Capítulo 1

El primer latido por ti, recordé cuando me miraste por primera vez, con cierta extrañeza en tu mirada que fugazmente se encontró con la mía y el sonido de tus ligeros pasos acercándose a mi.

- Disculpa ¿Eres Fujino Shizuru? - deleite mis oídos con tu voz al escucharte decir mi nombre y parpadee varias veces pensando que era solo una espejismo, pero era real. Asentí a tu pregunta con una pequeña sonrisa - Entonces esto es tuyo.

Buscaste en tu mochila un objeto que me pertenecía. Y entre tus manos estaba mi libro de Geografía. Estiraste tu brazo para que yo tomara mi libro.

Ese momento, impregnada en mi mente, fue el mejor de todos. Nuestra primera cercanía después hace tiempo que mi corazón ya te amaba.

- Muchas gracias - dije me sonreíste y me miraste detenidamente.

- Me gusta el hoyuelo que tienes cuando sonríes - tu pálida piel se pinto de rojo al decir dichas palabras.

- De nuevo gracias - sonreí de nuevo para que mi hoyuelo se volviera a ver.

- Vámonos Natsuki - dijo una amiga tuya que no noté su presencia.

Hiciste una pequeña reverencia y te fuiste con tu amiga. Después de meses mirándote a lo lejos deleitandome con tu belleza, me dirigiste tu mirada incluso me hablaste, me sentí emocionada, así fue como empezó todo y sin saber inocentemente iba a causar un sufrimiento insoportable para ambos. Pero eso no lo sabíamos solo nos dejaríamos llevar por el impulso de nuestros corazones... No se sí fue bueno o malo para ambos.

Al segundo latido recordé nuestra amistad, aquella que comenzó con un simple libro de Geometría, nuestro primer encuentro, nos saludamos cada que nos topábamos en los pasillos. Hasta qué nos volvimos amigos, no conocía tu faceta alocada pero me agrado mucho. Tampoco dejabas de hablar, admito que aveces me daban ganas de pegarte cinta en la boca, pero en fin me gustabas así que prefería callar.

- Mi mamá me dijo que era bueno que tuviera una amiga más aparte de la que tengo, cree que así podré dejar de ser tímida con los demás, aunque sinceramente me sorprende la confianza que te tomé - continuabas hablando y me alegraba escuchar la buena opinión de tu familia -. Aunque mi padre estaba algo enojado dijo que quería conocerte y darte una pequeña charla ¿gracioso no? - okey tal vez me precipite al pensar eso.

- Mira esto se ve rico - algo maleducada metí el pedazo de carne con arroz a tu boca con ayuda de los palillos. Estábamos almorzando pero dejabas la comida a un lado para hablar.

- Si sabe delicioso.

Al fin había silencio en la mesa. Pero no duró tanto y en unos segundos me empezabas a platicar sobre tus primas que te visitaron el fin de semana.

- Oye Natsuki - se oyó una voz masculina que pronuncio tu nombre lo que causo un gran ataque de celos en mi interior.

- Yuuichi hola - saludaste alegre, raro en ti por que con los demás chicos eras callada.

- Hola, Te paso a saludar rápido iré con mi amigo, hoy iré a tu casa - se fue a paso rápido para luego correr así volviendo a dejarnos solos.

- ¿Quien era él? - pregunte sin poder evitar fruncir mi ceño.

- El es una persona muy especial para mi.

Me quede en silencio, pensando e interrogándome en mi mente ¿Acaso el te gusta?

Al tercer latido recordé cuando mis celos llegaron a su límite viéndote hablar con Yuuichi siempre hablaba contigo y sentía que me hacías a un lado solo por su culpa.

No resistí más y me acerque a ustedes.

- Natsuki al fin te encuentro - mentí en realidad estaba vigilándote a lo lejos desde varios minutos.

- Hola Shizuru - saludaste pero enseguida tu acompañante hizo una mueca.

- ¿Podemos hablar? Hace tiempo que no conversamos.

- Oye ella esta charlando conmigo no nos interrumpas más - te retuvo tomando tu brazo y ahí fue donde mi furia exploto.

- Tu no te metas en esto le estoy hablando a ella no a ti - acto seguido el se levantó.

- Tu eres el que se mete en los asuntos de otros.

Sin poder pensar mejor en mis acciones dirigí mi puño con toda mi fuerza hacia su cara, cayo al suelo y su nariz sangraba sin detenerse. Al mirar sus manos de color rojizo el idiota se desmayó.

- ¡¿Shizuru que has hecho?! - te agachaste junto a el intentando levántalo.

- Se lo merecía - conteste aun enojada.

- Claro que no - con dificultad lograste pararlo - Te dije que el es especial.

- ¿Por qué es tan especial para ti? - pregunte con miedo a la respuesta.

- Es el novio de mi hermana.

Ups, esa fue mi única reacción. Ya sabiendo eso mis celos se calmaron y te ayude a llevarlo a la enfermería pero me mirabas con furia en tus ojos. Me sentí mal con esa simple expresión.

Al cuarto latido recordé como me evitabas después el pequeño accidente entre Yuuichi y yo que por cierto me tenía miedo desde aquel incidente.

- Perdón - dije de nuevo desde hace ya horas de la mañana te lo repetía.

- No te perdonare, Yuuichi se enfadó conmigo y por lo tanto mi hermana también. Apenas esta volviendo a actuar como antes

- Ya te dije que no fue mi intención hacerle daño...

El timbre sonó interrumpiendome, aunque comprendía un poco tu molestia, le rompí la nariz y apuesto a que te habías molestado por eso.

- Adiós -Dijiste para luego irte y yo me sentí triste al verte, quería seguirte pero era mejor dejarlo así por el momento.

Te fuiste aun molesta hacia tu salón y yo al mío, ahí me encontré con Akira Okuzaki, ella se encargo de animarme y no dejarme derrumbar por el pequeño error que cometí.

- Suerte Shizuru - se fue en a su casa, yo te esperé en la salida.

Te despediste de tus amigas dándoles un beso en la mejilla, dirijiste tú mirada hacia mi y te percataste de mi presencia.

- En verdad lo siento.

- ¿Por qué lo hiciste? - me cuestionaste - El no te hizo nada malo, ni mucho menos te insultó.

- Es que no sabía que intenciones tenía ese chico a contigo - admití avergonzada.

- ¿Y eso que tiene que ver con que lo golpearás? - Te acercaste con un paso retador hacia mí.

- Me gustas - solté un poco avergonzada y esperando a que dijeras.

Te quedaste callada, el ambiente se volvía tenso para mi, no articuladas ni una palabra o sonido. Simplemente el silencio reinaba el momento.

Pero tus labios se curvaron, estabas sonriendo y el brillo que había en tus ojos esa tarde de otoño fue el más hermoso que vi en toda mi vida.

Tu sonrisa me dio la señal que no te incomodaba saber mis sentimientos y con atrevimiento me acerque para plantar en tus labios un beso, mi primer beso.

Enserio perdón por hacerte sufrir tanto...

Continuara...