DISCLAIMER: "Harry Potter" y todos sus personajes concernientes son propiedad intelectual de J. K. Rowling junto con sus respectivos socios comerciales. Esta obra sólo es la realización de una fan de esta obra original sin el ánimo ni fin de lucrar con ella, así también se aclara que la autora del siguiente escrito no percibe ninguna ganancia de cualquier tipo por el mismo.
ADVERTENCIA: Este fanfiction es de contenido slash (homosexual); así que si hay homofóbicos (o personas con ideas afines a éstos) o chicos de edad no apta a punto de leer esta historia quedan advertidos de ello y con la sugerencia de que abstenerse a leerla para evitar sentirse agredidos en su persona...
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AUTORA: Sehren Kou
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Letra en bastardilla: Parte de un texto o pensamientos
—CE— Cambio de escena por lugar o tiempo
(X) Aclaraciones o especificaciones varias
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· CAPÍTULO I ·
Su mundo cae a pedazos… no había pasado por tal dolor hacía ya bastante tiempo… se lleva sus pálidas manos a su propio vientre de manera instintiva y nuevamente algo se quiebra en él… lágrimas cristalinas escapan de sus orbes grises mientras su garganta se desgarra en un mudo grito que no logra pronunciar…
Ve como la persona que ama y por la que sigue en pie viviendo, besa amorosamente esos labios rojos cuya dueña posee la cabellera roja como el fuego que tanto atrae al otro; mientras un pequeño bultito cubierto por una frazada rosa pasa de los brazos maternales de ella a los cálidos de él.
— Harry…
Sólo logra pronunciar el nombre de su amante y el antebrazo del otro hombre que está tras él le suelta por fin de su agarre en la garganta; pero a pesar de que ahora puede respirar con libertad, no quita su mirada de la pareja que ríe y se roba esporádicos besos uno al otro mientras la pequeña bebé gorgojea feliz.
— ¿Cuándo entenderás maldito hurón que sólo está contigo por lástima? No puedes darle lo que ella; estás tan seco por dentro que Harry ha tenido que buscar en los brazos de mi hermana un escape de ti
— Lo sé, Weasley
Draco asiente ante las palabras del pelirrojo amigo de Harry y no dice más, sólo da un último vistazo a la feliz pareja y da la media vuelta, ignorando la suave risa mordaz que el ojiazul tiene por según él "haberle abierto los ojos".
— Deberías cubrirte mejor, Malfoy, esa cicatriz da asco
Sólo comienza a caminar sin rumbo fijo y se detiene en un parque cubierto de nieve, encuentra un banco y se sienta mientras observa como unos niños construyen un muñeco de nieve, nuevamente sus manos van a su vientre y las lágrimas no se hacen esperar. Está seco por dentro como le recordó Weasley, ya no puede tener hijos y brindarle a Harry la familia que éste siempre ha deseado; pero duele, duele saber que antes de pensar en otras posibilidades el ojiverde tomó su propia decisión: Tener una hermosa niña con la hermana de su mejor amigo.
De pronto suenan las palabras del pelirrojo en su cabeza y horrorizado levanta su mano izquierda, tocando la horrible cicatriz que tiene en su rostro, una quemadura importante que destruyó la belleza de su faz. Al parecer las cremas ya han comenzado a dejar de surtir efecto y cada vez será menos posible ocultar su cara desfigurada, se acomoda la bufanda de la mejor manera junto con sus rubios cabellos en un desesperado intento de ocultar esa marca.
Harry no sólo buscó a Ginevra Weasley por que ella puede darle la familia que él busca, sino por su belleza intacta y juvenil, la amistad que lo une a los Weasley, el poder y dinero que tienen ahora, la estabilidad social y respeto que gozan de toda la comunidad mágica. Ella tiene todo lo que él no, simplemente sus manos están vacías al momento de ofrecer algo a Harry. Pero a pesar de todo Harry sigue con él, es Draco Lucius Malfoy Black quien lo tiene de manera oficial en su cama y nadie más, al menos por ahora.
Se levanta y comienza a caminar con calma hacia su casa o la de Harry si se habla más clara y literalmente.
Tal vez lo mejor sea hablar con Harry y darle la libertad que tanto quiere; pero no puede, Harry es todo lo que lo mantiene vivo por el momento y si él lo dejara no sabría que hacer. Su padre está prácticamente muerto tras el beso del dementor, su madre muerta por un vergonzoso suicidio, su padrino asesinado al defenderle, su fortuna decomisada por el Ministerio debido a los tratos con mortífagos que tuvo Lucius, sus dizque amigos encerrados o le abandonaron al verlo caer, su belleza corrompida, su salud precaria, su vientre marchito y si dispone de libertad es a duras penas por su labor de espía al final de la guerra pero la humillación pública persistió de todas maneras.
No tiene nada a lo que aferrarse ni vivo ni material, sólo a Harry y él sólo está a su lado por lástima y tal vez por el deseo inicial que les unió en un momento dado.
Pasa los campos de protección de la residencia sin problemas y al entrar usa la llave maestra que abre todas las puertas de la propiedad ante los encantamientos que la resguardan. Entrega con una sonrisa agradecida su grueso abrigo oscuro a Kreacher y éste desaparece tras hacerle la reverencia de siempre. Había olvidado al fiel elfo doméstico, quien a pesar de ser propiedad de Harry es prácticamente él su amo y no el pelinegro.
Sube las escalinatas de mármol blanco y abre con desazón la puerta de su alcoba; hasta ese punto se halla su relación con su pareja: ambos con habitaciones separadas. Pero no puede culparlo después de todo, lo ama y agradece infinitamente que siga a su lado, que a pesar de todo se mantenga firme en continuar con su relación a pesar de lo precario de todo.
Ve a través de los enormes ventanales como la nieve cae suavemente en forma de delicados copos y un suspiro escapa de sus labios; toma asiento en su cómodo y abrigador sillón junto al ventanal del centro y como muchos otros días, simplemente se queda ahí sentado contemplando el mundo exterior.
Pasan las horas y observa con embeleso como la mañana se convierte en tarde, la tarde deja paso al anochecer y los rayos moribundos del sol se pierden mientras el manto oscuro de la noche cubre el firmamento.
Hoy es uno de esos días en que sólo los ruegos constantes y desesperados de Kreacher le hacen probar algún que otro bocado de comida y tomar uno que otro sorbo de agua en el transcurso de todo el día. Cierra momentáneamente los ojos al sentir como por fin Harry llega a casa, las luces de su habitación permanecen totalmente apagadas para no ser molestado por nadie en sus cavilaciones y sabe que el ojiverde seguirá de largo al pensar probablemente que esté descansando.
Se levanta al escuchar como los pasos de su amante pasan de largo y una puerta se abre para ser cerrada inmediatamente; esboza una triste sonrisa y comienza a caminar hacia su baño; no ha tomado una ducha en todo el día y su cuerpo ansia un baño para limpiarse no sólo en el aspecto físico sino por ese sentimiento que le embarga en una de sus tantas crisis causadas por el martirio de los mortífagos. Entra al baño pero no enciende la luz, sólo se desnuda con prisa y abre la llave del agua fría sin importarle nada, entra y comienza a lavarse el cabello y a frotarse el cabello con sumo frenesí; un arranque de esos en que siente que la suciedad no quiere salir a pesar de sus insistentes intentos.
Pasa casi una hora y las lágrimas que ha venido derramando todo el día se confunden con las gotas cristalinas de agua helada que cae sobre su cuerpo; pero desiste de su intento de limpieza y sale de la ducha, se seca con cierto asco su cuerpo de marfil y abre una puerta lateral para entrar a su guardarropa, toma un sencillo conjunto de pijama verde idéntico al de los ojos de Harry, sin necesidad de cerciorarse de su color ya que es su favorito y tiene un lugar especial.
Cuando sale por la puerta del guardarropa su cabello mojado cae libre y camina hacia su cómoda para desenredárselo, aunque técnicamente no sea necesario. En ningún lugar de la casa destinado a su uso personal hay un espejo cerca, detesta ver la parca sombra en que se ha convertido y es la única manera en que puede ignorar su situación.
Nuevamente toma asiento en su sillón gris y sube sus piernas en un vago gesto de reunir calor. La chimenea permanece apagada para no mostrar ninguna posibilidad de su estado taciturno y de desvelo, y no hay más que un sencillo hechizo de calefacción para mantener una temperatura adecuada en el lugar; pero la temperatura ha bajado aún más y seguro seguirá haciéndolo conforme avance la noche.
Aprecia como el clima se ha tornado violento y ahora ocurre una fuerte ventisca afuera de esas paredes. Se apretuja aún más y sonríe al recordar los suaves regaños de su madre al verlo haciendo eso cuando era pequeño.
— No es digno de un Malfoy ni un Black…
Pero abre los ojos como platos y con un brillo entusiasta cuando observa extrañas y pequeñas luces danzantes en la oscuridad.
— Luciérnagas de nieve…
Hace muchos años que no ve unas y no puede equivocarse ya que no cualquier pequeño insecto mágico podría estar afrontando esa tormenta de nieve como si nada. Se levanta descalzo y se repega al cristal para observar con encanto infantil como las luciérnagas bailan formando peculiares formas. No sabe cuanto tiempo pasa así ni le da importancia a que su cuerpo tiemble ligeramente por el frío, sólo quiere apreciar ese pequeño espectáculo que lo ha hecho regresar en el tiempo a cuando no existían mayores problemas en su vida al de elegir el postre que los elfos le prepararían.
Da un respingo asustado al sentir una mano cálida posarse en su hombro derecho desnudo y voltea inmediatamente, temeroso a lo que podría encontrarse; pero se topa con los ojos esmeraldas de su pareja y su expresión preocupada, toma aire profundamente y de manera aliviada al darse cuenta de que sólo es Harry. Se voltea nuevamente pero nota con decepción que las luciérnagas se han ido y sólo acaricia con tristeza el vidrio frío del ventanal, como esperando que los llamativos insectos regresen.
— No has probado más que una tostada y un poco de jugo de manzana en todo el día…
Draco le ignora al estar acostumbrado al trato paternalista de Harry y a ese discurso de siempre. Sabe que el moreno se siente responsable de él por el despojo de mago en que se ha convertido pero fue su decisión hacerlo aunque ese amor le costara tanto de sí. Se acomoda la camisa del pijama y permanece como una estatua de alabastro inmutable, sólo viendo a la nada en aquel paisaje oscuro.
— ¿Qué ves?
Siente el cálido aliento de Harry rozando su cuello y cierra sus ojos fuertemente al saber que nunca podrá dejar de ser tan receptivo a cada movimiento o gesto del moreno.
— Luciérnagas de nieve
— No hay luciérnagas de nieve
— Estaban aquí hace un rato
— Draco… las luciérnagas de nieve están extintas desde hace una década
Draco tiembla ligeramente de enojo al captar claramente el tono condescendiente de Harry sobre esa insinuación de que ha sufrido alguna alucinación o algo parecido.
— Habían hace unos minutos, bailaban supongo por su rito de cortejo pero ahí estaban – entre dientes
— Tal vez estabas soñando despierto, recordando algo e imaginaste cosas… vamos, no has comido nada y debes estar cansado
El rubio frunce el ceño y se mueve hacia su cama, ignorando la bandeja de comida colocada en una pequeña mesa cercana. Levanta con desgano el acolchado y se mete bajo él, adora tener a Harry cerca pero curiosamente cada encuentro le absorbe muchas energías al esforzarse por fingirse ignorante de la doble vida del otro.
— Draco, debes alimentarte
— Me siento bien, gracias Harry… que descanses…
Se acuesta boca abajo y cierra los ojos mientras trata de vaciar su mente y viajar a algún lugar recóndito de sus recuerdos para evitar sofocarse con otros; aunque extrañamente nunca lo logra y siempre termina reviviendo los peores de alguna u otra manera.
— Draco…
El rubio entreabre sus ojos al sentir como Harry se coloca a gatas sobre él y comienza a rozar con su aliento la escasa piel que tiene a su alcance.
Entonces, el acolchado y las sábanas son hechas a un lado y Harry le hace voltearse, quedando cara a cara; pero Draco ve que el otro evita verlo directamente y en cambio centra su atención a su abdomen plano, el cual comienza a acariciar conforme va levantando con su mano derecha la camisa.
— No deberías lastimarte así… estás tan frío y tu delicada piel enrojecida…
Cierra los ojos por sentir su piel ardiente en cada parte donde esos seductores dedos le tocan y sabe que esa noche disfrutara de la atención de Harry y los placeres que sólo éste puede proporcionarle; quisiera rebatirle su comentario pero sólo se atraganta con un gemido de placer y olvida todo en brazos del dueño de su corazón.
— CE —
Abre sus ojos con pereza y enseguida se percata que está solo en su cama como siempre. Las cortinas corridas le recuerdan dolorosamente que como siempre Harry no pudo soportar estar con él bajo algún vestigio de luz y que tampoco le besó, sólo le tomó y acarició como una cruel disculpa por el maravilloso día que habrá tenido al lado de Ginevra y su hija.
Se levanta con pereza y se coloca el pijama nuevamente, se sienta en su sillón y un nuevo día de frustración y dolor comienza, pero se levanta con terror al escuchar la siseante voz de su padrino cerca de él; comienza a ver a todos lados y la idea de estar desvariando o alucinando como dio entender Harry anoche no le parece tan improbable ahora.
— ¿Señorito Black?
Y Draco gira los ojos en sus órbitas al escuchar a Kreacher, nunca podrá sacarle de la cabeza que deje de llamarlo así hasta que no se case con un digno pura sangre o alguien que valga realmente la pena y para el elfo doméstico ese alguien definitivamente no es Harry Potter.
— Prepárame un desayuno ligero por favor
— Por supuesto amo
Con un veloz 'Plop' desaparece el pequeño elfo doméstico, contento por ver de mejor animo a su perfecto amo y dispuesto a consentirlo todo lo necesario para que siga de ese buen humor.
Tras terminar de desayunar y arreglarse, Draco decidió salir a pasear por el callejón Diagon para ver que novedades hay; aunque manteniendo sus reservas de siempre y un bajo perfil para evitar miradas indiscretas sobre él. Sale de "Flourish y Blotts", se acomoda su suave bufanda azul alrededor de su cuello para luego quitarse y colocarse mejor el gorro a juego, algo nervioso por acabar de escuchar el último chisme del momento mientras hojeaba un nuevo libro de pociones.
Ahora su nombre está en boca de muchos, gracias nuevamente a Harry; todo mundo lo ve como un idiota cornudo que ignora las aventuras de su pareja o como un desgraciado convenenciero que no deja escapar de sus garras al Salvador-del-Mundo-Mágico; al parecer Harry ha dejado de ser tan discreto como lo fue al principio y ha comenzado a exhibirse despreocupadamente con la que ahora es la madre de su hija, aunque al menos debe agradecer que la noticia de la nueva heredera de los Potter no se haya dado a conocer.
Comienza caminar algo mareado por la situación y entra a la "heladería de Florean Fortescue", pide su orden y al momento de pagar, suelta una maldición al ver como caen las monedas al suelo debido a sus manos temblorosas y con una disculpas se agacha; peor queda totalmente petrificado al escuchar de refilón la platica de la pareja que pasa lentamente a su lado.
— No podemos seguir así, Harry… Lillian merece tener a su padre de tiempo completo y no algunas cuantas horas de vez en cuando… yo tampoco me merezco esto
— Lo sé, Ginny pero no puedo… Draco está así por mi culpa
— No es tu culpa que te ame, es sólo un hecho… hizo todo lo que hizo por que así lo decidió no por que tú se lo pidieras… no te pido que lo abandones, puedes darle algo para que siga viviendo como está acostumbrado y contratarle alguna enfermera que lo cuide, comprendo que sientas responsabilidad sobre él pero yo también te amo y tú me amas, ¿por qué seguir así?
— Está muy mal… ahora ha comenzado a tener alucinaciones y creo que todo puede empeorar…
— Con mayor razón para que estés con nosotras y no sufriendo como lo haces… ¿Hasta cuándo dejarás de castigarte? ¿Hasta cuándo?
— ¿Señor?
Draco parpadea y deja las monedas sobre el mostrador mientras sale precipitadamente del lugar, choca con varias personas que le insultan al ver que no se disculpa y sigue caminando rápidamente sin ver hacia donde va.
— Por favor, Draco…
Nuevamente esa voz en su cabeza y cae de rodillas; Dumbledore murió en la batalla final y no puede estar hablándole de ningún modo, ese viejo loco y poderoso le convenció de apoyarle en su engaño a Voldemort pero al final de todos modos terminó muriendo. Se levanta con dificultad mientras se sostiene la cabeza como si sintiera que estuviera a punto de estallar y abre sus ojos empañados por las lágrimas que aún no ha derramado.
Pero su terror regresa al ver el reflejo del fénix acompañante del finado mago, surcando con gracia los escaparates de varias tiendas.
— Draco…
— ¿Draco?
Y Draco voltea confuso a ver a todos lados al escuchar nuevamente la voz de Dumbledore y otra llamándole, ve con horror que Harry se le acerca con una expresión de preocupación total mientras la pelirroja se mantiene atrás observándole con lástima; entonces nota con vergüenza que muchas personas le rodean y lo observan con curiosidad; a saber Merlín que dijo o hizo en ese momento de desesperación.
— Draco, huye… huye…
— ¿Te sientes bien? Tal vez deberíamos ir a casa, has estado delicado y no te ha revisado el doctor…
Draco baja su mirada al suelo y comienza a caminar lentamente; tiene meses escuchando vagamente esa molesta voz pero en este preciso momento le parece de lo más sensato hacerle caso; poco a poco comienza a acelerar su paso hasta que comienza a correr sin prestar atención al llamado de Harry.
Una fuerte mano lo toma desprevenido cuando pasa por el callejón Knockturn, pero su cuerpo está débil y ha dejado su varita en casa como para intentar escapar. Termina dentro de un polvoriento e inmundo local vacío y trata de controlar su terror al reconocer la figura de uno de los antiguos compañeros de su padre acompañado de otros desconocidos.
— Vaya, vaya… pero sí tenemos a la puta de Potter, muchachos
— Déjenme ir
— Pero sí queremos seguir, además tengo la curiosidad de saber que le das a Potter
— Por Salazar… no, otra vez no, por favor
Pero sólo puede suplicar mentalmente al quedar totalmente petrificado al sentir las asquerosas manos del otro comenzando a recorrer lascivamente su cuerpo mientras otros dos lo desnudan bruscamente.
Lo arrojan al suelo y Cooper -el único que conoce de esos cuatro- le penetra de golpe mientras otro le introduce su miembro en su boca; gruesas lágrimas escapan de sus ojos y de pronto siente el golpe de una especie de látigo sobre su espalda por cortesía de otro, carcajadas burlonas por los exmortífagos y siente que esta vez todo terminará para él, otro golpe y el hombre de color que le embiste con ganas la boca y garganta se viene a gritos.
— Lástima que sea deforme, pero al menos es entretenido; inténtalo Castro
— Claro que lo haré…
Cooper se descarga dentro de él mientras hilos de sangre resbalan por sus glúteos y muslos sin que al otro le importe.
— Tu turno, Lynch
— ¡Draco!
Se deja caer o al menos eso siente, un vacío comienza a invadirlo y sólo quiere dejarse llevar por la oscuridad; sueña que escucha la voz de su padrino y sonríe al pensar que probablemente le espera para llevarlo al otro mundo.
— ¡Draco!
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Pero algo se atora en su pecho… algo frío le recorre su espina dorsal… nuevamente escucha su nombre a gritos pero ahora no es sólo Severus sino también Dumbledore… miles de agujas se entierran en su cabeza y trata de gritar pero ningún sonido sale de su garganta…
Un fino hilo de luz se vislumbra a lo lejos…
Lágrimas escapan de sus ojos pero parecieran hechas de ácido por el dolor que le provocan al ir quemando su piel… siente su magia escapándose de él…
Pero la luz le parece tan lejana y la oscuridad tan confortante…
Es como si flotara y un golpe de algo gélido lo golpea por su espalda atravesándole sin piedad… abre los ojos a más no poder y algo en su garganta le impide respirar…
De pronto una mano desconocida le sujeta fuertemente de su mano derecha y comienza a jalarlo hacia lo que ahora le parece un vago punto de luz en la lejanía…
Nuevamente algo helado lo atraviesa y abre su boca completamente al sentir como si le arrancaran algo.
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— ¡Draco!
Draco se incorpora de golpe y comienza respirar como si lo hubieran estando asfixiando; tose repetidamente como si no hubiera entrado mucho aire últimamente en sus pulmones y siente como ese algo gélido regresara para golpearlo por última vez, sacando finalmente una burbuja negra que flota frente a él, aunque su mirada nublada no le dice nada.
Se mueve intranquilo al sentirse extraño y se mueve hacia atrás, abrazando fuertemente sus piernas encogidas mientras trata de controlar su respiración y enfocar su mirada, aunque tanta luz le molesta.
De inmediato recuerda su cicatriz y baja su faz para no permitir que nadie lo vea nuevamente destruido; tendrá poco orgullo al permitir tantas cosas últimamente pero aún posee un poco que le impide dejar que alguien le tenga lástima.
— Yo…
Pero se lleva de inmediato su mano derecha a la garganta al sentir su garganta como lastimada y las cuerdas vocales secas. Una nueva ola de pánico le invade al pensar que tiene otro nuevo problema que posiblemente Harry no pueda soportar y comienza a temblar violentamente.
— ¿Draco? ¿Me reconoces?
Parálisis total… Es la voz de Dumbledore…
Levanta varios minutos después su faz, convencido que ha sido otra alucinación peor se queda estupefacto al ver la mirada del anciano director de Hogwarts frente a él, mostrándole una expresión conciliadora pero preocupada al mismo tiempo. Se lleva sus manos a la cabeza y comienza a jalarse suavemente sus cabellos, por ver tal cosa.
— Está muerto… es un juego de tu mente… los problemas con Harry me están afectando… es sólo una alucinación que se irá…
Trata de convencerse pero al sentir las manos del hombre posarse sobre las suyas para impedirle que siga lastimándose, se da cuenta que se ha vuelto loco por fin por el desamor y la traición de su amante.
— Draco, no estás loco… todo tiene una explicación… estoy vivo y tú has vuelto por fin con nosotros…
— Draco…
El rubio levanta su faz y ve para su mayor turbación a su padrino frente a él; comienza a temblar violentamente y con lo ojos como platos se lleva sus manos al pecho al sentir su corazón a punto de estallar mientras sus pulmones se paralizan por uno segundos.
— ¡Draco! ¡Reacciona!
La mirada preocupada de Severus le conmueve mientras comienza a sentirse mejor, las suaves manos del otro lo toman de los hombros y lo acercan a él, como si ansiara comprobar que es realmente él, aunque irónicamente debería ser él quien lo hiciera y no el pelinegro.
— Fue una maldición, Draco… viviste una pesadilla y sólo hasta hoy pudimos sacarte… todo ha sido una farsa…
Draco comienza a temblar nuevamente y se aleja de golpe de Severus, observa sus manos y lleva una hacia la parte izquierda de su cara, descubriendo que no tiene ninguna cicatriz en ella. ¿Todo fue una mentira? Y los recuerdos de los últimos años comienzan a girar por su cabeza, su magia comienza a descontrolarse y siente que nada tiene sentido, está loco por fin, ha caído en lo que Harry temía para él.
— ¡Draco!
Las camas y demás objetos en la habitación comienzan a flotar y a moverse si control, los vidrios de las ventanas estallan, sus ojos lloran lágrimas de sangre y un ambiente helado comienza a inundar el lugar.
— Draco, debes controlarte… no es tu culpa, es la de nosotros, no debiste nunca pasar por esto…
Draco voltea y ve la expresión seria en el rostro surcado de arrugas, de algún modo comienza a calmarse pero termina arrojándose a él, aferrándose a su cuerpo mientras no para de temblar y llorar angustiado.
— Regréseme… hágalo…
Con voz rasposa y casi irreconocible ruega Draco al poderoso mago, algunas lágrimas sanguinolentas caen en la túnica púrpura de Dumbledore mientras otras resbalan por su faz hasta manchar su bata blanca hospitalaria. Escuchó algunos gemidos de consternación pero no les da importancia, no sabe quienes más están ahí pero ya sea que sea la verdad o esté loco, debe volver con Harry, quiere estar con él.
— Lo tenía… estábamos juntos… era feliz…
— No lo tenías… eras infeliz… todo era dolor…
Dumbledore abraza con suma tristeza la delgada silueta del rubio y comienza a tallarle con melancolía la espalda; todo fue su culpa y éste muchacho pagó con su vida, su cuerpo, su mente y alma por no calcular a fondo las consecuencias de sus decisiones.
— Quiero volver…
— Lo vi mi pequeño, quise ayudarte lo más pronto posible pero hasta hoy lo logramos… todo era una eterna pesadilla para ti, te destruías poco a poco…
— Pero estábamos juntos…
— No era él… era una imagen falsa… te consumías en ese amor ilusorio…
— No…
— Todo fue una cruel mentira fabricada para destrozarte en cada aspecto posible…
— Le tenía…
— No lo conociste, Draco… no lo amaste realmente, no era él con quien estabas y por quien te sacrificaste tanto… nunca ha sido él… no fueron sus besos ni sus caricias… no fueran sus palabras de ánimo… no fueron sus traiciones… no era su lástima… tampoco fueron sus mentiras…
— No…
Escucha como algo cae y levanta su rostro del pecho del mago, topándose con un par de esmeraldas que había creído conocer perfectamente. Todo el tiempo se paraliza para él y se hunde en aquellos pozos verdes, averiguando la verdad.
Harry tiembla al ver esa mirada prácticamente carente de vida fija en él de tal manera como si hurgara en su alma y un estremecimiento lo recorre de los pies a la cabeza; siente la mano de Hermione apretando su mano izquierda con fuerza para infundirle ánimos y un apretón en su hombro derecho por parte de Ron le dice que están ahí para apoyarlo a pesar de todo.
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Draco suelta a Dumbledore, observa a su padrino y luego a todos los presentes… sabe que es verdad lo que ha escuchado y que Dumbledore tiene la razón… nunca ha conocido a Harry Potter, no puede amar un espejismo ni al hombre que lo castigó de esa manera, por que han sido los ojos de Harry quienes le han dicho la verdad: fue él quien lo maldijo.
No fue por Harry Potter que lo violaron y torturaron antes de finalizar la guerra…
No fue Harry Potter quien le confesó que lo amaba cuando una estrella fugaz cruzó el cielo la semana después de la caída de Voldemort…
No fue Harry Potter quien estuvo a su lado cuando perdió a su bebé y la oportunidad de tener hijos algún día…
No fue por Harry Potter que se sacrificó y por quien terminó con el rostro desfigurado…
No fue Harry quien lo llenó de promesas para después romper sus sueños al buscar cobijo en otros brazos…
No fue él quien lo engañaba pero le regalaba como consolación alguna noche de placer…
No era él quien estuvo a su lado y compartió años de su vida…
Pero sí es Harry Potter quien le odia con tanta intensidad que le dio un castigo injusto, quien lo confinó a vivir una eterna pesadilla como vida.
Más lágrimas de sangre se dejan caer por sus mejillas de marfil y Dumbledore voltea hacia una de las ventanas, mientras que Snape saca un pañuelo en un vano intento de limpiarle su rostro y tranquilizarle.
Pero sólo puede encontrar un consuelo al decirle adiós a ese hombre con quien estuvo… a esa maldición que lo ha dejado sin ilusiones… a esa vida falsa que lo cambiado por completo…
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Es entonces, que un grito lleno de dolor, frustración, sueños deshechos y desamor escapa de su garganta y provoca una gran tristeza en quienes llegan a escucharlo… Por que sólo el amor tiene la fuerza de destruir de tal manera a una persona y contagiar su dolor al menos por un momento a los que lo rodean.
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INICIADO y FINALIZADO: 14 de junio de 2006
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COMENTARIOS: Esta desgraciada idea viene carcomiéndome la mente desde hace una semana, no pude evitarlo y al final desee hacerlo… últimamente tengo un extraño gusto a maltratar a mi hermoso Dragón, que no comprendo como es que me encanta tanto y a la vez me gusta hacerlo sufrir… La idea de una especie de coma donde la persona fabrica un mundo casi real ya ha sido más o menos manejada en un par de historias en lo que me he dado cuenta, una de YuGiOh y otra de Gravi, en ambas se habla de ese mundo y cuando salen pues todo queda arreglado fácilmente, he estado pensando en ello y creo que no será tan fácil, además que es más factible (o más realista) de manejar en el mundo de HP por eso de la magia… Como sea, Draco tendrá sus secuelas de la maldición y una nueva visión de vida, intercalando por momentos comentarios o recuerdos sobre lo que vivió o experimentó mientras 'dormía'…
Si les interesa esta idea la seguiré desarrollando, pero depende del apoyo que reciba por que realmente tengo varios proyectos (lo sé, mea culpa) y les doy prioridad según su aceptación.
Sin más me despido y ya nos estaremos leyendo luego...
Arrivederci…
