N/A— Antes que nada advirtió que es mi segunda obra escrita en primera persona. Por lo tanto estoy segura que la narración va a hacer un asco, pero espero les gusté la historia, :)

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»" V.M.P "«

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Chapter 01

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Mire con molestia la forma tan brusca en la que Jack golpeteaba varias veces la pantalla de mi celular, la cual aseguraba que no tardaría demasiado en romperse si el seguía así.

—Para de fruncir el ceño, Amu. —me reprendió mientras mantenía su vista fija en el teléfono. —A este paso, te arrugaras la cara antes de lo necesario.

—¿Y eso me debe importar, por qué? —eleve una ceja con molestia, al ver como el negaba repetidas veces con la cabeza mientras soltaba un suspiró. —¿Vez?, a mi no me importa para nada eso. Así que déjame en paz de una vez, Jackson.

Bufo, antes de golpear con más fuerza la pantalla y hacer que soltara un leve pitido.

—¡Cuanto amor! —ironize, recibiendo entre mis manos mi pertenencia.

—Callate y ve la película. Después agradeceme por haber reparado tu móvil. —ordenó, antes de meterse un puño grande de palomitas a la boca.

Él estaba consciente de que jamás le agradecería, ya que nunca tuve la necesidad de agradecer por algo o siquiera disculparme. No por nada Jackson y yo nos conocíamos desde la guardería. Su familia era como la mía; por lo tanto eramos lo demasiado cercanos para saber todos los defectos y cosas ocultas que guardábamos cada uno, ante la presencia de otras personas. Así que teóricamente hablando, podría decirse que somos como hermanos.

Oh, pero enserio cuanta confianza tenía él, para no lavar su ropa sucia.

—O quitas tu ropa putrefacta de aquí, o te aseguro que llamó en estos momentos a tu mamá. —entre cerré los ojos, sintiendo el asqueroso olor que se filtraba por mis fosas nasales. Llegando a provocar un leve asco en mi sistema. Asqueroso.

—No seas nenita, —rodeo su brazo sobre mis hombros, haciendo que por poco vomitara al sentir sus pelos axilares sobre mi piel descubierta. —después de todo. Tu estas acostumbrada a este chiquero que tengo de cuarto.

—Tristemente tienes razón. —suspire antes de acostarme en el sofá. —Maldición, quita esa peste de película.

Me estremecí al sentir como presionaba su axila sobre mi hombro.

—Amu. Deberías parar de ser tan fresa. —arrugue la nariz ante sus palabras. Idiota.

Presione con algo de fuerza su estomago bajo mi dedo, haciendo que soltara un quejido. Se lo merecía.

Abrió la boca apunto de decir algo en mi contra pero se vio interrumpido al ver como su madre entraba al cuarto.

—Amu, cariño. —asentí en dirección hacia a ella. —Me ha llamado Layad, dice que deberías regresar pronto. —frunci el ceño. Maldición ¿porqué el siempre tiene que decirme que hacer? —Que te quiere ver en una hora en la casa.

¿Casa?, desde cuando la mansión en donde vivo es una simple casa.

—Genial. —gruñó Jack por lo bajo mientras cubría sus ojos con uno de sus brazos. —Ahora tendré que llevarte yo y soportar el mal genio de ese viejo.

—¡Oye! —le reprendió su madre robandome las palabras de la boca. —¿Donde sacaste esa forma de dirigirte hacia tus mayores?, porque debo decirte que el señor Layad es una gran persona. —arquee una ceja hacia su dirección. —Me refiero a que como adulto es el mejor, por lo tanto dejen de verme así Jackson y Amu.

—Okay, okay. —murmullo Jack acostándose más en el sofá. —Pero tengo una duda. ¿Tengo que llevarla yo hasta haya?

—Quiero suponer que si. —mencionó enroscando un mechón de pelo entre sus dedos. —Porque no escuché que dijera que alguien iba a venir por ella... —se vio interrumpida al escuchar el claxon de un auto afuera. —o tal vez si lo dijo. Jackson acompañala y llega a tiempo para irte a dormir.

—Si, si mamá. —se levantó del sillón jalandome del brazo para que siguiera el ritmo de sus apresurados pasos. —Nos vemos luego. —beso su mejilla mientras pasábamos por la entrada de la sala. —¡Apurate Amu!

—Lo que sea. —rodé los ojos fastidiada ante su actitud. Siempre se comportaba así cuando mandaban a alguien por mi. —Adiós señora.

—Adiós cariño, espero volver a verte pronto por aquí. —se acerco a mi antes de desordenar un poco mi cabello y poner un beso sobre mi frente. —Mandale mis saludos a tu familia.

—Si. —asentí, antes de enfocar mi atención en la televisión que seguía pasando esa aburrida película en blanco y negro.

Me gire de manera rápida al sentir como Jack daba jalones más fuertes a mi brazo, provocando que desviara mi atención del televisor y empezará avanzar con pasos torpes e apresurados, atrás de él.

Un bufido salió de su boca al observar la limusina que habían mandado como transporte para mi.

Lo clásico.

—Esta bien que seas multimillonaria Amu —susurro antes de que el chófer se bajara y abriera la puerta. —pero no crees que deberían ser más discretos con este tema.

—¿Porqué debería? —me queje mientras me adentraba al vehículo y esperaba a que Jack se subiera. Aunque se tardó un poco más de lo esperado al darle las gracias y sonreírle de manera amistosa al anciano. —Si lo tengo es mejor usarlo que ocultarlo. Yo no soy de la misma clase social que tu o de la de ese pobre sirviente que tenemos como chófer, que no se te olvide.

—Me desesperas Amu. —gruñó antes de recargarse en la venta y cerrar sus ojos.

Pero que mosca le habrá picado ahora.

El resto del camino fue completamente en silencio aunque yo intentaba con todas mis fuerzas iniciar una conversación, pero no contaba con que el me estuviera ignorando durante todo el momento.

Al llegar al gran portón para ingresar a mi hogar Jackson abrió los ojos, pero decidió esquivar mi mirada hasta cuando llegamos a la puerta de la casa.

—Esta bien, ¡ya me tiene harta tu actitud! —escupi mientras veía como el bajaba su mano del timbre que había tocado con anterioridad. —¡Yo no tengo la culpa de que te hayas puesto de mal humor, princesa! —ironize, sabiendo que mi comentario solamente lo había hecho enfadar más. —¡Así que tranquilizate de una vez por todas, idiota!

Pegue un brinco en mi lugar al escuchar el rechinar de la puerta. Antes de observar como Jack negaba repetidas veces con la cabeza y se giraba para empezar a caminar lejos de aquí.

—Adiós, Amu. —la forma tan seca en la que su voz salió hizo que me estremeciera. —Nos vemos.

—¡Oye! —le llame intentando ir tras el pero me vi impedida a poder hacerlo al sentir como habían agarrado mi hombro. —¡Regresa aquí, idiota! ¡no hemos acabado de hablar! ¡suelteme!

—Amu. —deje de forcejear al sentir una leve presión en mi hombro. —Comportate. No querrás ser la burla de la servidumbre, ¿verdad? —bufé al mismo tiempo que rodaba los ojos y afirmaba con la cabeza. —Bien, porque tenemos visita. Así que sube a tu habitación y arreglate, eso incluye cambiar tu ropa.

¿Mi ropa?

—¿Y que tiene de malo como me encuentro ahora? —me gire, viendo sus ojos cafes al igual que su cabello.

—¿Enserio gusta saberlo? —asentí. —Bueno, empezaré con la blusa que muestra todo su estómago y hombros, luego seguiré con ese jersey demasiado ajustado y terminaré con el exceso de maquillaje que se encuentra en su cara, sin mencionar lo espantoso que se observa esa cabellera rojiza. —tomo entre sus dedos un mechón rizado mío y empezó a girarlo entre estos. —¿Y se puede saber de donde consigue todo esto?, porque en ninguna parte de esta casa alguien usa eso. Menos aquellos tacones rojos de gran altura, que está usando.

Me encogí de hombros restándole importancia.

Una amiga me las prestaba junto con el maquillaje.

Suspiró antes de darme un empujón para entrar a la casa y guiarme hasta las escaleras, evitando a toda costa que me acercara a la sala. Haciendo que me preguntara quien será aquella visita que parece tan importante para Layad.


—Bien, —murmullo mientras dejaba un vestido sobre la cama y se giraba a verme. —te quiero ver abajo en menos de cinco minutos y no con la ropa e aspecto que tienes ahora. ¿Me has oído, Amu?

Asentí con la cabeza repetidas veces antes de verlo marcharse por la puerta.

—Estúpido. —gruñi con fuerza, deseando que me hubiera oído.

No era secreto para nadie que lo odiaba, que lo aborrecía y que deseaba con fuerza que el desapareciera para siempre del universo. Siempre me decía que debía hacer, que era adecuado decir y siempre me reñía por cualquier pequeñez, un ejemplo claro de eso es cuando me regañaba por llegar tarde y pasada de copas, o como hoy que me había regañado por mi vestimenta.

Idiota.

Tome el largo vestido estilo princesa entre mis manos para elevarlo a lo alto antes de arrojarlo al suelo y pisotearlo un par de veces con fuerza.

—Señorita, es momento de ponerle el vestido. —un chillido salió de mi boca al ver a una sirvienta adentro de mi habitación. —El señor Layad me ha mandado para que la ayude.

—Eso ya lo se. —la interrumpí mientras fruncía el ceño con fuerza. —Pero que acaso no te ensañaron a tocar antes de entrar, inepta.

—He tocado un par de veces la puerta pero al parecer no me ha oído.

—¿Y por eso decidiste tomar la decisión de invadir mi espacio personal sin mi permiso? —agarre el vestido con la clara intención de lanzárselo. —Ahora, ¡fuera de mi habitación que no ocupó ayuda!

Le tire el vestido encima para después cerrar la puerta ignorando lo que decía.

Inepta.

—Bien, a retocar esto. —me miré en el espejo mientras llevaba mis dedos a mis labios y esparcía mas el labial rojo por este. —Luego le pediré a la estúpida esa que tengo como amiga que me preste mas ropa suya y su maquillaje. Porque el idiota de Layad no estará dispuesto a comprarme algo de eso. —enrede mas mi cabello y subí mas mi blusa. —Perfecta como siempre.

Besé mi reflejo antes de salir de mi cuarto y dirigirme hacia las largas escaleras en forma de caracol.

Sonreí.

Andando.


A penas termine de pisar el último escalón me topé con la mirada endurecida de Layad, el cual se acercaba de manera rápida hacia mí.

—Hola. —salude mientras pasaba una mano por mi cara. —¿No crees que hace frío?

—¿Qué haces vestida así todavía? —me señalo. —No te dije que te cambiaras porque había visita. —temblé ligeramente. Maldición, realmente hace frío. —¿Tienes frío? —asentí repetidas veces mientras intentaba abrazarme por completó. —¿Enserio?, porque yo creó que hace mucho calor.

Empecé a abanicarme con una mano mientras que con la otra intentaba abrazarme.

Sentía mi cuerpo arder por dentro mientras que sentía estar parada en el aire frío de la calle.

—Maldición. —gruñi, sintiendo mi garganta raposa en cuánto acabé de decir eso.

Todo daba vueltas a mi alrededor al mismo tiempo que mi vista se volvía borrosa y me sentía desfallecer con la temperatura por la que estaba pasando mi cuerpo.

Layad, alto.

Fue lo último que escuché antes de caer al suelo y golpear mi cabeza contra este, para después dar paso a la inconsciencia.

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»"V.M.P"«

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1841 palabras escritas en primera persona! Yay! :)

¿Qué les pareció el cap?

La verdad es que intento con todas mis fuerzas poder a hacer a Amu caprichosa, irracional y testadura. Para eso es una misión imposible ya que algunos de sus primeros pensamientos y algunas sus frases burlonas son mías.

Mis amigas me han recomendado que la haga igual a las populares de las películas. Y eso he hecho en gran parte, casi me arrancó las uñas al no quedar por complejo conformé, pero ya llevaba tiempo editando el mismo cap y me dije "Debo subirlo y ver que pasa" y aquí me ven :)

¿Un review a esta pobre mundana?