El regalo perfecto (Matt)
"El regalo perfecto viene envuelto en un regalo imperfecto"
Disclaimer: Digimon no me pertenece ni el 90% de esta historia.
Si me dieran un yen por cada suéter, disco, corbata, serie de televisión y demás regalos que he recibido a lo largo de mis años de romances, a estas alturas ya habría juntado una fortuna. Es más si me dieran 2 yenes por cada uno de los que no me han gustado, bueno… Las estaría saludando desde mi mansión en Tokio.
Y es que los hombres somos muy fáciles de complacer en muchos sentidos, pero para atinarle al regalo ideal somos muy difíciles.
El fin un obsequio es para cumplir con la etiqueta social de regalar en ciertas ocasiones, y lo agradecemos.
Prueba de ello es que mientras escribo esto, bebo mi café en una taza que me dio una ex, la taza dice "Ten Wolfs" supongo que quiso poner "Teenage Wolves"… Pero que se valora no hay duda.
Sin embargo, un regalo vas más allá de eso: el regalo perfecto viene envuelto en una declaración de amor, aceptación, observación y complicidad.
Me explico: Hace años tuve una novia, una mujer ES-PEC-TA-CU-LAR llamada Mimi Tachikawa, entre otras cosas me dio algo genial.
Desde hace un tiempo he estado en una banda con algunos amigos, yo soy el bajista, reconozco que a veces me pongo algo pesado quejándome de las cuerdas desafinadas de mi bajo, pero muy a menudo me abstraigo en la melodía cuando lo toco. Lo sé no se acerca ni un poco al termino "romanticismo", y en numerosas ocasiones mi bajo a sufrido más reproches y celos de la novia en turno que ninguna otra cosa en mi vida.
Hasta que Mimi me regalo, en una cena de cumpleaños, un suéter (¡puaj!)… Pero después de la cena me llevo a su departamento, y cuando creí que el plus de mi cumpleaños seria sexo salvaje, ¡Saco de su closet el bajo rojo con dorado que me moría por tener! Fue la primera vez que un presente me conmovió casi hasta las lágrimas.
No era el objeto en sí mismo, sino la manera en que ella me dijo: "Se lo que te gusta y voy a ser tu cómplice aunque después me arrepienta". A eso me refiero amor incondicional y generoso.
Como el caso de una amiga que se llama Sora que le regalo a Tai su novio un Xbox ¡El apasionado de los videojuegos! El es el hombre más feliz del mundo, y aunque hay noches en las que hace que Sora se desvele con el ruido mientras juega a matar zombis o a ser campeón de la FIFA y le pone los pelos de punta, tuvo el tino de darle uno de los mejores obsequios que éste ha recibido en su vida.
Ese tipo de detalles son los que nos enamoran, nos ponen la piel de gallina, nos dicen que tipo de mujer tenemos en frente y nos compromete a cuidarlas como agua en el desierto ¿Por qué? Porque una novia así no se deja escapar, y además, hizo la parte más importante: Entendernos.
Prueba de que eso se valora, y mucho, es que Tai no dejo escapar a Sora y ahora se la pasan en bomba jugando los dos con el Xbox en el hogar que empiezan a conformar. Y yo, bueno, aunque hayan pasado algunos años sigo con la piel de gallina por mi regalo, y en breve pienso mudarme con todo y mi bajo a la casa de esa ES-PEC-TA-CU-LAR mujer a dedicarle serenatas rockeras.
Adaptación a Digimon del artículo "El infiltrado" de la revista Cosmopolitan.
El próximo capitulo esta narrado por Davis.
Me pueden contactar a mi twitter: TrueAleCriollo
