EL DESPERTAR:

Despierta.

¿Quién me llama?

Abre los ojos.

¿Quién eres?

Abro los ojos con dificultad. Veo a través del cráter a 15 metros de mí el oscuro cielo estrellado, la nieve que entra ligera hasta que toca mis mejillas. Y la Luna. Esa enorme y brillante luna. Me rodean paredes de roca cubiertas de musgo. Me incorporo. Veo que llevo fuertemente agarrada en la mano una flauta de madera. Me toco la cabeza y noto el relieve de la diadema que llevo puesta. Confusa me pongo en pie.

¿Cómo saldré de aquí?

El viento.

Otra vez esa voz.

Me ha parecido… No puede ser. ¿Me está hablando la luna?

Miro hacia la Luna sin comprender lo que está pasando. Noto en el rosto una brisa que llega desde arriba.

Utiliza el viento.

Sin pensar levanto el brazo y hago un giro de muñeca. Delante mío se crea un pequeño remolino que se transforma en dos aves echas de aire. Una está formada por una brisa blanca y suave, la otra de nubes tormentosas y relámpagos chispeantes, las dos se parecen a un cuervo pero con picos mas puntiagudo y delicados, y colas y alas mas largas. Río asombrada mientras salen volando.

Increíble… ¡El viento me obedece!

Sin cuestionarme lo que acabo de hacer cojo aire, concentro todas mis energías en controlar el viento a mí alrededor y el aire me impulsa al exterior. Siento la nieve fría bajo mis pies descalzos y observo los arboles que me rodean. Inspiro profundamente capturando los olores del bosque: nieve, humedad, corteza de árbol, que se mezclan con las melodías de la naturaleza: un ramita quebrándose bajo la pata de un ciervo, un búho solitario... Cuando una risa nerviosa se forma en mi garganta las dos aves de viento se posan en mis hombros y acarician mi cabeza con la suya. Pero la sonrisa se me cae de golpe. Por ultima vez dirijo la mirada hacia la Luna.

Mi nombre es Juliet Aura.

¿Que cómo lo sé?

La Luna me lo dijó.