Konichiwa!!...jejej sé q aún no termino mi otro fic pero no pude resistirme a escribir este la idea se metió en mi cabeza y ya nunca más quiso salir u--uU....este no tendrá nada que ver ni con "La Maldición" y ni con "4 fragmentos" espero que sea de su agrado n-n

Disclaimer: Inu y CO no me pertenecen si no a la sensei Rumiko Takahashi solo los tomé prestados para hacer este fic...


1. Kei y Miyu?

Un hermoso día soleado con una brisa muy agradable era el clima del Sengoku ese día.

Felicidad era lo único que se podía respirar en el ambiente, y como no si habían logrado destruir a aquel ser maligno que tanto daño les había causado, no solo a ellos si no también a tantas otras personas.

Sin embargo en la rama de un árbol estaba una joven mujer de largos y negros cabellos, su rostro era delgado, de tez blanca y sus ojos de un azul profundo, realmente poseía una belleza especial, llevaba un largo vestido blanco y en sus pies unas hermosas sandalias amarradas a sus piernas.

Su vista estaba clavada en Aome desde hacía un buen rato, no podía equivocarse de persona era tal y como se la habían describido, tenía que ser ella.

Mientras pensaba un joven se posó a su lado mirando también a Aome, su cabello era café y sus ojos también azules con la diferencia que eran mucho más oscuros que los de la chica, también tenía una tez un poco más morena y era igual de hermoso que ella.

- es ella? –decía aquella hermosa mujer-

- así es, pero creo que le han borrado la memoria... -respondió su acompañante-

- tendremos que devolvérsela

- no, apareceremos frente a ella y se lo explicaremos.. –dijo con tono firme-

- no podemos, ya que esas personas siempre están a su lado, no la dejan...-respondió la joven-

- pues apareceremos también frente a ellas entonces

- sabes a lo que te estás exponiendo?

- tengo el permiso para hacerlo, solo debemos actuar como humanos y luego revelar nuestra identidad...vamos –fue su última palabra-

El joven chico abrió un par de alas blancas que le daban un toque más a su hermosura, eran muy grandes y con ellas salió volando del lugar seguida por la chica quien solo siguió las órdenes de su acompañante.

Para completar la felicidad que todos sentían en ese momento solo faltaba que Inu Yasha le dijera a Aome que la amaba y todo estaría mejor que nunca, pero eso jamás pasó hasta que fue muy tarde, hasta que Inu Yasha comprendió que no podría tenerla a su lado nunca más, ahí se dio cuenta de sus verdaderos sentimientos.

- Inu Yasha deja a Shipo o te diré otra ves O...

- no no Aome por favor no otra vez!!!! TOT

- jajajajaj pobre Inu Yasha ya no le gustan los Osuwari de Aome n---un –decía una divertida Sango-

- a cualquiera no le gusta que lo estrellen contra el piso u---u –decía Miroku mientras la tenía entre sus brazos-

- pero se lo tiene merecido!!!! nOn –gritaba alegre el kitzune-

- cállate pequeño zorro!!!!

De Kouga se sabía normalmente. Aún no dejaba de pretender a Aome a penas podía, había logrado vengar a sus amigos y se sentía mucho más tranquilo, estaba de vuelta en sus tierras pero cuando podía se escapaba a ver a la que aún seguía llamando su mujer, claro y no se podía evitar que Inu Yasha se pusiera celoso cada vez que este la tomaba de las manos. Pero por otra parte Kouga tenía a Ayame, esa joven chica que aún quería casarse con él por la promesa que le había hecho años atrás cuando aún era una niña.

De Sesshoumaru no se sabía mucho, a veces aparecía para intentar quitarle a Colmillo de Acero a Inu Yasha y comenzaba otra pelea que ya era común en ellos. Continuaba en su castillo junto a la pequeña niña que tenía con él y que al parecer no pensaba dejar.

Aome sabía que pronto debería volver a su época y tal vez jamás regresar, pero no quería hacerlo, prefería correr el riesgo de tener la perla de Shikón con ella a tener que resignarse a estar con Inu Yasha.

Pero aún existía Kikio, Naraku la había destruido en parte pero Inu Yasha la protegió hasta el final de la batalla, ella comprendió los sentimientos que aún le quedaban al hanyou por aquella sacerdotisa y decidió ayudarla a reconstruirse con sus poderes. Los que terminaron el trabajo fueron sus serpientes cazadoras de almas quienes trajeron nuevo alimento para su dueña quien despertó y sin darle las gracias a Aome se retiró del lugar seguida por Inu Yasha, nadie jamás supo de que hablaron esa noche.

La tarde se acercaba al Sengoku, el sol daría paso a la luna para que alumbrara en una oscuridad en la cual el no tenía lugar.

El día de campo que habían tenido Inu Yasha y los demás se había acabado, irían en busca de una aldea en la cual pudieran quedarse por esa noche. Un día más y llegarían donde la anciana Kaede para contarle todo lo que había pasado y como.

Al llegar al templo del lugar vieron que era muy grande poseía muchos guardias, dos de ellos cuidaban la entrada, al parecer a este lugar no les sería tan fácil entrar pero que sorpresa se llevaron cuando les dieron la pasada sin preguntar nada.

La aldea se veía muy humilde como todas y la gente muy feliz transitando por las calles sin preocupación alguna.

Al pisar el lugar donde estaba el templo Aome quedó maravillada ante aquel joven que salió a recibirlos.

Era alto y muy guapo, no pudo evitar sonrojarse y claramente a Inu Yasha no le hizo gracia alguna. Sango también estaba deslumbrada ante tal ser, se sentía una paz enorme al verlo pero al mismo tiempo infundía respeto una mezcla que ella jamás había sentido en ningún ser humano o demonio contra los que había peleado, además su presencia era totalmente pura sin ningún poder maligno.

- buenos días en qué puedo ayudarlos soy el monje del templo.

- bu...buenos días señor queríamos saber si podía darnos alojamiento aquí...-contestó una sorprendida Aome-

- no tenemos donde pasar la noche y somos forasteros –prosiguió Sango-

- por supuesto pasen por favor... -contestó aquel joven-

- "no me agrada este tipo" –pensaba Inu Yasha-

- "su presencia es muy extraña" –decía para sí Miroku-

- sucede algo Kei? –preguntó una joven mujer-

- si Miyu tenemos invitados...

Esta vez los que quedaron deslumbrados ante tal joven fueron los chicos, su belleza también era impresionante, vestía un kimono azul con bordes dorados, su cabello estaba tomada en una cola y su tez blanca le daba un toque especial, al igual que Kei, Miyu tenía una extraña presencia en su ser.

- Aome llegaste... -respondió alegre-

-como...sabes mi nombre...

- es una sacerdotisa muy reconocida en esta región -contestó el monje-

Conocían a Aome?, Sacerdotisa reconocida?....

Nada de esto le gustaba a Inu Yasha, tenía un mal presentimiento con esos dos.

Miyu estaba mirando detenidamente a Aome, como examinándola de pies a cabeza, centímetro a centímetro, célula por célula, y sus ojos al ser de un azul profundo daban a su mirada en ocasiones un toque de misterio en los que todos eran llevados a una especie de dimensión quedando atrapados en ellos.

Kei mientras tanto dirigió sus ojos hacia Miyu indicándole que dejara de mirarla, la estaba poniendo nerviosa y necesitaban retenerla ahí el mayor tiempo posible para poder explicarle todo con mucho detalle, pero al mismo tiempo necesitaban que se apresurara en hacer lo que debía o todo el plan en el que ella era la principal se desmoronaría de un segundo a otro a causa de su ineficiencia.

No se podía cometer ningún error, no se podía perder un segundo, todo era valioso para ellos tres pero Aome había perdido la memoria, el porqué? Tal vez ese hanyou tenía algo que ver o tal vez...esa otra miko...

- así que tu eres Aome...mucho gusto en conocerla..

- Es verdad nosotros ni siquiera nos hemos nos conocen –dijo un desconfiado hanyou-

- la señorita Aome cabe con todas las descripciones que hay sobre una poderosa sacerdotisa...dicen que es hermosa, de cabellos azabache y unos ojos café, delgada y viste extrañas ropas...-contestó el joven monje dando una buena explicación-

- "grr...este tipo no me gusta mira demasiado a Aome..." –decía para sus adentros Inu Yasha-

- pues esas descripciones si coinciden –decía Miroku

- pero tal vez puedan referirse a Kikio...-replicó Aome-

- no, porque aquella mujer dicen tiene una mirada muy fría y es muy seria..-dijo Miyu-

- no tienes derecho alguno a opinar sobre ella!! –dijo un enfadado Inu Yasha-

- Inu Yasha cállate que no ves que es una sacerdotisa...discúlpelo señorita es muy inmaduro en ocasiones.. –decía Shipo quien intentaba hacer pasar desapercibido al joven híbrido-

- jajaja....así es, dicen que los ojos de ud infunden alegría y que siempre lleva una sonrisa en su rostro... -seguía relatando Kei-

- eh bueno jejej no sé si sea así..

Aome se había ruborizado ante tales palabras, ese joven, su voz, sus ojos, se le hacían conocidos sentía una especial atracción por ellos...pero no sabía el porqué..

- bueno ya que nos conocen esperamos que no crean que somos malas personas..-dijo Sango-

- claro que no, tu debes ser la exterminadora Sango, tu el joven monje Miroku, el pequeño niño debe ser Shipo y el que tiene orejas de perro es Inu Yasha... -dijo alegre Miyu-

- al parecer estaban muy bien informados...-contestó el monje con una pequeña sonrisa-

- más de lo que uds creen...-dijo con voz ronca Kei-

Ese tono de voz fue la gota que derramó el vaso en Inu Yasha, ahora no confiaba en lo absoluto en ese tipo, se irían antes de lo que él tenía pensado pues no le agradaba para nada todo lo que sabían de ellos, la forma en que se expresaban de Aome y tampoco en la que se expresaban de Kikio.

- quédense aquí por favor, Miyu acompáñame a hacerles algo de comer a estos jóvenes de seguro vienen muy cansados de su largo viaje..

- claro Kei..

Miyu se levantó y salió tras el joven, cerraron su puerta tras ellos dejando a todos con un dejo de interrogación y muchas preguntas sin contestar.

Mientras los dos jóvenes se dirigieron al estanque, lo miraron por un par de segundos y luego su mirada fue dirigida hacia el lugar exacto donde estaba Aome produciéndole un enorme escalofrío que no comprendió...


Listop ahí se termina el primer cap...espero sus reviews para saber que tal el capi...les dejo un pequeño adelanto n-n

En el próx cap...

"Se acercó lentamente a Aome y quedó con la mitad de su cuerpo sobre ella, no podía creer lo que estaba haciendo pero no lo resistía, su rostro fue bajando centímetro a centímetro mientras su corazón latía cada vez más fuerte y su respiración se iba agitando pero cuando estaba a punto de probar los labios de la mujer que tenía con él entró Kei mirando a Inu Yasha quien se apartó rápidamente de la chica y le devolvió la mirada llena de rencor por haberlo interrumpido y por haberla besado..."

Matta ne!