Resumen: Después de un fenómeno sin igual, nace una nueva raza en la tierra "Los mutantes" sin embargo los humanos no estaban dispuestos a compartir su mundo por lo que "El pie" El gobierno universal , sometió a los mutantes a sus reglas por lo que viven en una situación decadente, bajo el miedo y el control.
Sin embargo un grupo de mutantes, llamados Stark cansado de la situación que ya había durado mas de 100 años, deciden planear un "golpe" para liberar a su pueblo… ¿Podrán conocer lo que es la libertad?
Prologo.
La lluvia caía sobre la ciudad, compuesta de casas de diversas formas y tamaños, pero todas con la misma característica, se veían en malas condiciones, el cielo gris contrastaba con las viejas estructuras que albergaban aquellos seres vivos que solo querían protegerse del frio clima, sin embargo no era así para todos. Entre la lluvia, pisando charco tras charco, Una figura se movía con rapidez con un paquete en sus manos, la capucha que llevaba no lo protegía del todo del agua, sin embargo eso no importaba pues lo que tenía en mente era mucho más importante.
Al llegar a su destino, una casa de dos pisos pequeña , que resaltaba un poco de las demás por el letrero que escribía "Medico" en la entrada y su estado no tan decadente, suspiró aliviado, entro abriendo la puerta, haciendo que rechinara, y sonara una campanita, siendo recibido casi inmediatamente por 2 pequeñas tortugas, que se veían muy preocupadas.
-¡Papa! al fin llegas- dijo uno de ellos mientras se acercaba a su padre, al tortuga tenia una antifaz Naranja y era más pequeño que el otro al lado de él, de antifaz rojo.
-¿Cómo esta Leonardo?- pregunto La silueta que al quitarse la capucha revelo su verdadero rostro, tratándose de una rata humanoide.
-Empeoro hace poco, la fiebre no baja- se hoyo una voz en el segundo piso, rápidamente y sin perder más tiempo, La rata se dirigió a la cocina junto con el paquete en sus manos, al abrirlo se trataban de una flor de color blanco con detalles rosas y amarillos, la cual sumergió en el agua que había puesto a hervir antes de salir.
-¿qué es eso papi?- pregunto el de bandana naranja, mientras se acercaba.
-Es la medicina de tu hermano- le respondió mientras lo levantaba- ¿tú no te sientes mal?- pregunto, pero el pequeño negó con la cabeza.
-Estoy fresco como una lechuga- respondió feliz. Splinter sonrió y lo dejo en el suelo de nuevo, mientras tomaba el agua ahora Te, y lo servía en una vaso. Una vez servido el té y lo enfrió un poco, lo suficiente para que pudiera beberse sin quemarse, Una vez hecho esto comenzó a subir la escalera para llegar a una de las habitaciones, la cual no era muy grande y eran donde dormían los cinco, en el tatami estaba su hijo mayor Leonardo, quien ya comenzaba a delirar por la fiebre, y Donatello quien lo estaba cuidado en su ausencia.
-¡Padre!- hablo Donatello al verlo llegar- ¿con eso se pondrá mejor?- pregunto refiriéndose al té.
-sí, ya no se preocupen- respondió mientras se arrodillaba junto a su hijo y lo tomaba en brazos aun acobijándolo con la sabana que tenía- Leonardo, Hijo…toma bebe esto- le hablo suavemente, al escuchar la voz de su padre, la pequeña tortuga, trato de abrir los ojos, pero todo era borroso y confuso, con un poco de dificultad abrió sus labios para poder beber aquel te, sintiendo como el caliente liquido bajaba por su garganta – Con esto te sentirás mejor- le susurro , mientras ponía una toallita fría en la frente del pequeño.
-Siempre pasa esto en épocas de lluvia- se quejó Raphael, el quelonio de bandana Roja, pero no con molestia, si no con preocupación.
-Bueno, no es culpa de Leo enfermarse tan seguido- respondió Donatello también con preocupación.
-Pero Papá es una Héroe y siempre lo salva- dijo Mikey entusiasmado, aligerando la tensión del lugar, haciendo que la rata sonriera antes sus palabras.
-Bajen a la cocina, ya vamos a comer- anuncio la rata mientras volvía a recostar a Leonardo en el enorme Tatami que todos compartían, los otros tres asintieron y bajaron corriendo, a excepción del de morado que incluso los había regañado por correr. Después de recostar al quelonio se levantó y reviso algunas otras cosas en la habitación , para después salir por la puerta y dirigirse a la cocina con sus otros tres hijos.
-¿Qué comeremos hoy?- pregunto un hambriento MiguelAngello, mientras miraba a su padre con curiosidad.
-Hoy conseguí arroz… y verduras- dijo mientras comenzaba a servir los platos, pero Mikey hizo puchero.
-¡No quiero Verde-Duras!- se quejó, pero Raphael le dio un ligero golpe en el brazo.
-¡No te quejes Mikey!- dijo regañándolo- Padre trabaja muy duro para darnos de comer…- le dijo, y Mikey de pronto se sintió muy apenado.
-¡es cierto! Lo siento papá, me las comeré todas- dijo o mejor dicho grito mientras con el tenedor tomaba uno de los brócolis y lo metía en su boca.
Raphael tenía mucha razón en lo que decía, conseguir comida era muy difícil, y es que en el mundo donde Vivian ser un mutante era muy difícil…sin embargo, su padre siempre se las arreglaba para darles tres comidas diarias sin falta, y todo lo que un niño de su edad necesitaba para desarrollarse.
-¿Aún le quedan "Raciones" padre?- pregunto Donatello preocupado, mientras miraba con un poco de tristeza la comida, como si no quisiera acabársela del todo.
-sí, aún quedan, come tranquilo- dijo, mientras el también comía un poco. La comida transcurrió tranquila, hasta que el sonido de cierta campanita se escuchó, significaba que alguien había entrado a la casa, sin más, Splinter se levantó de su lugar y fue a ver de quien se trataba.
En la entrada estaba Una mujer-Halcón con su pequeña hija en brazos ( Alas) , y se le veía muy preocupada, Splinter la dirigió a una de las habitaciones del fondo, donde había una camilla y varias cosas más, se trataba de un pequeño consultorio que había armado con los años.
-Por favor, ayúdeme Splinter, Wind se puso muy mal y no tengo medicamentos Ni "Vales" en casa- le explico mientras Splinter revisaba a la pequeña lechuza.
Mientras tanto en la cocina, los pequeños terminaban de comer y recogían sus platos, Donatello subía unos pequeños escalones y comenzaba a lavarlos , mientras Raphael y Mikey acomodaban los limpios en sus respectivos lugares, como una forma de aligerarle el trabajo de casa a su padre, Una vez terminado fueron a la sala, donde tenían un mini TV.
-OH¡ Justo a tiempo- dijo Mikey mientras ponía los dibujos animados poniendo a "Crognard el bárbaro"
"Crognard por favor ayúdanos, Los Snoog nos tienen esclavizados desde hace décadas"
"No se preocupen Crognard los ayudara a todos"
"Cuidado Crognard, ahí llegan los snoog"
Los tres veían el show emocionados ¿Crognard vencería?, Mientras veían el show, escucharon un quejido, preocupados, sabiendo que se trataba de Leonardo, subieron a las escaleras, y abrieron la puerta de la habitación.
-¡Leo!- grito Mikey acercándose a el – ¿Estas bien? ¿Te duele algo?- preguntaba, pero el pequeño negaba con la cabeza y pedía que lo ayudara a sentarse, una vez sentado tallo sus ojos despabilándose.
-estoy bien, ya me siento mejor- dijo y entonces Mikey lo abrazo, su hermano estaba recuperándose y rápido, todo gracias a su padre.
-¿quieres que te traigamos tu comida?- pregunto Donatello y leo asintió, realmente estaba hambriento, minutos después llego el de morado con su respectiva ración y lo ayudaron a comer.
Mientras tanto en el primer piso, Splinter se encontraba despidiendo a la mujer halcón de antes que se veía más aliviada.
-Muchas gracias, Toma…no tengo con que más pagarte- le dijo apenada mientras le daba a la rata Vales o "Raciones" Unos Boletos calor rojo con un sello distinguido que le daba validez, la rata los tomo sonriéndole a la mujer.
-No te preocupes, esto es incluso mejor que cualquier moneda- le respondió, la mujer se despidió agradecida, y salió de la casa. Una vez solo, Splinter fue a la cocina y guardo las raciones en un bote de galletas vacío, donde tenía muchos iguales, y varios de diferentes colores, dependiendo el color, eran el alimento o bebida que daban y la cantidad, dependiendo de esto, era su costo o dificultad de conseguirlos. Lo mismo pasaba con los medicamentos o cualquier recurso que "El pie" daba.
Una vez terminado eso se dirigió a la sala, extrañado de no ver a sus hijos ahí, pero si el televisor prendido, por lo que lo apago y subió a buscarlos, sabiendo bien donde estarían, fue a la habitación y abrió la puerta.
La imagen que vio dentro lo dejo sin palabras, sus 3 pequeños ayudaban al cuarto a comer y sentarse mejor, haciéndolo reír y olvidarse de su estado actual, la rata sonrió, esos pequeños eran lo único que lo mantenían cuerdo en ese infierno, eran ese pequeño haz de luz en la oscuridad, y no permitiría que nada ni nadie se los quitara…no de nuevo.
Fin…
Bueno espero que les haya gustado, Y un pequeño aviso, si siguen mi fanfic de Carthesy, no se preocupen , lo actualizare al igual que este, es solo que me había bloqueado, y entre coscorrón y coscorrón contra la pared, se me ocurrió esta idea, pero esta mientras avance subiera un poco de tono.
Bueno, con esto me despido, Y espero y me dejen su opinión.
