Capitulo 1-Regresando
Dicen que soy muy impulsiva. Supongo que es cierto, ya que no suelo meditar mucho mis acciones. Dicen que soy infantil. También me lo creo porque a mis 28 años aun sigo leyendo comics y mi humor se asemeja al de un niño de 11 años. Sin embargo todo el mundo dice que soy fuerte. Mentira. Aunque por fuera pueda reírme de las cosas mas dramáticas de la vida, por dentro soy un flan, que a día de hoy sigue llorando con Titanic, y no me avergüenzo de ello. Llevo 7 años viviendo en Boston, lejos de mi pueblo natal. Sin noticias de nadie, apartada del pasado. Asique lo que menos me esperaba era que aquella mañana revisando mi correo me encontrara una invitación de boda de la que antaño fue mi mejor amiga. Y ya os podéis ir imaginando donde es la celebración. Asique aquí me encuentro, conduciendo mi fiel coche rumbo Storybrook.
He puesto un CD recopilatorio de Bon Jovi, y mientras suena "Have a nice day" le doi un repaso a toda la gente que tendré que ver y posiblemente contar mi vida en Boston. No es que me de mucho apuro hacerlo, tampoco he vivido mil y una aventuras, mi vida ha sido de lo más normal, aburrida y rutinaria que se pueda imaginar, pero tampoco soy amiga de contar mis intimidades a la gente, sobre todo después de tantos años.
La autopista se va terminando y sé que pronto llegare. Mi cabeza es un coctel de pensamientos a medida que me voy acercando a mi destino. ¿Habrá cambiado todo? ¿Seguirá igual? ¿Se acordaran de mi? Mientras me rompo la cabeza intentando responder a las preguntas ya puedo ver el cartel que me dice, pienso que de manera irónica, "Bienvenido a Storybrook" Ya he llegado.
Al entrar en el pueblo respondo mentalmente a mis primeras preguntas. No ha cambiado nada. Granny's sigue en su sitio, la tienda del señor Gold también, y puedo ver a lo lejos el majestuoso bosque tal y como lo recordaba. No hay casi nadie en las calles, bueno es medio día, es comprensible, estarán comiendo o durmiendo una siestecita reparadora que siempre viene bien, eso tampoco ha cambiado. Aparco mi escarabajo amarillo en la entrada del Granny's, sitio de referencia para cualquier persona. Me preparo mentalmente para la entrada. Venga Emma, tu puedes. Saluda y relájate. No pasa nada. Y finalmente entro.
Manos en los bolsillos y miradas de reojo para comprobar que, en efecto todo el mundo me está mirando. Voy directamente a la barra y me encuentro a una Ruby sonriendo de oreja a oreja y a punto de chillar.
-¡EMMA!.- Sale de la barra y me aprisiona en un abrazo de oso. Ruby es posiblemente de las únicas personas que me conocen, mi mejor amiga y la responsable de que este allí. Se separa de mi dejándome recuperar el aire y me mira aun cogiéndome por los hombros. También soy consciente de que ahora todo el mundo nos está mirando.-Es increíble. ¡Emma Swan! No has cambiado nada.
-No puedo decir lo mismo de ti Ruby. Estas...más vieja.-Bromeo y como recompensa me llevo un manotazo amistoso. Echaba de menos esto la verdad.-¿Que tal llevas lo de estar cazada?
Mientras nos reímos, vamos hacia la barra y me sirve un chocolate caliente. Como en los viejos tiempos. Recuerdo con gran congoja las veces que me escapaba de casa para desconectar y acababa aquí tomando lo mismo que ahora y contándole mis penas de adolescente a la abuela de Ruby, ya que por aquel entonces ella era una mocosa insufrible y pesada a la que no aguantaba, y fijense como hemos acabado. Le doi un par de sorbos al chocolate y oigo los gruñidos de la "abuelita" porque su nieta no esta trabajando. Ruby me mira a modo de disculpa y se marcha a atender a los clientes. Yo me quedo en la barra muy centrada en las burbujitas del chocolate, ya que este esta muy caliente, y aunque corro el riesgo de dejar de sentir la lengua por varios minutos, sigo dandole sorbitos. Tan ensimismada me encuentro que no me doi cuenta de que alguien se ha parado a mi lado. Ese alguien no me llega al hombro aun sentado en un taburete mas grande que el mismo. Me giro y contemplo a un chavalin de unos...doce años tal vez. Me devuelve la mirada y durante siete segundos ninguno la baja, me siento un pelin estupida aguantandole la mirada a un crio pero sigo haciendolo.
-Soy Henry.-Me dice tendiendome su mano.
-Encantada chico. Emma Swan.-Le respondo al saludo a la par que estrecho su mano. Vuelvo a mi chocolate por unos segundos y me fijo en que lleva un comic de Iron Man en la mano.- Deberias leer alguno de Superman.
-Iron Man le da mil vueltas a Superman.-Me rebate.
-Iron Man necesita un traje para acercarse a la fuerza de Superman y ni con esas.
-Superman es debil frente a una piedra de su propio planeta.-Iba a contestarle cuando la abuela de Ruby se acerco al chaval y le sirvió un chocolate caliente igual al mío. Me miró y sonrió al verme.
-Es maravilloso que por fin decidas volver al pueblo y dejar la jungla asfixiante de Boston.-Abri la boca para decirle que solo había venido por la boda de su nieta pero se marcho antes de que pudiera decir nada.
-¿Vienes a vivir a Storybrook?.-Me pregunto el chico.
-No, solo vengo a la boda de una amiga. Luego volveré a mi casa.-Y me vuelvo a centrar en el chocolate.
-Podrías quedarte un poco más. Me caes bien aunque te guste más Superman que Iron Man.-Y sin saber la razón, una sonrisa franca y cariñosa se posa en mis labios. Ese chaval es un amor de chico. Luego se bebe el chocolate rápidamente y se baja del taburete diciéndome adiós con la mano.
Mi chocolate ya esta frio y me lo bebo de una vez. ¿Quedarme un poco más? No puedo quedarme un poco más, si lo hago estoy segura de que reviviré el pasado y no quiero, bastante daño me hicieron ya los recuerdos durante los primeros años en Boston. No necesito sufrir más, ni enfrentarme a mis miedos, solo quiero un poco de paz, como la que tengo en "casa". Sí, estoy sola, pero tengo tranquilidad. Supongo que jamás superare lo de Neal. Era uno de mis mejores amigos, por no decir el mejor. Se había enfrentado a todo el pueblo cuando yo había expuesto libremente que me había enamorado de una mujer. Había sido mi compañero en todo. Me incito a meterme en la rama de la justicia. No tenía que haber muerto, no tan pronto. Solo teníamos diecinueve años. Yo estaba borracha, había ido a ahogar las penas en alcohol como una cobarde en vez de enfrentarme a los problemas. No podía conducir. Llame a Neal para que viniera a buscarme. Llovía y yo no lo pensé. Media hora después de que yo llamara a Neal, el padre de este, el señor Gold, me llamo y me conto que mi mejor amigo había sufrido un accidente de coche con otro vehículo y ambas victimas habían fallecido. Me rompí en mil pedazos y no volví a levantar la cabeza durante meses. A los veinte me fui del pueblo, en parte por la culpabilidad y en parte porque no podía mirar a la cara al padre de Neal, al que ,con mi imprudencia, había arrebatado a su hijo. Tras un año de vagar por el mundo sin mas compañía que el coche que Neal y habíamos acordado comprar cuando tuviéramos un piso compartido, por fin a los veintiuno decidí irme a Boston, una ciudad demasiado grande para que nadie se fijara en mi.
Una voz me saca de mis recuerdos. Una voz conocida, que no oía en años.
-¿Emma?.-Mary Margaret. La voz sensata y bondadosa de mi juventud. Me giro y acto seguido me veo atrapada en un abrazo de oso.-Te he echado de menos.-Me susurra.
-Yo a ti también.-Le digo correspondiendo al abrazo. Cuando por fin se separa me mira con los ojos húmedos.
-No has cambiado nada.-Parece que es la frase del dia.
-Tu en cambio te has cortado el pelo, pequeño duende.-Comento mientras sonrío cogiendo un mechón de su nuevo-rapado pelo. Me responde a la sonrisa.
-Tienes que contarme muchas cosas Emma.
-Tengo que hacer muchas cosas últimamente.
-Ven, siéntate conmigo y tomemos un café.-Nos sentamos en una de las mesas vacías y apartadas del café. Ruby nos ve y nos trae un chocolate y un café. Es el segundo que me tomo hoy pero está claro que lo voy a necesitar para afrontar el interrogatorio de Mary Margaret. La miro a través del humo de mi taza con una expresión perturbada y ella me responde con ojos acusadores.
-Y dime, ¿Ha cambiado algo tu vida o sigues siendo la misma chica alocada de siempre?
-No, no creo que haya cambiado mucho. Sigo con mi escarabajo amarillo, mi chaqueta roja y sin un duro en el bolsillo.-Le respondo riendo.
Nos contamos nuestras experiencias relativamente extravagantes la una a la otra. Ella me cuenta que se casó con David Nolan, un vecino que siempre andaba con nosotros. David era lo mas parecido al príncipe Charming de Blancanieves. Siempre andaba protegiendo a los demás y dándoselas de héroe justiciero. Yo ya sabía desde hacía muchos años que David estaba enamorado de Mary, saltaba a la vista, y lo mismo puedo decir de ella, por lo que no me extrañó en absoluto que terminaran juntos.
Yo le cuento sobre mi aburrida vida en Boston. Me salto las partes en las que fui caza-recompensas y me metí por los mundillos del crimen para que no se ponga a echarme la charla sobre la buena conducta etc. Me pregunta sobre algun amorío que haya podido tener, a lo que contesto que pocas mujeres han pasado por mi vida desde que me fui. Digamos que he estado en una abstienencia de posibles relaciones.
Tras varios minutos, quizá horas, hablando sobre cosas sin relativa importancia, Mary suelta la bomba:
-¿Te quedarás?
No puedo mentirle a mi mejor amiga, y menos si me mira con esos ojitos verdes como los mios y con ese corte de pelo que hace que sus orejitas la hagan parecer endemoniadamente adorable.
-No lo se Mary. De momento estaré aquí unas semanas por Ruby, luego no se que haré.-Soy sincera cuando lo digo, sencillamente no se que voy a acabar haciendo. Nunca me gustó hacer planes porque los planes se tuercen.
En ese momento para mi salvación y regocijo llega Ruby, ya sin delantal y se sienta con nosotras cambiando de tema drásticamente.
-Sugerencias para mi despedida de soltera. Ya.
-Lo sencillo Ruby. Alcohol, música y unas chicas que sepan calentar el ambiente.-Le digo sorbiendo de nuevo mi bebida. Mary Margaret me mira con ojos desaprobatorios.- ¿Qué?
-Emma, si Belle se entera de que anduve con strippers me mete en la caseta del perro y me tendré que acabar casando con el.
-¿Tienes algún problema con la zoofilia? Pobre chucho.-Y así me gano una colleja.-Vaaaaale me centro.
-Belle había pensado en una especie de juego.-Dice Ruby pensativa.
-Para el carro morena.-Le digo.-¿La despedida la vais a hacer juntas?
-Emm...Puede.-Me mira apenada. No es que tenga nada en contra de Belle, pero nuestras ideas de despedida de soltera, claramente, no son las mismas.-Quiere que hagamos algo estilo captura de la bandera, por equipos.
Supongo que en ese momento mi cara es un poema.
-Vamos Emma, porque no haya strippers no tiene porque no ser divertido.-Dice Mary y luego me mira con cara de "apóyala cacho burra que se nos viene abajo".-A mi me parece perfecto y una gran idea.
-Sera divertido Rubs.-Le animo tras un dolor punzante en mi espinilla provocado por una patada de Mary Margaret digna de un karateka. Ruby me mira y me sonríe, luego me vuelve a mirar con expresión confundida.
-¿Donde te quedaras a dormir?
-...Pues no tengo ni la menor idea.-Contesto sinceramente. Entonces la enanilla que esta enfrente de mi pega un salto y grita.
-¡Puedes quedarte conmigo en mi apartamento!
-¿Estas segura? No quiero molestarte a ti y David.
-No molestas mujer. David va a quedarse con su hermana unos días por asuntos familiares asique estaremos solas, y de todos modos no creo que pusiera ninguna mala cara.
Eso era completamente cierto, David Nolan jamás podría ser tachado de una persona poco cariñosa o desagradable. Ciertamente era el mejor lugar donde podía quedarme. No me veía durmiendo en el hostal de Granny, y no creo que Gold estuviera muy agusto teniendome en su casa tampoco. Asique acepte la oferta con una sonrisa.
-Maravilloso. ¿Has traído mucho equipaje? Vamos, lo colocaremos todo en un segundo.-Mary me agarro de la mano y, literalmente me arrastro fuera del local.
-Espera espera.-Y se paró a mirarme.-Tengo que hacer una cosa antes.
Mary me miró comprendiendo y me dijo que me esperaría en el Granny's cuando terminara. Asentí levemente y me marche caminando. Tenía que hacerlo, se lo debía. Hacía siete años que no cruzábamos palabra pero no podía andar por Storybrooke y no ir a tener una charla con una persona que casi me había criado. Inmersa en mis pensamientos llegué a mi destino, y tal y como había hecho antes de entrar al Granny's, tome aire y lo expulsé varias veces antes de entrar. Cuando abrí la puerta sonó la campanilla que anunciaba la llegada de alguien y entonces lo vi, mas canoso que antaño, bastón en mano, un traje impecable y los ojos tristes desde hacía ocho años.
-Buenos días señorita Swan.
-Hola señor Gold.
Hola a todos, espero que la lectura haya sido llevadera jajajaja, por favor dejen sus comentarios ya sean buenos o malos, lancen sus rosas o sus tomatazos, un saludo.
