U found Me
Gracias a todos los que leen mis fics aunque no zon muxhoz xD bueno ojala les guste ezte fic lo eh estado ezkribiendo en miz ratoz librez en la ezkuela y ezpero ke pronto continuen los fics de Magnate y el de All U need Is love, son buenos fics ojala los terminaran. En realidad todos lo que no han terminado, incluyendo el mio de Mi primera Navidad con Neji xD hahaha
Vidas Paralelas
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Cap. 1 El chico de la foto.
Aun cuando llevábamos viviendo seis meses en el mismo departamento, solamente conocía su nombre; y eso, porque lo había puesto en el contrato de renta del departamento en el que ahora vivíamos; al momento de firmar. Si no, no le conociera ni el nombre. Eran pocas las veces en las que le veía, la mayoría de ellas, era cuando hacia la colada del departamento, y veía su foto sobre su escritorio. Concluyendo así, que no le veía mucho personalmente, pero si sabia como era, su rostro había quedado en mi memoria desde los primeros años de primaria, en donde él iba un grado mayor al mío.
Lo que sí puedo decir que sabía sobre él, era que venía de una familia de dinero, que esta residía en alguna parte de la ciudad; y que estudiaba el primer año en la universidad de Tokyo. Había veces que le veía llegar, «muy tarde por cierto», en las noches en las que solía quedarme haciendo tarea de la preparatoria hasta tarde. Eso era, porque gracias a mi trabajo, no tenía tiempo de hacer los deberes escolares al salir de la escuela. Pero en esas ocasiones, el solamente entraba al departamento y se dirigía a su habitación, sin decir nada; Como si no estuviera allí, como si solo fuera parte del tapiz de la pared.
Aunque como el había asistido a la misma preparatoria, secundaria y primaria que yo. Sabía por las chicas que eran sus "fans", que él era muy callado y reservado. Y que no solía interesarle una simple joven como ellas o como yo, o por lo menos, alguna de las chicas que asistía a la escuela. Cuál fue mi sorpresa, cuando los dos nos interesamos en el mismo departamento, y él me ofreció, compartirlo con él.
Algo muy raro por cierto; en ese momento le dije al rentista que si nos dejaba negociar entre nosotros para así poder tomar un acuerdo, en ese momento el insistentemente decía « yo solo estoy interesado por el departamento, y su ubicación» aun cuando yo le regañaba y le decía que no quería ir hasta la policía denunciándolo de abuso o algo parecido. Después de que el recibiera una premisa por parte mía, cerramos el trato ya que el insistía en su punto. Después de eso yo hice las negociaciones con el dueño. Pero de eso, ya paso tiempo.
En este momento me encuentro cursando el último año de la preparatoria, y la mayoría de mi tiempo libre lo dedico en trabajar en el Restaurante del hotel Hilton, en el cual me encuentro estos momentos. Mi trabajo aquí es el de mesera. Aunque solamente tuve que someterme a una prueba de atención a un cliente, y fui aceptada, cosa que me sorprendió, ya que según las malas lenguas, era muy difícil entrar a trabajar en este lugar.
Estaba terminando de colocarme mi uniforme, un traje que consistía en una falda negra, tipo empresarial, una camisa blanca de manga tres cuartos, y un chaleco del mismo color de la falda. Mí peinado para trabajo no era si no más que mi cabello sujetado a un moño intermedio. Ya que mi jefe solía decirnos todos los días, «no quiero oír que le llamen a ustedes diciendo "hay un cabello en mi crema"» nos decía imitando la voz de los adinerados clientes que llegaban al restaurante. Cosa que me daba algo de risa, ya que su voz imitando a una mujer sonaba muy varonil, aun viniendo de él.
Éramos unos de los restaurantes con 5 estrellas en todo Tokio, por lo que teníamos que tener un servicio de lo mejor. Y eso de imaginarse un cabello o algo parecido en los platillos, es algo muy vergonzoso y peligroso para nosotras las meseras, y lo digo porque ya había visto como corrían a mi antigua compañera. Y creo que lo veré de nueva cuenta en la nueva compañera que me pusieron.
Por lo regular, nos ponían en pares y entre las dos atendíamos catorce mesas, y cada una atendía siete, pero esta tarde me había tocado el doble, ya que mi compañera Hitomi, se había resfriado, y como no había nadie que le sustituyera me habían colocado a mí. No me quejaba, me pagarían el doble, por lo que podría ir a comprarme algo el fin de semana.
La vista de las ventanas del restaurante era algo gratificante. Ya que solo se veían los edificios y los pájaros que solían pasear por una plaza cercana. Eso, hasta que dos siluetas pasaron por enfrente y se colocaron en unas de mis mesas. Algo malo y bueno; malo porque estaba muy cómoda en el banco. Y bueno porque entre más llegaran más dinero me pagarían.
Eran dos jóvenes de lo más elegantes, así que avance en su dirección, después de tomar mi libreta de apuntes y una pluma. Coloque una gran sonrisa en mi rostro, y di paso hacia la mesa. La sonrisa era obligatoria en horas de trabajo, pero con lo feliz que me encontraba por la paga que me darían, me salía natural.
- Buenas tardes, bienvenidos sean a Hilton Restaurant, ¿que puedo serviles? – dije muy cordialmente, sentía que la alegría se me veía pintada en la cara, y que también se lograba distinguir en mi timbre de voz.
Mire a la pareja, y quede algo perpleja, ya que era él, Neji Hyuuga. Estaba frente a mí con una hermosa chica. La mire lo mas despistadamente que pude, si es que eso me era posible. Era muy bella, tenía el pelo tan negro que tenía un brillo azulado oscuro. Y unas facciones muy delicadas. Era realmente bella, me recordaba a alguien, pero no sabía bien a quien. Luego le mire a él, era la primera vez que le veía tan formal, llevaba una camisa gris que hacía que sus ojos resaltaran en su rostro tomando el mismo color de esta. El mantenía la ceja levantada mirándome, haciendo que me sintiera algo apenada, ya que ese ademan me indicaba que le sorprendía que yo me encontrara trabajando en el restaurant.
- yo solo quiero el prostre del chef, y una limonada, por favor. – me dijo la chica con una voz dulce y clara. Parecía un ángel. Si es que no lo era. Tome la pluma de mi bolsillo de la chaqueta, y comencé a escribir el pedido de ella. Algo en ella se me hacia conocido, pero no lograba saber a quién. Ella me sonrió y se giro hacia Neji. – primo, si me disculpas… iré al tocador, regreso en un momento. – se dirigió a él, « ya decía yo, que se me hacia raro verlo con una chica. Aunque con tanta belleza, no dudaría que fuera de las chicas que le gustaran.». – Con permiso – me dijo esta vez a mí, levantándose de la silla, y le dirigí una reverencia. Y le señale el baño con la libreta.
- que coincidencia el encontrarte aquí, Ten. – me había sorprendido, « ¿me estaba hablando?... en serio, o solo era mi imaginación». El me miraba de una forma muy insistente, por lo que asumí que no era mi imaginación, por lo que decidí contestarle.
- bueno, es que en realidad, aquí trabajo, es para pagar la parte de la renta que te debo – mencione «nuu~, que charla» podría haber contestado otra cosa, pero fue lo primero que me había salido de la boca.
- ¿no te mencione antes, que no hacía falta que me pagaras?, suficiente con lo que haces en el departamento. – me dijo. Con su voz, que siempre me había parecido que carecía de sentimientos « pero que esperaba. Nunca hablaba con el».
- no, no, me niego a deberte algo. Además, también saco para comprar útiles y ropa. No es tanto porque te deba. – Mencione – bueno será mejor que ordenes algo, si no, Takeshi-sama se dará cuenta de que estoy hablando en horas de trabajo, y me descontara dinero. Aunque me pide algo imposible hacia mí persona. – le mencione y el pareció observar el menú de reojo.
- solo te verde por favor, Ten – me dijo, yo sentí, hice la reverencia obligatoria y me dirigí a la cocina para ordenar. Entre por las puertas que se abrían frente a mí, con meseros que cargaban charolas llenas de comida. Coloque la hoja en una de las charolas de pedidos, con el número de la mesa, para que le tomaran en cuenta.
- que va a ser, florecita? – menciono mi mejor amigo. El ahora, ayudante del chef.
- van a ser, el postre del chef, una limonada y un té verde. – le dije dirigiéndole una sonrisa, el me miro, yo sabía que le molestaba que solo pidieran postre, ya que él se creía un gran chef. Capaz de hacer las más grandes delicias culinarias. Pero no había de otra «al cliente lo que pida».
- que pobre el pedido – dijo haciendo una mueca. Yo me reí por lo bajo. Salí de la cocina para verificar que no hubiera ya, ninguna otra mesa ocupada esperando mi atención. Pero no había nadie más que Neji sentado en la misma mesa, mirando por la venta que había mirado yo en momentos anteriores, le mire unos segundos antes de regresarme a la cocina para tomar una charola y llevarle su pedido.
Kiba, era mi mejor amigo desde hacia bastantes años, no recuerdo exactamente cuántos, pero había sido mas de la mitad de mi vida, habíamos estado juntos desde que había entrado en uno de los colegios de Tokyo, que eso era aproximadamente, cuando tenía 6 años. Y desde ese tiempo, solíamos pasar el tiempo juntos.
- listo, Tenny – me señalo los platos, y yo los coloque en la charola, para llevar el pedido. El me sonrió y se giro para seguir cocinando. El platillo era un suflé de Limón, con el "toque secreto" de Kiba. Aunque el toque secreto era muy simple, según lo que él me había contado, pero hacia que tuviera un sabor diferente a los demás, logrando así que el suflé fuera realmente delicioso.
Tome la charola, y salí por las puertas. Directo a la mesa de Neji, y su acompañante, al parecer la prima de él. Aunque conociendo al tipo de familia, mi mente había deducido que tal vez los dos estuvieran comprometidos. Y por eso la razón de que el no hubiera tenido nunca alguna novia. – Aquí tiene sus ordenes, si se les ofrece algo mas, no duden en avisarme.- les mencione mientras llevaba la charola vacía aun un costado mío.
Me dirigía a las demás mesas, ya que habían llegado más comensales. Al parecer hoy estaría algo ocupada, en media hora se me habían llenado diez mesas, y al parecer no era nada fácil atender a toda esa gente. Pero, era lo que tenía que hacer si quería una paga extra. Y aunque era mucho trabajo para alguien que solo cubría medio tiempo, tuve que hacerlo, ya había aceptado. Estaba a punto de llevarles la cuenta a las mesas número cuarenta y ocho, cincuenta y cincuenta y tres; dejando a lo último la mesa en la que se encontraba Neji.
- Espero que mi servicio haya sido de su agrado, muchas gracias por escoger Cinnamon Restaurant, y mi mesa. – Dije poniendo una sonrisa muy grande – aquí tiene su cuenta, pueden pasar a recepción a pagarla, que tengan un gran día. – termine con una reverencia, dando un paso atrás, para ir a la otra mesa en la que me llamaban. No sin antes notar que la joven de ojos grises me sonreía a cada comentario que hacía.
- muy divertida la camarera, no Neji nii-san? – oía la voz de la joven, a mis espaldas, como un leve susurro. Espere oír alguna respuesta por parte de Neji, pero no oí nada. Segundos después de repetir mentalmente la voz, me había dado cuenta de que era Hinata la chica que le acompañaba, por lo que me puse roja en ese instante, como era posible que no hubiera reconocido a mi amiga, pero es que nunca le había visto con todo el cabello sujeto. Me moriría de vergüenza la próxima vez que la viera.
Gracias a dios se hizo de noche rápidamente, por lo que ya era hora de irme. Me dirigí a los lockers del restaurant, que estaban en la parte trasera del edificio. Coloque mis zapatos de trabajo en el. Y una parte de mi uniforme, ya que por mi descuido. Había derramado algo de jugo sobre mi camisa y la falda. Así que me las llevaría para lavarlas.
Me había puesto mi sudadera negra, que me quedaba algo bombacha, y mis jeans de siempre. Me sujete el cabello en una coleta alta, que me quedaba como ondulada gracias el moño que me había sujetado antes de comenzar el trabajo. Quedando lista así para irme directo a mi casa, a hacer mas deberes.
- Buuu!... – menciono Kiba, saliendo de detrás de los lockers, lo había hecho para asustarme, pero no lo había logrado. Yo solo voltee, en forma de demostrarle que no me había asustado ni un pelo. – que mal que nunca te pueda asustar. – se quejo mientras se acomodaba la mochila y la patineta que llevaba en la mano.
- lo que pasa Kiba, es que ya te había divisado desde antes – a lo que él hizo una mueca de disgusto. – y tal vez si no hubieras saludado a Takamura, lo hubieras logrado. – dije antes de reírme un poco.
- tú no te descuidas de nada, verdad? – me pregunto, mientras tomaba mi MailBag, y la colocaba en mi hombro. – vamos, hoy te acompaño hasta tu departamento. -Me dijo y comenzamos a caminar a la puerta de enfrente.
Afuera había edificios con ventanas de muchos tonos a causa de las luces de los demás puestos y edificios, luces en ambas esquinas de la calle, y personas con ropa de marca caminando por todo el lugar, como si de una pasarela se tratara..
Mi departamento se encontraba cerca, por así decirlo, aproximadamente unos veinte minutos en carro, o algo así. Se encontraba en las afueras del centro de la ciudad. Antes de las periferias algo lejos de los suburbios de la ciudad. Aun era algo temprano, eran eso de las ocho y algo de la noche, por lo que aun había metros y tranvías circulando, eso para mí era un alivio, gracias a dios me habían dejado salir temprano ya que arreglarían algunas de las mesas; aunque también tenía algo que ver el que hubiera atendido turno doble esa tarde. Teníamos que tomar el Metro, ya que el Bus no llegaba a mi casa. Si no, que me dejaba varias cuadras lejos, de lo que me dejaba el Metro. Por lo que prefería tomarlo, y así descansar por los tacos que me había llevado en el trabajo todo el día.
Kiba solía acompañarme a diario, según él con la escusa de que robarían o algo parecido, y me harían cosas malas y así. Aunque yo sabía que quería cerciorarse de uno; que no tenía un romance oculto con algún comensal, pero más bien sabía que era con mi compañero "Universitario", y la otra; que no le gustaba estar en casa desde que su hermana se había casado, y vivían en la casa de su madre, ella y su esposo.
Yo en lo general no me quejaba, me gustaba que lo hiciera, y así no me sentía tan solitaria en el camino del trabajo a la casa. Era como si fuera mi hermano mayor, el me protegía de cualquier cosa, hasta de la soledad.
- aun sigues viviendo con el universitario? –me pregunto sacándome de mi concentración de respirar y caminar en dirección a la estación del Metro. Para ese momento ya había llegado a la plataforma, después de haber caminado aproximadamente unos cuantos metros de los checadores a la plataforma.
- no vivo con él, solo compartimos departamento - le conteste reprochándole la pregunta. Siempre solía quejarse de que viviera con un chico que acudía a la universidad, aunque no tenía en cuenta de que dentro de unos meses nosotros también entraríamos a la universidad y perteneceríamos a esa sección de personas. Aun cuando él se quejara de que él no era como ellos.
- si vives, yo vivo con mi hermana Hana y su novio el Baka, aun cuando no me parezca, y siempre me la pase en la calle. – me contesto, aun con el tono de reproche; entendía que no le gustara la idea de vivir con el Hyuuga, sabia su punto de vista, pero el también tenía que entender el mío, si no, nunca podría superarlo. Y también sabía que le enojaba la cuestión de su cuñado, ya que era un Perfect Baka, por no decirlo de otra manera.
- bueno, como quieras decirle; aun sigo viviendo en el departamento y eso qué? – pregunte, era muy raro que me hiciera el comentario sobre él, por lo general se evitaba el tema de mi compañero de departamento, ya que según él, no era una persona de fiar. Y sabía porque lo decía, ya que según él conocía al chico por sus actos. Y tenía la idea de que ser universitario significaba tener sexo con quien te pegara la gana, sin importarle los sentimientos de los demás, que frente a los demás aparentar ser el estudiante modelo que no hace nada malo. Pero para mí solo era una forma en la cual Kiba catalogaba a las personas, y nada más.
- no, nada, solo tengo algo de curiosidad en cuestión de algo – declaro, haciendo que me sintiera algo de intrigada por lo que mencionaba.
- en qué? – le conteste, ya me había enganchado, y ahora tenía que decirme que era lo que pasaba por su mente. El me miro de reojo, y luego miro el metro que venía a lo lejos, con su típico sonido de la fricción de los frenos con el metal.
- aun sigues siendo virgen? – me pregunto. Soltándolo de golpe, y aunque su voz tenía un tono burlón, me había sentido algo ofendía por la pregunta, acaso dudaba de mi, o pensaba que era lo suficiente mente idiota como para dejar que cualquier idiota tomara posición de lo más preciado que tenía en esos momentos.
- aho*, que pregunta es esa? – le golpee en el hombro mientras me ponía lo mas roja posible, y comenzaba a hacer un berrinche. – acaso dudas de mi? – mencione a lo que el me miro. Y dejo de sobarse el golpe.
- no dudo de ti, sino más bien de las hormonas del universitario ese – menciono mientras corría de mi, en dirección opuesta a la que me encontraba mirando en ese momento; para que no le volviera a golpear, ya que según el tenia la mano demasiado pesada, para ser una chica.
- el universitario se llama Neji, Baka, y no le conoces, ni siquiera nos vemos en todo el día. – dije al momento en el que llegaba el metro y se ponía frente a mí, moviéndome el copete un poco; haciendo que llevara mi mano hacia él para acomodarlo en su lugar. Siempre solía despeinarme el movimiento vertiginoso que hacia cuando frenaba, y eso me era indiferente, era como una suave ventisca de verano. – bueno nos vemos – le dije, antes de subirme en el, ya que las puertas se abrían frente a mí, dejando que una pareja se bajase.
- no… espera te acompaño hasta tu casa. – me dijo subiéndose detrás de mí, «no se me hacia raro que me dijera que me acompañaba hasta el departamento, había ocasiones en las que subía hasta el piso y se cercioraba de que entrara sana y salva en mi departamento». Buscamos un lugar antes de que el metro volviera a ponerse en movimiento, yo me senté en el asiento, y Kiba se quedo frente mío, y coloco su patineta en el asiento continuo al mío. Le mire a la cara, volteaba hacia afuera de la venta, estaba parado frente a mí. Sin hacer nada más que respirar y mantenerse parado como si no hubiera algo más interesante que hacer. El Metro comenzó a moverse.
- por qué le defiendes? – me dijo un poco serio sin voltear a verme, el parecía algo molesto y distante. Al momento de hacerme la pregunta, volteo hacia otro lado para que no le pudiese ver con detenimiento el rostro.
- porque ni siquiera yo le conozco, y no tengo derecho de juzgar a alguien cuando no le conozco en verdad, y aunque le conociera, no tengo derecho de juzgarle – conteste, y el pareció un poco más molesto. Ya que había soltado un bufido, y no me miraba como solía hacerle. Le tome la chaqueta con la mano derecha y le jale, para que me mirara, y le coloque una sonrisa, para que se tranquilizara un poco. – no te preocupes, se cuidarme, lo sabes – le dije con voz tierna y él me miro, ya un poco más tranquilo, sabía que no le podía mentir, era algo contra la naturaleza de los dos, si alguno intentaba ocultarse algo, el otro terminaba sabiendo que era lo que pasaba; era la conexión de hermanos que compartíamos.
- más le vale al Baka ese, si no se las verá conmigo, Tenny – me dijo y no volvió a mencionar nada.
Llegamos a la estación en donde me bajaba, aun había gente en el andén, lo que se me hacia raro, pero era normal, porque hoy había salido temprano, por lo que había mas gente en la calle a esta hora, que si fueran las diez de la noche, que era cuando normalmente solía llegar a esta parada. Tomamos camino a mi departamento, yo miraba las calles, y a la gente, parejas caminando, o personas solas, platicando fuera de sus casas, y de mas. La mayoría llevaban puestos trajes ya que en esta zona, aun había edificios de negocios privados, cada uno dedicado a algo diferente.
Caminaban como si aun fuera medio día, pero quien las juzga, si yo también solía caminar por estas mismas calles todos los días a estas horas; a veces un poco más tarde, debido a mí trabajo. Mire el edificio en el que solía vivir. Era grande constaba de varios pisos, no era el más grande pero, se distinguía de los demás por su color beige claro, asimilando el color perla. Y sus ventanas con balcones, que se dejaban ver como las ramas de un árbol, «cuando ves desde abajo». Varios de ellos tenían plantas en ellas. Incluyendo el mío, que era el único que tenía una palmera pequeña y varias flores. Me gustaba el departamento, era sencillo, comparado a los lujos que tenía el edificio. Sencillo por la forma en que poco a poco fue tomando forma, con los diferentes artículos que le había incluido y los muebles.
- Bueno, Florecita, ahora sí, adiós, nos vemos mañana en la escuela- menciono robándome una leve carcajada. El ciño su cejas, y mi miro perplejo, no sabía el por qué de mi burla hacia él. Y era justificable, aunque no tanto.
- pero si mañana no hoy clases, Baka – dije entre carcajadas, y el pareció sonrójense por su equivocación.
- Bueno, como sea, nos vemos mañana de todos modos – me dijo mientras se daba la vuelta y colocaba su patineta en el suelo, para irse en ella. Miro el camino y luego volteo a donde me encontraba yo – mejor me voy en Taxi – dijo, yo pensé que se lo dijo así mismo, por lo que no dije nada, tomo de nueva cuenta su patineta, y miro a ambos lados, concluí que para divisar a algún taxi, le imite para ver si venia alguno. Pero no había nada.
- aquí me quedare hasta que pase un taxi, ok – le dije, el me miro y asintió con la cabeza, coloque mis manos en mi cintura como si me abrazara a mí misma.
- Esta bien, mamá. – me dijo, tal vez le había dicho lo anterior como una orden. Una orden auto impuesta hacia mí. Coloque una sonrisa en mi rostro, y volví a mirar a los costados, para divisar algún taxi. El solía burlarse de mí por ser de cierto modo, maternal. Pero, no podía evitarlo, siempre había sido de esa manera a con todos. También era regañona, gritona, loca, y muy pero muy escandalosa, según lo que él me decía, aunque para mí era muy normal ser yo.
Nos quedamos aproximadamente unos quince minutos sin decir nada, solo se oían mis constantes bostezos. Y como el volteaba y me recriminaba con la mirada. Como diciendo "deberías ir a descansar", pero quería cerciorarme de que se iba a salvo con un buen taxista. Luego comenzamos a charlar sobre cosas absurdas del trabajo y cosas vagas que suelen hablar los amigos. Y cuando gire la cabeza para ver si no venia algún taxi, apareció en la esquina, un bulto amarillo, por lo que concluí que sería un taxi. Nos despedimos por tercera vez en todo el día. Y él se subió al vehículo. Vi como se marcho frente a mí, en dirección a su casa. Luego entre a la recepción del gran edificio.
Este era hermoso, tenía las paredes de piedra pulida de un color crema, y los pisos eran de una losa verde, en los cuales podías ver tu propio reflejo. Como si de un espejo se tratase. Salude a la muchacha que solía quedarse a cuidar la entrada en el turno de la noche. Ella solía quedarse hasta que llegaba de trabajo, porque siempre solía despedirme de ella en cuento llegaba. Me dedico una sonrisa, y siguió platicando por su celular. Yo gire la vista y me subí al ascensor, y seleccione el decimo piso. Casi uno de los últimos pisos. Una vez adentro de él, solo me dedique a escuchar las cancioncitas del elevador, que era algo pegajosa. Tanto que Salí tarareándola cuando se abrieron las puertas frente a mí.
Vi las mismas paredes de color café claro, y madera, con plantas de interior a los lados. Era algo muy repetitivo, como el fondo de las caricaturas de antes, en la que siempre ponían el mismo plano, para similar que se movían los personajes. Era un cuadro, una planta y la puerta, un cuadro una planta y la puerta. Bastante mareante diría yo. No dudaría que alguien se hubiera equivocado alguna vez de departamento. Por mi parte, no había problema, ya que al final de pasillo había una gran ventana, por la que entraba la luz en las mañanas, y solamente estaba cubierta de una tela blanca, muy transparente. Y había un semi pasillo para mi puerta. A lo último del pasillo normal. Por lo que no me podía equivocar.
Busque mis llaves en la bolsa de enfrente de mi sudadera; no tarde mucho en encontrarlos, ya que estaban el mi teléfono, de modo de adorno. Me metí y me dirigí a mi habitación no había nadie por lo que las luces estaban apagadas, pero aun así no las prendí, la luz que daba de los edificio por el ventanal de la sala era suficiente para iluminar la habitación sin que tropezara con algo. Cosa que creo haberme equivocado, ya que cuando iba a dejar el celular encima de la barra de la cocina, me tropecé con una libreta que estaba en el piso. Pareció ser de las mías, por lo que solo la avente a mi cuarto con el pie, conforme iba caminando.
Ya dentro de ella me quite la ropa que llevaba puesta y me metí a la ducha, ya que necesitaba refrescarme un poco. Cuando Salí de mi "ducha nocturna" solo me coloque una camiseta morada que me quejaba algo holgada, como si fuera una bata y un short oscuro para dormir. Tome mi mochila y me dirigí al comedor.
Desparrame mis libretas de tarea sobre la mesa, mis lapiceros y plumas, tenia plumas de muchos colores pero solamente usaba el color negro, era algo muy raro en mi el llevar tantas y solo usar una, pero me gustaba usar solamente un color, así era más presentable. Decidí dejar las luces apagadas, ya que continuaba con mi idea de que con la luz que entraba por la ventana me era suficiente. Me dirigí a la cocina, me serví un tazón de cereal y tome algunas galletas con chispas de chocolate, ya que no podía vivir sin ellas; eran una parte muy esencial en mi alimentación diaria.
Me dirigí al comedor, y coloque mi plato cerca de mis libretas de apuntes. Comencé a degustar mi gran cena, y por qué no, también empezar con mi tarea. Eran alrededor de las once y quince, o eso marcaba mi celular, cuando le presione un botón para que la luz encendiera. Estaba reproduciendo unas de mis canciones favoritas.. «thunderstruck» de AC DC. Estaba empezando la canción cuando las luces fueron encendidas en el tono bajo.
- buenas noches. – oí, aunque había quedado algo encandilada por la luz, lograba divisar la figura de Neji, era algo raro, el siempre llegaba y nunca saludaba ni se dirigía a mi persona, en ninguna de las maneras existentes y por haber. « O el Aho* se había conseguido novia, o no era mi compañero».
- Buenas… Noches, Neji – le conteste. «Además. Que hacia tan temprano en el departamento?», me parecía muy extraño que llegara a esta hora, cuando solía llegar más tarde. El apago las luces, luego de mirarme, tal vez se había dado cuenta de que me molestaba un poco la luz. Se adentro a la cocina y se coloco frente a mí en la mesa, con su tazón de cereal.
- perdona si te moleste – menciono al momento de sentarse en la silla. Empezando a cenar de su tazón. Yo solo asentí a su comentario, mostrando que le disculpaba. No era algo de lo que tuviera que preocuparse, solo era luz. Eso no era problema, lo único que me había encandilado un poco. Era la cuarta vez que estaba cerca del él. Aun recuerdo las otras veces. La primera es la que más suelo recordar.
Y pensar que con un descuido de mi parte, más bien mi patosidad, me haría conocerle. No era en si torpe era demasiado ágil. Mientras se tratara de correr. En realidad el que le había puesto clasificación de patosidad había sido Sakura, mi mejor amiga; ya que tenia la costumbre de chocar algunas beses con la gente.
El día que conocí a Neji fue en cuarto grado de primaria, en el pasillo. Aun lo recuerdo era marzo, y lo recuerdo porque estaba platicando con Sakura sobre mi cumpleaños y lo que quería que me regalara. Caminábamos en dirección al salón, después de haber ido al recreo, yo iba sacudiéndome después de haber jugado a futbase*, y haber quedado empanizada en polvo y tierra. Y por asares del destino, choque contra él. La primera impresión que tuve de él fue «presuntuoso» ya que su forma de mirarme como si fuera a demasiado inferior como para que estuviera frente a él.
Yo había caído de lleno al piso. Mientras que él desde las alturas me miraba con orgullo; recriminándome con la mirada. Claro yo me había enojado esa vez. Porque él no se digno a decir nada ni a ayudarme a levantar, lo único que emitió fue un chasquido de lengua. Yo tratando de ser amable y no meterme en problemas con la bola de chicas que me miraban con odio por haber chocado contra el « que de todos modos, si me buscaban pelea les ganaría, tal vez era algo delgada pero tenia fuerza y sabia pelear, ya que el criarse con hombres te hacia ruda, aunque uno no lo desease».
Bueno para evitarme la fatiga de golpear a un grupo de bobas, no lo hice. Me levante con la ayuda de Sakura que permanecía a mi lado únicamente mirándome como si hubiera algún problema por el haber chocado con él, tenía la mirada como venado encandilado. Como cuando en las películas detenían a los protagonistas, y estos comenzaban a pelear, sin saber quiénes eran las personas con las que trataban. Y ese era mi caso, yo no sabía por qué la actitud de todos. La de Neji, la de Sakura; que más bien parecía pintada en oleo; y las de los demás alrededor.
Únicamente mencione un leve "lo siento" con algo de enojo en mi voz y me fui de allí después de darle un golpe con mi hombro algo indignada por su falta de caballerosidad para disculparse o por lo menos ayudarme a levantar. No supe nada hasta que después Sakura me dijo en la hora de salida, la razón por la que todos me querían matar con la mirada. Aun recuerdo las palabras exactas que me menciono "el es un Hyuuga, además de ser uno de los chicos más guapos e inteligentes de la escuela". Con el tono que solía hacer cada vez que mencionaba a Sasuke, su amor platónico.
La segunda vez fue en la secundaria, en donde yo asistía, solía verle practicar artes marciales, ya que yo pertenecía también al equipo, pero en ese entonces el ya era cinta Negra, y solía practicar con los demás que tenían cinta igual que el.
El me miraba en ocasiones; dejándome algo confundida, yo seguía pensado que buscaba la forma de hacerme sentir menos, por la vez que le había golpeado por qué no me ayudo a levantarme. Le veía a diario, y no había hora en la secundaria en la que no me lo pronunciaran en parte de cada oración, al igual que en la preparatoria.
Por lo menos hasta que salió. Pero aun así a veces suelo oír su nombre, en boca de las chicas que le conocieron. La tercera fue cuando buscaba donde quedarme, había encontrado el departamento perfecto. Pero era muy caro para mi presupuesto. Estaba haciendo el trato con el rentista cuando el llego con su voz y porte formal, como de todo empresario. Yo me había quedado sonrojada al verle en traje, que la verdad le quedaba genial. Estaba anonadada, en verdad; no había pensado nunca en la idea de verle de esa forma. Tenía aproximadamente medio año sin verle, y se veía totalmente diferente que cuanto traía el uniforme de la escuela. Y esas eran las veces que recordaba haber estado cerca de él. O por lo menos a esa distancia.
- oye, la chica de hoy era…- alcance a mencionar, ya que el pareció voltearme a ver. Tal vez la poca luz había distorsionado un poco mi vista, pero, podría jurar que le había visto mirarme. Y eso me hizo desconcentrar. « No todos los días un chico guapo, vive y te mira en un departamento» si lo aceptaba, era guapo. Por no decir que tal vez mi tipo de chico, aunque solo mentiría si dijera eso.
- era mi prima Hinata, asiste a la misma escuela que tu, junto con mi prima Hanabi, su hermana. – me respondió. Aclarando mi conclusión de que no había conocido a Hinata, cosa que se me hacía imposible ya que compartía ya varios años una amistad
- seguro conoces a Hinata, va en tu salón. Por lo que me ha contado – menciono esta vez un poco más frio, de lo que había estado.
- si….oye espera, no te menciono nada de que no la había reconocido en el restaurant? – le pregunte, « cómo era posible que supiera no hubiera reconocido a Hinata, que vergüenza». Era algo confuso para mí. Tal vez Kiba tenía razón y tenía que dejar de tomar Té verde en lata.
- no- « eh ahí una vez más, tu tono frio» Era la segunda vez que había hablado con él, contando que en la primera le había metido una regañada, que me dio vergüenza verle al día siguiente, cuando metía algunos muebles al departamento. Pero lo que más me intrigaba de ese recuerdo era lo que me había dicho al terminar de regañarle. «No te preocupes en cuando viva en el departamento no mantendré ninguna relación de esa índole» me había dicho, supe que decía la verdad porque me había mirado directo a mis ojos. Hasta ahora esa frase ha pasado por mi mente varias veces. Haciendo que sienta aun más ganas de llegarle a conocer. Esto se volvía un reto, y un vicio para mi, algo en mi me decía que necesitaba conocerle. Quería saber cómo era el realmente, quería conocer al chico de la foto.
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Muchas gracias por leer el fic. Ojala les guste. Haha la verdad lo he estado haciendo en mis ratos libres que tengo entre clases. O cuando el profe de Estructura socioeconómica está explicando algo que ya nos había explicado la clase pasada. No pues, la verdad no se qué les parezca unas compañeras les dieron el visto bueno así que decidí publicarle. Para ver qué tal se aceptan activaciones de Sharingan, Byakugan y cualquier Genki genkai, kunai explosivos. Nejis lanzados contra mi persona o algún Sasuke xD haha. Si es Neji mejor haha. No pues ya lo leyeron ahora comentan haha no se krean. Pero pliss comment. Sayonara y a por cierto intentare subir nuevo cap cada dos, tres semanas.
Futbase* para los que no saben hehehe es como Baseball pero en vez de usar un bate, pateas el balón (Recreo: serie animada de Disney/ sale mucho es el deporte preferido de los chicos de la escuela.)
Aho*: japonés, denomina la palabra idiota.
You Find Me by The Fray
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