- Vacía – Erza camina en medio de la calle por Magnolia mientras avienta una botella vacía hacia la izquierda, la noche oscura sobre ella y su compañera de bebidas esta noche, Mirajane.
La albina camina junto a su amiga, ambas con un ligero tinte rosa en sus caras indicando que una moderada cantidad de alcohol ha pasado por ellas y comienzan a perder el sentido común, afortunadamente el dueño del bar del que acaban de salir prohibió mas bebidas por hoy.
- Vaya, que divertido, hace mucho que no hacíamos nada juntas, Erza – Menciona Mira con una sonrisa, ambas manos frente a sus caderas intentando mantener su balance, ya que tal vez ha tomado un poco más que su compañera.
- Te lo dije, a veces es necesario salir así – La pelirroja responde, luego de tirar la botella vuelve a pararse junto a Mira, ambas avanzando por la calle ahora a la misma velocidad. Ella lleva una camiseta de tirante negra que baja sin tapar su ombligo, una chaqueta marrón encima y debajo una falda de jean junto con medias altas color negro también, un traje 'apropiado para salir' según la propia maga.
Mira por su parte está usando su usual vestido negro y blanco, preparada para una velada más elegante que esta, haciendo lo que puede para no caerse - Parece que, de todas formas, nuestra noche ha terminado temprano – Dice con un suspiro.
- No necesariamente, tengo más bebida en mi habitación –
La mención de eso hace que Mira se ría en voz baja - ¿Escondes alcohol en Fairy Hills? –
- No, eso no está permitido – Erza gruñe, sus sentidos no son tan agudos ahora mismo pero todavía es responsable con respecto a eso – Hace unos año compré una pequeña casa en la ciudad, la uso para meditar, tener silencio y... esconder alcohol que Cana no pueda encontrar –
- Apuesto a que la usas para llevar chicos también – Otra risa de Mira, otro comentario que provoca un gruñido por parte de Erza, aunque esta vez es porque ha acertado parcialmente.
- Con la reciente racha de trabajos que hemos hecho con Natsu y Lucy, ahora me alegro de tener un momento para mí –
- ¡Y me has invitado! Eres toda una caballero... caballero en el sentido de... – Mira se cuelga del brazo de su amiga, arrastra sus palabras un poco – No importa –
Con cada paso que dan siguen su camino hacia este lugar que Erza ha mencionado, charlan sobre cualquier tema que se les viene a la mente, finalmente tras unas calles Mirajane suspira y queda callada observando el cielo.
- ¿Pasa algo Mira?-
- No, bueno... – Ella hace una pausa y se descuelga del brazo de Erza al hacerla – Supongo que me siento feliz de andar contigo de nuevo, desde que Laxus y Cana, ya sabes, comenzaron con sus escapadas... y tus misiones largas con Natsu, Lucy y Gray, tengo pocas personas con las que estar en el gremio –
Erza asiente, tal vez es el alcohol hablando y poniéndola melancólica, pero en cierto modo tiene razón, han estado distantes y Laxus, quien solía hablar con Mirajane de una forma más intima, ha virado su atención lejos de ella – Bueno, si te sirve de consuelo, espero pasar un poco más tiempo ahora, estoy intentando tomarme todo más lento –
- Oye ¿Sabes que deberíamos hacer? Deberíamos invitar a alguien con nosotras, que si somos dos será aburrido – Mirajane aplaude una vez.
- No lo sé, es tarde para eso, deberíamos volver a Fairy Hills y despertar a las chicas –
- Claro –
Con esas palabras las dos quedan en silencio por unos segundos, pensando en que hacer a continuación en vez de simplemente seguir bebiendo, o terminarían en un coma alcohólico. Avanzan por la noche pensando y hablando.
Por una calle cercana, a la misma hora, avanza un chico solitario por ahí, Romeo Conbolt, mago de Fairy Tail y uno de los prodigios jóvenes de estos últimos años, aunque ahora es mayor de edad, todavía se lo trata como el hermano menor del gremio. El frio no le afecta, camina por la noche con una camisa blanca y unos jeans solamente, nada de abrigo.
Vuelve de la casa de uno de sus amigos tras una noche de diversión, aunque ahora mismo tiene dolor de cabeza y por eso ha tenido que volver temprano, sin mencionar que quiere evitarle disgustos a su padre.
Su caluroso aliento causa vapor cuando se encuentra con el frio aire nocturno.
Vaya, siempre siguen igual no importa cuánto tiempo pase. Sonríe, siguen siendo sus amigos después de todo. Aunque yo no debería quejarme, el dinero que gano en los trabajos van para mantener la casa en pie y a este paso nunca podré irme a vivir por mi cuenta, no es que lo necesite.
Su grupo de amigos se compone de cinco personas, rara vez faltan cuando deciden juntarse a pasar el rato, él mismo, Ren y Sinj, a ambos chicos Romeo conoció fuera del gremio en sus muchos trabajos en la ciudad, Wendy, del gremio, y Lindsay, la hija de Wakaba.
- ¿Eh? – Sus pensamientos son interrumpidos, doblando en una esquina puede ver a dos mujeres siguiéndolo y riendo entre ellas, no hay muchas personas a esta hora de la madrugada por lo que son bastante obvias. Entrecerrando los ojos Romeo observa a las chicas un poco más detalladamente y se da cuenta de quienes son, Erza y Mirajane, y no parecen estar en buen estado.
Su primer instinto es evitarlas pero a juzgar por sus comentarios y sus miradas puestas en él parece que ya lo han visto y solo se queda parado con sus manos en los bolsillos, esperando a que se acerquen, segundos luego los tres se encuentran en la esquina.
- Hola Romeo –
- Romeo, Romeo – La conocida poesía hace que él se dé cuenta de que ambas andas algo pasadas de copa.
- Esa broma nunca la había hecho nadie – Romeo se cruza de brazos, las dos mujeres se paran en frente, Erza parece ser la más sobria aunque eso no sea decir mucho - ¿Necesitan algo?-
- De hecho, si – Erza se para lo mas derecha posible para mantener su actitud usual de rectitud y formalidad – Estas en edad de beber ¿Verdad?-
Romeo siempre lució más joven de lo que parece – Si, técnicamente si, aunque no bebo mucho – Y sus habilidades para hablar con gente nueva no son las mejores, poniéndose nervioso con tal pregunta incluso si ellas dos son conocidas.
- ¡Oh! Entonces ven con nosotros, vamos a pasar el rato en – Mira lanza una mirada a Erza y luego ríe – Un lugar secreto –
- Una cabaña donde vamos a continuar nuestra noche de bebidas –
- No sé, yo… realmente no soy gran compañía – Responde él, lo dice en verdad, también intentando zafarse de la incomodidad que sería tener que estar a solas con ellas dos, especialmente en este estado – Podría decirle a Gray o… -
- No seas bobo –
Mirajane se ve entusiasmada por la idea, tomando al chico por el brazo y comenzando a arrastrarlo, Erza va delante guiándolos a ambos, Romeo por su parte solo se sonroja y las sigue atrapado, le da lástima declinar la invitación de todas formas. Lo que él no sabe, claro, es que ambas magas llevan a Romeo para sacarle información sobre la vida de los jóvenes, al menos ese es el plan.
La puerta de la humilde morada se abre y Erza entra primero, aventando las llaves sobre una pequeña mesa, sus dos invitados observan alrededor. Es un mono ambiente y como tal, es pequeño con muebles abarrotados, probablemente ha salido barato, la habitación tiene una cama de plaza y media al fondo, con una pequeña mesa con varios cajones al costado, a la derecha de la puerta hay una mesa de café con cuatro sillas alrededor, finalmente, a la izquierda, hay unas mesadas con un refrigerador de aspecto viejo entre ellas. Hay, también, unas cajas cerradas en el suelo contra una de las cuatro paredes, cosas que Erza no quiere en Fairy Hills o no usa. Una puerta se ve cuando entran, cerca de la cama al fondo, probablemente el baño.
Erza camina hacia el refrigerador y lo abre, mira a sus dos invitados, Romeo no hace más que quedarse parado en la puerta hasta que Mirajane lo caza por detrás y lo arrastra hacia las sillas, el joven ya tiene una mala sensación sobre esto.
- Ya – Dice en voz baja la albina sentándose, casi cayendo, sobre una de las sillas en frente de Romeo.
- No tienen que hacer esto – Sus palabras no son oídas, claro, especialmente porque la pelirroja vuelve con una botella de alcohol fuerte que Romeo desconoce, probablemente whisky.
Pone la botella en la mesa y deja tres vasos de tamaño medio, una bolsa con hielo también. Una vez acomodado todo, Erza se sienta en la punta de la mesa, entre Romeo y Mirajane, y comienza a servir en los tres vasos poniendo abundante hielo en cada uno. Indeciso pero sin querer faltar el respeto el joven mago toma el vaso junto con ellas y lo levanta en un brindis, dando un sorbo, quemándose la garganta y tosiendo una vez el vaso está seguro en la mesa de nuevo.
- Así que ¿Dónde estabas Romeo? – Pregunta la peliblanca mientras él tose.
- ¿Qué? – Pregunta una vez acabó.
- ¿Dónde estabas? ¿Qué hacías a estas horas de la noche? –
- Oh, uhm… volvía a mi casa –
- ¿De dónde? –
Romeo suspira, la vista de ambas magas inclinadas hacia adelante es obvia, quieren averiguar sobre su vida personal y, tratándose de Mira, probablemente emparejarlo con alguien que estuvo en su reunión de amigos.
- De la casa de un amigo – Responde vagamente tomando el vaso una vez más, esta vez se asegura de dar un sorbo minúsculo.
- ¡Ah! ¡Vamos! Mas especifico – Erza lo golpea en el pie, extrañamente interesada en su vida también.
- Vale, fui a la casa de Ren, un amigo, Wendy, Sinj y Lidsay estaban ahí también, bebimos algo de cerveza, solo una botella entre los cinco y luego decidí irme porque me duele la cabeza ¿Suficiente? –
Con los sonidos que escuchó el mago tras su recuento sabía que no era suficiente, Erza se ríe y Mira solo chilla inclinándose más hacia adelante, Romeo está un poco temeroso pensando que se caerá de cara sobre la mesa. Hay una pausa para que ambas magas mayores tomen un poco antes de que salte la siguiente frase.
- Wendy ¿Ustedes dos siguen… ya sabes, saliendo? –
Romeo suspira – Nunca hemos salido –
- ¿No?- Erza se mete enseguida, confundida.
- ¡No! No sé porque todos pensaban que si, solo porque tenemos la misma edad – Cerrando los ojos el muchacho se cruza de brazos – Somos amigos claro, ella es amigable y eso, pero… nunca fui su tipo, ni ella el mío… además – Se calla de repente, casi habla demasiado.
- ¿Además? –
Romeo no va a hablar, pero otro golpe de revés en su pierna por parte de Erza, esta vez mas fuerte, lo obliga a abrir los ojos - ¡Ow! Porque ella ya… está viendo a alguien, desde hace unos meses –
- ¡¿QUÉ?! – Ambas reaccionan al unísono, nunca lo habían notado hasta ahora, tienen que interrogar a la jovencita pronto - ¿Quién? –
- No sé si debería decir –
Un tercer golpe viene en camino pero Romeo logra atajarlo tomando la mano de Erza por la muñeca, ella sonríe y Romeo enseguida se arrepiente de su elección dejando la mano en paz. Ahora mismo no sabe qué hacer, aparte de responder preguntas, a pesar de sus años en el gremio nunca ha estado a solas con Erza o Mirajane, excepto por momentos cerca del tablón de trabajos.
Las dos mujeres saben exactamente que pregunta para mantener al chico ocupado y avergonzado, saben qué hacer para sacar respuestas, les resulta adorable verlo pensar seriamente cada movimiento como si estuviera en una jaula con dos leones. Aun así, ambas ven a Romeo mas crecido, de apariencia joven pero se nota que un hombre comienza a florecer, un apuesto hombre.
- ¿Y qué hay de ti? –
- ¿Qué hay de mi? –
La pregunta de Erza lo toma por sorpresa, más que las anteriores - ¿Nada que te interese a parte del trabajo? – La pelirroja le lanza una sonrisa cómplice a su amiga, ella se ríe.
- Oh, pues no… no realmente – Romeo mira hacia abajo y entrelaza sus dos manos – No hay ahora mismo alguien que… - No termina su frase, su vergüenza le gana, las dos mujeres se mueren de ternura – Pueden reírse –
- ¡No! No nos causa risa, es solo que – Mira se encoje de hombros – ¿Y no has mirado a nadie en el gremio? –
- ¿M-mirado?-
- Ya sabes, Romeo, eres un hombre y hay varias mujeres en el gremio, no es raro que hayas mirado alguna – La albina se ríe tomando un poco más de su vaso – Recuerdo que eras muy apegado a Cana en tus primeros años del gremio ¿Habrá un pequeño secreto que no sepamos? –
- Tal vez Lucy, a ella siempre le gustó andar mostrando todo a pesar de ser algo vergonzosa – Erza remata – O Bisca, has salido en algunos trabajos con ella, a pesar de que esté casada… la manzana prohibida – Ríe la pelirroja.
Cada vez que mencionan a alguien Romeo no puede evitar pensar en ese alguien y entonces se acerca a estar mas y mas rojo como el pelo de Erza.
- Mi hermana Lisanna es joven y tiene lo suyo – Mira habla otra vez mientras se da golpecitos en la barbilla con uno de sus dedos – Tal vez Levy, una amante de los libros –
- ¡Ya! Ya entendí, no sigan nombrando por favor – Romeo finalmente reacciona, ellas lo miran para encontrar que su rostro se asemeja a un tomate. La sola reacción y su momentáneo grito es suficiente para causar unas risas mas, la mayoría del whisky en los vasos de las mujeres ha desaparecido por lo que era de esperarse.
- ¿Y qué hay de nosotras? – Pregunta Erza tras unos segundos de silencio, la frase sola causa que Romeo y Mira se pongan rojos, aunque él mucho mas debido a todo lo anterior, y la albina lo hace mientras sonríe.
La respuesta no sale, entre risas, dudas y suspiros el joven mago de fuego no responde, solo se sienta en su silla y toma el vaso para ocupar su boca con algo que no sea decirle a las dos mujeres, que pueden noquearlo con un solo dedo, lo que piensa de su apariencia. Claro que ellas esperan una respuesta y Erza toma la iniciativa para conseguirla, influenciada por el alcohol haciéndola más peligrosa.
Una mano toma el vaso de Romeo y lo deja sobre la mesa de café, a continuación él sube la mirada para encontrar a la pelirroja sentándose en su regazo, le dispara una mirada digna de un depredador salvaje, una sonrisa seductora. Su redonda parte trasera presiona contra las piernas del pobre mago joven y este termina de sonrojarse si todavía le faltaba, sudando intensamente por la cercanía.
- ¿Y bien? ¿No piensas que somos mejores que cualquier otra chica en el gremio? - Esta vez la que pregunta es Mirajane, su cara roja por el alcohol, se levanta y toma asiento junto a ellos.
- C-creo que hemos… bebido demasiado… ch-chicas – Responde él, evadiendo todavía cualquier mirada.
Los brazos de Erza lo rodean lentamente, con su chaqueta colgada en una silla, ambos brazos están desnudos y la caliente piel de la pelirroja roza con el cuello de Romeo causando escalofríos. Su rostro se acerca y ahora es difícil no mirarla a los ojos mientras lo hace, Mirajane asomándose desde la derecha sumamente interesada en la respuesta y en lo que sea que ha planeado Erza.
- Son ambas muy simpáticas – Eso es lo primero en lo que ha pensado, muy difícil no usar otros adjetivos menos caballerosos tomando en cuenta la situación en la que se encuentra – Y… a-mables –
-¿Solo eso? –El aliento a alcohol proveniente de la mujer que responde llena la nariz del mago interrogado y en respuesta mueve su rostro unos milímetros hacia atrás, pero no hay escape.
Finalmente algo pasa, su respuesta es ahogada en un sabor a alcohol indescriptible cuando ambas bocas se conectan, Erza inclina su cabeza hacia un lado justo antes comenzando a actuar por su cuenta completamente - Mi primer beso - Piensa Romeo, sus manos quedan colgadas a los lados de la silla mientras su boca es invadida por la lengua de la mujer sobre su regazo, ella lo guía, o hace lo mejor que puede, presionando su boca sobre la de él con más fuerza para evitar que se escape, no es que lo vaya a intentar.
Tras unos segundos de disfrute por parte de ambos se separan, la boca entreabierta de Romeo vacila con sus siguientes palabras, Erza se relame y Mirajane se ríe, esperan una respuesta apropiada.
Y con esto me despido por ahora!
Por si no se habían dado cuenta ya, por la portada y mi nickname, esta historia tendrá énfasis en lemons, romance y humor, si no les gusta la idea o son menores de 18 años están avisados. Una historia para leer disfrutar y no pensar tanto en la trama.
Espero les haya gustado y publicaré el segundo capitulo pronto!
