Disclaimer: Victorious y sus personajes no me pertenecen.
Nota de autor:
Bienvenidos a todos los que se les ocurrió dar click en este fic. Creo necesario contarles un poco de su historia, así que aquí vamos.
Hace exactamente un año, el 26 de febrero del 2014, publiqué mi primer fic. No era fan del fandom en español y leía mucho en inglés así que lo publiqué en ese idioma.
Lo terminé con mucha alegría el 10 de agosto del 2014, después de 50 capítulos y me dije: «debo traducirlo un día», pero otras historias ocuparon mi tiempo y no lo hice.
Hoy en la mañana pensaba que hacer para festejar mi aniversario en FF y decidí publicar el primer capítulo hoy y seguir periódicamente cada semana.
Le tengo mucho cariño a este trabajo. Cuando yo inicié a leer fics de Victorious me faltaba algo, quería tener una historia que se asemejara a una serie de televisión, con plots y cambios inesperados, con muchos personajes, con un mundo más amplio del que veía en la serie de Nick, así que me aventé por escribir y este es el resultado.
Yo espero que les guste, pero antes de que inicien les hago una advertencia:
Este es un fic Jadecentric, lo que quiere decir que Jade es la principal y todos los demás son secundarios, aunque mucha trama se desenvuelva con ellos. Terminará en Jori, para todos los que necesitaban saber eso para iniciar a leer, pero no esperen que pase en el segundo capítulo, que ustedes me conocen y a mi no me gusta correr con mis historias, me gusta darles aire, sentir que se desenvuelven como sucedería en la vida real.
Una vez más gracias por darle un chance y espero verlos por ahí con sus comentarios.
Empecemos.
Tres meses en el futuro
—¿Beck? ¿Hablas en serio? No me gusta Gaby.
Jade no podía creer lo que estaba escuchando de su ex novio y mejor amigo.
—Tienes que aceptarlo. Cada vez que estamos juntos te pones súper nerviosa, no sabes dónde poner las manos y comienzas a tener pequeños ataques al corazón —se burlaba mientras ella se impacientaba, cada vez más nerviosa.
—Eso es porque la odio ¿Cómo puedes decir que me gusta? En serio Beck, ¡yo no soy gay! —Jade mordía instintivamente su labio y le dio la espalda, porque, después de todo, él tenía razón. Por Gaby ella era gay… muy gay, súper gay. Se había descuidado tanto al verla de lejos, que dudaba que el mundo entero no lo se haya enterado aún.
—¡Oh, la odias! —señaló el chico sarcásticamente.
—¡Sí! —Jade gritó como si pudiera convencerlo.
—Claro, porque siempre miras con ojos de cachorro a medio morir a las personas que odias. —Insistió—. ¿Y qué pasó en la fiesta de día de gracias, cuando la viste llegar con ese vestido rojo? Tu mandíbula estaba en el suelo al igual que el resto de nosotros. No le podías quitar los ojos de encima —dijo, una vez más entre risitas que terminaron sacándola de sus casillas.
—¡Basta! —le gritó, no estaba lista para aceptarlo, ¿por qué no podía dejarla en paz?
—Jade, terminamos hace más de dos meses, somos amigos, sólo estoy tratando de ayudarte, que te des cuenta de que está bien y si te gusta, deberías intentar acercarte a ella. —Él la tomó suavemente del hombro y la dio vuelta con su mano para poder verla a los ojos y dejarle en claro que no tenía por qué temer.
—Ella es hetero Beck —le susurró—. Además, puede que yo sienta algo por ella, pero ¡yo no soy gay! —dijo levantando la voz.
"Quizás no debí haber dicho eso", pensó por un segundo, sintiendo que pudo haber herido los sentimientos de su amigo.
—Nunca se sabe. Si aguanta toda tu basura, tal vez es porque, a ella, también le gustas. ¿Y qué hay de malo en ser gay, Jade? —preguntó un poco molesto. Ella sabía que no debía haber dicho eso.
Jade lo miró muy preocupa. No quería que nada cambie, ser diferente ahora, salir del closet. Él debía saber lo difícil que era todo eso para ella.
—Somos amigos, de hecho, tú eres mi mejor amiga, siempre te apoyaré y te amo Jade, no importa lo que decidas, pero tengo que pedirte que por favor dejes de molestar a Gaby. Ella no es estúpida, va para llegar un punto en el que no puedas remediar lo que hagas y lo lamentarás. —La abrazó, besó su mejilla y caminó de salida hasta su coche.
La chica de los ojos azules empezó a sentir pánico una vez que su ex-novio se fue. Tenía que empezar a cambiar con esa chica que venía dándole vueltas desde hace unas semanas o nunca sería… ¿su novia?
"¿Qué diablos me pasa? Yo sólo quiero…", negó con la cabeza mientras se decía a si misma: "¡NO, PARA! Deja de pensar, simplemente, ¡ALTO! Gaby nunca se va a fijar en mi, nunca. Me he portado horrible con ella últimamente, incluso peor que cuando Tori llegó a la escuela."
Ella y la menor de las hermanas Vega se habían hecho amigas hace un tiempo, todo gracias a Cat, que siempre creaba situaciones en las que las tres debían estar juntas. Y hace unos meses, cuando la pareja estrella de Hollywood Arts decidió terminar, no le importó que Tori mirara a su ex, como si fuese el hombre más maravilloso en la faz de la tierra y que ambos comenzaran a salir casi de inmediato.
Jade sabía que debía dejar de luchar con sus nuevos sentimientos, pero no podía aceptarlo todavía, al menos no públicamente.
Necesitaba tiempo para pensarlo, dejar de alejar a Gaby y tratar de ser amigas. Pero, ¿cómo? Nunca había sido del tipo romántico. Tori era la que siempre la ayudaba con todo eso cuando se trataba de Beck.
"Uf, debería llamarla y preguntarle que hacer. Pensándolo bien, no. No estoy lista para explicarle por qué quiero ser más que amigas con Gaby. No puedo dejar que nadie más sepa que soy gay".
¡Suficiente! Necesitaba dormir. Poner su mente en blanco y relajarse. Subió a su habitación y se preparó un baño caliente al cual le siguió su cómoda cama.
Mientras tanto, Beck parqueaba su coche justo fuera de la casa de Tori. Todos sus amigos estaban ahí, esperando que regresara de la misión a la que lo habían enviado. Se acercó a la puerta y fue recibido por la morena con un beso, antes de dejarlo entrar.
—Bueno, ¿hablaste con ella? —preguntó André.
—Sí, pero no está dispuesta a admitirlo aún, bueno... más o menos —dijo Beck mientras se sentaba en el sillón rojo—. Jade susurró que Gaby era hetero y que sentía algo por ella, pero también dijo claramente un par de veces era «No era gay» —hizo un ademán con sus dedos—. Hasta tuvo el descaro de decir que se comporta de esa manera porque la odia.
—¿Realmente cree que no nos hemos dado cuenta? —dijo Tori, mientras pasaba los Doritos a los chicos y se sentaba junto a su nuevo novio—. Digo, ¿recuerdan cuando solía torturarme? Esto no es así, Jade no odia a Gaby.
—Además, se le queda mirando como si quisiera comérsela viva y no de una mala manera si saben a lo que me refiero —dijo Andre jactándose de su observación mientras señalaba a Beck, que sólo se limitó a asentir con una sonrisa mientras Tori ponía los ojos en blanco.
—Deberíamos decirle que Gaby es gay, tal vez así haría cosas románticas para impresionarla como cualquier otro ser humano —añadió la latina a la conversación, obviando el gesto de su amigo.
—No podemos, no es nuestro secreto para contárselo. Además, Gaby se lo iba a decir, hasta que Jade empezó a tratarla como la mierda con su sarcasmo y burlas —dijo Beck.
—Creo que sólo está luchando consigo misma en este momento, debemos darle algo de tiempo —dijo Cat—, Jade puede ser muy terca y si la presionamos demasiado seguro y explota.
—No creo que vaya a hacer algo al respecto en este momento, por lo menos espero que cambie de actitud —dijo Beck—. Conozco a Gaby desde que éramos niños, ella va poner un límite y no va a ser sutil. —finalizó el moreno, abrazando a su novia.
En el presente
Era un día de esos en que Gaby prefería quedarse en casa y olvidarse de la escuela. Pero por alguna razón no podía mantenerse en cama por mucho tiempo.
Daban las ocho de la mañana y se encontraba en la cocina de su casa, preparando un sándwich y hablando con su mamá que, una vez más, estaba tarde para el trabajo.
—Gaby, ¿estás segura de que quieres cambiarte de colegio? —preguntaba mientras iba y venía alistando sus cosas.
—Sí, ahora que Ash se mudó, no quiero estar sola en ese lugar.
Odiaba el calabozo, nombre que le había dado a su estúpida escuela. Estaba llena de gente anormal con prejuicios hacia todo lo que no encaja en su realidad perfecta.
Ella siempre había sido abiertamente gay y eso había tenido sus consecuencias a través de los años.
Ashley, Beck y Gaby han sido amigos desde antes del jardín de infantes, pero cuando Beck se fue a Hollywood Arts a terminar la preparatoria los tres se distanciaron mucho. Ambas chicas empezaron a salir y todos los fanáticos intolerantes de la escuela crearon todo tipo de rumores a costa suya, simplemente se hizo insoportable estar ahí.
Ashley finalmente terminó mudándose con su familia a San Diego poco más de un mes, por razones de extremo cuidado, y eso puso una fuerte presión en su relación. La larga distancia apesta, pero ambas se resistían a terminarlo todo, era realmente complicado.
—Mamá, mira. He estado hablando con Beck de nuevo y creo que es una buena idea. Después de todo, sólo necesito un cambio de ambiente y esta escuela me puede ayudar con mi solicitud para la universidad. Tú sabes que quiero estudiar cinematografía —dijo con seguridad, sólo quería dejar el calabozo lo más pronto posible.
—Bueno bebé. Voy a hablar con tu papá y averiguaremos sobre la inscripción —respondió su madre apareciendo nuevamente buscando las llaves de su coche.
—Ya lo hice y entregué mi proyecto de audición. Presenté el cortometraje que hice el verano pasado, sólo tengo que esperar que la escuela llame para ver si logré entrar y entonces…
Nikki se detuvo y miró a su hija por un segundo, llena de orgullo.
—¿Qué esperabas? Tengo 17 años, sé que si quiero algo, tengo que ir a buscarlo —dijo su hija mientras bebía su café.
—Bueno, en ese caso, te deseo la mejor las suertes, estoy segura de que lograrás entrar. Tu papá y yo te apoyaremos en cualquier decisión que tomes. —La mujer tomó su bolso y se despidió mientras caminaba hacia la puerta.
Tres semanas después, Gaby mensajeaba a su amigo Beck para averiguar algo sobre la audición, no había tenido noticias y comenzaba a impacientarse. No que Gaby tuviera mucha paciencia para empezar.
Había faltado nuevamente a la escuela. Sí, era de esas chicas que si no quiere no va. Su mamá estaba consciente de que, para que su hija pudiera graduarse, le faltaban muy pocos créditos, así que no le ponía peros. Si decidía quedarse uno que otro día en casa en lugar de tratar con las comadrejas y los profesores horribles que tenía, podía hacerlo. Ya había tenido suficiente de los rumores, las peleas, las bromas, los insultos y nadie en ese lugar hacía nada. Además, se negaba a pedirles a sus padres que vayan a la escuela para lidiar con eso. Ella era una adolescente autosuficiente, no una niña, podía manejarlo sola.
De repente el teléfono empezó a sonar, pero ella no sabía dónde lo había dejado. Comenzó a levantar la montaña de ropa que había acumulado sobre su cama buscando que ponerse y… aquí estaba. era Beck.
«Estoy en la oficina del director en este momento. Déjame hablar con ella y te aviso apenas sepa algo».
«¡Genial!», le escribió de vuelta.
No podía esperar más. Si la aceptan estaría fuera de ese infierno en menos de una semana y aunque estaba segura de que no sería fácil en Hollywood Arts, cualquier cosa será mejor que su antigua escuela.
Una hora, sesenta minutos y seguía sin recibir noticias de su amigo.
—¿Cuánto tiempo puede durar una pregunta? ¿Cuánto?
«Bueno, ¿adivina qué? ¡Entraste, felicitaciones Gaby! No puedo esperar tenerte conmigo», Beck finalmente respondía.
«¿Seguro? Estabas matándome con el silencio».
«Sí, tuve que dejarlo para más tarde, la directora se encontraba en una reunión discutiendo tu audición y no me dejaron entrar, pero ya me lo confirmaron. Dijo que iba a llamar a tus padres esta tarde».
«¡Gracias amor! Te he echado de menos. No puedo creer que seremos compañeros otra vez».
Gaby le envío un último mensaje y se dirigió a la ducha. Tenía que estar en la carretera antes de las 10 AM si quería llegar temprano a San Diego y volver. Visitaría a su novia y le contaría la noticia.
Todo iba perfecto, en cinco días estaría en un nuevo colegio. Sería un nuevo comienzo, uno que esperaba hace mucho tiempo.
El lunes no demoró en llegar y Beck se ofreció gentilmente a llevarla su primer día de clases. Quería enseñarle el lugar y presentarle a sus amigos. Estaba tan emocionado como ella. Ya le había contado muchas cosas sobre su vida desde que se habían puesto en contacto nuevamente.
—¡Hola, preciosa! —dijo el instante en que ella abrió la puerta y se encontraba con un chico increíblemente guapo con el pelo recogido en una cola de caballo que la hizo suspirar. Ella podía ser gay pero no era ciega.
—¡Hola tonto! —respondió con una risita tratando de no sonrojarse y salió de su casa.
—¡Oh, ya veo! El lindo sobrenombre que me pusiste cuando éramos chicos, todavía te encanta, ¿no? —se reía encaminándose a su auto.
—Sip. Entonces, ¿estás emocionado de tenerme en tu escuela? —dijo ella mientras cerraba la puerta después de subir.
—Bueno, estoy feliz de que podamos ser amigos otra vez. Ya te lo dije hace algunas semanas, te he extrañado —dijo con una sonrisa amarga mientras prendía el coche—. Quisiera que las cosas hubieran sido diferentes y no hubiésemos perdido el contacto.
—Sí, lo sé, pero bueno. ¿Y tu novia? ¿Sabe que estás llevando a una vieja amiga al colegio? —dijo y se sorprendió de la mirada evasiva que recibía—. ¿No le has hablado de mí? —rió en voz alta.
—Es que ella es un poco... bueno, yo… yo creo que será mejor si te presento cuando todos estén presentes —respondió el moreno nerviosamente.
—Eso será interesante entonces. Espero que podamos ser amigas. Quiero decir, si ella es tu novia debe ser porque es especial y después de todo lo que me has contado, no puedo esperar a conocerla —respondió tratando de aliviar su estado de ánimo.
—¡Especial! Esa es una buena palabra para Jade. Ya veremos cómo va todo —mencionó entrando al estacionamiento—. No te preocupes, el resto de los chicos son muy amigables y cariñosos, estoy seguro de que te querrán de inmediato.
—¿Beck? —preguntó Gaby un poco insegura—. Tengo que pedirte un favor personal y necesito que realmente, realmente lo respetes. —Se ponía cada vez más seria, porque lo que estaba a punto de decirle era muy importante para ella, especialmente en esta escuela.
—Claro Gaby, cualquier cosa —respondió su amigo con cara de preocupación.
—Por favor, no le digas a nadie que soy gay —dijo dejando caer su cabeza hacia el suelo del auto por un momento. —No estoy avergonzada, sólo que… no quiero que se repita la misma historia de antes. Quiero venir y no sentirme miserable por una vez en la vida, disfrutar esta etapa y luego ir a la universidad.
—Entiendo, preciosa. No te preocupes.
—También… sobre mi papá. Me gustaría mantener eso en secreto, si está bien. —Regresó a verlo esperando su respuesta y le dio una media sonrisa que él respondió de la misma manera, tranquilizándola.
—Seguro Gaby, no voy a decir una palabra. Tú sabes que puedes confiar en mí. Ni siquiera a mi sombra. ¿Recuerdas? —Beck sonríe.
—«Una promesa es una promesa y la sellaremos con un beso» —dijeron al mismo tiempo y se rieron un poco, era un dicho que ambos tenían junto con su amiga Ashley cuando eran niños. Se besaban mucho con esa excusa.
Gaby se inclinó y besó tiernamente su mejilla diciéndole:
—Gracias.
Ambos bajaron del coche y entraron en la escuela. Sin percatarse de quién los estaba vigilando unos metros atrás.
Nota de autor:
Bueno, bueno. ¿Entonces?
¿Qué les pareció? ¿Se quedaron con la curiosidad de cómo van a darse las cosas?
Lo prometo, termina en Jori XD. Pero los invito a seguir la historia y también a dejarme sus ":)" o sus ":(".
Gracias por el tiempo y por leer. Adior.
