Aviso: Este fic forma parte del Reto Fanfic 2018: 12 meses, 12 fanfics escritos.
JUNIO: Un fanfic de un género que nunca has escrito.
.
Advertencias: Posible OoC . Universo Alterno . Pairing crack . Posible cambio de edades en los personajes.
Género: Suspenso, Sobrenatural.
Rated: M
Status: En proceso.
.
.
Nadie tiene que saber.
.
Capítulo 1.
Abrió sus ojos y miró a su alrededor, desorientada, perdida. La niebla era densa, mezcla de un color gris claro y blanco.
A lo lejos escucha una voz pero no logra distinguir lo que dice. Ella sabe que debe acercarse así que empieza a caminar, sus ojos mirando hacia abajo para asegurar dónde pisará y se descubre a sí misma de pie sobre un suelo lleno de lava. No lava liquida e hirviente, sino trozos de lava seca, gruesa y negra, a través de cuyas grietas y fisuras puede ver y sentir el brillante color rojo de la lava líquida que sin embargo no la quema.
No temas…
Deteniendo sus pasos ella levanta la mirada. Le parece haber notado un movimiento a su espalda en donde la niebla parece arremolinarse y redirige sus pasos hacia ese lugar, tranquila, confiada.
... el poder del fuego está en ti…
Entonces lo ve: una silueta, al principio difusa y poco clara, aunque conforme se acerca puede verla con mayor claridad.
… pero también tienes el poder del agua…
Inevitablemente le sonríe al anciano que con esfuerzos se mantiene en pie y trata de dar un par de pasos en su diección. A su vez él le sonríe agradecido con ella, pronuncia sus motivos mas por algún motivo ella aún no puede escucharlo.
De pronto él está entregándole algo, un sombrero de cuatro puntas de color azul. Hay un kanji dibujado en uno de sus lados: ella puede leer que dice Agua.
… tú no necesitas nada, tú sola te complementas…
Agua. Agua, y entonces ella comprende que el agua sobre la lava produce la niebla que volvía a envolverse y moverse hacia otra dirección, girando, elevándose y esquivando algo que atrajo toda su atención.
¿Qué era? Dando un par de pasos hacia donde la niebla se arremolinaba ella las notó, las cuatro sombras que aguardaban de pie ahí como esperándola y se apresuró.
...pero también formas parte de algo mucho más grande...
Un fuerte viento sopló de súbito, tan húmedo y helado que el suelo de lava tembló, sus cabellos largos y rojos así como su vestido azul se removieron al rededor suyo como si tuvieran vida propia y la niebla se disipó en un segundo, permitiéndole ver y distinguir a esas cuatro personas que la esperaban: cuatro personas de distintas complexiones y edades cuyos rostros estaban cubiertos por sombreros similares al suyo pero cuyo kanji era distinto al suyo... y al detenerse junto a ellos algo ocurrió.
Agua, Fuego, Viento, Tierra y Rayo.
Agua, Fuego, Viento, Tierra y Rayo.
¡Agua, Fuego, Viento, Tierra y Rayo!
Con el corazón latiéndole tan fuerte y rápido como si se tratara de un tambor, bajo sus pies ocurrió una explosión. En un segundo los cinco elementos se elevaron desde el suelo cubriendo y envolviendo a cada uno de los cinco sin darles apenas tiempo de nada. En un acto reflejo ella cerró sus ojos y cubrió su rostro, sorprendida, quizá aterrada... pero cuando de nuevo los abrió a su alrededor no había absolutamente nada.
Sus ojos buscan a su alrededor, un par de pasos erráticos e inciertos la alejan del lugar en el que se encontraba antes de detenerse y volver a mirar.
Pero debes tener cuidado...
Hay algo en el suelo, en el sitio en que una vez los cinco estuvieron y ella puede verlo: es una estrella de 5 puntas, un pentagrama en lava carbonizada... y un escalofrío recorre su piel.
Algo está mal, ella lo sabe.
Lo siente en su pecho, en el nudo su garganta: hay algo ahí, algo entre la niebla que de pronto lo ha vuelto a cubrir todo, algo que la observa, algo que la acecha... y entonces ella levanta la mirada y ve los ojos rojos, ve las garras.
...no importa cuantas veces vivas, él siempre irá tras los poderosos...
Su cuerpo tiembla, se paraliza.
Puede verlo, está cerca, cada vez más cerca: la figura negra y grotesca que se abalanza sobre ella, sus fauces mostrando los dientes enormes y afilados.
Retrocede un solo paso, el grito se le atora en la garganta e instintivamente levanta sus brazos. ¡Va a aplastarla, romperla, desgarrarla...!
Y con un sobresalto se despierta incorporándose en la cama, sus ojos oteando asustada en la oscuridad del camarote, viendo como todo el barco se movía y la lluvia se estrellaba contra la ventana mientras los relámpagos brevemente la iluminaban.
Su corazón late agitado, sus manos se aferran en un puño a la sábana y mira a su lado, a su compañero quien dormía de forma profunda y plácida, y ella vuelve a mirar alrededor.
Ahí no había nada: ni niebla, ni monstruos, ni lava, ni garras. Ahí no había peligro, ahí se encontraba a salvo...
—Fue un sueño —balbuceó intentando calmar sus nervios.
Sí, solo un sueño…
.
.
