PREFACIO
Ya eran pasadas las cinco de la mañana, muchos caían dormidos por el cansancio y el alcohol en sus cuerpos. Sin embargo ellos seguían a orillas del río, como si nada hubiese pasado, solo abrigados con un par de frazadas e iluminados por el fuego de las antorchas
El rubio dio un trago al vodka naranja que tenía en la mano y luego tomó la guitarra.
- ¿Me cantarás una canción? – preguntó la castaña con una sonrisa coqueta.
- Lo intentaré. No soy tan buen cantante como mi hermano… y honestamente, más que una canción… es una propuesta – los ojos del rubio brillaron de una forma indescriptible y la castaña sintió cientos de mariposas en su estómago.
- Soy toda oídos.
- "Te propongo, que hagamos un trato, un pacto que selle nuestro secreto. Tú te callas y yo me callo también y que nadie se entere que lo nuestro es un hecho…" – Takeru hizo una breve pausa y miró a la joven con una sonrisa de medio lado. Kari sonrió y lo animó a que continuara – "Pero a oscuras solitos los dos, nos amemos una y otra vez, nos quedemos al amanecer. Te propongo que lo hagamos así para que no nos culpen de volvernos locos porque nadie se atreve a entender semejante cariño entre nosotros y si supieran las cosas que tú me regalas en tu florecer ese aroma de hacerte mujer…"
Kari dio un leve suspiro, no podía creer que tenía frente a ella al chico de sus sueños, declarándose con una canción…
- "Y te propongo, que lo pienses dos veces, que te tomes tu tiempo que lo hagamos lento, como Dios hizo al cielo… para que sea perfecto" – Takeru hizo un silencio bastante largo mientras miraba a la joven que tenía enfrente.
- Vamos, que no la has terminado. Si quieres mi respuesta quiero oírla completa.
- Muy bien… "Y si me pides, que yo te haga mujer, me pides que sea tu cómplice eterno. Tu verdugo de niña, tu platónico amor… y te propongo que lo pienses dos veces que te tomes tu tiempo que lo hagamos lento como Dios hizo el cielo para que sea perfecto… y si me pides que yo te haga mujer me pides que sea tu cómplice eterno tu verdugo de niña tu platónico amor, tu cómplice eterno, tu cómplice eterno… tu cómplice eterno…"
Kari lo miró a los ojos y no pudo evitar que el sonrojo se apoderara de sus mejillas.
- No quieres que nadie se entere de lo nuestro. Temes por el corazón de Davis y de Himeko. Y lo entiendo, es noble de tu parte, pensar en ellos antes que en ti, pero… yo quiero estar contigo, ahora. Y no me importa si nadie más se entera, mientras tú y yo lo sepamos… estaré feliz de ser tu cómplice.
La joven sonrío, todo parecía un sueño. Un hermoso sueño del que se negaba a despertar. ¿Cómo era posible que las cosas hayan cambiado tanto en tan poco tiempo?
Por fin el joven que había querido durante tanto tiempo estaba ahí, frente a ella, diciéndole todo lo que ella siempre había querido oír.
- ¿Entonces? – se impacientó Takeru, el silencio de la joven no podía ser una buena noticia.
- Acepto, por supuesto que acepto. Quiero ser tu cómplice, tu cómplice eterno – respondió la joven con una enorme sonrisa, al momento que se acercaba al rubio y lo besaba en los labios con ternura…
.
¿Cómo llegaron a esto?
Para saber, es necesario volver el tiempo unos meses atrás… cuando todo era diferente…
TU COMPLICE ETERNO
By Haley Polaris
"Una promesa para prevenir daños a terceros, puede ser más que un error, la sentencia a matar algo tan hermoso como el verdadero amor".
N/A: Recuerdo que tenía 13 años la primera vez que escribí un fanfics, sin saber lo que era. Yo solo escribí... curiosamente era de Digimon. Aunque no es ésta, aquella historia, me aventuro por esos rumbos de nuevo, pero por primera vez de forma pública.
Espero que les guste.
