Teen Wolf no me pertenece.
Será una historia corta, entre tres o cinco capítulos.
Sintió su espalda chocar contra la pared del armario para escobas de la escuela.
Sentía las manos ajenas recorrer todo su cuerpo mientras sus labios eran devorados, por nada más ni nada menos que Derek Hale, el capital del equipo de básquet.
¿Cómo había terminado en esta situación?
Dos semanas antes…
Sentados en las gradas del campo de entrenamiento de Lacrosse del instituto de Beacon Hills, se encontraban dos jóvenes con cara de fastidio.
-Scotty, ¿de verdad Lydia y Allison te dijeron que nos verían aquí a las doce?—pregunto un castaño de unos bellísimos ojos marrones.
-Si Stiles, eso dijeron. —respondió por quinta vez Scott.
-Entonces no entiendo lo que está pasando, porque ya son dos doce treinta y ellas no aparecen, yo tengo entrenamiento en diez minutos—se quejó.
-Esperémoslas cinco minutos más, porfa. —Le puso los mejores ojos de cachorro a su amigo, el cual asintió resignado al verlo. —Y si aún no llegan te dejare ir para que te puedas convertir en la princesa Ariel.
-Idiota, no me digas princesa Ariel. —le dio un puñetazo amistoso a su amigo en el hombro mientras reía.
-Scott no miente pareces una sirena cuando estas nadando. —dijo una voz masculina con chulería, los dos amigos miraron hacia donde provenía la voz y se encontraron con Allison que reía divertida y con Lydia que venía de la mano de Aiden, los dos sonreían socarrones mientras miraban a Stiles.
-¡Cállate Aiden!—se quejó el castaño para después sonreír con picardía hacia el. —Ya sé que estás enamorado de mí, pero ten algo de consideración con Lydia aquí presente. —le guiño un ojo para después mandarle un beso mientras todos reían divertidos.
-¿Por qué tardaron tanto?—pregunto curioso Scott después de que Allison se hubiera acercado a darle un beso.
-Las chicas que decidieron hacer su buena acción del día. —bufo el gemelo.
-¿Buena acción del día?—la confusión impregnaba la voz del castaño que de repente dio un respingo y miro aterrado a las muchachas.—Por favor díganme que no volvieron a ayudar a alguien a cambiar de look, porque les recuerdo que la última vez que hicieron algo parecido Samanta Parker, se volvió el ser más frívolo y materialista del planeta y eso que antes era una dulce joven que solo vestía con faldas largas y blusas de cuello alto.—sus amigos lo veían fijamente, pero él ni caso les hacía—Recuerdo cuando se peleó con la capitana de las porristas, porque decía que ella tenía más estilo y era más bonita, lo cual era mentira porque es obvio que Paige es mucho más bonita que ella y es muy dulce, por eso todos la adoran…—se calló de repente y fulmino con la mirada a su mejor amigo que era el que le tenía tapada la boca.
-Lo siento Stiles, pero si sigues hablando nunca sabremos qué es lo que hicieron las chicas y yo de verdad quiero saberlo, además de que llegaras muy tarde a tu entrenamiento. —soltó a su mejor amigo después de verlo asentir y los dos miraron fijamente a las chicas como diciéndoles que comenzaran a contarles lo que habían hecho.
-Aunque fue más cosa de Allison que mía. —comento la pelirroja mientras se veía las uñas.
-No podía dejarla llorando en el baño. —se defendió la pelinegra, pero al sentir la mirada insistente del castaño decidió seguir hablando. —Buenos lo que sucede es que nos encontramos a Ángela Young llorando en el baño porque se le declaro a Derek Hale y este la rechazo.
-Lo cual no es nada nuevo, porque Derek Hale rechaza a todas las personas que se le declaran. —hablo Lydia mientras que se sentaba en las piernas del gemelo que ya había tomado asiento al lado de Stiles.
-Pero esta vez es diferente, porque ella dice que Derek le estuvo coqueteando desde hace unos días, así que ella no entendía porque la había rechazado. —dejo de hablar al escuchar un bufido del castaño.
-Entonces Allison quiso consolarla pero no lo consiguió y como yo me estaba desesperando le pregunte a Ángela que era lo que le veía a Derek.—la pelirroja hablaba como si nada mientras acariciaba el cabello a Aiden.—Y cuando ella me respondió que era porque él era el capitán del equipo de básquet, el número uno de las clases y extremadamente guapo, le dije que era una superficial que solo veía a Derek como un trofeo del cual presumir, lo cual hizo que llorara con más ganas hasta que Allison le dijo que se ella se merecía algo mejor y que no debía derramar sus lágrimas por alguien que no la valorara.
-Después de eso Ángela se arregló el maquillaje, nos dio las gracias y salió del baño. Por eso llegamos tarde. —dijo a modo de disculpa.
-No puedo creer que me hayan hecho gastar mi tiempo en escuchar sobre otra tonta superficial que esta "enamorada" de un idiota frívolo como Derek Hale. —Hablo con seriedad el castaño mientras se ponía de pie. —Me tengo que ir, ya voy tarde a mi entrenamiento. —se despidió de ellos y empezó a caminar rumbo al gimnasio donde se encontraban las piscinas.
-Nunca he entendido porque Stiles odia tanto a Derek. —comento desconcertado el gemelo a los demás, mientras veían al castaño alejarse.
Después de escuchar el sermón del entrenador por llegar tarde, entreno por una hora con sus compañeros de equipo y cuando todos empezaron a marcharse, él se dispuso a nadar por media hora más.
Adoraba nadar, si no fuera porque se arrugaba por estar en el agua se pasaría toda su vida en ella. Y aunque sus amigos se burlaban porque según ellos parecía una sirena, no le importaba ya que en el agua se sentía libre y no es que le faltara libertad, porque sus padres eran algo estrictos pero confiaban en él y la mitad de las veces dejaban que el hiciera lo que quisiera, solo que se sentía diferente cuando nadaba.
Al ver la hora que marcaba el reloj del gimnasio decido salir de la piscina, para ponerse ropa seca e ir a su casa, pero antes de eso pasaría a su casillero para ver lo que su admirador secreto-no-tan-secreto le había dejado el día de hoy.
Desde hace dos meses alguien le había empezado a dejar ya sean poemas, peluches o cartas de amor en su casillero y estaba seguro que ese alguien era Matt Daehler, ya que él siempre estaba cerca cuando se dirigía a su casillero y antes de que él lo abriera le regalaba una sonrisa tímida mientras sus mejillas adquirían un lindo sonrojo para después desaparecer, y después de que el desapareciera Stiles se encontraba con una nueva sorpresa en su casillero. Por eso no tenía duda de que se trataba de él.
No podía negar que estaba enamorado de sus cartas y poemas pero no estaba enamorado de Matt, le gustaba pero no lo amaba, tal vez era porque nunca se habían tratado, y estaba seguro que cuando Matt se armara de valor y le pidiera una cita él no iba a negarse.
Después de cambiarse se dirigió a su casillero pero se detuvo de pronto al escuchar unas voces, curioso se acercó para ver de qué se trataba y se encontró con frustrado Derek Hale frente a una muchacha que tenía los ojos repletos de lágrimas, al mirarla mejor se dio cuenta de que se trataba de Ángela Young.
-¿Por qué me coqueteaste, si después ibas a rechazarme?—le reclamo la joven.
-Nunca te coquetee, solo fui amable contigo en una clase, ni siquiera se tu nombre. —gruño el pelinegro.
-¡Mientes!, yo sé que te gusto, ¿Por qué lo sigues negando?—siguió reclamando la joven, pero el de ojos verdes ya no respondió y solo suspiro con molestia. —Te probare que te gusto. —al terminar de hablar se abalanzo sobre el muchacho mientras ponía sus brazos alrededor de su cuello y lo besaba.
Stiles observo sorprendido a la muchacha ya que nunca se esperó que llegara a hacer eso, cuando ya se iba a ir y dejarles privacidad a ese par para que hicieran lo que quisieran, sus ojos se abrieron anonadados al ver a Derek Hale apartar con algo de brusquedad a la muchacha de él.
-¿Cómo te atreves a besarme?—gruño molesto el pelinegro, mientras la muchacha empezó a sollozar con fuerza, eso es todo lo que Stiles resistió y decidió acercarse a poner en su lugar a ese tonto.
-¿¡Tu como te atreves a tratar a si a una chica!?—le reclamo.—Acaso no te enseñaron que a las mujeres se les debe tratar con delicadeza, pero que más se puede esperar de ti.—Derek lo observo sorprendido mientras él se colocaba frente a la muchacha.—¿Sabes Ángela?—le hablo a la muchacha que también lo observaba sorprendida.—Eres una chica demasiado bonita para tener que rebajarse ante este.—no mentía la chica era castaña de ojos azules con un bonito cuerpo.—¿Por qué no vas mejor a tu casa, mientras yo hablo con este idiota?—ella asintió aun sorprendida y se alejó hacia la salida.—De verdad no entiendo que te ven, eres atractivo no lo niego pero demasiado idiota.—miro fijamente al pelinegro el cual frunció su ceño.—Tu atractivo no es suficiente para que le gustes a alguien, así que no lo entiendo.
-¿Te recuerdo que también llegue a gustarte a ti?—pregunto socarrón.
-Idiotez adolescente, lo bueno es que me di cuenta a tiempo de la tontería que iba a cometer y lo evite. —respondió mientras le sonreía con prepotencia. —Y ahora veo lo que realmente eres, porque tu solo eres una cara bonita que solo es bueno jugando básquet.
-El básquet no es en lo único que soy bueno y te lo probare. —susurro con molestia, y antes de que Stiles le pudiera responder, el pelinegro tomo su rostro y le planto un beso lleno de furia que el castaño tardo en responder por unos segundos de la misma forma.
Se estuvieron besando por varios minutos solo separándose para tomar aire y volver a su violenta batalla de bocas.
Pero tuvieron que separarse al escuchar al conserje, se miraron a los ojos con los labios rojos e hinchados y cada uno corrió para el lado opuesto que el otro.
Ya recordaba cómo habían terminado de esta manera, porque después de ese primer beso le siguieron mas todos totalmente desprevenidos para el castaño, ya que Derek siempre lo jalaba cuando menos se lo esperaba ya sea hacia un salón vacío, la bodega, el gimnasio o el armario de las escobas, y después de que terminaban de besarse el pelinegro lo dejaba solo sin decirle una palabra.
Pero lo que más le molestaba era que el no dudaba en responderle a sus besos, después del segundo encuentro se dijo que no volvería a pasar, pero tampoco se negó al tercer beso, hasta que llegó a la conclusión que no tenía nada de malo, le servía para practicar y así cuando se besara con Matt no sería inexperto.
Con esa idea siempre correspondió los besos del pelinegro, pero ya era momento de terminar con estas situaciones, antes de que Derek creyera que le gustaba y eso subiera más su ego.
Así que poniendo todas sus fuerzas en sus brazos empujo al de ojos verdes lejos de él, el cual lo miro confundido antes de intentar acercarse a él otra vez.
-Ya he practicado suficiente. —extendió sus dos brazos frente a él, para evitar que el otro se le acercara, aunque ya no era necesario porque el pelinegro dejo de caminar hacia el de repente.
-¿Practicar?—alzos ambas cejas con confusión.
-Claro, por eso dejaba que me besaras para que yo pudiera practicar y así cuando me convirtiera en el novio de Matt no quedara como un inexperto. —respondió como si fuera lo más obvio del mundo.
-Todos los besos que nos hemos dado ¿eran para que practicaras?—pregunto algo decepcionado, pero el castaño no le prestó atención a su tono de voz.
-Por supuesto, ¿Qué más podrían ser?—comento con burla mientras lo miraba divertido. —No me digas que creíste que me había fijado otra vez en ti. —No recibió respuesta. —Te lo dige la otra vez, cuando me gustabas era porque yo era un adolescente idiota. Ahora si me disculpas, me retiro. —Se acercó a la puerta pero antes de salir se detuvo un momento. —Por cierto no quiero que me beses nunca más. —y sin más salió dejando al pelinegro solo.
CONTINUARA...
¿Que les pareció?
