Uhm hola.

Otra historia, esta vez en un formato distinto : una serie de capítulos sin orden cronológico correlativo. Es más bien como una colección de drabbles conectados entre sí.

Espero les guste, de todas maneras ya tengo varios capítulos hechos :)

Tiempo Fuera: Capítulo Uno

Sangre

Día de San Valentín, hace siete años.

Harry se aferró más a las mantas, aún sintiendo como Draco se esforzaba en tironear de ellas. Al demonio Malfoy con sus estúpidos hábitos mañaneros, era febrero y nevaba y Harry no tenía pensado salir de la cama ese día.

- Potter, con un demonio, hazme el favor de levantarte.

El otro chico fingió ser sordo momentáneamente y se transformó en un ovillo, subiéndose las frazadas hasta las orejas y preparándose para una nueva tanda de sueños. Desde luego que Draco nunca había sido muy bueno respetando las decisiones de los otros, pues mucho antes de lo que Harry había esperado, un chorro de agua fría cayó sobre su cabeza, haciéndole rodar y caerse de la cama chillando.

- ¿Qué mierda crees que estás haciendo, hurón?

- Obligo a la pequeña bestia dormilona de mi novio a levantarse.

- No tengo pensado moverme hoy, Malfoy. Sé un chico bueno y vete al infierno.

- La colcha de la cama es roja y las cortinas son verdes. Créeme, llevo en el maldito infierno de hace dos años.

Harry levantó un dedo que él particularmente consideraba bastante interesante en dirección al rubio y gateó buscando volver a la cama. No entendía cual era el afán de Draco de despertarlo tan temprano. Ni siquiera eran las diez. Además ¿Por qué Draco no estaba aún en su oficina a esas horas?

- Potter, no me obligues a arrastrarte. ¿Es realmente necesario que te recuerde que día es hoy?

- Ilumíname, Oh, gran Draco.

Por toda respuesta, un calendario voló hasta sus narices, mientras el platinado se daba media vuelta elegante y salía de la habitación. Harry lo insultó entre dientes y de mala gana cogió el calendario. Uhm, Catorce de febrero. San Valentín.

- ¡Draco¡Eres una nena¿Ahora esperas que te dé flores para San Valentín?- gritó a pleno pulmón, riéndose. A veces le costaba aceptar que su novio era tan redomadamente gay.

No le gustó para nada la expresión de su pareja cuando reapareció por la puerta, con un delantal color rosa atado a la cintura. Era maliciosa, como diciéndole telepáticamente que era un imbécil. También era molesta, el tipo de mirada que Draco empleaba para decirle que le esperaba una larga semana en el sofá del salón.

- Oh, amor. Pensé que recordarías que este año mamá nos invitó a su fiesta de cumpleaños.

Harry sintió que se le desencajaba la mandíbula. Trató de levantarse, pero sus piernas estaban enredadas en las sábanas y sólo consiguió caerse al primer paso. Draco por su parte desapareció nuevamente rumbo a la cocina, silbando con todas sus fuerzas la melodía de Kill Bill y bailando al ritmo.

- ¡Draco¡Detente¿Cómo es eso que estamos invitados¡Ella me odia!- gritó mientras le daba alcance en la puerta de la cocina.

- Oh, sí, tiene mejor gusto que yo.- farfulló Draco mirándole con el entrecejo fruncido.- ¿Es realmente necesario que uses pijamas de franela?

- Hace frío. Tengo derecho a abrigarme en invierno, aún cuando mi pareja sea un maldito obseso de la moda.

- No es necesario ser un obseso para odiar tus pijamas y, bueno, toda tu ropa. A veces me estimulas a volverme asexuado. Debería ser penado por la ley usarlos.

Harry se percató que su novio estaba desviando su atención hacia temas alejados del realmente importante. Y mientras se desenrollaba las sábanas de los tobillos, le recordó porqué estaba tan enfadado.

- No trates de distraerme, Malfoy. Realmente no puedes esperar que vaya al cumpleaños de tu madre.

- Claro que lo espero.- en los ojos grises había una señal de peligro que Harry detectó tarde.- Supongo que no esperarás que vaya solo en pleno San Valentín teniendo un maldito novio.

- No, por supuesto que no, pero… tenía mejores planes para San Valentín.

Harry sonrió con toda la lujuria que pudo reunir en ese momento, mientras se acercaba raudamente a Draco. Éste no parecía mayormente impresionado por sus palabras y le miraba desafiante desde sus cinco centímetros de ventaja.

- Podríamos quedarnos aquí.- Harry rozó su nariz contra la mejilla bien afeitada del otro.- Y celebrar a nuestro modo: suciamente y con mucho sexo.

Para darle mayor fuerza a sus palabras, el Niño Que Vivió lamió lentamente la comisura de los labios del otro, quien sin tiempo que perder, alzó una mano para sujetarle de la nuca y le besó con fuerza. Harry se relajó, besando con pasión a su novio y olvidando su idea de volverse a la cama a dormir y reemplazándola por otras mucho más interesantes. Pero antes de lo esperado, Draco se apartó y le sonrió con superioridad.

- Suena tentador, cariño. Pero realmente, tu pijama no ayuda.

Harry resopló molesto.

- ¿No puedes olvidarte del pijama?

- No realmente. Hace un tiempo que deseo quemar todo tu armario y hacerte tragar las cenizas. Por otro lado, debes vestirte para ir a lo de mi madre.

- Pero, Draco.- se permitió hacer un berrinche. No quería ir a la Mansión Malfoy con todos esos estirados, con tal de evitarlo, perdería toda la dignidad necesaria.- No quiero ir. Tu tío Artemio…

- Tío Artemio no volverá a cambiar a tu estimado 'amiguito' por una banana, te lo prometo. Ya hablé con él.

- pero tu madre…

- No, mamá tampoco hará que los elfos te sirvan sopa de langostas vivas.

- Y…

- No, tampoco dejaré que otra vez quedes atrapado en la trampa caza bobos de mi padre.

Harry se dejó caer al suelo, derrotado. No quería ir.

- Potter, por favor. Hazlo por mí.

- Detesto cuando dices eso. Es sólo que… ¿Es realmente necesario que pasemos San Valentín con todos tus familiares lanzándome maldiciones?

- Podríamos hacerlo una tradición.- Draco le guiñó un ojo traviesamente, mientras se sentaba en el suelo junto a él.- Harry, entiende, es importante para mí. Serán unos bastardos degenerados, pero son mi familia. Y mamá te está aceptando.

Harry bufó ruidosamente, poniendo los ojos en blanco. ¿Aceptarlo? Por favor.

- Ya dejó de pinchar alfileres en tu muñeco vudú.- murmuró Draco encogiéndose de hombros.- Además, ya entendió… tú sabes. Que nosotros estamos juntos y eso.

- No creo que eso le impida seguirme tratando como un chicle pegado a la suela de su zapato.

- Es un gran avance.- rebatió Draco con una sonrisita.- Eso en los estándares Malfoy es casi amor.

- Draco, en los estándares Malfoy, cortarme la cabeza sería motivo de celebración.

- Entiéndeme un poco. Ella, a pesar de todo, es muy importante para mí.

Esta vez, Harry no tenía réplica. Porque, muy a su pesar, entendía lo que sentía Draco. Si su familia estuviera viva, él también ignoraría sus defectos con tal de estar con ellos. La sangre es la sangre al final.

Además, lo importante para él era Draco. Y bueno, Draco se ponía bastante adorable cuando lo defendía de sus familiares sicóticos. Especialmente cuando le mandaba hechizos encogedores al aparato reproductor del tío Artemio.

- Está bien, huroncito. Pero más te vale que no te atrevas a acercarte a mi ropa o ahí sí que te las verás en problemas.

Camino al baño, Harry escuchó la réplica risueña de su pareja.

- Vieras como tiemblo, Potter. ¿Qué harás, aparte de torturarme a diario con tu horrible sentido del estilo?

Continuará

Son raros. Y no todos tan ligeros como este primer capítulo.

Capítulo dos : 'Ser novio de un Malfoy' (Harry a veces visita a su novio. Solo a veces, pues los Malfoy sí que saben maldecir).

Se aceptan todos los comentarios, besos. KmY