Las ocho de la noche, ya en este punto Himawari suspiro con satisfacción por un nuevo día logrado. Ella sabe que para superarse al día siguiente tendría que ponerle mucho empeño, además de que sin duda lo lograría.
Himawari es una mujer de 28 años con un trabajo de oficinista en una agencia de publicidad, viéndolo mejor, no es que ella deseara terminar ahí, pero las cosas así se dieron y no pudo ir en contra del flujo del destino.
Hima como todas las noches al terminar su jornada, retirase gustosa hacia su casa. Se despide de sus compañeras y va en busca de su alma gemela. Alma que jamás le había fayado y que seguramente esperara con una grata recompensa así como lo venia haciendo desde el día en que acordaron compartir algo mas que amor y besos.
"¿Sakurako, aun tu por aquí?" si estas creyendo que esta historia es la típica SakuHima pues ya deja de fantasear
"si, Akari quedo en recogerme pero aun no se aparece" dijo la chica castaña
Sakurako, amiga y compañera de trabajo de Himawari, aquí no había que decir algo pues siendo amigas desde que tienen memoria era suficiente para ser algo inseparables. Aunque eso hubiese llegado a que esas dos terminaran en los brazos de la otra, el destino les coloco una pelirroja que con el tiempo las distancio, pero las volvió a unir aunque ya no de la forma como se las veía en sus años de adolescencia.
"seguro y esta esperándote en el parqueadero" le dijo Hima creyendo que tal vez Sakurako se hubiese equivocado
"no creo, ella dijo que venia por mi" dijo no muy convencida, podría ser cierto pero no quiere asumir su error en frente de su amiga y rival pechos grandes
"¿y le dijiste donde?" preguntó Himawari
"me crees tan tonta como para confundir las direcciones" Sakurako expreso en su defensa
"¿quieres que te responda?" Le dijo Himawari
"no, digo, ¡solo cállate!" Dijo Sakurako y buscó su celular
"¿porque no le llamas?"
"ya iba a eso"
Himawari deja a su amiga solucionar sus problemas a quien se la puede oír pedirle disculpas a su enamorada por medio del celular a cien metros de distancia. Aunque le gustaría quedarse y ver a la pelirroja, en su mente saborea el dulce néctar de unos labios y el recuerdo le apura a su encuentro.
Por ahí va manejando un coche sencillo por las calles oscuras de la ciudad, deteniéndose serena en un alto y espera a que la luz cambie para continuar. En ese pequeño tiempo desvía su mirada hacia un costado, y ve a una rubia que camina alegre y que ella conoce.
"senpai" Dice viendo a la chica que no presta atención a su alrededor
Kyoko no se detiene y continua hasta mas adelante donde otra le esperaba, Hima no logra enfocarse pero casi y ve que ella le era familiar. Pero esos no son asuntos suyos y a la orden del semáforo arranca y vuelve a su camino.
"parecía a Ikeda-senpai"
No es que le importase ya sabia mas o menos que a Kyoko le gustaba hacer ese tipo de cosas, citar a sus amigas y las que podía las convencía para que terminaran en la cama. Mas no se imaginaba que Chitose cayera en las garras de la rubia, aunque debía de sospechar pues tampoco es que Chitose fuera una santa.
"estoy cerca"
Llegando a hasta un pequeño barrio muy colorido se hallaba iluminado entre arboles verdes una pequeña construcción. Fruto del trabajo duro y la cooperación les permitió montar desde sus inicios un hogar pequeño pero acogedor.
Hima estaciono el vehículo en la entrada y antes de volver por el subió hasta la puerta de la casa donde encontró unas llaves que le permitió abrir la reja del garaje. Metiendo el auto por fin pareció que ese tiempo le costaba cada vez mas minutos de su vida con cada día que pasaba. Una puerta automática funcionaria mejor, pero la economía pega duro.
Abre la puerta de la casa y antes de que Hima se quite los zapatos un olor agradable roza su nariz y provoca que aspire con gusto del ambiente. Su corazón no podía estar mas que feliz, aunque se sintió un poquitín culpable por su chica, dejarle todo el trabajo del hogar solo porque ella llega primero.
Pero se lo compensará y Hima sabe como hacerlo, ya luego disfrutara de una recompensa que no se sabe bien quien es la que la recibe pues ambas terminan tan feliz que no se sabe si sirve realmente de algo.
"estoy de vuelta" anuncia ella ahora acomodando sus zapatos y descolgando su cartera
"bienvenida" dice una melodiosa voz que le recibe "¿Cómo estuvo tu día?" dice
"no a estado tan mal, pero sabes que mis días son los mejores cuando estoy contigo" dijo Himawari caminando por el pacillo hasta estar junto a su novia "me siento mal, tu cena huele delicioso"
"¿y eso te hace sentir mal?" dijo ella y le dio la espalda para volver a la cocina, Hima la siguió de cerca
"bueno, ya sabes… siempre haces la cena, quisiera por una vez me dejaras darte cariño" dijo Hima
"es eso, nuestros horarios son distintos, no me importa ya te lo he dicho" Dijo su novia quien vuelve a ella con un poco de carne entre unos palillos "abre" le ordena
Hima abre grande y deja que sabor inunde su boca maravillándola con los sabores y mandándola al paraíso "cada día te superas, estoy celosa"
"no digas eso, a mi me gustaría ser tan buena en la cocina como lo eres tu Himawari" le dijo
"estoy fuera de practica"
"no lo estas, creeme" expreso con una sonrisa "ahora ¿quieres cenar o prefieres darte un baño o…"
"preguntaras si te prefiero a ti" Hima dijo y envolvio sus brazos en la cintura delgada de su novia y la atrajo cerca para un beso "me moria de ganas por volver a probar tus labios" dijo sonrojada pero con firmeza
"¿no te alcanza con lo de esta mañana?" dijo su novia igualmente sonrojada y emocionada en cierta parte que Hima comenzaba a sentir por su cercanía cuerpo a cuerpo
"sabes que no" Dijo y moviendo sus caderas mas en circulo estimulo a su novia un poco mas "y tal parece que tu tampoco"
"detente… ahora no…"
