Descargo cualquier tipo de responsabilidad respecto a los personajes. Ninguno me pertenece y el relato es totalmente ficticio.


Prólogo.


"En primer lugar tendría que presentarme, decirles quien soy, o mejor dicho quien no soy: No soy normal. No soy una chica a quien las cosas le fueron difíciles en la vida, nunca me tocó sufrir dificultades de dinero, ni divorcios de padres, ni problemas escolares, digamos que siempre tuve una vida lo suficientemente calma como para aburrirme hasta límites insospechados. Lo cual no quiere decir que haya tenido una vida perfecta.

Muy por el contrario, creo que tanto aburrimiento y tanta calma me llevaron a angustiarme por la nada misma. Mi mundo se derrumbó, literalmente, cuando mi padre falleció. Era el único que podía entenderme.

¿Les dije que soy lesbiana? Creo que no, ahora lo saben. Ese era uno de los puntos que más me costaba afrontar.

Mi mundo cambió radicalmente y ahí estaba él para apoyarme, entenderme y sobre todo para protegerme del que dirán. Desde que se enteraron de mis gustos sexuales (No salió de mi boca), mi madre se quiso morir. Suena algo exagerado, pero es la realidad.

Puso el grito en el cielo y la relación entre nosotras se rompió. Me veía como el bicho raro de la casa. Su única hija y era una maldita lesbiana. ¿Que iba a opinar la iglesia al respecto? Creo que tampoco se los dije, somos católicos hasta la médula.

En cambio él no me juzgó. Él me entendía. Mi papa era perfecto, era la persona más buena que podía haber. Por momentos siento que parte de su muerte fue mi culpa.

Dicen que el cáncer puede aparecer por disgustos de diversos tipos y estoy segura que alguna de las tantas discusiones que tuvo con mi madre para defenderme llevó a eso.

Fue terminal. No tuvo tiempo a tratarlo que ya se lo había llevado. Fue el golpe más duro que me toco afrontar. Quizás Dios lo castigo por haberle dado la espalda aceptándome, si no realmente no entiendo que razones puede llegar a tener para quitarle la vida.

A mi madre parece no haberle afectado del mismo modo o al menos eso aparenta. Pocos meses después de su muerte ella ya se encontraba buscando alguien que pudiera reemplazarlo.

Conoció a John, claro, después de varias relaciones fallidas. Era agradable pero no era mi papá. Tuvo un romance largo que derivo en su cuarto o quinto matrimonio, ya perdí la cuenta, y en una posterior mudanza junto con su hija.

¡Qué alegría una hermanita un año menor que yo! Estoy siendo irónica, por si no lo notaron. Soy irónica porque mi vida me lleva a serlo. Porque la gente te respeta más cuando ve lo fuerte que aparentas ser.

Mi nombre es Quinn. Poco común, pero claro, no podía llamarme de otra manera. Era previsible que mi nombre no podía ser común, tenía que ser especial. A veces me pregunto si mis padres me castigaron para toda la vida al darme ese nombre.

Quizás si me hubiese llamado Mercedes o Ashley, no me hubieran pasado la mitad de las cosas que me toco vivir, sufrir, negar, experimentar, etcétera. Así que mi nombre es especial, ¡Como yo! (Según mis padres).

Sí, ahora tengo la mejor hermana del mundo, Brittany. Reconozco que cuando comenzamos a convivir me contenía de asfixiarla con la almohada. Está bien, estoy siendo exagerada, no quería matarla pero si tenía ganas de ser como Harry Potter y hacerla desaparecer con algún tipo de hechizo.

Hoy en día me alegro no haberlo hecho. ¿Sabían que se puede aprender mucho de una persona si se da lugar a conocerla? Bueno yo no.

Siempre me considere una persona muy introvertida, no tenia amigas porque todas tenían miedo de que me les insinuara y no tenía amigos porque mi atractivo físico llevaba a que todos quisieran estar conmigo.

No estoy siendo engreída, ¡Al contrario! Me encantaría estar exagerando pero no es el caso. Había optado por cortarme el pelo e inclusive teñirmelo de rosa, para dejar de acaparar la atención de ellos pero había sido en vano. Parecía que todo lo que hacía me salía al revés. Quería dar ese aspecto de chica mala para que nadie se me acercara pero al parecer esa imagen despertaba los ratones de más de uno.

Volviendo a Brittany, ella me había enseñado a conocer a una persona por su belleza interior. Su capacidad mental no era la de una chica de 16 años, tampoco la de una adolescente, digamos que tenía un leve retraso que por momentos la llevaba a actuar como una nena de 8 años.

Era única, su amor era inmenso y con su manera de ser había logrado conquistarme. La amo con todo mi ser y con cada parte de mi cuerpo. Si tengo que dar la vida por ella la doy.

El empezar a juntarme con Brittany me llevo a tener mi primera amiga, Santana. Si bien el interés de ella era conquistarla (Nunca me lo reconoció pero no soy idiota) habíamos comenzado a llevarnos bien. Su sentido del humor era ácido y por momentos un tanto intolerante.

Tenía miles de discusiones con ella por día, que digo por día, ¡por hora! Pero era porque ambas éramos sinceras con la otra. Hablo en pasado como si ahora fuese distinto. Les aseguro que no.

Santana también era como yo, lesbiana me refiero, simplemente que no lo quería reconocer. Se le notaba a la legua el interés que tenia por mi hermana.

Para cerrar la idea, puedo decir que tengo dos únicas amigas y de las mejores, pero ellas no creen que sea especial, simplemente piensan que estoy loca.

Una loca linda, como catalogan a los retorcidos mentales para que no se violenten. Y no es que yo crea que soy una retorcida. Si, a decir verdad creo que lo soy, pero concuerdo con mis amigas, no puedo hacerle daño a nadie más que a mí misma.

Si me acordara de todas las humillaciones por la que pase no tendría que estar viva en este momento. Bueno, como si no intentara auto eliminarme cada vez que tengo la posibilidad.

No soy depresiva ni nada por el estilo, simplemente no encuentro motivos para vivir. Nada me motiva en este mundo de mierda. Lo único que me hace feliz está con Dios.

¿Está mal querer estar con él? Yo sé que mi papa me está esperando y quiero estar a su lado. Es el único deseo que tengo. No tengo responsabilidades, no tengo pareja. No creo en el amor.

Es un invento más de la gente que tiene buena vida. El único amor que tenía, el paternal, ya no lo tengo más. Así que supongo que es lógico que no crea en el.

Se preguntaran como es que estoy tan segura sobre mi sexualidad, yo también me lo pregunto por momentos, pero tengo en claro que ningún chico logra despertarme ningún tipo de sentimientos.

Nunca estuve con una mujer pero si estuve esporádicamente con hombres a los que llamaba novios. Cuando llegaba el momento de avanzar a la fase final, mi cuerpo se contraía y simplemente no podía. Me daba cuenta del asco que me generaba el simple hecho de pensar en el acto sexual.

No estoy siendo del todo sincera. Debería hablarles de Alison. Nunca fue mi novia, pero si tuvimos algún que otro acercamiento. Mas de su parte que de la mía, digamos que era la única mujer con la cual podía llegar a expresar mis gustos sexuales, pero no llegue a mas de eso.

En fin, ¡Está soy yo! Quien excede los límites de lo normal. Pocas veces para bien".

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"Mi vida parece un cuento de hadas. Para empezar a narrarla debo focalizarme en la historia de mis padres, la cual es de verdad una novela de las tres de la tarde. Cuando pienso en eso me da mucha envidia, porque siento que nunca voy a tener un amor como el suyo. No sé como lo sostienen hoy en día, después de treinta años juntos, pero seguro que es la historia de amor más romántica que pude haber escuchado y vivido.

Mi papá, Hiram, nació en Indiana. Vivió ahí toda su vida, fue al colegio, la secundaria e incluso la facultad. Luego decidió realizar un doctorado que lo ayudara a perfeccionar sus conocimientos y se traslado a Nueva York, donde conoció a Leroy, mi otro padre.

Si! Son homosexuales. Sé que se estarán preguntando como llegue al mundo, eso tiene una explicación un tanto lógica.

Buscaron varias mujeres, basándose en el coeficiente intelectual y la belleza, para encontrar a quien sería mi madre biológica. Finalmente eligieron a Shelby. Mezclaron sus espermas (Sé que suena asqueroso y desagradable pero fue lo que realmente pasó) y la fertilizaron con el resultado. Ese resultado, fui yo.

No conozco a mi madre, solo sé que ese es su nombre. No porque no quieran o porque no me lo permitan, simplemente supongo que ella no sentirá el mismo deseo que tengo yo.

Mi papá Hiram es judío por lo que cuando decidieron casarse, mi papá Leroy ya se había convertido, había cambiado a la religión impuesta por sus padres y la había cambiado por la del amor de su vida.

Nunca me falto nada, mis padres siempre se encargaron de consentirme con todos los cursos que pedía hacer durante mi niñez y adolescencia. Ya sea de canto, de baile o de actuación. De cualquier capricho que tuviese esa semana.

Mi sueño siempre fue llegar a Broadway y sé que gracias la ventaja competitiva que llevo sobre los demás chicos de mi edad voy a poder lograrlo.

¿Les dije que tengo un hermano? Creo que no. Su nombre es Theo. Es lo mejor que me pudo pasar en la vida. Es dos años más grande que yo, por lo que apareció en la vida de mis padres antes de que yo fuera si quiera un proyecto.

No somos hermanos de sangre. A decir verdad solo lo somos de palabra. Lo abandonaron al nacer en la puerta de casa y mis padres no dudaron en darle la mejor vida posible.

Yo lo amo y no tengo dudas que todo lo que soy se lo debo a él. Siempre me escucha cuando le canto, cuando le actuó y me incita a que siga mis sueños.

Nunca me basé en los parentescos por sangre, a decir verdad no tengo la certeza de quien de los dos sea realmente mi padre y eso le da un plus a esta familia.

Recuerdo que cuando era chica, Theo me llevaba en el manubrio de su bicicleta y por culpa de una rama perdimos la estabilidad. Ambos caímos y yo me abrí la rodilla. Mi hermano pudo notar la herida y automáticamente deposito su mano, la cual también se encontraba abierta, sobre ella. Me dijo que ahora seriamos hermanos de sangre e inmediatamente todo el dolor que podía sentir desapareció.

Constantemente fui la protegida de la familia y un tanto malcriada. Me dijeron que nunca iba a estar sola. Siempre lo pregunte y siempre me dijeron que no. Mis padres, las maestras, mi hermano, todos me decían que no, que no iba a estar sola. Pero de chica pasaba todos los recreos conmigo misma.

Desde chica, sin que nadie me lo explicara, entendí que iba estar sola y asumí que estarlo cuesta mucho, duele en el cuerpo, enferma. Que no tener en quien apoyarse pesa y duele. Que esa falta maternal cada vez se me hacía más notoria.

Me di cuenta rápidamente de que los cuentos infantiles que terminan siempre bien son solo cuentos.

De chica intuí que hay q confiar poco y en pocas personas, ahora comprobé que hasta tu madre, la cual te lleva nueva meses en su vientre, es capaz de desprenderse de uno.

Que los humanos somos solo humanos y por eso decepcionamos. Ahora pienso que si alguien me lo hubiera dicho desde el principio, habría sido todavía más cautelosa. Hubiera confiado menos y me hubiese dolido menos.

Siempre me pareció algo inconsistente decir que se puede amar a quien no se conoce, pero yo a mi mamá siempre la amé.

Tampoco sé como describirme, nunca me puse a pensar soy así o soy de esta otra manera. Soy mutante, no me quedo en el mismo lugar mucho tiempo, no pienso siempre lo mismo de las cosas.

De pocas cosas estoy segura: Me llamo Rachel y amo a Barbra Streisand. Canto muy bien, soy judia, me criaron en una cuna de oro, nunca me dormí mirando una película, tengo un hermano, no puedo dormir cuando escucho pájaros afuera, me encanta el drama, soy muy enamoradiza, tampoco puedo dormir si se filtra una mínima luz por las cortinas, tengo 16 años, nunca entendí porque mis padres eligieron mi nombre, amo hacer mis rutinas físicas, estoy pendiente de MySpace y soy muy buena para la cocina. Ahí esta, lo que hay que saber para saber de mi.

No viví una infancia solitaria pero de alguna manera buscaba la soledad. Mi casa siempre estuvo llena de gente y a mí me gustaba encerrarme en el baño a mirarme en el espejo, quería tener la seguridad de estar sola.

Entraba al baño, cerraba con llave y a continuación me fijaba si no había alguien escondido ni en el placard de las toallas ni detrás de la cortina de la bañera.

Y si no había nadie me miraba en el espejo y hacia caras. A veces hasta lloraba. ¿Les dije que me gusta el drama? Mirarme en el espejo me daba ganas de llorar.

Sin explicación las lágrimas brotaban. Me gusta verme llorar, el que diga que no le gusta, miente.

Si no, inventaba conversaciones con alguien y me miraba al espejo a ver cómo era mi cara cuando me reía, cuando me sorprendía, cuando sacaba la lengua, cuando intentaba ser sexy, cuando levantaba una ceja, cuando me daba vuelta rápido y el pelo me cubría la cara.

Mi vida era perfecta, tenía sus pro y sus contra como todo pero perfecta al fin. Nunca tuve ningún tipo de carencia y cualquier problema que tenía lo solucionaba o simplemente no me afectaba. Entrar al club Glee de mi colegio me hizo sentir más única de lo que ya lo hacía. Me hizo sentir que pertenecía a algo. Desde ahí que conocí a mí mejor amiga, Tina. Ella es asiática e igual de marginada que yo.

Supongo que los chicos en su adolescencia y sobre todo en la época escolar pueden ser muy hirientes. No me quejo de eso, sé que puedo ser muy odiosa y pedante cuando quiero. Solo voy, estudio, hago mis cosas y espero que estos dos años restantes se pasen tan rápido que cuando quiera darme cuenta ya este en Nueva York, en Broadway.

Todo el mundo cree que es ridículo que a los 16 años uno pueda decir que va a hacer el resto de su vida. Yo era la excepción, lo tenía en claro desde el principio. Rachel Berry iba a ser la nueva Barbra Streisand"

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¿Qué pasa cuando tu casa de cristal se ve agrietada por un simple temblor que provoca que se derrumbe cuando menos lo pensas?

¿Qué ocurre cuando esa felicidad que era plena se ve devastada por causas ajenas a uno?

¿Qué se siente cuando se vuelve difícil respirar y levantar la cabeza para seguir adelante?

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Nada es lo que parece. Sentir que nada puede salir mal es lo peor que le puede pasar a uno. Sentir que tenés el control de todo y todo bajo control es abrumador.

¿Podrá Quinn encontrar una razón que le devuelva sus ganas de vivir? Que le devuelva ese rumbo que perdió hace rato.

¿Podrá Rachel superar las adversidades y pruebas que le coloca la vida para conseguir sus sueños? ¿Encontrará a esa persona que le enseñe el verdadero amor?

Cuando te sentís vacio, extranjero en el mundo, la mitad de un rompecabezas de dos piezas, incompleto, solo se puede seguir adelante y alzar tu voz.


Proximo Capitulo: 1. Quinn Fabray.

Actualizacion: Sabado 22/10.

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