Disclaimer: El mundo y los personajes de Harry Potter pertenecen a J.K. Rowling.


Querían y temían.

Sólo una vez se analizaron el uno al otro y fue lo único que necesitaron para saber lo que ambos querían. Sin embargo, ese querer lo acompañaba un temer.

Él la quería, la anhelaba y la deseaba.
Ella lo quería, lo soñaba y lo buscaba.

Él quería sentirla cerca, tanto o más como cada vez que se sentaba a su lado en la mesa del Gran Comedor.
Ella quería hacer uso de su valor Gryffindor para susurrarle que lo necesitaba.

Él no sonreía, pero quería que ella le dedicara sonrisas sólo a él.
A ella no le gustaba el silencio, pero le gustaba la paz que le brindaba el de él.

Él quería tomar su pequeña mano y envolverla entre la suya.
Ella quería caminar a su lado.

Él quería sentir su calor entre sus brazos.
Ella quería poder refugiarse en él.

Querían compartir lo que sentían, querían tiempo y se querían mutuamente para aliviar su soledad.

Y con el querer mirarse a los ojos comenzó todo.
Al principio sus encuentros eran esporádicos, intensos y se transmitían su necesidad a través de sus cuerpos.
Siempre con el frenesí de querer adueñarse uno del otro; sin forzar el tiempo y alterar su relación por miedo a perder.
Miedo a que los dos no sintieran lo mismo y todo fueran ilusiones.
Miedo a perder lo que tenían.
Él tenía miedo de que la hirieran por estar con un ex-Mortifago.
Ella temía no ser lo que él quería; le temía al recuerdo de Lily Potter.

¿Cómo decirse la verdad?
¿Cómo decirse lo que de verdad sentían?
Que querían amarse y temían perderse.

Se dedicaban amor camuflado en besos, caricias sutiles bajo la mesa, miradas de reojo y pequeños detalles que sólo ellos notaban.
Mas todavía no se decían lo que querían escuchar.
Y ambos querían cada vez más.

Luego sus encuentros a solas crecieron en número y en frecuencia. Se encontraban en los pasillos más desolados del castillo, en aulas vacías y en las mazmorras; la mayoría de las veces con la incertidumbre de que pasaría si alguien los encontraba. De todas formas, nadie se creería que el profesor Snape y la profesora Granger tuvieran una relación más allá de lo profesional.

Querían que sólo fueran ellos dos.
Temían si debían separarse.
Querían entregarse el mundo sin temer y sin arrepentirse.


Gracias por leer.