Edward, lucho conmigo por no decir tu nombre
Mi garganta quema, cada vez que lo pronuncio.

Y sé que no volverás.

Pero si mi subconsciente puede recordarte, lucharé por albergar esperanzas.
Ya no hay un corazón en mi pecho, si no un vacío inmenso sin utilidad. Si, sin utilidad, porque no me importa mi corazón, la vida ya no la necesito, no si tú no estás aquí.

Quiero que alguien escuche mis pálpitos cuando son desenfrenados, y que acaricien mis mejillas cuando la sangre se pose en ellas…Pero la luna, es la única que me observa ahora, silenciosa.

Y sigo abriendo mi ventana por las noches, en busca de que aparezcas a mi lado cada mañana.

Existes, se que existes. No podrás hacerme cambiar de opinión. Mi mente, jamás sería capaz de crear algo tan hermoso. Y yo, no me engañaría tan fácilmente.
Yo te toqué, te rosé, te sentí. Nunca lo podrás borrar de mi.

Extraño tu sonrisa, torcida. Esa que me deslumbraba todos los días.
Y tu aliento gélido, frío que me hacía sentir caliente.

Tus ojos dorados, llenos de fuego, que me miraron tantas horas seguidas. Tu cabello, despeinado, en el que mis manos alguna vez se hundieron y por sobre todo, extraño sentirme amada por tí.

El mundo es inseguro si tú no estás. Necesito tu calor tan frío, y tus abrazos fuertes.

Anhelo tu obsesión por mis ojos marrones. He olvidado porque los amabas tanto. ¿Podrías hacerme recordar? .

Quiero que huelas mi cabello, y que te tientes a beber mi sangre. Quiero que beses mi cuello, justo en donde mi vena palpita, y que inhales y repitas con esa voz tuya, que nunca te cansarás de respirar mi fragancia.

Quiero que me digas que mi sangre te canta.
Quiero que me recuerdes, porqué me elegiste.
Quiero que toques mi pecho, en busca de mi corazón.
Quiero que seas obsesivo.
Quiero que me cuides, que me protejas.
Quiero aferrarme a tu vida, como si fuera la mía.
Quiero hacerte el amor.

Y te odio Edward Cullen, por no poderte olvidar jamás.