Desde el primer momento en que cruzó el umbral de la puerta del piso, Naruto sintió el impulso de subir todas las persianas para dejar entrar ni que fuera un poco de luz, pero puesto que no era su casa (aunque llevara una maleta esperando para ser descargada en su futura habitación) se reprimió.
–¡Qué oscuro! ¿Se puede saber como hacéis para ver por donde vais? –Preguntó Naruto en un tono demasiado alto, y sus palabras quedaron flotando en el silencio, que parecía inseparable de la negrura que lo invadía todo. Su acompañante ni siquiera le contestó. Pronto sus ojos se acostumbraron a la falta de luz y pudo ver el desorden que reinaba en el recibidor, y el comedor, que estaba justo delante.
–Ven, te enseñaré donde dormirás.
Siguió a aquel extraño chico vestido de verde y con unas cejas que superaban con creces en grosor a la media. Acababa de conocerle, pero cuando vio al rubio tirado en la calle con una maleta que contenía todas sus pertenencias a su lado, no pudo evitar preguntarle si tenía donde ir y ofrecerle seguidamente la habitación libre del piso en que vivía. No había consultado con sus dos compañeros, pero aunque dependiendo de cómo resultara ser el chico se podían enfadar, en aquel momento le daba igual.
–Eeeh… ¿Seguro que puedo quedarme aquí? –Preguntó Naruto aún extrañado de la suerte que había tenido. –No tengo dinero.
–No importa, yo por ejemplo no pago nada, no creo que vayas a tener que hacerlo tú. No se quejaran mientras no les molestes, los otros. Aunque no creo que vayas a verles mucho.
–Ya… ¿Y eso por qué?
–Bueno… Primero está Shikamaru… Cuando no está en la universidad se tira en su cama y se queda sin hacer nada, o se va a un parque que hay por aquí cerca… A no hacer nada también… Ya le conocerás, aunque yo no acabo de entender como puede ser tan vago. Y Sasuke… Él es quien paga todo. No se mucho de él… Pero aún y así se empeña en que vivamos aquí y en pagar todo aunque casi ni nos vemos. Siempre duerme todo el día y luego por la noche se va. Y te recomiendo que no le hagas enfadar…
"Pues vaya muermo de compañeros… En cuanto pueda me largo", pensó, pero se contuvo otra vez porque aquel chico había sido muy amable con él.
–Por cierto… ¿Cómo te llamas?
–Naruto… Uzumaki Naruto.
–Yo soy Rock Lee. –Se presentó con una gran sonrisa y le tendió la mano. El rubio la estrechó, poco habituado a que la gente se portara así con él. –Encantado.
–…Igualmente.
–Bueno, pues esta es tu habitación. –Le condujo hacia una pequeña estancia con los muebles básicos (cama, armario y un pequeño escritorio) que debía de ser la única ordenada del piso. –La mía es la de al lado, así que si necesitas algo… ya sabes. (NA: Sin mal pensar, eh! ¬.¬ Que nos conocemos…)
–Gracias.
Le dejó solo y Naruto se dejó caer sus pertenencias en el suelo y se desplomó en la cama. Reflexionó sobre los últimos días, y sobre lo rápido que sucedieron las cosas; unos meses antes conociendo a una chica muy mona que también parecía interesada en él y lanzándose a vivir con ella al poco, los gritos que pronto se escuchaban casi cada día debido a sus continuas discusiones, las lágrimas que caían continuamente de los ojos de ella y el bofetón que le pegó en último día que la vio… Y luego, cuando volvió a casa, encontró una maleta en el rellano con todas sus cosas y ella tan solo le gritó desde dentro que no quería volver a verle jamás.
Pronto sintió que se le humedecieron los ojos, pero ya había decidido que no iba a llorar, no por una maldita puta a la que había dejado de querer hacía ya mucho. De todas formas, y aunque ya no sintiese nada por ella, era agradable tener a alguien a su lado, era una sensación que no había experimentado hasta el momento en que empezaron a salir juntos; quizá por eso se había encariñado tan rápido con aquella chica, la única que en algún momento le había querido, aunque fuera solo un amor superficial, o mera atracción, o ella también buscara a alguien, quien fuera, para no estar sola… Quién sabe. Pero ahora ya se había acabado, y eso ya no existía. Quería hacerse el fuerte, pero necesitaba a alguien para llenar el vacío que caracterizaba su vida.
Se dirigió al baño para enjuagarse la cara y espabilarse un poco, pero cuando iba a entrar (después de probar las demás estancias y ver que la única que quedaba tenía que ser la que buscaba) la puerta se abrió ante él. De detrás salió un chico tapado sólo con una toalla enrollada en su cintura, con el pelo negro mojado pegándosele en la piel y el flequillo tapándole parcialmente unos rasgados ojos negros. A Naruto le dio un vuelco el corazón y sintió la sangre bombeando con fuerza dentro de él. Nunca se había sentido atraído por nadie de su mismo sexo, sin embargo ahora estaba siendo invadido por el impulso casi irrefrenable de acariciar esa blanca piel. Blanca… Demasiado blanca… Pero un instante después se fijó en su expresión de arrogancia y casi desprecio y el deseo dejó paso a la irritación, aunque sin desaparecer del todo.
–¿Quién eres? –La voz del chico hizo estremecerle, pero a la vez el tono que había usado le ofendía.
–Lee me ha dicho que podía vivir aquí… Es solo temporalmente. –Intentó sonar neutral con sus palabras: no le convenía enemistarse con él si por casualidad era quien pagaba todo, y le daba la impresión de que así era. –Y tú… ¿Cómo te llamas?
–Uchiha Sasuke.
Le apartó de un empujón y se fue sin ni siquiera preguntar a Naruto cómo se llamaba él, cosa que crispó los nervios del rubio. Cerró los puños con fuerza intentando no descargarlos contra lo primero que pillase.
–¡TÚ! ¡¿Es que no vas a preguntar mi nombre!
Sasuke se giró y le dirigió una mirada llena de desdén.
–¿Para qué?
–¡PUES ME LLAMO UZUMAKI NARUTO! ¡QUE LO SEPAS!
–Pues vale. –Después de volver a pasar de él prosiguió su camino y entró en la que debía de ser su habitación.
"Tranquilo, Naruto… No te afecta, no te afecta… SI al menos no tuviera tan buen culo… ¡¿QUÉ! ¿Qué estoy pensando? No le has mirado el culo, no lo has hecho… Ese estúpido tiene la capacidad de ponerme nervioso por su presencia e irritarme a la vez… ¡MALDITO IDIOTA!" Insultarle mentalmente hizo que se calmara un poco, no estaba en situación de ir enfadándose con él (aunque tampoco podía evitarlo). Sin embargo, había algo en él que le inquietaba, fuera de la atracción o el enfado… Había algo raro. Esa piel tan blanca… ¿Sería por no salir de día? Se miró sus brazos, levemente bronceados. No, ese tono no era normal. Pero pensar en ese tan Sasuke hacía que se sintiera invadido por sentimientos bastante contradictorios. Miedo, deseo, respeto, irritación, pena. ¿Pena? Sí, también había algo de eso… Había visto algo en sus ojos… Una tristeza incapaz de ser descrita con palabras, aunque disimulada bastante bien.
Entró en el baño, por fin, y dejó que el agua fría resbalara por su cara después de mojársela tres o cuatro veces. Un par de gotas bajaban de sus ojos; aunque no eran lágrimas, lo parecían, por eso en darse cuenta se secó rápidamente y volvió a su habitación. Se quedó dormido al instante, tal era el cansancio que llevaba encima, a pesar de no ser ni las ocho de la tarde.
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No estoy muy segura de cómo ha quedado al final el principio de este fanfic, puesto que tan solo me puse a escribir sin pensar primero la historia :P Me vino la inspiración después de estar leyendo durante semanas y en un momento acabé lo que acabáis de leer, el prólogo. Supongo que ya todas (¿O debería ser todos? O.o Siempre me he preguntado si hay chicos que lean fics yaoi, si los hay me encantaría conocerles n.n) os imagináis qué es Sasuke… Jejeje, es que me encanta este tema, tenía muchísimas ganas de escribir sobre vampiros. Y como Sasuke es tan pálido… ¡Pues le ha tocado a él! Y esperad a que salga Itachi… Muahahahaha (6) . Bueno, ¡espero que os haya gustado! Intentaré hacer los próximos capítulos mas largos… ¡Dejad reviews por favor!
