Primer Acto
Incluso con la mortecina luz amarillenta que se derramaba sobre ellos se podía notar el débil vaivén de su pecho; dejando en evidencia una leve respiración cada vez más dificultosa. Sus labios temblaban en un fallido intento de pronunciar palabra alguna hacía su auxiliador. Él, con una expresión entre sombría y aterrorizada sostenía su cabeza al tiempo que acercaba la propia para poder estar lo más cerca de ella que le fuera posible.
— No te vayas – pronunció con lentitud, intentando ahogar un llanto.
Ella dejó escapar un quejido cuando él la acunó entre sus brazos, se espantó al sentir un líquido tibio que le recorría; alzó sus manos y no pudo disimular una expresión de terror al ver sus manos entintadas de un oscuro y profundo color rojo.
–Te pondrás bien – le dijo al oído con suavidad, ella le miró con lástima.
–Te amo– pudo articular al fin. Las moribundas palabras hicieron eco en sus oídos. Aquello no podía estar pasando.
Le miró de nuevo; esta vez, ella logró con esfuerzo dibujar una sonrisa. Una hermosa sonrisa que parecía estar fuera de lugar en su pálido rostro. Sus ojos húmedos, que brillaban con el mismo haz de luz que los rodeaba, le dedicaron una última mirada de comprensión, de todo su amor, una mirada que a modo de botón de oro, sellaba toda su vida con él. Luego sus ojos perdieron su hermoso reflejo de luz; y con ello, todo rastro de vida.
Un grito desgarrador nació en lo más profundo de su garganta al no sentir más el leve movimiento que producía la respiración de su amada. La abrazó desesperadamente mientras sus lágrimas se escapaban sin intento alguno de retenerlas.
Sus sollozos sólo aumentaron al notar la frialdad de aquella piel lozana que antes le había dado calor; las sombras comenzaron a rodearlo, la moribunda luz se había apagado, no había nada, el silencio imperó…
Cayó el telón, las luces volvieron con fuerza dejando un poco cegado a Allen; quién se separó inmediatamente de su compañera de actuación, Bárbara. Ella, no menos veloz, se levantó con un resoplido y una expresión seria, la cual no se atenuó ni con el poderoso sonido de los aplausos y vítores que inundó todo el teatro.
Se giró a su compañero y su expresión se suavizó un poco.
–Buena actuación– lo halagó con un tono que dio la impresión de querer decir todo lo contrario.
–Ya, igual tú– replicó sin siquiera mirarla.
–Nuestro público espera– agregó mientras lo tomó de la mano.
Allen se limitó a arquear una ceja como respuesta al gesto y se dejo guiar por la actriz hacia el escenario mientras el resto de la compañía se unía a ellos para la típica reverencia al son de los aplausos. La obra había sido un rotundo éxito, y su último número junto a Bárbara, "Barbie", fue sin duda la cereza sobre el pastel.
Escuchó como daban los agradecimientos y finalmente, como el director se acercaba con un gran ramo de flores. Las recibió con una sonrisa de superioridad mientras inflaba el pecho; otra actuación más, Allen no se sentía superior y las flores no significaban nada para él; todo aquello lo hacía por el mero gusto por actuar, los focos sobre él, sentirse dueño del escenario y poder ser otra persona totalmente ajena a su verdadera forma de ser, ¿y la fama? Si se ama lo que se hace no tarda en llegar; todo aquello valía más que el ramo que sostenía mientras emulaba una sonrisa orgullosa.
Acabada la ceremonia de agradecimientos y una vez que el público dejara el lugar, toda la compañía se reunió en espera de que el reloj marcara las 12, hora en que los diarios serían repartidos; diarios que contendrían la tan apreciada crítica de la obra. Y, claro está, una botella de champaña y unos cuantos refrigerios no faltaban.
Las risas ahora inundaban el teatro, los actores no paraban de parlotear sobre hechos graciosos ocurridos entre bastidores, diálogos olvidados e improvisaciones absurdas. Allen los observaba apoyado desde una remota pared, dio un sorbo a su copa de champaña y agudizó el oído a escuchar su nombre.
–Allen, ¿qué haces allá? ¡Ven aquí, eres la comidilla! –lo llamó el director mientras hacía enérgicos movimientos con su mano para indicarle que se acercara, tanto que derramó más de la mitad de su champaña. Allen se preguntó si aquella era la primera o la décima; no obstante, le accedió a su petición de mala gana, tenía curiosidad.
–Ese último acto fue sublime, hasta quería llorar – dijo uno de los actores mientras le daba palmadas en la espalda– ¡Magnífico!
–Gracias– se limitó a decir.
–Realmente parecía amor verdadero– comenzó a decir el director–… ¿No será que no es sólo teatro? –acabó con un guiño.
En el lugar resonó el barullo de las carcajadas y comentarios llenos de picardía. Allen se cruzó de brazos con fastidio, pero la verdad es que no sabía cómo reaccionar hacia todo aquello sin explotar en insultos.
–No sea tonto, señor Ayers– respondió Bárbara desde la mesa de bocadillos – Allen preferiría matarme –dijo con toda seguridad –, es una lástima que nuestros papeles siempre sean de pareja.
–Me quitaste las palabras de la boca – respondió Allen divertido –, a la próxima quiero ser el que te acuchille.
Bárbara se llevo las manos al pecho mientras sonreía de una manera boba, imitando la ternura que le produciría un halago a una colegiala, para luego insultarlo con una seña del dedo medio. Allen resopló con disgusto.
–Lo siento, querida – dijo a duras penas él director, apenas y podía hablar debido a una estridente risa que ahora se negaba a abandonarlo – pero en escena ustedes dos tienen tanta química que es inevitable.
Luego de otro par de risas y chistes, para su alivio, la conversación se desvió de él y de su compañera en escena. No obstante, sus pensamientos comenzaron a divagar sobre aquél asunto, se negaba a creer lo de la química, sólo eran buenos actores… Los dos mejores de aquella compañía, de hecho. Decidió dirigir una mirada de mera curiosidad hacia Bárbara, sin embargo, no la halló entre el gentío.
Debía de haber ido a su camerino a cambiarse, el atuendo lleno de sangre falsa debía de ser un verdadero tedio. Miró a su alrededor con aburrimiento y una idea (estúpida idea, según él) se le cruzó por la mente fugaz y repentina…No perdió el tiempo en ponerla en marcha; después de todo, algunas de las mejores ideas surgieron de forma estúpida.
Nota de autor:
Hello, It's me, la autora (?)
Estoy corta de tiempo y por eso no puedo explicarme mucho (por ahora) ...Peeero, en caso de que lo leyeran completo: Mil gracias, en serio, mil gracias ;w; ...Y, además: Si tienen dudas (y lo digo porque no expliqué prácticamente nada (?)), sólo déjenlas en los comentarios~
Y claro, cualquier otro comentario lo recibiré con gusto xD
So: Bye,buenas noches~ (?)
