Notas del autor: Volví sííííí! muahahaha al fin…Después de este semi retiro inconsciente, jaja la verdad es que he vuelto para cumplir debidamente con mi promesa que ya va desde que escribí "Tonto", así es la historia larga que prometí y este será el primer capitulo.

He disfrutado mucho escribiendo este primer capitulo, a decir verdad me cuesta mucho hacer historias largas así que este es mi propio reto personal xD.

Este fic será ambientado en Plastic Beach.

Adv: Yaoi (que novedad)…Ósea hello este fic será muy gay xD

Couple: Mud/2D

Resumen: Cada quien tiene sus motivos…Eso cada quién lo sabe bien, qué tan grande es tu orgullo?

Soledad

Una tenue luz roja iluminaba su escondido cuarto, aquellas ventanas…Malditas cosas, eran tan profundas, se perdía en ellas, en su profundo color azul, que no acaba hasta más allá del horizonte, donde su vista comenzaba a engañarlo. Simplemente inmenso…Y él ahí tan pequeño, débil y enjuto.

Quiso tocarla, pero fue incapaz, ese era el principal motivo, de aquel estado que rayaba constantemente entre la leve cordura habitual y el pánico demencial que lo embargaba cada vez que veía esos pequeños ojos negros.

De la bestia.

Sí, la bestia, su celadora. Aquella enorme masa de piel, grasa y músculos marinos que vivía acechándolo constantemente desde las profundidades, apareciendo sin previo aviso como la enorme mole azul que era. Nunca sabía donde estaba, pero de algo estaba seguro, ella sabía siempre donde estaba él y eso le helaba los huesos. Lo veía dormir, comer. Lo que sea, ella siempre estaba ahí, mirándolo con esos orbes gélidos, negros, como pozos, sin emoción.

Y la verdad era que el siempre había temido a las cosas grandes, porque contra a ellas no se puede luchar, convierten en inútil hasta al más fuerte. Porque nada sobrepasa esa inmensidad…He ahí el principio de la fobia.

Viéndolo de esa manera, explicaba su estado, de prisionero, de víctima, de idiota de turno, dejándose dominar por ese cabrón egoísta que estaba arruinando su vida.

No era que antes de todo eso tuviera una graaan vida pero…La estaba arruinando de todas formas.

Desde el momento en que con una ingenua sonrisa lo dejó entrar. Sin reservas, como a todo, porque no temía. No era como ahora, que el miedo se deslizaba por cada una de sus venas, corriendo frío junto con su sangre, sudor y lágrimas. Paralizando sus tendones, desgarrando sus músculos. En ese chocar constante de sus dientes, con sus pupilas contraídas.

Después de todo, lo convertía en un inútil…Solo útil para lo que él y solo él necesitaba. Y rara vez pensaba en lo que pasaba con el, con la excusa de que no pensaba y su cabeza era un coco vacío que sujetaba cabello bonito. Pensaba poco, era cierto, pensar era doloroso y la cordura se pagaba con un ardor flagelante abriéndose paso por las paredes de su pecho. Por eso no le gustaba ser muy consiente y se limitaba a actuar, solo eso.

Esa era la razón por la que abrazaba sus rodillas y temblaba. Porque no podía hacer otra cosa. El sudor frío de deslizaba como una extraña caricia por detrás de su cabello, pasaba a su cuello y se perdía en su espalda, empapando su sudadera blanca.

Mientras su sombra se extendía como una negra mancha difusa que se dibujaba débilmente sobre el piso sucio e irregular cubierto de prendas sucias y restos de comida de hace no más de una semana. Ya iba cuanto?...Cuatro días, no lo sabía con seguridad, bajo el mar era difícil ver el paso del tiempo.

El no bajaba, ni siquiera para grabar algo, o hacerlo trabajar y la verdad ya comenzaba a extrañarlo. Solo venía la pequeña androide nipona, con el angelical aspecto de la apacible (y desaparecida) joven Noodle, mas con el gélido corazón de un carburador para autos, que venía a dejarle comida, agua o avisarle algún capricho ocasional de Murdoc.

Y claro siempre con una enorme ametralladora colgando en su espalda junto con su bonito uniforme nazi (cortesía de Murdoc), como una leve amenaza silenciosa, por sí en algún caso a él se le ocurría escapar. Pero en esos términos, sinceramente… ¿Que era capaz de hacer? Perdido en algún punto nemo del océano, en una isla hecha de basura, el mismo en un cuarto bajo el mar con un guardia tamaño ballena, literalmente. Las posibilidades no eran demasiadas a su favor, si es que verdaderamente había algo a favor, no tenía muchas esperanzas, hacer eso era solo placer personal.

Ese era el problema, el bajista siempre se basaba en todo aquello por mero placer personal o satisfacción. Rara vez pensaba o hacía algo desagradable por compromiso, obligación o un mísero recodo de preocupación por los demás…Bueno "demás" era más dirigido hacia a su persona, pensó con pesar, pues viéndolo de ese modo, el satanista cuando todavía vivían con Noodle siempre fue muy considerado y preocupado a su manera con ella.

Quizás porque ella era una niña pequeña en ese entonces y muy en el fondo el no quería hacerla pasar por una infancia de mierda como la de él, y sin proponérselo termino convirtiendo a su banda en una especie de bizarra familia para ella, con un trío de tíos extraños.

Al menos hizo algo bueno por aquella dulce muchachita…Sonrío, siempre lo hacía cuando recordaba esos tiempos, los buenos.

Y por otro lado con Russel…La verdad es que con él siguió siendo un cabrón pero en menor medida pues nunca pudo pasar por sobre el baterista, pues con su carácter fuerte nunca se dejo pasar a llevar de ninguna forma y aparentemente el Niccals le tenía una extraña mezcla de entre miedo y respeto.

En resumen: las cosas malas de Murdoc siempre fueron exclusivamente para él, casi como una posesión personal.

Y todo porque en el fondo, quería auto convencerse de que al menos, sentía aunque fuera un miserable resquicio de preocupación real por él.

Quería que se preocupara por el.

Importarle aunque fuera un poco…

Cerró los ojos con pesadez. Quedaba poca luz, el día debía estarse terminando.

Las piernas del pequeño niño temblaban débiles, mientras cerraba los ojos fuertemente en una mezcla de dolor, ira e humillación. Una vez mas sintió aquella sensación lacerante deslizarse como una descarga eléctrica por su espalda. Mordió su labio inferior para evitar emitir quejido alguno entre sus labios, no le brindaría ese placer, no nunca más. Aunque sintiera unas gotas de sangre desplazarse por su mentón con lentitud.

Vio mover los labios de su agresor, estaba hablándole, no, gritándole, mil cosas que el no se molestaría en oír mientras veía con repugnancia como sus ojos reflejaban el más crudo desprecio hacia él.

Algo tembló dentro de sí.

Cayó al suelo con violencia rebotando contra el suelo, lo había pateado en el estomago, intento moverse mas su agresor lo detuvo al agarrarlo del cabello y estrellar su cabeza una y otra vez contra la acera, sonrió perdido, una vez más reconoció aquella sustancia caliente y espesa moverse con lentitud por entre las hebras de su cabello negro y descender por su rostro, era una sensación tan asquerosamente familiar. Volvió a intentar levantarse y débil observo como los pies de su padre lo pateaban en el estomago sin misericordia una y otra vez, cerró los ojos, su padre sonreía con un cinismo dibujado en cada una de sus facciones, escupió sobre su cara...tan repugnante.

El no escuchaba, simplemente era algo aparte a la situación, un triste cadáver vació que se limitaba a recibir la violencia en forma silenciosa alimentando a un pequeño monstruo de odioen su interior. Recibía los golpes, los insultos, las humillaciones, pero ya no le dejaría ver su vulnerabilidad, porque el era fuerte más que ese pobre diablo, y algún día lo haría pagar. Aunque tuviera que retorcer sus entrañas calientes con sus manos. El lo haría pagar.

"Buscas…algo que quizás nunca encuentres."

Miró por la ventana, el mar parecía tranquilo aquella mañana y el cielo parecía un enorme lienzo blanco sobre un atril, la vida tranquila era aburrida…Rascó su cabeza y caminó en busca de su café, bebió un poco, sintió como la amarga sustancia se iba por su garganta y comenzaba a despertarlo poco a poco.

-Sin una gota de azúcar, como mi padre…que grandísimo cabrón.-Rió sigiloso mientras dejaba la taza sobre la mesa y tomaba su caja de cigarrillos.

Observo el calendario, ya habría pasado un mes desde su llegada a la isla de basura y todo marchaba con relativa normalidad, sin rastro de Noodle y Russel, un demonio persiguiéndolo (que aparecía de vez en cuando), la androide asesinando algún subordinado de este a la orilla del mar con su ametralladora y 2d encerrado, para sacarlo a trabajar de vez en cuando.

Eso le recordó que ya hacía casi una semana que no lo sacaba para grabar ninguna canción, y la verdad era que no tenía demasiada inspiración como para sacar alguna. Pero él estaba encerrado también en la isla y a veces se sentía algo solo, tal vez sería buen momento para sacar a su vocalista del encierro, al menos por una par de horas hasta que volviera a fastidiarle su presencia.

Y que tal? Triste la infancia del pequeño Muds...Bueno ya irán apareciendo más personajes y desarrollare más cosas y por supuesto habrá yaoi pero tardará un poco. Quiero que sea esa historia complicada xD, me inspire un poco en un one-shot de Sherloc Holmes llamado "Simbiosis". Una trama parecida en el tema de lo perjudicial. Bueno eso es todo.

Dudas, quejas, tomatazos, sugerencias…O ideas son bien recibidas.