Ferb siempre madurará antes que Phineas y será el primero en darse cuenta de algunas cosas que ocurren entre ellos.
Con este fic cierro el 2010, dedicado a Koushiro quién revivió mi gusto por escribir aquí. Felices Fiestas y un mejor Año Nuevo *la achucha* Oh, y pido desde ya ese fic de Batman... Batman~
Excusas
"Es de pocas palabras" resultaba explicación suficiente en boca de Phineas, cuando alguien preguntaba sobre la mudez de Ferb.
Saber qué decir siempre había sido un privilegiado don y, al mismo tiempo, una de las razones por la que Ferb no solía hablar mucho. A la gente no le agradaba un sabelotodo y, visto de forma simple, no existía la necesidad de hablar cuando, era obvio, podía hacerse comprender por esa persona en particular.
¿Y los demás?...
Bien, era egoísmo.
Pero Ferb pensaba que realmente no los necesitaba; no, sí Phineas estaba con él.
Y entre el saber hablar pero no hacerlo, curiosamente, las excusas para cierta situación se le daban en forma natural.
–Phineas...
De una cama a la otra no había distancia suficiente como para que alzar la voz se convirtiera en algo necesario. En el silencio de la noche, cuando la familia Flynn dormía, hasta el mínimo sonido, al parecer de Ferb, era escandaloso. Desde el tic–tac de fondo, a causa del reloj despertador, o las burbujas que exhalaba el volcán de la pecera; todo.
Aún así, esperaba escuchar esa voz.
–¿Hmm?
Ferb curvó los labios, consciente de que Phineas había hecho un esfuerzo por responder.
–Nada –replicó el peliverde.
Con un poco de práctica, una dosis de observación y el sólo hecho de querer, ¿qué tan complicado podía ser elegir las palabras correctas e irlas soltando poco a poco, cuando el otro estaba más dormido que despierto y decía que sí a todo, sin importar qué?
Lo había hecho una vez por simple curiosidad y, después, se encontró repitiendo, presionado por la adrenalina, como si de una droga se tratara y la plácida sensación que le seguía fuera intoxicante.
Era normal, pues se trataba de Phineas.
Ferb no era mentiroso, sólo le resultaba inevitable buscar una que otra excusa para algo como ello.
–Phineas...
–¿Heh?
–¿Por qué... –inició con voz baja –insistes tanto?
–Ah, ¿yo? –de haber estado más cerca, Ferb hubiera sido capaz de ver como Phineas arrugaba el entrecejo intentando comprender a qué se refería el otro.
–Sí. En ir allá –otros pensarían que se aprovecha pero, cuánto distaba la realidad de ello –a tú cama.
El suelo estaba helado, así que atravesaba sereno pero aprisa la distancia entre una y otra cama, el mueble crujía cada que él subía al colchón y Phineas se removía cuando finalmente, tras colarse bajo las mantas, Ferb se acomodaba contra éste.
Y con un escalofrío, tan intenso que le dejaba sensible, Ferb sentía a Phineas respirando contra su cuello mientras éste le abrazaba y esbozaba una pequeña, pero sincera, sonrisa.
–Ferb...
–Hmm –éste imitaba el murmullo del otro, apretando apenas los labios.
–Ferb –repitió el menor –a–ahhm...
El peliverde volvió a moverse, sujetándole estrechamente al tiempo que colaba una pierna entre las del menor.
–Mejor, ¿así?
Una leve afirmación y otra vez reinó el silencio.
El más alto de los Flynn sonrió recordando que, ellos, ya no eran niños y que las balsas inflables como camas habían quedado atrás hace mucho tiempo. Ahora, aunque usara excusas para invadir la cama ajena, estaban descubriendo algo para lo que no habría vuelta atrás.
Y Phineas también lo sabía, a pesar de que dejara a Ferb creer que sólo hablaba dormido.
~*FIN*~
