No era la forma en que se había imaginado ser rechazada, sin duda cuando Adrien le confesó que le gustaba Kagami ya se había resignado una primera vez, pero luego decidió seguir con su enamoramiento hacia Adrien, pero escucharlo decir a Chloe delante de toda la clase luego de que ella le recriminara su salida en grupo con Nino y Alya, había sido suficiente. Ella fingió no estar presente y regresó corriendo a casa. No sería su primera lágrima ni la última derramada por Adrien, pero lo necesitaba, necesitaba desahogarse de todo ese sentimiento que tenía acumulado en su corazón y su frustración de no ser notada más que como una amiga.
Tikki la observó preocupada e intentó consolarla animándola y Alya la llamó insistentemente, por suerte ningún Akuma apareció ese día, porque hubiese sido una presa fácil. Marinette lloró en su habitación hasta que la noche llegó, sus padres fueron a verla preocupados, logrando aparentemente convencerlos con un dolor de estómago durante sus clases, pero ellos sabían que no se trataba de eso, aunque no se lo dijeron, necesitaba su espacio para desahogarse, aunque se sintieran impotentes de no poder ayudarla de alguna forma. La noche fue larga y fría, y luego de las lágrimas vinieron muchas ideas a su mente sobre qué podría hacer al respecto. Podía rendirse, insistir en su enamoramiento o ignorar lo sucedido; eligió lo primero.
Al día siguiente intentó no lucir tan demacrada e ignorar las miradas preocupadas de Alya y Nino. Llegó tarde como siempre, pero no porque no estuviera lista, sino para evitar conversar con alguien. Por suerte Alya también le dio su espacio. De repente se escuchó un ruido estruendoso de unas sirenas de policía, y los celulares empezaron a vibrar, el ladyblog había sido avisado de un nuevo akuma. Desde la ventana observó como el Akuma se había elevado al cielo.
- ¡Vengan Ladybug y Chat Noir, yo cumpliré todos sus deseos! - chilló el Akuma vestido de negro con un detalle escarchado plateado en su pecho. Levantó su bastón plateado y una luz hizo brillar todo Paris. Luego de eso todo se volvió confuso.
