Dinámica: Reto de 400 palabras dedicadas a una mascota, de la página Por los que leemos fanfics de Dragon Ball.
El Rey Furry no es precisamente una mascota, pero sin duda es el mejor amigo del hombre. Quiero dedicar esto a mi angelito guardián Chirris; también a los bebés de Schala: Luni, otro angelito que maúlla en vez de ladrar, y a Spock, nuestro travieso testigo.
¡Je l'apprécie!
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El Mejor Amigo del Hombre
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Las insaciabilidades tecnológicas y las fronteras sociales ya no eran el carraspeo de hombre desde hacía muchos años. Ahora, en esa esfera de pangea, se juraba la inexistencia del no se puede, porque los autos voladores, las mansiones y los banquetes dentro de pequeñas y prácticas cápsulas hablaban con el tono de la trascendencia.
Se tenía tecnología, unión racial, cultura universal y riquezas inclasificables. Se tenía muchísimo y más se auguraba aun; se tenía el tablero, los alfiles, peones y demás piezas, pero el hombre, el mismo que tanto había creado en su beneficio, seguía siendo un pésimo ajedrecista. Finalmente, aunque a regañadientes, tuvieron que aceptar que la grieta de la bienandanza del hombre, era el mismísimo hombre. Es que no podía un ciego servir de guía a otro ciego*.
Pero, si no era el hombre el dirigente de su ciudadanía, ¿entonces quién? Debía ser alguien no egoísta, no corrupto, no usurpador, alguien no amante de sí mismo, sino del pueblo; alguien impermeable contra la decadencia e indispuesto a la enemistad. Se precisaba a aquél que no fuera sirviente de sus instintos, sino del bien común. Para gobernar al hombre, necesitaban a un amigo del hombre, pero eso ningún humano lo había logrado.
De tanto voltear alrededor en busca de buenos candidatos, el cuello de la sociedad se cansó, pero al agachar la mirada, la respuesta se hizo presente en una nariz húmeda, una colita excitada, pelaje necio y una lengüita jadeante. Si antaño políticos con cuernos, patas de cabra y ojos de flama habían ceñido una corona, ¿por qué discriminar a unas orejas peludas? Sólo entonces, al seguir las huellas de una pata y no de un pie, el hombre camino un poco menos corvo.
Sobre el trono de la Tierra, un monarca enamorado de los hombres se esmeraba por hacer feliz a su mejor amigo. El deleite de los reyes caninos eran las risas de los niños, las caricias de los jóvenes y el silbido de las damas. La sonrisa de sus súbditos se volvía la sustancia de su pulcritud, porque nada amaba más que a quienes tenía el deleite de gobernar.
Los extensos pasillos del palacio revestían su mármol con retratos de los rostros más límpidos que jamás un hombre podría mimetizar, con el corazón aterciopelado de benevolencia y ternura, cual su propio pelaje. Todos parecían serios, pero una colita se mecía detrás de cada fiel antecesor.
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Fin.
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*Lucas 6:39
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¡Muchísimas gracias por leer! ¡Mucho cariño y bendiciones!
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PD: Sus reviews son el hueso de la bitch loca que ladra en mi ser.
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