Bueno, se que hace mucho que no subo un fanfic y tambien se que no fui muy constante con los que he subido, pero les prometo que con este va a ser diferente, para empezar porque lo estoy escribiendo desde mi celular, ya que a veces mi madre revisa mi computadora y no me agrada, entonces para que no encuentre ningún fanfic mio y me quiera correr con agua bendita diciendo me que soy satán (por escribir fanfics de amor entre chicas) además que escribiendo en mi celular tengo posibilidad de hacerlos mas largos y ser más constante ya que lo llevo siempre conmigo, bueno, este va a ser mi primer fanfic de una de mis parejas favoritas Elsanna. Espero que lo disfruten, y para no atrasarme con la historia y eso,voy a subir un cap por semanano se preocupen que sin fic no se van a quedar
ADVERTENCIA: Este fanfic contiene incesto, femmslash (amor entre chicas), violencia, violencia verbal, entre otras cosas, leelo bajo tu propio riesgo, estas advertid@.
DISCLAIMER: Ni Frozen ni disney ni sus personajes me pertenecen.
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Capítulo 1: El comienzo de todo
Dentro de un castillo de hielo, en el medio de las montañas heladas, se encontraba Elsa, peleando contra sus instintos para obtener el control de ella misma y sus emociones
—Lo deseas tanto como yo…- le decía una mujer muy parecida a ella reflejada en las escarchas de hielo que adornaban las paredes de aquel gélido lugar —Mientes… Yo jamás le haría daño, es mi pequeña hermana, es todo lo que tengo…- Le gritaba la reina a aquella mujer, igual a ella, pero con ojos rojos como la sangre misma y una mirada lasciva y penetrante mientras que, con sus manos agarraba fuertemente su cabeza. —Pero… sin embargo no te importo ignorarla 12 años detrás de esa puerta... ¡Oh! Pobre Anna, tan triste y sola…. ¿Y…. si hacemos un muñeco…?- Contestó la mujer, haciendo énfasis en la última oración y diciéndolo con un tono burlesco y cantado. —Lo hice para protegerla, todo fue por ella y para ella, para protegerla de mí misma, de mis poderes y…- no pudo continuar ya que aquella irritante y malévola presencia no la dejaba —¿De tus sentimientos?¿De tu lujuria?¿De tu deseo de hacerla tuya cada vez que la veías caminar por el jardín desde la sucia y oscura ventana, de tu repugnante habitación? Por favor, dejate de mentir a ti misma, sabes que soy tu, tu verdadero yo, soy la parte más oscura, esa, que mantuviste encerrada toda tu vida, pero ya no me vas a tener como prisionera en lo más oscuro de tu alma, ahora tu vas a ser mi prisionera.- Gritó aquella mujer, que hasta entonces era solo el reflejo de ella misma. Lo siguiente que sintió la reina, fue un dolor desgarrador y punzante en su cien. —De mis poderes y… de ella.- Fue lo único que alcanzo a decir antes de desmayarse y que su repugnante y malvado yo tomara el control de su cuerpo. —Me voy a divertir mucho con Anna, ahora TÚ serás mi prisionera, y no te dejaré ir nunca.- Rió.
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En unas montañas nevadas muy lejos de ahí una pelirroja intentaba huir de unos lobos hambrientos y salvajes, junto con un rubio y fornido muchacho y su reno. —más rápido Sven.- Le gritó el muchacho al animal, este iba lo más rápido que podía, de pronto, luego de atravesar gran parte del bosque siendo perseguidos por una manada de lobos blancos hambrientos, llegan a un abismo. —¡Salta Sven, Salta!- gritó la pelirroja. —¡Tú no le dices que hacer, yo le digo que debe hacer! ¡Salta Sven, Salta!.- Gritó el rubio desesperado intentando agarrarse de donde podía y dándole latigazos con la correa que hacía que el trineo se mantuviera atado al trineo. Kristoff empujó a Anna hacia el lomo de Sven mientras este salto, luego cortó la cuerda que mantenía atado al animal al trineo y saltó con ellos, afortunadamente, cayó en la punta de la montaña y Anna con la ayuda de Sven pudo levantarlo.
—Ni siquiera lo había terminado de pagar.- Se lamentó el rubio. —No te preocupes te daré uno nuevo cuando hable con mi hermana, salvemos tu trabajo y volvamos a Arendelle.- Contestó Anna entusiasta. —Espero…- Fué lo único que dijo el rubio, para luego continuar caminando, después de haber caminado durante algunos extensos minutos llegan a la entrada de un gigantesco castillo de hielo, Dónde, al lado de las escaleras estaba parado, estático un muñeco de nieve.
—Wow… es idéntico al que hicimos de niñas.- Dijo Anna mientras se acerco y tomo con suavidad las mejillas del muñeco de nieve entre sus guantes.
—Me haces cosquillas...– dijo entre risitas el muñeco. —¡Hola! Soy Olaf y me gustan los abrazos.- dijo aquel hombrecito de nieve mientras estiraba sus brazos tratando de alcanzar a Anna con sus pequeños bracitos, sin duda, un gesto muy tierno y cariñoso, Pero no recibió lo mismo de la pelirroja.
—¡AHHHH! MIERDA, ESTE JODIDO MUÑECO DE NIEVE ACABA DE HABLAR, Y DE MOVERSE, CHRISTOFF POR AMOR DE DIOS, DIME QUE TRAES UN CRUCIFIJO O AGUA BENDITA O LO QUE SEA!.- Gritó Anna mientras que le dio un manotazo involuntario por el susto en la cabeza del pequeño muñeco y esta salió volando. —¡CARAJO ANNA, LO MATASTE!.- grito christoff al ver volar la cabeza del muñeco por los aires y atraparla. —Que groseros, es de mala educación arrojar a la gente así.- esta vez fue Olaf quien se unió a la conversación. —Es toda tuya.- Le dijo a Anna mientras le arrojó la cabeza —Perdón, es que me asustaste, uno no ve todos los días un muñeco de nieve parlanchín.- se excusó Anna mientras le colocaba la cabeza en su lugar a Olaff. —Descuida, también es mi primera vez. Por cierto, ¿Qué hacen por aquí?.- Preguntó Olaf. —Oh, bueno, vine a hablar con mi hermana Elsa para que descongele el verano y vuelva a casa conmigo.- Se explicó Anna. —¿Puedo acompañarlos? Prometo portarme bien— suplicó el pequeño hombre de nieve con cara de cachorro mojado —Claro, no veo por qué no.- Contestó Anna —Por mi está bien.— agregó Kristoff
—Bueno, que no se diga más, me muero por ver más de cerca este enorme castillo de hielo— Canturreaba ilusionado el rubio —Creo que será mejor que ustedes se queden aquí, la última vez que le presente a un muchacho congeló todo el reino— Trato de sonar lo más firme que pudo, pero su rubio amigo replicó.
—Pero Anna, el hielo es mi vida— replicó el joven
—¿Si? Pues ya no tendrás más hielo ni vida si mi hermana se enoja, por favor esperenme aqui, no voy a tardar. — Dijo Anna. —Bien—Las voces resignadas y el resoplido de kristoff y Olaf Fue lo último que escuchó, antes de abrirse paso ante las enormes puertas de aquella gélida estructura.
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En la segunda planta del castillo se encontraba Elsa, escuchando detenidamente a Anna hablar y escuchando cada paso que daba con determinio
—Me voy a divertir mucho contigo… Hermanita…— pensó para sí misma, sin darse cuenta de que su contraparte estuviera escuchando —No te atrevas a lastimarla— Se dijo a sí misma —¿A si? ¿Y qué harás para evitarlo?— contestó, era la maldad en persona.
—No me provoques— replicó la oji azul, cuando se quiso dar cuenta, Anna estaba parada justo enfrente de ella.
—¡Elsa, por fin! Debemos volver a arendelle, he venido a buscarte—
—¡Ja! ¿Qué te hace pensar que voy a volver? Después de lo que hice, lo que menos van a hacer es aceptarme, van a encerrarme en el calabozo o peor aún, voy a ir directo a la horca.– Tomo las manos de su hermana que posaban suavemente sobre sus brazos y los empujó bruscamente — Oye, ¿Qué te pasa? Tu no eres asi, desde cuando me hablas de ese modo, y aún más importante…. ¿Desde cuando, tus ojos son rojos?— fue entonces cuando decidió prestarle más atención a Elsa Y mirarla detalladamente, estaba muy diferente a como lucía unas horas atrás, su vestido era celeste, cubierto con una fina capa de cristales de hielo en la parte del escote, y dejaba una de sus piernas completamente al descubierto, sin contar que del mismo caía una capa fina y delgada, casi de hielo que simulaba la seda, su cabello, estaba atado en una trenza, con su flequillo completamente suelto y descontrolado. La rubia no tardó en reaccionar al exceso de atención y la cara estupefacta de su hermana y frunció el ceño.
—No me mires tan fuerte o me vas a romper con la mirada– dijo la rubia a secas
—Perdon, es que, estas hermosa, no es que no lo estés, es que te ves bien y no lo digo porque te veas mal, ni porque seas fea, eres hermosa, ¿Que digo? Bueno, deveria dejar de divagar, el punto es que… te queda el cambio– La reina sonrió y plantó su mirada lasciva en los carnosos labios de su hermana. —No te atrevas– replicó, pero era inútil, no podía contra ella, era más fuerte. —¿A si? Y dime, ¿Quién me va a obligar?– Elsa Se sentía impotente, incapaz de proteger lo que mas amaba, pero este demonio era más fuerte, porque… era ella misma. —Oh Anna… mi dulce y tierna Anna...– Pensó para sus adentros mientras se acercaba alarmantemente hacia Anna, le rodeó la cintura con su brazo derecho, mientras que rápidamente bajo sus manos hacia el trasero de la menor y lo apretó con fuerza, esta, al sentir tal contacto de repente, dejó escapar un gemido
—Ah!...Elsa…. Que demo...– fue lo único que alcanzo a decir la pelirroja, pues sus labios fueron callados por los carnosos labios de su hermana, Elsa se sentía desfallecer, no pudo soportarlo más y luchó por tomar el control de sí misma, afortunadamente, su lado malvado flanqueo y esa fue su oportunidad, Elsa volvió a ser ella. Aunque fuera solo por un instante.
—Anna… Perdón, me resbalé, el hielo del suelo es muy resbaloso– Elsa no pudo evitar reír nerviosamente y hacer torpes señas con las manos "Si claro, el hielo…" Escuchó en su cabeza, ya tendría tiempo de hablar con ella y hacerla pagar por eso, ahora mismo tenía que ocuparse de que su hermana de crea su mentira nada elaborada.
Deverias tener mas cuidado elsa, quien sabe que te hubiera pasado si no hubieras caído sobre mí, esto es un peligro.– Contestó Anna, mientras extendía sus brazos dando a entender que el castillo era peligroso, al parecer, para la suerte de Elsa ella se había creído esa exageración, no es por nada, pero, a veces su hermana podía ser un poco crédula, un poco demasiado, eso podría traerle problemas, pero bueno, gracias a esa cualidad ( o defecto) no corrió peligro de sacar al descubierto sus deseos morbosos e inapropiados.
—Elsa, regresa a Arendelle conmigo por favor, el fiordo y todo Arendelle está congelado, nuestra gente te necesita, YO te necesito, por favor, no vuelvas a cerrar esa puerta en mi cara, ya no mas, te lo suplico, eres la única familia que me queda, No sé qué fue lo que te hice para que seas así conmigo, tengo solo vagos recuerdos de nuestra infancia, pero lo que sea que haya pasado podemos solucionarlo hablando, te necesito, no me abandones, no me dejes sola…. No otra vez.– Dijo Anna haciendo énfasis en el "YO" casi rompiendo a llorar realmente necesitaba a su hermana y no solo por el hecho de que todo esté congelado, sino porque, necesitaba saber lo que era volver a tener a su hermana, su compañera, su familia —No puedo, Anna. Por más que quiera ayudarte y volver contigo, no sé cómo descongelar, yo solo ocasiono destrucción, yo solo te lastime y te aleje, me aleje, cuando mas me necesitabas ¿Por qué querrías tener a alguien como yo en tu vida?– Elsa no estaba preparada para la respuesta. Ella lo sabía, sabía lo cruel que había sido, sabía que su hermana la odiaría de por vida.
—Porque te amo, sos mi hermana y siempre lo vas a ser, pase lo que pase, eres lo único que tengo en esta vida, todos tenemos errores, lo importante es salir adelante, por favor vuelve conmigo, juntas encontraremos la respuesta a todo, hasta cómo solucionar lo de tu magia, te voy a ayudar a averiguar cómo descongelar y no me dare porvencida hasta que lo logremos.– se tiró sobre Elsa abrazándola y desbordandola de amor y cariño, Elsa estaba segura de que si Anna no hubiera dicho "eres mi hermana y siempre lo seras" hubiera sido perfecto, aunque, igualmente terminó cediendo y le devolvió el abrazo, La reina del hielo sintió un calor recorrer todo su cuerpo, era algo que nunca en su vida había experimentado, Amor, amor incondicional. El suelo comenzó a descongelarse sobre ella, lenta y piadosamente, fue ahí cuando se dio cuenta.
—Amor. El amor descongela….– pronunció decidida y segura de lo que decía, mientras Anna miraba incrédula la escena que había pasado ante sus ojos.
—Entonces… Eso significa que volverás..?.– Miró a su hermana con cara de súplica, rogandole con la mirada que se fuera con ella.
—No.– contestó la reina
—¿Pero… Por qué no?–
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Bueno, aqui les entrego el primer cap, ¿Qué les parece? Es la primera vez que hago un Elsanna a pesar de que es mi ship favorito. :3
