Los personajes pertenecen a Masashi Kishimoto.
La historia es una adaptación del libro Temblor de Maggir Stiefvater.
Sinopsis:
Hace años, Skura estuvo a punto de morir devorada por una manada de lobos. Inexplicablemente, uno de ellos, un lobo de intensos ojos rojos, la salvó.
Desde entonces, todos los inviernos Sakura se asoma al bosque y, desde la distancia, lobo y chica se observan. Cuando llege el calor, la manada desaparece y, con ella, su lobo.
Pero este año, Grace deseará que el invierno no llegue y que el otoño dure para siempre.
Ha conocido a un chico; se llama Sasuke. Es un tipo normal, salvo por sus ojos. Son de un extraño color rojo.
Capitulo 1: Sakura (-9ºC)
Me recuerdo tendida en la nieve, un diminuto y calido bulto rojoenfriandose en medio de un corro de lobos. Apiñados a mi alrededor, me lamían, me mordían, jugueteaban conmigo. Suscuermos amontonados bloqueaban el escaso calor del sol. El hielo les centelleaba en los cuellos, y sus alientos creaban sombras opacas que flotaban en el aire. El aroma almizclado de sus pieles me hacía pensar en perros mojados y hojas quemandose, y me resultaba agradable y aterrador a un tiempo. Sus lenguas dejaban un rastro calido sobre mi piel; sus bruscos dientes me rasgaban las mangasy se me enganchaban en el cabello; me hurgaban en las claviculas y el cuello, queriendo sentir mi pulso.
Pude gritar, pero no grité. Pude luchar, pero no luché.
Me limité a quedarme tendida a la espera de que ocurriese lo inevitable, mientras observaba como el blanco cielo invernal se volvía gris.
Cubriéndome el rostro con su sombra, un lobo me presionó la mano y la mejilla con el hocico. Clavó sus ojos rojos en los míos mientras los demás me tironeaban de aquí y de allá.
Me aferré a aquellos ojos tanto como pude. Rojos y próximos, emitían destellos de múltiples tonalidades rubíes. No quería que apartase la mirada, y no lo hizo. Deseaba extender los brazos y agarrarme a él, pero las manos se me quedaron acurrucadas en el pecho, atenazadas por unos musculos que se negaban a moverse.
No lograba acordarme de como era tener calor.
El lobo se alejó y los demás se acercaron aún más, asfixiantes. Me pareció que algo aleteaba en mi pecho.
No habís sol; no habái luz. Me estaba muriendo. No recordaba el aspecto del cielo.
Pero no morí. Me perdí en un mar de frío, y después, al renacer, me vi en un mundo cálido.
Recuerdo una cosa: sus ojos rojos.
Creí que jamás volvería a verlos.
