CAPITULO 1

"El peor de los No cumpleaños"

Harry Potter roncaba y el vaho de su respiración empañaba la ventana. Había pasado casi cuatro horas sentado junto a la ventana de su dormitorio contemplando la oscura calle y al final se había quedado dormido quedándose estampado contra en vidrio.

Había varios objetos y bastante porquería esparcidos por la habitación: plumas de lechuza, envolturas de caramelo, libros tirados, ropa sucia, una caja vacía de pizza que le habían dado sus tíos para que lamiera las migajas y sobre el escritorio un montón de periódicos. El titular de uno rezaba:

UNA VACA MUERE POR EL ACOSO SEXUAL DE UN BURRO

Un vecino de la localidad de San Roque ha solicitado al ayuntamiento una indemnización por la muerte de una de sus vaca. El animal se estrelló contra por un terraplén mientras huía despavorida del apetito carnal de un asno propiedad del municipio. El demandante asegura que el burro persiguió con dudosas intenciones a la vaca, mientras que el Ayuntamiento defiende que fue la vaca quien provocó al burro con sus continuos y obscenos contoneos.

Junto a ese periódico había otro con el siguiente titular.

NACE UN NIÑO CON CARA DE SERPIENTE

El pequeño Augusto que hoy tiene 6 meses nació con cara de serpiente, muchos aseguran que puede ser un hijo perdido de el-que-no-puede- ser-nombrado, y de una de sus motifagos, pero nada está claro ya que el niño fue encontrado en una casa aparentemente abandonada. Y tiene la marca tenebrosa en el glúteo izquierdo, se cree que el señor Tenebroso se ha estado divirtiendo pues la joven Eulalia Rithyes aseguró que una noche (continua Pág. 16)

Harry gruñó en sueños y resbalo por la ventana hasta quedar su cabeza más abajo de su cintura, pero no se despertó. A su lado, sujeto por la relajada mano del muchacho se encontraba un trozo de periódico. Harry había leído esa carta tantas veces que la tinta empezaba a borrarse. Era una carta que Harry había mandado al diario.

PREGUNTALE A LA PSICOLOGA MAGA ASTROLOGA LUCY.

Manda tu pregunta en un pergamino verde y recibirás tu respuesta.

Querida Lucy:

En los últimos años he tenido muchos conflictos, que si el fin del mundo, que si una cámara secreta, que si el que-no-debe-ser-nombrado se aparece o no. Pero hace poco me han señalado como El elegido, yo no sé elegido para qué, solo espero que no sea para presidente o para sacar la basura. La gente se me queda mirando en la calle y no me dejan en paz, así que he pensado teñirme el cabello de amarillo y hacerme una cirugía de nariz para que no me reconozcan ¿Usted qué opina?

El cicatrizudo. Inglaterra

Querido Cicatrizudo:

Creo tener una idea de quien puedas ser, pero no me arriesgo a sacar conclusiones, en cuanto a lo del cabello, puedes hacerlo, pero no se te olvide teñirte las cejas también, sin embargo no te recomiendo la cirugía de nariz ya que uno siempre se arrepiente, te lo digo por experiencia. Aunque lo mejor sería que enfrentaras tu destino y al innombrable junto con tus dos mejores amigos en aventuras inolvidables para que así todos viviéramos en paz, digo, suponiendo que seas quien yo creo. Si lo haces tal vez así los precios de los inmuebles dejaran de subir y bajar ya que nunca se sabe a qué casa puedan llegar los motifagos.

Un grito espeluznante despertó a Harry. Volteó para todos lados. Era Hedwig la lechuza.

- ¿qué pasa? – Dijo Harry alarmado

- Una pesadilla- dijo la lechuza mientras se acurrucaba otra vez

- No vez que vas a despertar a mis tíos

Harry se incorporó pesadamente, le dolía la espalda y el cuello, se estiró un poco hasta que le tronaron los huesos. Se dirigió a su cama, se quitó los zapatos y se metió a las cobijas. Cuando estuvo bien arropado los tíos de Harry abrieron la puerta de golpe, desafortunadamente para Harry el Tío dormía sin pijama.

- ¿Que fue eso? - Preguntó el tío Vernon.

- Fui yo - respondió Harry rápidamente para encubrir a la lechuza - tuve una pesadilla

- Es la tercera vez que gritas esta noche - replico Vernon.

- No volverá a pasar - aseguró Harry

- Vuelves a gritar y te mando a una escuela militar para que se te quite lo marica. - Amenazó Vernon. Y salió de la habitación.

- Oíste eso Hedwig, no vuelvas a gritar o me van a matar - regañó Harry a la lechuza.- o peor, quitarme lo maricón… quiero decir… la escuela militar, buenas noches

- No se preocupe, amo, no volveré a gritar, tal vez ulule un rato, o tal vez chasque mi pico para pasar la noche.

A la mañana siguiente el tío Vernon bajó como todos los días impecablemente vestido a comer su impecable desayuno que su impecable esposa había preparado impecablemente. Y Dudley también estaba ahí.

- Petunia – comenzó a decir – tengo un anuncio importante que dar, por favor siéntate.

Petunia sorprendida y molesta se sentó, le gustaban los chismes y las malas noticias pero no cuando se trataba de ella o de su familia, excepto de Harry, a él sí le podía pasar cosas malas; Harry triturado por una serpiente, Harry cayendo de un puente, Harry siendo humillado por Dudley otra vez. Petunia sonrió por un momento al pensar en el infortunio de su sobrino. El sonido de un fuerte golpe sobre la mesa la despabiló.

- ¿Acaso estabas imaginando cosas? – Gritó Vernon

- N… no – tartamudeo Petunia

- ¡En esta casa está prohibida la maldita imaginación, maldita sea! – bramó Vernon mientras golpeada la mesa.

Petunia no dijo una palabra, esperó a que Vernon se calmara. Su enojo causo que se le desacomodara la camisa y se despeinara la poca cabellera que tenía dándole un aspecto ridículo que de alguna manera encendía la pasión de su esposa que se desabrochó la blisa.

- Petunia, querida – continuó Vernon – me van a ascender en el trabajo

Petunia gritó de felicidad, y llenó de besos la cara del tío Vernon.

- Buenos días -Harry apareció en la entrada del comedor, pero nadie le respondió. Petunia dejó de festejar, se abrochó la blusa y el tío Vernon se limitó a comer.

- Vendrán mis jefes hoy a cenar así que quiero que todo sea perfecto. - Dijo Vernon- impecable, inigualable, quiero que esos malditos cerdos para los que trabajo se sientan en su propio cuchitril ¿quedó claro?

- Prepararé mi mejor platillo – dijo Petunia- y Dudley se pondrá su traje de marinerito ¿Verdad que sí, bebé?

Dudley gruño como respuesta porque tenía demasiado tocino en la boca como para hablar.

- Iré a comprar los ingredientes para la cena y la paleta gigante de caramelo para mi nene consentido.

- Y tú – Vernon señaló a Harry

- Me quedaré sentado en mi habitación sin hacer un solo ruido – completó Harry.

- Serás nuestro entretenimiento, un malabarista – corrigió Vernon – y más vale que lo hagas bien, dirás: ¿gustan tomar algo? ¿Desean más bocadillo? ¿Quieren ver un poco de malabares?

- No sé como…

- Si eres mago, entonces también debes ser payaso y malabarista ¿no?

Harry quiso replicar pero Vernon se levantó de inmediato y salió de casa. Petunia le dio a Harry unas botellas vacías para que practicara sus malabares. Harry salió al patio para no estorbar a su tía que limpiaba la casa. Se puso a practicar, pasaron horas y ni una sola vez pudo hacerlo correctamente. Se sintió abatido. Había fallado en su misión, ya no podría ser mago, payaso y malabarista, ni siquiera sabía si podía ser payaso, Harry nunca se había considerado a sí mismo gracioso.

- Yo sé que día es hoy - dijo Dudley interrumpiendo sus pensamientos. Harry regresó de su ensimismamiento y miró a Dudley con rencor.

- Me alegra - respondió Harry - ya te aprendiste los días de la semana.
- Hoy es tu cumpleaños – dijo Dudley mientras le quitaba las botellas a Harry y comenzaba a hacer perfectos malabares. – Y una vez más no vas a tener fiesta, ni regalo, ni pastel. Nada como siempre, dejó caer las botellas en la cabeza de Harry.
- Mi cumpleaños fue ayer.

- ¿Qué? No. Lo tengo anotado en mi calendario.

- Fue ayer y ni una sola carta recibí, nada – a Harry se le quebró la voz – tienes razón, ni un pastelito con una vela, me tuve que hacer un pastel de lodo… y me lo comí - no pudo aguantar el llanto y salió corriendo.

Entro a la casa a toda velocidad pasando junto a la tía Petunia, con las manos cubriendo su rostro para que no se vieran las lágrimas, pero sollozando muy fuerte

Petunia al verlo tomó el teléfono y llamo a Vernon.

- Hola, querido, oye ¿Seguro que no hay que mandar a Harry a la militar? cada vez está más llorica, más que Dudley y eso no es bueno. Yo creo que mejor que no se aparezca en la casa.

Harry subió corriendo a su habitación y así se salvó de hacer un penoso espectáculo.