Mm... Bueeno Este es mi Segundo Fic ((Wiiii! w)) ... Este Fic es una de mis parejas favoritas: BurnXGazelle (L) , pero por lo que leí en algunos Fics... Midorikawa también es cercano a Gazelle, así que saldrá en el Fic ( Imagino que interfiriendo xD) ... Bueno antes de eso quiero aclarar algo antes de empezar:

-Suzuno será el protagonista.

-Será un Fic Largo...!

-El titulo no se si tendrá que ver con la historia ok?


- **Acción**

- (( Pensamiento))

No los hago esperar más... Aqui va el Primer Capitulo de '' Oscuros'' !


Desclaimer: Los personajes de Inazuma Eleven no me pertenecen, sino a Level-5, porque si fueran mios sería Yaoi total xD


Cap 1: ''En el Principio''

[ Flashback ]

Okinawa (Japón) , Septiembre de 1987

Al cabo de medianoche acabó de dar forma a los ojos. Tenían una mirada dulce, entre atrevida y confusa, , aquellos eran sus ojos, de un bello color Celeste como el Cielo, a pocos centímetros de una desordenada cabellera blanca.

Alejó un poco el papel para valorar sus progresos. Era dificil dibujarlo sin tenerlo delante, pero, por otra parte, nunca habia podido hacerlo en su presencia, porque desde que llegó de Corea (no, despues de la primera vez que lo vió) había procurado guardar siempre las distancias.

Pero el cada día se le acercaba más, y él cada día le resultaba más dificil resistirse. Por eso iba a marcharse por la mañana, a Francia, a América, no lo sabía ni le importaba, porque en cualquier otro lugar las cosas serian más fáciles que allí.

Se inclinó de nuevo sobre el dibujo y suspiró mientras difuminaba con el pulgar el carboncillo para perfeccionar el mohín del carnoso labio inferior. Ese trozo de papel inerte no era más que un impostor cruel, pero también la única forma de poder llevárselo consigo. Luego, irguiéndose en la silla tapizada en cuero de la biblioteca, sintió aquel roce cálido y familiar en la nuca.

Era él.

Lo sabía sin tener que voltearse: el estaba allí. Escondió el retrato entre el fajo de papeles que tenía en el regazo ; de él, sin embargo, no iba a poder esconderse tan facilmente. Miró el sofá que había al fondo del salón, donde apenas unas horas antes él, con un traje de gala negro y algo razagado de los demás invitados, se había levantado súbitamente para aplaudir a la hija mayor del anfitrión, que acababa de interpretar una pieza al piano de forma perfecta. Miró hacia el otro lado de la estancia, al mismo lugar donde el día anterior se le había acercado con un ramo de rosas en las manos. Él aún creía que la atracción que sentía por él era inocente, que el hecho de que se encontraran tan a menudo bajo la pérgola era solo... una feliz coincidencia. ¡ Había sido tan ingenuo! Pese a ello, él nunca lo sacaría de su error: solo él debía cargar con el peso del secreto.

Se levantó, dejo los bocetos en la silla de cuero y se dio media vuelta. Y allí estaba él, apoyado contra la cortina de terciopelo con un sencillo traje blanco. El pelo lo traía desordenado, y su mirada era la misma que él había dibujado tantas veces, pero sus mejillas parecían arder. ¿Estaba enfadado? ¿Avergonzado? Ansiaba saberlo, pero no podía preguntárselo.

- ¿Qué haces aquí?

Captó la aspereza involuntaria en su propia voz y lamentó que él nunca fuera a comprender a qué se debía.

-No... no podía dormir- balbució él, mientras se dirigía hacia la chimenea y la silla.- He visto que había una luz en tu habitación y luego...- vaciló antes de acabar la frase y bajó la mirada hacia sus manos - tu baúl en la puerta. ¿ Te vas a alguna parte?

-Iba a decirtelo...- Se interrumpió.

No debía mentir. Nunca había pretentido que él conociera sus planes. Decírselo solo empeoraría las cosas, y ya había dejado que llegaran demasiado lejoos con la esperanza de que en esta ocasión fuera diferente. Él se le acerco más y fijó su mirada en el cuaderno de bocetos.

- ¿Éstabas dibujándome?- Preguntó el albino

El tono sorprendido de la pregunta le recordó que vivían en un mundo separados por un abismo. Pese a todo el tiempo que habían pasado juntos en las últimas semanas, él no había llegado a vislumbrar, por qué, en verdad, se atraían el uno al otro.

Aquello era, cuando más o menos, lo mejor que podía hacer. Durante los últimos días, desde que decidió marcharse, había intentado distanciarse de él, pero el esfuerzo le cansaba tanto que, cuando se encontraba a solas, tenía que rendirse al deso de dibujarlo. Había llenado las páginas del cuaderno con esbozos de su cara, sus hermosos ojos, la nube blanca de su cabello.

Se volvió para mirar de nuevo el retrato, no le avergonzaba que lo hubriera sorprendido dibujándolo, sino por un motivo peor. Sintió un escalofrío le recorría todo el cuerpo al advertir que lo que él había descubierto- lo que él realmente sentía- acabaría con él. Tendría que haber sido más cuidadoso: siempre empezaba así.

- Contéstame- Susurró él- ¿Vas a marcharte?

-Sí.

- Entonces, llévame contigo- le dijo finalmente.

-No -musitó, porque recordaba... Siempre recordaba...- Mi barco zarpa mañana. Si de verdad te importo, no digas ni una palabra más.

- Que si me importas...- repitió él como para si-. Yo te...

- No lo digas.

- Tengo que hacerlo. Te... te quiero, de eso no tengo la menor duda, y si te vas...

- Si me voy, tu vida estará a salvo.

Le dijo poco a poco, intentando llegar a algún rincón de ella capaz de recordar algo. ¿ O acaso no guardaba ninguno de esos recuerdos, acaso estos permanecían enterrados en alguna parte?

-Hay cosas más importantes que el amor. No lo entenderás, pero tienes que confiar en mí.

Su mirada se clavó en él. Retrocedió un paso y se cruzó de brazos. Aquello también era culpa de él: siempre le hablaba con condescencia, provocaba que emergiera su lado más rebelde.

-¿Me estás diciendo que hay cosas más importantes que esto?- Le preguntó con tono desafiante, al tiempo que le cogía las manos y se las llevaba al corazón.

¡Oh, cómo deseaba ser él y no saber lo que venía a continuación! O, al menos, ser más fuerte de lo que era y no dejarla avanzar un paso más. Si no la detenía, él nunca aprendería y el pasado volvería a repetirse, torturándose una y otra vez.

En ese momento, él quería abrazarlo, cuando de repente, notó que él lo miraba como si estuviera viendo un fantasma.

Lo apartó de sí y se llevó una mano a la frente.

-Qué sensación más extraña...- Suspiró.

Oh, no... ¿Era ya demasiado tarde?

-Creerás que estoy loco, pero juraría que ya lo he vivido antes.

Si, realmente era demasiado tarde. Alzó la vista, temblando, y empezó a percibir como la oscuridad descendía. Aprovechó la última oportunidad para abrazarlo, para estrecharlo entre sus brazos con fuerza, como había deseado hacer desde hacía semanas.

En el instante en que sus labios se fundieron, ya no hubo nada que hacer, ya no podían resistirse. el sabor dulce de su boca provocó en él una sensación de mareo. Cuanto más la estrechaba contra sí, más se le revolvía el estómago por la emoción y la agonía del momento.

La habitación tembló, y alrededor de ambos empezó a formarse un aura. Él no advirtió nada, no se dió cuenta de nada, nada existía más allá del beso.

Solo él sabía lo que iba a ocurrir, qué oscuras compañías estaban a punto de interrmpir su velada. Aunque una vez más fuera incapaz de alterar el curso de sus vidas, sabía lo que iba a ocurrir. Las sombras empezaron a arremolinarse sobre sus cabezas, tan cerca que él podría haberlas tocado, tan cerca que se preguntó si alcanzaría a oír lo que susurraban. Obsevó cómo la nube pasaba frente a la cara de su albino: por un instante, en sus ojos vió un destello de reconocimiento.

Después, yo no hubo nada: nada en absoluto.


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Yo creo que este fic lo terminaré más rápido que '' My sweet Dreams'', porque me gusta más esta pareja y además cuando se me viene una idea a la cabeza, prefiero escribirlo antes de que se me olvide :)

Haré lo posible por subir el tercer capítulo de ''My sweet dreams'' y subir el segundo de este ! :D

Bueno eso... xD

Sayo! ~~