Saludos a todos, las tramas emotivas que involucran a Marshall ha sido siempre una temática muy popular en el fandom, son casi obligatorias, y esta historia no será la excepción, quiero agradecer a muchos grandes escritores de fanfics en inglés como HavocHound o Entity of Spite y muchos otros más cuyas historias me han inspirado para hacer las mías, de algunas tomaré leves elementos para configurar mi propio universo Paw Patrol. Habrá algunas situaciones de violencia gráfica, tengan precaución, espero les guste.

Paw Patrol es propiedad de Spin Master Entertainment, adaptación e idea del fanfic, su servidor.

Capítulo 1: Inspección de rutina

Bahía Aventura, un pintoresco y paradisiaco lugar, sede de los Paw Patrol, el peculiar equipo de rescate conformado por ocho cachorros con diversos talentos, incluso ya reconocidos en varias partes del mundo. Era una tarde tranquila, y al no haber emergencias que atender, los cachorros disfrutaban de su tiempo libre, ya fuera jugando o descansando, por lo que Ryder, el joven humano que era su dueño y líder, aprovechó también esa oportunidad para discutir algunos asuntos con la alcaldesa Goodway. Antes de partir, tomó su teléfono, busco en la pantalla táctil y oprimió un icono de color verde, el símbolo de Rocky, el cachorro reciclador.

-Dime Ryder, que necesitas? -preguntó amablemente el cachorro mestizo.

-Saldré a ver a la alcaldesa Goodway, podrías ayudarme con la inspección de las mochilas de los cachorros?

-Claro que sí Ryder, verde es mi color! –dijo Rocky meneando la cola.

-Muy bien, nos veremos más tarde, avísenme si necesitan algo, -dijo el joven rescatista mientras subía a su todoterreno y avanzaba hacia la ciudad. Una vez que se fue, Rocky salió de su casa-vehículo, se estiró un momento, pensando en la encomienda de Ryder, y decidió entrar a su casita nuevamente. Un par de minutos después, salió ataviado con su gorra y su mochila de trabajo, y aulló para llamar a sus amigos. Una vez que vio a todos reunidos, les explicó la situación.

-Amigos, Ryder me pidió que hagamos la inspección de rutina de nuestras mochilas, así que organícense para que pasen conmigo, quien será el primero?

De pronto, todos los cachorros comenzaron a discutir entre ellos para ver quién sería el primero en pasar, sin embargo, la discusión continuaba y parecía que nadie se ponía de acuerdo. Chase se apartó un momento del grupo y fue por su mochila, activó su megáfono y gritó:

-Cachorros! Seamos respetuosos y civilizados, las damas primero, pasa tú, Skye.

-Yip yip! Gracias Chase, eres muy amable –dijo Skye mientras hacia una voltereta en el aire. Los demás cachorros suspiraron decepcionados y solo miraron a la cockapoo acercarse a Chase, y darle un beso en la mejilla, lo que ruborizó al cachorro policía, mientras sus amigos se reían y hacían mofa de su compañero. Mientras tanto, Skye traía en su hocico su mochila voladora y se dirigía al garaje de Ryder, donde Rocky la esperaba.

-Muy bien Skye, será rápida la revisión, -dijo el cachorro reciclador mientras tomaba con sus pinzas la mochila de su compañera, quien decidió esperar afuera del garaje. Rocky sacó sus herramientas y comenzó a revisar el equipo y a desarmarlo. Tenía una fascinación y una facilidad innata por todo lo que fuera mecánico o electrónico, por lo que dichas revisiones lo alegraban mucho, pues ponían a prueba sus conocimientos y su creatividad como inventor, lo que complementaba con su pasión por reciclar y aprovechar todo aquello que le ayudara con sus tareas e inventos, motivo por el que Ryder tenía plena confianza en él para hacer esas actividades sin necesidad de supervisarlo. Tras un rato de manipular el equipo y cambiar y acomodar piezas y herramientas, cerro la tapa, apretó todos los tornillos y revisó que no faltara nada, contemplando su obra terminada. Tomó la mochila con su pinza y salió a donde estaba su amiga, esperando ansiosa su equipo.

-Listo Skye, tu equipo está bien, por suerte solo tenía un ligero golpe en el ala izquierda, y uno de los propulsores estaba desajustado, pero ya está listo y reparado.

-Gracias Rocky, yip yip! –dijo la cachorra con alegría, mientras daba otra voltereta. Tomó su mochila con el hocico y regresó a su casa, mientras pensaba como pasar el resto de la tarde.

-Quien sigue? –dijo el cachorro mestizo, e inmediatamente llegó Chase, con su mochila policiaca, Rocky la tomó con las pinzas y repitió los mismos pasos que hizo con Skye: abrirla, identificar las posibles fallas, y reparar lo que estuviera dañado, maniobra que ya dominaba a la perfección, resultado del entrenamiento con Ryder al examinar los equipos de todos los cachorros. Tras unos minutos de revisarla y manipularla, Rocky la cerró y se la entregó a Chase, quien esperaba afuera del garaje.

-Tu mochila esta lista, Chase, tenía alguno desperfectos, tu cañón de pelotas estaba desviado y el megáfono muy sucio, también cambie tu red de seguridad, estaba muy desgastada.

-Te lo agradezco mucho Rocky –dijo el pasto alemán y tomó su mochila con su boca y regresó a sus actividades.

-De nada, un placer, siguiente! –dijo el cachorro reciclador. Rubble se acercó y le dio su mochila. Mientras el bulldog se perdía en sus pensamientos, Rocky repetía nuevamente los pasos ya aprendidos para revisar el equipo, le dio un vistazo rápido. Tras una breve inspección, y unas cuantas manipulaciones, salió y le entregó su mochila al cachorro constructor.

-Tu equipo está en perfectas condiciones, solo aplique un poco de aceite a la maquinaria de tus herramientas y a tus engranes, además de un pequeño ajuste para que tu pala se despliegue más rápido y con mayor facilidad.

-Asombroso! Muchas gracias Rocky! –dijo el bulldog mientras tomaba su equipo y se retiraba con los demás cachorros.

-Sigo yo!- dijo Zuma, mientras corría con su mochila, y se la entregaba a Rocky. Esperó sentado mientras observaba con curiosidad al cachorro mestizo trabajar con su equipo. El labrador siempre lo vio más que como un simple amigo, para él era el hermano mayor inteligente y creativo, alguien que era todo un genio con las reparaciones. Tras un buen rato de espera, Rocky salió y le entregó su mochila.

-Listo. Tenía varios detalles: rellené los tanques de oxígeno, recalibre tus propulsores y cambie tu respirador, estaba muy desgastado y olía demasiado a croqueta sabor hígado, procura morderlo con menos fuerza, sino lo romperás muy rápido y de momento no tengo refacciones.

-Amigo, sabes que me entusiasmo mucho al nadar, gracias Wocky, eres el mejor! –dijo el labrador mientras alzaba su pata, esperando que Rocky alzara la suya y ambos chocaron sus patas en señal de triunfo. Ya con su equipo reparado, Zuma se retiró, dejando pasar a un apesadumbrado y entristecido dálmata.

-Bueno Marshall, creo que solo faltas tú….oye, por qué tan triste, amigo?

-Siempre es lo mismo –dijo Marshall suspirando- me quedo al último en todo, es como si nunca pudiera tener oportunidad de pasar primero.

-Vamos, no te sientas mal –dijo Rocky tratando de consolarlo, mientras pensaba en alguna forma para animar a su amigo-, déjame revisar tu equipo, dame unos minutos.

El dálmata bombero le entrego su mochila y se sentó, esperando a que el cachorro reciclador terminara. Tras unos breves instantes, Rocky volvió a salir del garaje.

-Tu equipo está en muy buenas condiciones, pero creo que podemos hacerle algunas modificaciones especiales, que te parece?

-Especiales? Harías eso por mí? –preguntó entusiasmado el cachorro bombero.

-Claro, estoy seguro que te servirán mucho, solo aguarda, tardare un poco más de lo planeado, así que mientras entretente con algo, te llamare en cuando termine.

-Está bien, esperaré, esperaré –dijó Marshall emocionado, mientras regresaba a su casa. Decidió que una buena opción para esperar sería leer algunos de sus comics de "Apolo el Supercachorro", pues tenía varios sin terminar, así que se puso a leerlos. Pasó un buen rato entretenido en la lectura, y estaba a punto de terminar el número 78, donde Apolo se enfrenta a su gemelo malvado Hermes, cuando oyó sonar la alarma de su placa.

-BLIP BLIP! Ya está listo, ven conmigo.

Marshall dejo sus comics y bajó a ver a Rocky, quien ya tenía su mochila lista. El dálmata se la colocó, pero no percibía nada extraordinario en ella.

-Pues, no le veo que tiene de especial, en serio le hiciste algo? –preguntó extrañado.

-Ya lo verás, trata de activar tu cañón de agua.

-Está bien. RUFF RUFFf! CAÑON DE AGUA! Y casi de inmediato, el cañón se desplegó, Marshall quedó asombrado al ver su equipo funcionar así.

-Wooooow, es grandioso, eso fue rápido.

-Hice algunas modificaciones para que el tiempo de respuesta sea más rápido en caso de una emergencia, también estoy probando la intensidad de tu cañón de agua, solo ordena con tu voz el nivel de potencia de la presión, y podrás usarla para diversas situaciones, potencia baja si quieres rellenar una cubeta o potencia alta si quieres derribar una puerta, hagamos la prueba.

-Veamos, ARF ARF, CAÑON DE AGUA, POTENCIA BAJA!- el cañón se desplego y disparó un chorro de agua, pero era tan débil que cayó directamente sobre Marshall, bañando al cachorro bombero.-UUUGGGGGHHHH! Está helada! Creo que así será más útil para tomar un baño rápido- dijo el cachorro riendo mientras se sacudía para secarse.

-Oyé! Ten cuidado, no quiero mojarme –dijo Rocky a modo de queja.

-Lo siento –dijo Marshall apenado, mientras terminaba de sacudirse

-Está bien, ahora prueba con el chorro a una potencia más fuerte, apunta hacia el jardín.

-De acuerdo, ARF ARF! POTENCIA FUERTE! –un chorro de agua salió del cañón, pero apenas pudo salir a un metro de distancia.

-Creo que tendré que hacer algunos ajustes, sígueme.

Mientras Rocky y Marshall trabajaban con la mochila, los otros cachorros estaban ocupados con otras actividades para distraerse: Rubble practicaba acrobacias con su patineta, mientras Chase jugaba una partida rápida de "Pup Pup Boogie" con Zuma. Por su parte, Skye decidió probar su mochila para ver cómo había quedado.

-Ruff ruff, ÁLAS! –de su mochila se desplegaron un par de alas metálicas y unos propulsores y se lanzó al aire. La cachorra voladora comenzó a dar vueltas alrededor del cuartel, probando algunas de las acrobacias que tanto le gustaban hacer.

-Es perfecto, Rocky hizo un gran trabajo, mis alas se sienten mucho más maniobrables, yupii! -dijo Skye a si misma mientras hacia una vuelta de barril y disfrutaba de la sensación de la brisa pasar por su rostro mientras se elevaba más y más, hasta alcanzar una buena altitud y luego descendió en el techo del cuartel. En eso vio que Rocky y Marshall salían del garaje y se dirigían al patio, listos para probar el cañón del cachorro bombero. Tras darle algunos apretones con su llave inglesa, el mestizo le entrego su mochila al dálmata.

-Pruébalo otra vez –dijo Rocky.

-De acuerdo, ARF ARF, CAÑON DE AGUA! -el cañón se desplego y lanzo el chorro de agua, pero su presión era tan baja que volvió a mojar al dálmata- PUAGH! ARF! CAÑON FUERA!.

-Lo siento Marshall –dijo Rocky sonriendo.

-Uuuuffff, mi baño era hasta el próximo sábado, ya llevo dos el día de hoy –dijo el dálmata riendo.

-Deja le hago un ajuste más, WOOF! PINZAS –dijo Rocky, activando las pinzas de su mochila, y comenzó a manipular nuevamente la mochila del cachorro bombero, mientras Skye los observaba desde las alturas.

-Mmhhhhh, Marshall esta distraído, le hare una pequeña broma, jijijiijij, algo inocente, nada de cuidado-, pensó la cachorra. Activó sus alas nuevamente y descendió silenciosamente para que no la vieran. Por su parte, Rocky terminaba de arreglar la mochila de Marshall, la cerró y se la entregó nuevamente al dálmata, esperanzado de que los ajustes funcionaran.

-Pruébalo una vez más –dijo el cachorro reciclador.

-Correcto, ARF ARF! CAÑON DE AGUA…! –la mochila desplego el cañón de agua, Marshall apuntaba hacia un árbol que estaba alejado para probar la potencia del chorro, sin embargo, ni él ni Rocky se habían dado cuenta que Skye estaba detrás de ellos, flotando con sus alas, y de improviso grito: BUUUUUU!

-….MAXIMA POTE….AAAAAGGHHHHH! volteó el dálmata asustado, pero al momento de dar la vuelta, el potente chorro de agua golpeó a la cockapoo, lanzándola hacia la pared del cuartel. El sonido que hizo al estrellarse fue aterrador, y más aterrador fue cuando ambos cachorros corrieron a verla y vieron que Skye no se movía, como si estuviera muerta.