Y VUELVO. Con una maravillosa continuación que estuve planeando desde que supe que quería contar la vida de la familia y sabiendo que no lo podría hacer en 5 capítulos (por quien no lo sepa, ésta es una historia "continuación" del Crush, Noviazgo y Compromiso que escribí hace poco; sin embargo, no es necesario leerla más si recomendable). Igual que la pasada serán viñetas de las etapas pero ahora exclusivamente del embarazo de Ginny. Teddy aparecerá más por deseos de ustedes (y míos por igual jajaja) así que les advierto que tendrá como 5 años. Obviamente no puedo decir con exactitud cuántas viñetas serán, pero sí puedo decir que deseo con todo mí ser que tenga o supere el éxito que la pasada. Por ustedes estoy aquí, por ustedes me puse a investigar (desde síntomas hasta el linaje Weasley); disfruten y valoren jajajaj.
CRÓNICAS DE UNA EMBARAZADA
El descubrimiento
Entró a los vestidores topándose con puertas y paredes y tiró su escoba. El cólico que traía apenas y era soportable. Frustrada, alcanzó sus cosas y se puso a rebuscar en su maleta. Nada. "Mierda", pensó tirándola a un lado y abriendo su casillero. Montones de cosas y basura y sin embargo NADA. Se tocó el vientre gimiendo y comenzó a rebuscar en las mochilas de sus compañeras. Finalmente, en la tercera, encontró lo que buscaba. Corriendo, entró con la bendita toalla sanitaria al baño y se sentó.
-Debes estar bromeando –Nada. Sus pantaletas se hallaban limpias. Bufó y recargó la cabeza en la pared que había frente a ella.
Odiaba estos tiempos del mes por 3 simples razones. La primera: tener la regla significaba nada de sexo con Harry por lo menos una semana. UNA SEMANA. La segunda: los entrenamientos de Quidditch eran más que incómodos e irritantes. La tercera: esto. Estar esperando como estúpida el momento en el que a la estúpida marea roja le ocurriera llegar.
Se levantó maldiciendo por lo bajo y se miró al espejo mientras lavaba sus manos. Frunciendo el entrecejo cerró el agua, se secó las manos y tomó uno de sus pechos. ¿Estaba loca o en realidad se veían más grandes? Se encogió de hombros y salió del baño. Tomó su escoba y con la mano en el picaporte de la puerta se dio cuenta de que cada músculo de su cuerpo reclamaba en cansancio. No podía creer que tenía que regresar a entrenar después del largo día que había tenido. ¿Acaso nadie se preocupaba por ella?
De pronto sintió un nudo en la garganta y respiró hondo. No sirvió de nada. Tirando la escoba de nuevo se hincó apoyándose en una de las bancas y comenzó a llorar. ¿Por qué lloraba? ¿POR QUÉ? ¡Malditas hormonas! Tomó su maleta y la aventó con todas sus fuerzas a los casilleros.
-¡MALDITA REGLA ESTÚPIDA! –gritó. Entonces sintió que algo duro le golpeaba la cabeza. Era su agenda que había salido volando. La tomó y la aventó pero cayó justo frente a ella abierta en el mes de junio. Iba a levantarse cuando algo captó su atención. Encerrado en un círculo rojo se hallaba la fecha de su última regla. Frunció el entrecejo y tomó la agenda, acercándosela a los ojos. Se puso a contar mentalmente.
Abrió los ojos asombrada. Le debió haber bajado hace 2 semanas. Sacudió su cabeza y contó de nuevo, esta vez ayudándose con los dedos. De nuevo salió lo mismo. Su estúpida regla la estaba haciendo dudar de sus habilidades matemáticas así que arrancó una hoja de su agenda y tomó un lápiz que estaba guardado dentro.
-Imposible –susurró al terminar.
Sin embargo, pensó, la evidencia estaba ahí. Justo ayer se había sorprendido a sí misma cuando Harry trajo su ensalada favorita para cenar y ella la rechazó. Se había ido a acostar sin decirle nada y había estado sentada en la cama hojeando sus álbumes de fotografías. Cuando Harry entró a acostarse, Ginny se había hecho la dormida. Pero pensó que era un simple síntoma de la menstruación.
Y dos días antes, pensó sin contenerse, se había quedado dormida en la mesa mientras cenaban en la casa con Ron y Hermione (ya felizmente recién casados). Si mal no recordaba, el mareo, la negación a ciertos sabores u olores, el cansancio y los cambios de humor eran síntomas de…
Se cubrió la boca con las manos sin poder creerlo. No podía reaccionar. Sus ojos se hallaban secos ahora, sus labios abiertos sin emitir algún sonido y sus manos, ahora en su vientre, no se movían.
Alguien entró apresuradamente a los vestidores llamándola. Ella ni siquiera se inmutó. Estaba teniendo un momento.
-¿Ginny? Lo siento, pero tardaste demasiado y estábamos preocupadas por… ¿Qué le has hecho a este lugar? ¡¿Por qué tiraste todas tus cosas? –le preguntó agitadamente Bonnie, la capitana del equipo. Comenzó a recoger todo y entonces se percató de que Ginny solo la seguía con la mirada sin moverse aún. Bonnie soltó lo que estaba recogiendo y se hincó junto a Ginny. -¿Qué te sucede?
Ginny abrió más los ojos y sacudió su cabeza. Bonnie le puso su mano en la frente. -¿Quieres que llame a alguien? Estás sudando.
-Ha… -No, no podía llamar a Harry aún. Tenía que confirmarlo primero. –Hermione –se corrigió justo a tiempo. –Hermione Granger. Trabaja en el Ministerio de Magia… -su voz sonaba ronca.
-¡Claro que sé quién es Hermione! –agitada hizo una nota en la agenda, la arrancó y la desapareció con la varita. Con otro movimiento, hizo que todas las cosas se pusieran en su lugar y se guardaran. -¿Necesitas algo más? ¿Quieres que haga algo?
-No, no. Debes volver al entrenamiento.
-Ginny…
-No, estaré bien en cuanto llegue Hermione. –justo dijo eso y la puerta trasera se abrió. –Wow, eso fue rápido.
Bonnie parecía indecisa, pero finalmente salió, no sin antes detenerse en la puerta para decir –Espero que te recuperes de… lo que sea que tengas. Vuelve cuando puedas.
-Gracias –dijo Ginny volteando a verla. Bonnie sonrió y cerró la puerta tras ella. Hermione se hincó junto a ella.
-¿Qué sucedió? La nota decía que me necesitabas urgentemente.
-Bueno, no urgentemente –le dijo avergonzada y le contó lo que había pasado. La cara de Hermione se iluminó. -¿Estás embarazada? –exclamó.
-Según mis cálculos sí, pero necesito confirmarlo.
Hermione bufó. –Eso es fácil. Una prueba de embarazo nos lo dirá.
-¿Eso existe?
-Pff… No tienes ni idea de las cosas que los magos ignoran –dijo impacientemente. Le ofreció su mano. –Sujétate.
-Hermione, si es verdad que estoy embarazada, no me puedo desaparecer. –le dijo Ginny viendo la mano que le ofrecía Hermione con el entrecejo fruncido. Al ver que su amiga no contestaba sonrió. –Lo que los hijos de muggle tienen que aprender, ¿huh?
-Cállate.
…
Ginny no cabía en sí. Reía sin parar… Casi lloraba. Hermione esperó con el paquete en la mano impacientemente.
-¡Vamos, Ginny! - Pero Ginny soltaba más la carcajada. –Mira, quizá si te dejo sola…
-Sí, tal vez –le dijo Ginny con sarcasmo. Hermione la ignoró y cerró la puerta detrás de ella rodando los ojos. Esperó soltando bufidos de vez en cuando. Entonces escuchó que Ginny se reía todavía. -¡Ginevra!
La puerta del baño se entreabrió y Ginny se asomó. –Sólo necesito concentración. Ve a jugar con la Tevelisión.
-Es… -Ginny le cerró la puerta en sus narices riéndose. –Televisión. Típico de un Weasley.
Rodó los ojos una vez más y se fue a sentar a la sala de su amiga. En realidad no entendía por qué Harry había insistido en tener cosas Muggles que jamás usarían… ya sea por gusto o por su propio bien. Hermione había tenido que explicar a Ginny lo que era el tostador cuando se enteró de que lo usaba para guardar libretitas o notas. Harry lo tuvo que esconder cuando se dio cuenta de que lo estaba intentando lavar mientras seguía conectado.
Decidiendo que intentar ponerse al corriente de la programación muggle cuando tenía tanto tiempo desconectada era una pérdida de tiempo, se puso a admirar los álbumes de fotos que todavía no había visto. Sí, eran demasiados.
-¿Hermione, qué haces aquí? –dijo alguien desde la entrada. Ésta levantó la mirada sorprendida y balbuceó mientras pensaba en su excusa.
-¡Harry! Creí que estarías en el Ministerio. Em… Este… Ginny… me invitó a comer… Cenar, digo.
-Ginny está en su entrenamiento.
-Oh, bueno, se canceló y…
-Pero…
-¡Ya basta! ¿Te molesta que esté aquí o qué? –dijo sin contenerse. Harry contuvo una sonrisa y se le quedó mirando curiosamente cuando Ginny la llamó desde el baño como cantando.
-Hermiooooneee…
Se levantó inmediatamente del sofá sin darle la espalda y Harry hizo cara de asco. A veces no entendía a las mujeres pero esto era demasiado.
-¿Acaso platican mientras están cagando? –lo ignoraron por completo y Hermione se metió al baño con Ginny haciendo que Harry se estremeciera y se fuera a esconder a la cocina.
-¿Qué? –demandó susurrando Hermione. Ginny rió.
-¿Por qué susurras?
-¡Harry está aquí!
-¿Y?
-¿Y? ¿No planeas decirle de manera especial lo que está sucediendo?
Ginny rodó los ojos. –No hay nada que decir.
-¿No estás embarazada? –preguntó desilusionada.
-¡No! ¡Jamás lo sabré! ¡NO PUEDO ORINAR EN EL MALDITO PALO! –gritó. Escucharon música a un alto volumen. Evidentemente, Harry había hecho su esfuerzo por omitir la conversación.
-Inténtalo de nuevo.
-¿Cómo?
-¡Deja de pensar que lo que estás haciendo es estúpido! Empieza por ahí. –Y le cerró la puerta. Ginny frunció la boca y volteó al inodoro a encararse con su enemigo.
-Que quede claro que lo hago por enterarme de la noticia que cambiará mi vida –dijo señalando al palito con un dedo amenazador. Suspiró. –No puedo creer que haga esto… Esto es de lo más estúpido… Ay, Ginny, mejor hubieras ido con mamá lo más pronto posible… -dijo para sí misma. Se sentó y trató de concentrarse, pero una sonrisa se estaba asomando por su cara. Que se viera reflejada en el mármol que tenía frente a ella no ayudaba. Cerró los ojos. –Qué asco…
Afuera, Hermione se había quedado pegada a la puerta intentando escuchar y Harry volteó desde el sofá con las cejas levantadas.
-A veces no entiendo como una mujer tan inteligente y rara como tú sea mi mejor amiga y una mujer tan loca, sexy y extraña mi esposa.
Hermione lo ignoró. Después de unos infinitos 5 minutos Ginny golpeó la puerta con sus puños haciéndola saltar.
-¡SÍ! ¡PUDE HACERLO! ¡HERMIONE! ¡TIENES QUE VENIR A VERLO!
-Ok, creo que me faltó algo de cerveza de mantequilla… -murmuró Harry levantándose. Ginny se asomó por la puerta y lo detuvo.
-¡No, Harry! ¡Tú también debes de venir!
-Eh… no, gracias.
-¡No, Ginny! Ash, y yo que pensé que el poco tacto de tu hermano no era de familia –dijo Hermione empujándola adentro y cerrando la puerta.
-¡Hermione! ¡Es nuestro bebé! Cuando tengas tú uno con Ron, entonces ya lo haces como se te de la… –la esquivó y abrió la puerta. Harry se hallaba petrificado en la sala.
-¿Qué acabas de decir?
-¿Salió positivo? –preguntó Hermione tomando el palito que Ginny traía en su mano y acercándoselo a los ojos.
-Si se puede confiar en esas cosas, sí. ¿Hermione, te das cuenta de que eso está lleno de…? –pero ni acabó cuando Harry se lo arrebató de las manos. Hermione entró a lavarse las manos.
-Estás embarazada –le dijo Harry sin quitar la vista de la prueba de embarazo. Ginny sonrió cuando levantó la vista y vio su cara. La felicidad que irradiaba le quitó el aliento. Harry se acercó y se hincó frente a ella poniendo una mano sobre su estómago, después pegó la oreja y por último, lo besó. Hermione se aclaró la garganta incómoda y salió del baño. Sentía que estaba interviniendo en un momento íntimo.
-Bueno, me alegra haber ayudado –Entonces se percató de que nadie le hacía caso y salió corriendo de la casa para desaparecerse. Entonces Harry se levantó.
-¿Desde cuándo…? ¿Por qué no…? ¿Cómo…? –Ginny le puso un dedo sobre sus labios. Se miraron a los ojos largo tiempo y Harry se acercó para besarla.
-Este… mujer hormonal presente –apenas y logró decir Ginny jadeando unos minutos después entre los besos descontrolados de Harry. Éste la silenció poniendo ambas manos en su cara y recargándola en el lavabo. –En realidad, Harry, creo que deberíamos lavarnos las manos. Esa prueba que sigues teniendo en tus manos pegada a mi cara está llena de orina. –Harry, sin dejar de besarla, tiró la prueba hacia atrás y abrió la llave del agua. Tomó poca con su mano y la llevó a la cara de Ginny. –Oh, ok –dijo dejándose llevar libremente por completo. Harry la cargó, sin romper el beso, y salieron del baño. Recostados en el sofá, siguieron haciendo la tarea. Harry quitó una de sus manos de su espalda para concentrarse en la blusa del entrenamiento de su esposa. Quitó el moño de hilo en la parte de arriba. Bajó el cierre de la protección y finalmente se encontró con una blusa ligera y negra. Ginny levantó los brazos y se desprendieron de ella. Pff, esos pechos. Harry se acercó peligrosamente. Su brassier se abrochaba de enfrente así que, con la práctica que tenía, lo desabrochó con los dientes. Ginny sonrió y dejó a Harry hacer su trabajo mientras le desabrochaba el botón de su pantalón. Bajó el cierre y metió la mano descaradamente. Harry, tomado por sorpresa, mordió accidentalmente y ambos contrajeron su cuerpo ante tal maravilloso descuido. Harry entonces se incorporó y se quitó su camisa de un tirón. Ginny se levantó con él y lo pegó a su cuerpo. Ambos suspiraron al contacto. Juntaron sus labios una vez más y después de unos minutos Harry bajó su lengua hacia la mandíbula de Ginny. Seguía bajando, lamiendo cada parte que podía. Ginny, recordando la posición de su mano, comenzó a jugar con sus dedos cuando ambos perdieron el equilibrio y cayeron al suelo. Riendo como locos, Ginny bajó por completo los pantalones de su hombre y Harry hizo lo mismo. Lo miró levantando las cejas.
-¿Qué?
-Jamás lo habíamos hecho al mismo tiempo.
La magia desapareció con una pequeña explosión encima de ellos. Harry se separó con los ojos cerrados y suspiró.
-¿Trabajo? –preguntó Ginny acariciándole la cara.
-Probablemente. -Se levantó ágilmente y tomó la nota que había aparecido. Ginny se incorporó. Harry tomó un abrigo que había sobre una silla y volteó a ver a Ginny. –No tardaré. Trata de estar lista para las 8. Iremos a la Madriguera para dar la noticia. –Su cara radiaba tal felicidad que Ginny solo lo contempló asombrada. Harry se acercó, le dio un rápido beso en los labios y susurró en su oído –Y cuando regresemos terminaremos lo que habíamos empezado. –Le guiñó el ojo. Se sonrojó totalmente, algo que no le había pasado con tanta intensidad desde el día en que se casaron, hace un año. –Gracias por todo. En serio.
Ginny sonrió sin poder contenerse. –Gracias a ti.
Y los dos pensaban lo mismo. Un humano mitad Harry, mitad Ginny. No podía ser más perfecto.
…
-¡FELICIDADES! –gritaron todos los presentes. Molly (con lágrimas en los ojos), Arthur, Teddy en brazos de Ron, Hermione, Bill, Fleur (con sus hijos, Victorie, Dominique y Louis), Percy, con su esposa Audrey, y sus hijos Molly y Lucy, George, Angelina y sus hijos Fred y Roxanne. En realidad la casa se hallaba algo llena. Los niños corrían por todas partes, pero la cara de todos era radiante. Harry y Ginny abrieron la boca enojados.
-¿QUÉ? ¿Cómo lo supieron? –exclamó Ginny furiosa. -¡YO IBA A DAR LA NOTICIA!
-Íbamos –corrigió Harry igual de enojado. Pero George, Ron, Percy y Bill se acercaron corriendo y lo cargaron entre todos aventándolo y cachándolo una y otra vez. Hermione había tomado el puesto de Ginny y ahora ella tomaba las fotos.
-"Tenemos noticias importantes que darles" –dijo Angelina como cantando. -¡Cualquiera se lo hubiera imaginado! Ahora, ¡ven acá, ganadora!
-La verdadera pregunta era cuánto se iban a tardar en anotar –dijo George una vez que dejó a Harry para cargar a Ginny y darle vueltas.
-¿Quién te crees tú al agarrar mi cámara sin permiso? –le dijo a Hermione.
-Cállate y agradéceme cuando te haga tu álbum del primer embarazo.
Mientras todos seguían cargando y abrazando a Ginny, Harry aprovechó para acomodarse los lentes y observar a su hermosa esposa. Tendrían una familia. Suspiró y entonces sintió una mano pequeña en su pierna. Era Teddy. –¿Tendré otro primo?
Harry lo cargó. –En realidad, tendrás un primo que será como tu hermano.
Se acercó al oído de Harry para susurrar. -¿Será niña con pelo laaaaaargo o niño con pelo cooooooorto?
Harry sonrió. –En realidad no tengo idea. ¿Quieres ir a jugar?
Teddy negó con la cabeza energéticamente. Y Ron se acercó a donde estaban.
Ginny, decidiendo que no quería llorar ahora, se volteó para no seguir viendo la emocional escena cuando escuchó la conversación.
-Ron, ya he lidiado con niños.
-Sí, Ron –dijo Teddy arremedando a Harry.
-No estoy diciendo que no pero ahora estarán en tu casa TODO el día. Cualquier momento que antes tenías a solas…
-Es una etapa que se supera para avanzar a otras –le dijo. Ron sí que parecía asustado.
-Sí, Ron –repitió Teddy. Harry le chocó la mano.
-Lo que no entiendo es cómo le harás para aguantar a Ginny embarazada. ¿Recuerdas cómo se puso Audrey? –añadió bajando la voz. Harry sonrió.
-¿La tía Audrey cuando tenía la pansota? Nunca me dejó rebotar en ella –parecía decepcionado. -¿Ginny me dejará rebotar en su pansa, Harry?
-No creo que lo entiendas, Ron. Y no, no creo, Teddy. Verás en la "pansota" estará otro niño como tú y se va a enojar.
-¡Entonces sí será un niño con pelo corto!
-No, no lo sé.
-No, es enserio. Si Ginny comía… Ahora tragará.
-Ron… -se estaba volviendo loco al intentar hablar con Teddy y Ron al mismo tiempo.
-Si se enojaba… Ahora se pondrá furiosa. Lo acabas de ver recién se aparecieron. Te tratará como escoria.
-¿Cómo le hiciste para meter un bebé a la pansa de la tía Ginny? ¡Yo quiero! -Harry abrió los ojos como platos ignorando la pregunta. Pero Ron aprovechó la distracción para seguir martirizando a Harry.
-Todos sabemos que Ginny puede ser algo pesada… excepto tú, quizá, porque nunca te trató así… Pero ahora no tendrá límites.
-¿Cuándo sacarán al bebé? ¿Cómo?
-Y llorará todo el tiempo… Sabes que tú no sabes lidiar con las lágrimas…
-¡Ronald! –gritó Ginny sin poder controlarse. Molly juntó las palmas de las manos energéticamente evitando una discusión.
-¡Hora de Cenar!
Todos comenzaron a dirigirse al jardín, que era donde habían acomodado las mesas, y Harry se acercó a Ginny. Teddy pasó de los brazos de Harry a los hombros de Ginny sin ayuda y comenzó a jugar con su cabello.
-Esto no es como imaginé –dijo ella a Harry.
-Pensé que habría más sorpresa –añadió él. Teddy se coló entre sus cabezas.
-Yo pensé que… Eh… Nada. –su linda voz infantil hizo que ambos rieran. –El bebé será como ustedes pero combinado, ¿verdad? A lo mejor no necesitamos otro bebé. Yo puedo hacerlo. -Entonces cerró los ojos fuertemente y Hermione, sabiendo lo que vendría, capturó el momento en el que Teddy le quitaba los lentes a Harry para ponérselos sobre sus nuevos ojos verdes bajo una mata de cabello rojo.
-Apresúrense, chicos, o no alcanzarán nada de comer –les llamó Arthur. Rodeó a Harry por los hombros con su brazo y le dijo: -Entonces me harán abuelo de nuevo ¿eh? Aquí entre nos, espero que no salga tan inquieto o inquieta como Ginny. –Y guiñó el ojo.
Lo siento, este capítulo tenía que ser largo para que los demás fueran cortos y divertidos. Tenía que explicar todo y, bueno, aceptémoslo, éste es uno de los capítulos más importantes… En fin, puede que me tarde un poco en actualizar, pero siempre es con la intención de que quede mejor que nada. Ah! Y antes de que me digan que soy una pervertida (nadie lo niega, pero aún así jajaj) no todos los capítulos tendrán sexo, obvio. Sólo es como una muestra de por qué es clasificación T (:
Espero respuestas/reviews (: Saben que son mi Poción de Euforia.
