Pareja: Kirishima Eijirou x Midoriya Izuku
Disclaimer: BnHA no me pertenece.
Resumen: La primera vez que conoce a Midoriya Izuku es en el funeral de Bakugou.
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Mnemosyne
La primera vez que conoce a Midoriya Izuku, es en el funeral de Bakugou.
Él tiene el cabello plano, húmedo curvándose lentamente en las esquinas de la nuca, sus dedos están azules y Kirishima cree que si lo toca se romperá como un trozo de cristal, él está ahí frente a la tumba de Bakugou Katsuki.
Los puños de las mangas están arriba, hasta el codo en su muñeca un reloj demasiado brillante como para haber sido escogido por él. Tiene la cabeza está enterrada en las rodillas, los zapatos negros destacan como si no pertenecieran ahí.
El solo ha visto fotos... Fotos recatadas escondidas en los bolsillos de Bakugou Katsuki.
Guardadas, perdidas como si fueran pecados o misterios innombrables...
—¿No me lo vas a presentar?— recuerda preguntar un día, ansioso de saber más de este hombre agresivo, y misterioso. Interesado de conocer al alma gemela de Bakugou. Él había fruncido el ceño y se había estirado en la silla dándole la imagen de un gato, pero si queremos ser exactos Kirshima diría que es un tigre.
—No —dijo el— No quiero que lo conozcas mientras viva, sería algo molesto.
—¡Pero, somos amigos Bakugou! —Porque a pesar de que se lo recordaba constantemente, Bakugou parecía no entender—. Se supone que debes decirme cosas como esas, estoy aquí para ti...
—No le daré explicaciones a un idiota, —suspiro el, y Kirishima en ese entonces no entendía que las razones de Bakugou eran perfectamente válidas—. Tendrás que esperar a que me muera.
Siempre supo que la primera vez que conocería a Midoriya Izuku sería justo de esta manera, Katsuki se lo había vaticinado un día cuando le entrego un sobre blanco y le dijo que lo abriera después de su muerte, ese día le había sonreído fue una pequeña sonrisa mitad desafío y mitad en burla.
En ese entonces Kirishima nunca creyó que Bakugo en realidad podría morir. Creyó que solo eran celos enfermizos.
Pero ahí estaba Midoriya Izuku, y ni una sola lágrima caía por su rostro.
Se había quedado observándolo, paso mucho tiempo antes de que supiera como acercársele, y como hablarle de Bakugou Katsuki que se tendía bajo sus pies, descansando en una mueca monótona que en vida le hubiera parecido algo desagradable.
—Midoriya —dijo acercándose, se sentó en el barro a su lado y espero a que Midoriya lo mirara, al menos por el rabillo del ojo, eso no sucedió Kirishima intento respirar antes de explicarse un poco— Soy amigo de Bakugou, me dijo que deberías quedarte conmigo.
En cuanto pronuncio le nombre de Bakugou vio algo de movimiento, una pequeña inspiración que le hizo saber que Midoriya no era una muñeca de cera fundiéndose bajo la lluvia.
—Kacchan... —sus labios se sentían sedientos a pesar de la lluvia que caía— ¿De verdad dijo eso?
–Sí, me lo pidió... —Suspiro Kirishima, finalmente entendía todo el embrollo en el que los había metido Bakugou—. Hace un par de meses.
—Kacchan, era así.
Midoriya no lloro, pero se apoyó en la fría loza de mármol y se aferró a la mano cálida que le tendió Kirishima Eijirou, ninguno hablo, no cuando subieron al auto, y el agua quedo estancada en la parte inferior de los cojines, no cuando la puerta de la habitación se abrió sonoramente, y tampoco cuando Midoriya en sus ropas empapadas cayo en el sofá.
Kirishima busco en su armario la ropa más cálida que poseía, y se la paso a Midoriya.
La dejo frente a él, la ropa húmeda manchaba su sofá, y la madera en el suelo crepitaba con el constante goteo, deslizo sus ojos por la ventana que estaba más allá de Midoriya, el agua seguía cayendo, si fuera más romántico diría que estaba llorando pro Bakugou Katsuki, pero quizás lloraba por Midoriya Izuku quien ya no tenía lagrimas para derramar.
Midoriya no lo vio, y si lo vio fue como un destello en la esquina del ojo... En este momento el mundo era un lugar sordo y apagado para Midoriya Izuku, pero Kirishima es un buen hombre e incluso Bakugo Katsuki sabia eso.
Lo sabía lo suficientemente bien como para encargarle su persona más preciada.
Kirishima dejo los zapatos de Izuku en la puerta, y logro quitarle la camisa, la tela cayo húmeda en un golpe seco contra el suelo al igual que sus pantalones, Kirishima no tuvo tiempo para apreciar las pecas que cubrían sus hombros o la cicatriz en su pecho.
Fue cuando Izuku se deslizo en la ropa cálida, y vio que las mangas le cubrían los dedos enteramente, cuando noto que el olor del detergente no era el mismo que el de su casa, que el de la casa que compartía con Kacchan, que se olvidó de agradecer la manta que se deslizo sobre sus hombros.
Apago la luz, porque Midoriya no sería capaz de hacerlo, se atrevio a mirar hacia atrás, a la figura que deshacía en su sofá, contra la ventana mohosa. ¿Cómo será este niño que llora por Bakugou...? ¿Cómo será este niño cuando sonríe...? ¿Cómo se vería cuando le sonreía a Katsuki...?
Kirishima regreso a su habitación y apago la luz.
Esa noche no durmió, los sollozos de Midoriya Izuku se ahogaban en el aire.
Y él no quería perecer con ellos.
Notas:
Pues, a falta de KiriDeku he terminado escribiendo mi propia serie, con juegos de azar y mujerzuelas... Es algo así como el caso del AizawaDeku... lol.
