Notas de la autora: Bien, este es mi primer fanfic, quise hacer algo distinto ya entenderán a medida que avance la historia, espero que les guste y recibo criticas jejeje, no soy escritora ni nada de eso pero aquí va! Ninguno de estos personajes me pertenece, a excepción de unos que invente para la historia. DISFRUTEN! :D Capitulo I : El idiota de Harold.

Oh! Amado mío, dueño de mi corazón, de mis sueños, pensamientos, jamás y repito jamás dejare de amarte, pasen mil años seguiré sintiendo este profundo amor hacia ti. –Recitaba una enamorada chica rubia de 9 años contemplando su relicario en soledad, escondida detrás de un típico basurero en el patio de su escuela, mientras observaba a su eterno enamorado de cabellos rubios. De repente, como de costumbre, la chica se percata de que un niño de lentes la miraba, recibiendo el chico un golpe como siempre-

¡Pero Brainy! ¡¿Por qué rayos siempre me estas espiando?! – Enojada preguntaba al golpeado chico, pero este solo estaba callado, sobándose su rostro-

¡Ugh! –Hizo con desprecio la rubia – Mejor me largo de aquí, lejos de ti idiota –Al decir esto da media vuelta para encaminarse donde su eterna amiga phoebe, pero no contaba con que de repente caería al suelo sin poder evitarlo-

¿Pero qué? –Dijo con confusión la rubia-

¡Perdón Helga! –Decía arnold preocupado intentando levantarse del suelo para ayudar a la chica con la que tropezó-

Aléjate de mi zopenco –La chica se levanto bruscamente e hizo a un lado la mano de ayuda que le ofrecía arnold- Pero que estúpido eres cabeza de balón, deberían entregarte el premio al mayor tarado del planeta, ahora córrete de mi camino y dejate de molestar –Mostro enfado la chica-

¡Vaya Viejo! – Le hablo Gerald dándole palmadas en el hombro- Esa chica no terminara jamás a lo que arnold responde con un gran suspiro de cansancio.-

Volvamos al juego mejor –Le dice arnold al chico moreno-

-Pasa un rato y suena el timbre que les avisaba que debían entrar a clases, y una vez todos en el salón el profesor procede a informar la actividad que tenía planeada para ellos.-

Bueno queridos alumnos –Habla el profesor- Esta semana tendremos una tarea muy importante e interesante, los reuniré con un compañero y deberán entregarme un informe de todo lo que puedan saber de él, como por ejemplo: Comida favorita, color preferido, con cuantas personas vive, las cosas más significativas de su carácter, entre otras cosas, comencemos a nombrar las parejas que he armado, por favor Lorenzo, ¿Puedes pasar al pizarrón a escribir a los chicos que te valla nombrando? –El chico asiente, pasa al pizarrón y el profesor le entrega un plumón-

Bien Lorenzo escribe; Rhonda trabajaras con Curly – La chica solo azoto su cabeza al escritorio mientras el chico celebraba- Phoebe y Sid, Lila con Arnold…. –Así el profesor fue nombrando a las parejas hasta nombrar a la rubia- Bien Helga tu trabajaras con Harold, bien muchachos reúnanse para que se coordinen con el trabajo.

No puede ser que me haya tocado con ese idiota –Refunfuñaba la rubia entre dientes-

No digamos que yo estoy contento con esto orejas de chivo –Le dice un chico robusto sentándose al lado de la rubia al escuchar lo que decía-

Qué te pasa idiota ni que hubiera querido trabajar con un elefante, que pasa si vas a mi casa, tal vez la aplastes con tu panza –Comentaba la chica enfrentando a Harold con furia, ella solo quería trabajar con su amado y le daba rabia verlo con la señorita perfección-

-Todo el curso lanza una enorme risa al escuchar el comentario de la rubia-Ya Helga, por favor trabaja en paz –La regaña el profesor-

-Mientras la chica solo pensaba- Amado de pelos rubios, oh! Rey de mi amor no puedo creer que el destino haya sido tan cruel y me separara de ti y llevarte hacia esa que me roba tu dulce atención, que no daría por estar en su lugar.

Ya Helga tenemos que hacer el trabajo –Le decía Harold- ¿Qué vamos a hacer?

Terminemos con esto luego gordinflón, ve hoy a mi casa después de clase y haremos el estúpido trabajo lo más rápido posible –Dijo la rubia despreciablemente, a lo que Harold solo rodo los ojos y respondió un "bueno" de mala gana-

-Paso el día escolar normalmente y había llegado la hora del terrorífico trabajo que Helga debía hacer con Harold-

¡Hija! –Grita Miriam a la chica rubia- Acaba de llegar un amigo tuyo, dice que deben hacer un trabajo-

¡El no es mi amigo! –Grita con enfado la rubia desde su habitación- Dile a ese idiota que suba-

-La madre de la rubia da una sonrisa- Sube muchacho.

Gracias señora –Dice Harold un poco incomodo, sube las escaleras hasta la habitación- Estúpidas escaleras, estúpida Helga –Refunfuñaba en el camino-

Hola bola con patas –Dice la rubia con tono de burla-

Ya trabajemos que me quiero ir a mi casa –Dijo Harold sentándose en una silla y acomodando sus cuadernos encima del escritorio-

-Los chicos avanzaron el trabajo no muy a gusto, peleaban cada cinco minutos y ambos estaban hartos-

¡Hija! –La llama Miriam- Ven por favor que tu padre nos tiene que decir algo importante.

Ya voy Miriam- Responde la chica a gritos- Espérame aquí idiota vuelvo en un segundo –Helga desaparece por la puerta dejando solo a Harold en su habitación-

¡Ah! –Exclamaba Harold agotado- Esta Helga sí que es fastidiosa –Se decía a sí mismo-

-Por el aburrimiento comenzó a hurgar en los cajones del escritorio de la rubia hasta que encontró un curioso librito rosa, sin dudarlo lo tomo y comenzó a leerlo-

Amor de mi vida….Bla, bla, bla… Cabellos dorados… Bu, ba, ba… ¿Pero qué? –Dice con sorpresa el chico- ¡¿Te amo arnold?! ¡Helga ama a arnold! –Exclama sorprendido, pero esboza una pequeña risa malvada- Esto tienen que saberlo todos- Toma el libro y lo guarda en su mochila, baja rápidamente las escaleras y se va de la casa de Helga sin que lo noten, ya que Helga se encontraba en la cocina con sus padres-

¡¿Qué?! –Grita Helga en la cocina- ¿Cómo que tendremos que irnos a Inglaterra? No, yo me quedo aquí.

Entiende Olga, es mi trabajo y nos vamos si o si para alla asi que empieza a despedirte de tus amiguitos, tienes una semana. –Dice Bob saliendo de la cocina, Helga furiosa se va a su habitación-

Bien gordinflón ya llegue –Dice en tono enojado, pero observa su habitación y ve que Harold no estaba- ¿Qué rayos paso con ese idiota? –Se pregunta sin darle mucha importancia, se sienta en su cama, saca su relicario y lo mira con tristeza-

No puedo creerlo mi amor que nos vayan a separar. –Dice soltando unas pequeñas lágrimas, pero la interrumpe su madre quien entra a su habitación-

Helga, tranquila, tengo algo que proponerte si no quieres ir con nosotros. –Le dice la mujer dándole una sonrisa-

¿Eh? ¿De qué se trata Miriam? –Pregunta curiosa la chica-

Bien, yo tengo una hermana que vive al otro lado de la cuidad, si prefieres quedarte aquí puedo hablar con ella para que te quedes en su casa y yo cada cierto tiempo vendría a verte, ¿Qué te parece?

¡Perfecto! –Dice alegre la chica- Pero no sabía que tenias hermana.

-Lanza una risa- No, ahora lo sabes. –Dicho esto sale de la habitación y deja a Helga nuevamente sola-

Qué alegría, no tendré que separarme de ti mi amor. –Dice Helga al relicario mientras baila en su cuarto feliz-

El día siguiente de clases sería un buen día para Helga, aburrido como siempre, pero relajada de que no tendrá que separarse de su amor, llega a la escuela feliz, entra a su sala de clase, pero de repente un chico se sienta cerca de ella.

Hey Helga –Le habla el chico-

Que quieres niño rico –Dice fastidiada la rubia-

Nada solo quería saber cómo estabas, claro si no hay problema. –Dice Lorenzo mirando a la rubia-

Y a ti que rayos te importa –Le responde mal humorada-

Sin poder decir nada mas llega el profesor y comienzan las clases, el día paso como todos los demás, hasta que llego la hora de salir y cuando Helga iba caminando por la salida de la escuela se da cuenta de que todos sus compañeros estaban reunidos, sin aguantarse la curiosidad va a donde estaban ellos.

¡No puedo creerlo! –Se escucha la voz de Rhonda gritando- ¡Es que esto no puede ser obra de ella!

Si es de ella –Decía Harold- Tiene su firma, además que lo tome de su habitación. –Todos los chicos reían a carcajadas-

Vaya viejo –Dice Gerald- ¿Qué opinas de esto Arnold?

¿Qué? –Dijo el rubio abriendo los ojos como platos-

¿Qué acaso también amas a Helga? –Le decía Sid burlescamente mientras se reía-

¡Ya basta! -Grito Arnold muy enojado-

¡Miren, miren ahí viene tu amada Arnold! –Dijo Harold entre risas apuntando a Helga quien se acercaba- ¡Oye Helga! –Le grita-

Qué diablos quieres gordinflón –Dice la rubia acercándose al grupo que reía sin parar sin ella entender por qué-

Ya Arnold dile algo –Decía Sid dándole codazos al rubio-

¿Qué rayos pasa aquí? –Pregunta extrañada la chica-

¡Hay! Luz de mis ojos, amor de mi vida, bla, bla, bla. –Recitaba Harold mientras todos reían a llorar. Helga quedo helada al ver que en sus manos estaba uno de sus incontables diarios-

¿Helga, es cierto eso? –Le pregunta Rhonda-

¿Qué? Yo no… -Dice confundida la chica rubia-

En ese momento Sid, Stinky y Harold se ponen a cantar.

¡Helga ama a Arnold, Helga ama a Arnold!

¡Ya basta! –Grita Arnold- ¿Helga es cierto que ese libro es tuyo? –El chico rubio mira fijamente a la chica esperando una respuesta-

¿Pero qué? –Dice Helga- ¡Idiota te romperé los huesos Harold!

Arnold controla a tu novia –Decía Sid riéndose-

¡Ella no es mi novia, nunca lo ha sido y nunca lo será, ni en sueños ya paren! –Grita el chico rubio enfurecido-

Todos quedan congelados con la reacción de Arnold, pero en especial un corazón se había roto en mil pedazos en ese instante, Helga no soporto y salió corriendo del lugar, pero ella no se dio cuenta de que alguien la seguía.

Helga rompe en llanto como nunca antes, estaba demasiado dolida, nunca pensó que esto pudiera pasar, sentía el corazón roto y el dolor era insoportable, solo quería desaparecer en ese momento.

¿Por qué esto me tiene que pasar a mí? –Dice entre sollozos. De repente alguien toca su hombro, a lo cual ella no hace nada el dolor la tenia inmovilizada.-

Por favor tranquila, no llores. –Escucha una voz que intenta calmarla-

Seas quien seas déjame en paz. –Dice llorando con fuerza-

-El chico saca un pañuelo para entregárselo a Helga.- Toma seca tus lágrimas y mírame.

Helga toma el pañuelo, se da vuelta para ver quien la siguió y aun con lagrimas en los ojos distingue a Lorenzo.

¿Por qué me seguiste? –Habla con un tono bajo y depresivo-

Porque vi lo que paso y me pareció terrible, imagine que necesitarías a alguien en este momento o ¿me equivoco? –Mira a la chica a los ojos-

Helga al sentir el corazón pesado no aguata más y abraza al chico mientras rompe en llanto.

No sé qué hacer ahora, mi vida aquí termino, no seré capaz de volver a la escuela. –Dice mientras caían lágrimas de sus ojos-

No digas eso, ven te llevare a tu casa.

Helga acepta y Lorenzo la lleva a su casa y al llegar ven que no hay nadie, así que el chico decide quedarse con ella un rato a lo que la rubia no se opone porque necesitaba desahogarse, por lo que abre su corazón por primera vez, el chico pelinegro escucho atentamente cada palabra.

Vaya –Exclamo el chico- ¿Y todo eso has hecho por Arnold? De verdad me sorprende, nunca me lo imagine.

Si lo sé –Le dice la rubia- Yo soy la ruda, la que golpea, la que insulta, la que no es amigable, y un largo etcétera.

No digas eso, yo nunca creí eso, no pienses que todos opinan igual, tienes una muy buena amiga que ha sido incondicional contigo. –Dice animando un poco a la chica-

Si lo sé, creo que es hora de un cambio, pero no seré capaz de mostrar mi cara en la escuela de nuevo. –Dice con cara de preocupación-

Tranquila ahora tienes un nuevo amigo que te ayudara en todo. –dice sonriéndole-

Gracias Lorenzo. –Dice la chica rubia dando una pequeña risa-

Bien Helga me tengo que ir, nos vemos mañana. –Se dirige hacia la puerta- Ah, mañana te vendré a buscar para ir a la escuela. –Dicho esto solo abre la puerta y sale de la casa de la rubia-

La chica se va a su habitación y solo piensa que es lo que hará, todos saben su secreto no podrá mirar más a la cara a Arnold, rodaban esas palabras en su cabeza hasta que se quedo dormida.

A la mañana siguiente, muy temprano apareció por la casa de Helga quien lo había prometido, la chica sabia quien era así que tomo sus cosas y salió de su casa subiendo a la limusina que llevaba a Lorenzo todos los días a la escuela.

¿Cómo te sientes? –Le pregunta el pelinegro-

Creo que bien, preparándome para lo que viene este día. –Dice un poco nerviosa-

El resto del camino Helga no dijo una sola palabra, llegaron a la escuela y antes de siquiera entrar ya había recibido la burla de un chico de otra clase, esto hizo que la chica apurara el paso, hasta llegar al salón, se sentó en su banca de siempre esperando que comience la clase, pero un grupo de chicos comenzó su espectáculo contra la rubia.

¡Hola mi vida! –Dijo Harold burlón, mientras todos reían-

Después entro Rhonda con unos pasteles los cuales tiro sobre la chica.

¡Ups! Lo siento Helga, pero dile a tu novio que te ayude a limpiar. –Lanza una carcajada, y la rubia solo corre al baño, Phoebe la sigue lanzando una mirada de enojo sobre la chica pelinegra-

¿Helga? –Pregunta la oriental buscando a su amiga en el baño-

Phoebe no voy a aguantar esto, lo decidí me voy a Inglaterra con mis padres. –Dice la chica mientras se miraba en el espejo-

¿A Inglaterra? –Pregunta curiosa-

Si, Bob logro un negocio allá y tenemos que irnos con él, pero Miriam me dio una opción para quedarme pero después de esto no lo hare.

Bueno Helga es tu decisión. –Dice un poco triste la oriental- Voy a buscar pañuelos para que te seques. –Sale del baño y se encuentra con Lorenzo-

¿Como esta? –Pregunta preocupado el chico-

No está muy bien, se va a Inglaterra. –Agacha la cabeza en son de tristeza-

No puedo creerlo, bueno cambiar de aire puede que le haga mejor y se olviden todos de lo que paso. –Dice el chico un poco triste-

Justo ahora que te decidiste a hablar con ella, te dije que lo hicieras antes. –Dice Phoebe regañando al chico-

Por favor Phoebe no digas nada. –Suplica Lorenzo-

Tranquilo no diré nada. –En ese momento llega Arnold y justo Helga sale del baño-

¿Y ustedes? –Pregunta la rubia al ver a ambos chicos conversando-

Nada Hel, solo hablábamos. –Le responde la oriental-

Helga. –Los interrumpe Arnold- ¿Puedo hablar contigo?

Bu…bueno. –Responde nerviosa la rubia-

Ambos chicos se apartan un poco para poder conversar.

¿Es verdad todo eso que decía el libro? –Pregunta Arnold-

Sabes déjalo así y punto –Desvía su mirada al suelo-

Está bien, pero sinceramente para mí es un alivio no hablar del tema, solo espero que todos olviden esto rápido.

-Estas palabras saca a Helga del cuadro.- ¿Qué me dices?, ¿Te sientes aliviado?

Es que Helga tu sabes que, bueno a mí me gusta otra chica, además tu eres violenta, brusca, burlona, eso no es para mí, espero que entiendas. –Dicho esto se da media vuelta y se va antes de que lo vean con ella o si no sería objeto de muchas burlas-

Violenta, brusca, burlona… Esas palabras se recalcaban en la cabeza de Helga, definitivamente no la conocía, no entendería porque ella es así, lo mejor sería irse a Inglaterra, eso le haría bien.

¡Sí! Lo decidí, me voy a Inglaterra. –Dijo convencida- Lo mejor que me pudo pasar justo en este momento es ese dichoso viaje.

Paso el día y Helga se fue corriendo a su casa busco a su madre.

¡Miriam! –La llamaba-

¿Qué pasa Helga? –Pregunto la mujer-

Lo decidí, me voy con ustedes. –Dijo triste por la decisión que debía tomar-

Bien hija, pero nos vamos mañana, tu padre adelanto el viaje, así que ve a arreglar tus cosas.

Bien Miriam. –Se va a su cuarto a empacar sus cosas y a prepararse para el tremendo cambio que le esperaba-

Helga te buscan. -Le grita la madrea a la rubia, la chica baja rápidamente y se asoma a la puerta-

¿Lorenzo pero que haces aquí? –Pregunta extrañada-

Solo quería saber cómo estabas. –Le respondía el chico-

Bien, y espero estar mejor, mañana me voy a Inglaterra. –Dijo agachando la mirada-

-Lorenzo solo mira a la chica.- Pero mantendremos contacto supongo, digo por correo podemos chatear ¿te parece?

Por supuesto que si –Dijo la chica dando una sonrisa- Ahora tengo que arreglar mis cosas-

Bueno. –Dice Lorenzo agachando la mirada y evitando la tristeza- Ahí hablamos, adiós.

Adiós y muchas gracias por todo de verdad, por favor dile a phoebe que se contacte con migo también. –Dice la rubia-

No te preocupes yo le diré, ah y antes que se me olvide, toma. –Saca de su bolso y le entrega su libro rosado-

Lo recuperaste… gracias.

Me costó un poco pero logre quitárselo. –Lanza una pequeña risa- Bien adiós. –Da media vuelta, sube a la limusina y se pierde en el camino.

Helga al terminar de empacar sus cosas toma una cajita, en la cual guarda algo y pone una nota, sale rápidamente de su casa y llega hasta la casa de Arnold donde deja esa cajita en el suelo y luego golpea, una vez hecho esto corre de vuelta a su casa.

Así llego el día en el que Helga debía partir, y sin más junto a sus padres fueron a Inglaterra donde a la rubia le esperaba una nueva vida. ¿Qué pasaría a partir de ahora?...