sano juicio, no habría imaginado de él.
Ya estaba empezando a tomarle el gusto a la situación, —y a la bebida—; cuando escuchó un barullo, alcanzó a escuchar la palabra "apuesta" y "partido". Rangiku hizo que todos se callaran, de algún lugar, sacó lápiz y papel, y empezó a escribir. Las voces empezaron de nuevo a subir de volumen. Escuchaba cosas como "Si pierde, besarás a Kurotsuchi-taicho", o "Invitarás a Omaeda a una fiesta".
—Kuchiki —, la llamó Rangiku—¿Cuál es tu pronóstico?
—¿Qué cosa? —, preguntó la shinigami.
—Para el partido
—Pues…—. Rukia no sabía que decir, hasta que Renji le dijo algo en voz baja, Hisagi le dijo otra, discutieron unos segundos hasta que se pusieron de acuerdo
—Dilo —, le dijeron ambos. Ella suspiró.
—Gana México —, dijo en voz baja.
—¡Ajá! —, exclamó Rangiku, anotó en el papel—¿Qué debería hacer Kuchiki si pierde su apuesta? A ver… A ver
—¡Yo sé! —, exclamó una voz femenina, de niña pequeña
—¿Qué cosa, Teniente Kusajishi?
—Rukia-chan —. La pequeña niña de pelo rosado se puso de pie—Vas a salir con… ¡Ichi!
Renji no reaccionó. Hisagi le sonrió. Ichigo se sonrojó y Rukia hizo lo mismo. Isshin aplaudía cual niño pequeño que acaba de abrir su regalo de Navidad.
¿Acaso podía ponerse peor?
