Ningún personaje me pertenece, ellos son de Masami Kurumada.


MUSTANG 78

Capitulo 1.

-Ya no nos persiguen, deja de acelerar- Milo miró por el espejo lateral.

- ¿Al menos saben a dónde vamos? -Camus se sentó derecho.

-Chicos...- recargándose entre el asiento y la puerta Aioria llevo su mano al hombro por encima de la chamara.

-Maldita sea Shura, ¡te dije que dejaras de acelerar!

- ¿Cómo estás tan seguro de que no nos persigue? -preguntó Shura con el pie en el acelerador.

-Chicos...- Aioria retiro la mano de su hombro.

-Nadie ha respondido a mi pregunta, ¿a dónde vamos? -Camus comenzaba a impacientarse.

- ¿A caso vez a alguien o un auto en toda la maldita carretera? ¡Imbécil! -Milo casi golpea a Shura.

-Está bien, no tienes por qué ponerte tan neurótico, Milo -respondió Shura.

- ¿En serio me están ignorando? -preguntó Camus mientras veía a sus tres amigos.

-Chicos, yo...

-Sólo cállate y conduce, y por favor deja de acelerar, vas a terminar el trabajo por ellos- Milo se acomodó en el asiento del copiloto.

-Sí, me están ignorando- molesto, Camus cruzó los brazos.

-¡Oigan! ¡les estoy hablando, idiotas!

Todos en el auto se quedaron en silencio, Aioria no era el tipo de personas que decía groserías, ni siquiera en voz baja, pero tal vez la situación en la que se encontraban ameritaba la frustración en él. Camus, que estaba al lado de él, lo volteo a ver con el ceño levemente fruncido; mientras que Milo, de copiloto, giro todo su cuerpo para prestarle toda la atención que quería; Shura solo lo miro brevemente por el retrovisor, pero agudizo su oído para no perderse ninguna palabra.

-Yo... siento un poco mojada la ropa...

- ¡¿Qué?!- gritaron todos.

- ¡Imbécil! - Camus intuía lo que pasaba- ¡Quítate la maldita chamarra!

Aioria obedeció, apenas bajo el cierre de su chamarra de piel negra Camus y Milo abrieron los ojos, ambos se miraron por breves segundos para posteriormente volver su vista a Aioria.

En su hombro izquierdo, había un orificio de bala, y gran parte de su playera favorita estaba manchada de sangre.

-Mierda- dijeron Camus y Milo al mismo tiempo

- ¿Qué? - pregunto Shura quien, por obvias razones, no podía ver lo que estaba pasando.

-Le dispararon a Aioria- contesto secamente Camus.

-No, no, no...

Aioria se tocó el hombro mientras seguía murmurando "no". Cuando sus dedos rozaron la herida, comenzó a sentir el dolor característico de la piel perforada por una bala. El volumen de su voz aumentó al mirar sus dedos manchados de color rojo, sus ojos se humedecieron.

-¡Cállate! -grito Milo exasperado- ¡Carajo! ¿por qué no te diste cuenta antes, idiota?

-Me lleva, ¿qué hago? ¿me detengo?

-Continua, me parece que falta poco para que lleguemos a una gasolinera. Camus, eres el genio, ve si puedes ayudarlo.

-Creo que la bala no toco ninguna arteria, de ser así ya habrías muerto desangrado.

-Bromeas, ¿verdad? - Aioria miro a Camus con un intento de sonrisa en el rostro.

- ¿Te parece que lo hago? - fue su fría respuesta mientras ayudaba a Aioria a quitarse la chamarra.

No había mucho que pudieran hacer debido a su falta de experiencia y materiales, lo único que les quedaba era esperar a que una gasolinera apareciera. Para su suerte, había pasado poco más de una hora desde el incidente y parecia que realmente la bala no le había hecho mucho daño a Aioria.

Shura acelero todo lo que podía su viejo Mustang del 78' que tenía agujeros de balas en todo el lado derecho, la ventana del copiloto no tenía vidrio, el parabrisas estaba estrellado y la puerta del piloto no habría, aunque ese problema ya estaba desde antes que Shura naciera.

El silencio reino en el auto, todos a excepción de Shura miraban por la ventana, el paisaje desértico le hizo parecer a más de uno el escenario perfecto para una película de Hollywood; sin embargo, salieron de su ensoñación tan pronto como Shura se detuvo en la dichosa gasolinera.

-Cargare gasolina, ustedes vallan a la tienda de enfrente, ¿traen dinero?

-No- contesto Milo después de buscar entre su ropa.

Camus rodo los ojos, levanto la mochila que estaba entre Aioria y él, la abrió y sacó un fajo de billetes de $500, guardo algunos en su pantalón y salió del auto después de golpear la cabeza de Milo para que lo siguiera; Aioria comenzó a patear la puerta, ya que no podía mover la mano izquierda y la derecha estaba en su hombro, haciendo presión.

- ¿Qué haces, tonto? Déjame ayudarte, vas a destrozar más mi auto.

Shura salió por la ventana del piloto, cayendo al suelo por distraerse con Aioria, que seguía pateando la puerta; una vez que se levantó, abrió la puerta de Aioria, quien salió corriendo en dirección a la tienda, dejando a Shura revisando los daños en su auto.

Cuando entro a la tienda, Aioria busco a sus amigos con la mirada: Milo estaba en los refrigeradores, tomando agua mientras que Camus veía los alimentos. Asegurándose de que todo estaba en orden, Aioria camino hacia el área de farmacia, tratando de ignorar las miradas que estaban sobre él, y tomo todo lo relacionado con heridas que ahí se encontraba.

En cuanto los tres tomaron todo lo que necesitaban, fueron a formarse a la caja, donde una señora, temiendo que esos extraños sucios y manchados de sangre le fueran a hacer daño, les cedió su lugar en la fila. El cajero no salía de su conmoción, y esta aumentó cuando Camus le pago con dos billetes de 500; los tres salieron de la tienda después de que Milo le sonriera al cajero y dijera "quédate con el cambio".

Al salir, Shura comenzó a tocarles el claxon mientras se asomaba por la ventana y movía la mano izquierda, corrieron hasta llegar al auto y se sentaron en el mismo orden en el que estaban. Shura se volteó para verlos a todos.

- ¿Qué?- pregunto Camus con el ceño levemente fruncido.

- ¿Cómo que que?¿qué rayos hacemos ahora?

-Es más que obvio un médico- contesto Milo mientras veía a Aioria.

-También un lugar donde descansar y planear que haremos ahora- hablo Camus que también volteo a ver a Aioria.

-Bueno, no podemos ir a un hospital, eso es evidente.

-Quieren dejar de enviar indirectas y decirlo de una vez- gruño Aioria mientras desviaba la mirada.

-No existe nadie que pueda ayudarnos más que tu esposa- Shura lo miró serio.

-Ex esposa, querrás decir- corrigió Milo ganándose una mirada asesina de Aioria.

-No creo que sea buena idea ir con MI esposa- contesto Aioria resaltando la última frase.

El interior del auto volvió a quedarse en silencio, todos trataban de encontrar una salida al problema en el que estaban, y era evidente que perdían tiempo para Aioria quien, resignado, cerró los ojos con fuerza.

-Sera mejor que te apures, su turno empieza a las seis.

Shura no respondió, sólo arrancó el auto mientras miraba a Aioria por el retrovisor.

El Sol apenas se asomaba, sólo se escuchaba "Sure know something" de Kiss. En medio de la canción, Camus sintió como su celular vibraba, sacó el aparato de su pantalón y palideció al ver el mensaje nuevo: "No escaparán".

Fin del capítulo uno.