El lugar era hermoso. Jamás pensó que unas cataratas eran más que hermosas que le quito el aliento. El viendo con el agua cayendo se pegaba a su rostro sonriente y su cámara y su cabello. Sintió un momento de alegría al ver la puesta de sol que cuando termino sintió un vacío.
-que lindo- suspiro para volver a su hotel.- a mama le encantara. Estoy segura.
Feliz la adolescente estaba caminando.
Tenía el pelo rizado en rojo como el fuego y tez ligeramente bronceada por sus caminatas al aire libre. Sus ojos eran un verde oliva ligeramente redondos y tenía una sonrisa blanca. Sus ropas eran unas bermudas negras con una remera naranja con blanco, unas botas de montaña y una mochila con todo lo necesario para su viaje sola.
Su nombre era Elizabeth Valentine, 17 años y estaba feliz viviendo su vida libre.
De niña ella conoció a un chico quien le decían era su prometido. Feliz de la vida infantil se caso con dicho chico a la edad de 15 años, cuando él tenía 21. Sin embargo su marido y su padre murieron en un accidente de coches una noche de verano. Dejándola a ella, su madre y hermana mayor solas su pequeña familia sufrió la perdida.
Fue cuando tenia 16 que se entero de que su familia estaba en deudas desde sus abuelos y que ellos debían pagarlo; su boda fue parte de un plan para ayudarles y que un dia puedan ser felices juntos. Sin embargo su marido murió borrando todas las deudas y con medio corazón de ella.
Su madre estaba devastada cuando su padre murió y comenzó a trabajar para ocultar el dolor. Su hermana la odiaba, al principio no sabia pero conforme el tiempo paso fue porque ella amaba a su marido pero jamás intervino para que cambiaran de lugar, jamás dio un paso adelante para tenerlo a él, y decidió que vivir en España era hermoso.
Y ella, estaba viajando. A ella le gustaba ver lugares y aprender de culturas, de ver con sus propios ojos todo. Su marido le acepto y habían planeado viajar juntos, pero murió. Asique ella siguió con su promesa viajando en diversos lugares mientras su familia se separaba y apenas eran reunida.
Viajo a Peru, a Españal, a Italia y vio moda, viajo a Francia y se enamoro de la pastelería. Viajo a China y estaba sorprendida por su historia y la enorme muralla. En Japon se entreno como Maiko un tiempo y adoro usar ropas tradicionales, además de su tecnología. Viajo a Africa y los animales eran hermosos como también ayudo a personas que necesitaban ser atendidas.
Viajo a tantos lugares en sus años de viuda.
Ahora estaba por las Cataratas del Niagara mirando las maravillas sin embargo estaba siempre el dolor.
Aunque no pudiera decirlo, amo a su marido el poco tiempo. Si de niña te dicen que estarás comprometida te sentirías un cuento de hadas, su cuento termino antes de hacerlo mas maravilloso. Asique siempre tenia un cuaderno donde le escribía donde iba y una filmadora donde hablaba con su marido, como si el video le llegase.
Sabia que no era bueno retener a los muertos, al menos lo aprendió en su hogar por su abuelo mexicano, pero no podía evitarlo. Una parte de ella un quiere que estuviera allí.
-que lindo!- grito hacia la cámara- estoy segura que un día volveré. Ah! Hoy toca excursión! Si!
Feliz corto la filmación y lo guardo en la funda aprueba de agua. Termino de verse al espejo y con lentes se volvió hacia el tour por el bosque cerca de las cataratas. El grupo eran cuatro personas y dos parejas, mas el guía. Iban el coche y caminarían un tramo largo, luego volverían y ella volvería su hotel donde vería que mas hacer.
-que linda pareja- suspiro una chica del viaje. Ambas miraban hacia una pareja de recién casados.- un día quisiera un chico que me mire así… no crees Elizabeth?
-claro Sarah- dijo feliz caminando- es un lindo clima… Ah!
Distraída, Elizabeth resbalo en el sendero y caia bajando y gritando, mientras podía escuchar a los demás y el instructor llamarle.
Apenas pudo visualizar las ramas, los arbustos, la tierra, las piedras y como su piel se sentía mas adolorida. Solo podía gritar e intentar frenar en algún sitio.
Ya podía ver un final, podía escuchar el agua. -AHH! AUCH!- chillo.
-dolió…! Donde caí? Duele!- chillo acariciado su cuerpo.
Mirando estaba cerca de un rio pequeño y además algo profundo, sin embargo logro parar a escasos centímetros. Su cuerpo tenia raspones y su cabello parecía un nido de pájaros recién anidando. Además estaba completamente sucia y le dolía el tobillo.
Suspirando miro a donde cayo, no podía ver a los demás viajeros- alguien! Por favor! Alguien me escucha?!
Apenas podía escuchar por el rio, pero se atrevio a ver su bolso. Dentro tenia un vengala de emergencia y además linterna. Localizo su kit de emergencias y rápido vendo su tobillo, no dolia tanto como para tener algún tendón roto o huesos quebrados, pero lo vendo por si acaso.
-rayos, justo hoy- suspiro acomodándose mejor. Y volvió a llamar- HOLA! HAY ALGUIEN ALLI! HOLA!
-ahua…
Parpadeando sorprendida miro en todas dirección, lo que había escuchado fue un pequeño chillido, negó rápido, seguro era un animalito. Volvió a llamar y el grito volvió a sonar.
-ok, debe ser un animalito perdido- suspiro parándose y usando los arboles como soporte sin que su pie toque tierra.- talvez esta lastimado, no seria la primera ves.
Lento comenzó a escuchar el sonido, era rio arriba y con cuidado se movió evitando caer en el mini rio. Siguió un tramo llamando y escuchando el ruido, ciertamente no era animal. Asique mas rápido escucho un sollozo infantil.
-pero que…?!- dijo yendo mas rápido.- eso es un niño! No me digas que no soy la única perdida?
Preocupada que sea otra pareja perdida y un niño comenzó a llamar a otras personas.- OIGAN! ESTOY LLEGANDO! NECESITO AYUDA! ESTAN ALLI?! HOLA!
Nada, nada mas que el sollozo, dando otro paso resbalo otro poco pero se aferro al árbol y localizo el sonido. Llegaba de un árbol. Confusa miro en todas direcciones en busca de alguien mas, pero nadie. Con cuidado se movió, había un bebe moviéndose bajo la rama de un árbol y lleno de hojas e insectos.
-dios…. Que te paso?- dijo socorriendo al bebé. Apenas tenia una tela húmeda y su piel con picaduras de insectos. Estaba llorando bajo, su voz sonaba rota.- calma, shuu… calma, estoy aquí- dijo tomándolo, era flaquito y lo abrazo notando como el bebé se aferraba a ella. Rápido busco a sus padres.- hola! Entontare un bebé! Hola!
-señorita!- escucho gritar al guía.- señorita!
-hola! Estoy aquí!- grito mas fuerte.
-siga hablando señorita! Ya mismo estamos en camino!
-aquí estoy!- grito de nuevo abrazando al niño.- calma, baby, calma, todo estará bien. Ya verás…
El bebé sollozo bajo y levanto su cabecita, Elizabeth lo vio y se enamoro del bebe. Tenia la tez con color suave y cabello sedoso negro lacio. Sus mejillas estaban rosas de llorar pero noto que su bajo peso se mostraba en sus costillas. El bebé la miraba como si suplicara no estar solo y ella le sonrió besando su frente mientras espantaba algunos insectos de la manta.
-aquí estoy baby, aquí estoy… hola! Sigo aquí!
Mientras Elizabeth tenia al bebé en brazos y lo arrullaba, seguía gritando por ayuda.
Luego de 15 minutos finalmente vio al guía y unos paramédicos. Al verla suspiraron de alivio y ella rápido les informo del bebé. Los paramédicos comenzaron a llamar a la policía y búsqueda en lo que los revisaban. Su tobillo solo fue una leve torcedura pero el bebé en brazos estaba desnutrido según los informes hacia dos semanas.
Que clase de madre hace eso?! Abandonar un bebé inocente e indefenso en un bosque. No podía creerlo.
-aquí estoy baby, estas a salvo- arrullo al niño que bebía de su mamadera.- hola, hola pequeño viajero, hola…
-parece una madre señorita- dijo una enfermera.- es un lindo bebé.
-si, lastima por sus padres. Dicen algo las búsquedas?
-nada hasta ahora- suspiro la enfermera mirando al bebe que seguía mirando a la paciente.- parece muy apegado a usted.
-si… yo también siento lo mismo- dijo bajo mirando los ojitos negros del niño.- crees que puedes ayudarme a cambiarle al pañal? No se aun como hacerlo.
-claro, será un placer.
Feliz comenzó a cuidar al pequeño sin nombre. Los oficiales no tenían información del niño ni nada que ayude en la búsqueda. Al final se denomino como un niño abandonado que ella rápido todo custodia.
-esta señora señorita?- dijo la enfermera quien se apego a la pareja de bebé y chica.- es muy joven.
-se que lo hare, además el pequeño Gilbert lloro todo el día cuando nos separaron.- dijo suave abrazando al niño y tomando la maleta infantil.
-si, lastimo mis oídos- dijo apenada mirando al bebe feliz.- bueno, que tenga un buen viaje señorita, y usted también pequeño Gilbert.
Feliz Elizabeth volvió a su hotel y con eso a su hogar.
Gilbert, su niño nombrado después de su marido, estaba feliz con su nueva mami. No lloraba mucho salvo por sus atenciones y dormía feliz mientras este en sus brazos.
Al llegar a casa volvió a su hogar donde localizo a su madre. Ella ya había sido informada cuando lo adopto y parecía medio amarga y otra preocupada.
-eres joven para ser madre.
-fui joven para ser esposa y viuda- soltó sin malicia sin embargo estaba el dolor.- pero estoy apegada a él. Es como ver a mi hijo y no podía dejarlo.
Su madre asintió. Bien conocía el instinto maternal de su hija menor.- como llamare a mi primer nieto.
Sonriendo con melancolía vio a su bebe despierto y mirando todo curioso-Gilbert.
Su madre la vio con ojos sorprendidos pero asintió. Mirando al bebé sonrió ante la imagen que daban, y eran una familia.
-tengo noticias para ti querida- dijo su madre.
-si?
-planeo volver a vivir con tu hermana- dijo soltando la bomba.
Elizabeth vio a su madre. Ya una vez la dejo durante una temporada invernal, fue extraño, pero su madre seguía teniendo demonios perseguidos. Ella quería a su madre cerca pero veía como estaba lento perdiéndose en los recuerdos de su padre.
-cuando? Que será de mi? Donde viviré?
-tienes donde vivir, además has estado viajando estos últimos años. La casa es muy grande para una mujer soltera como yo y mi edad- suspiro acariciando sus articulaciones.- tu hermana esta establecida en una hermosa casa por un suburbio, es suficiente para ambos. Eres mi hijita, sin embargo te veo tan independiente…
-y la casa?
-planeaba venderla- soltó mirando los lugares como si viera sombras de su padre.- tiene muchos recuerdos.
-también tiene los míos mama- dijo suave sentándose a su lado y sin soltar a su hijo.- es mi hogar.
Su madre asintió pero sus ojos decían que estaba decidido.- puedes ir a este lugar… una vez lo escuche de tu padre.
Lento fue hacia una caja de zapatos vieja y había folletos de vivienda. Al poco encontró el que buscaba y volvió a su lado.- este lugar.
Asintiendo miro el folleto. Era un pequeño pueblo con clima húmedo y algo frio. Port Angeles. Recordaba levemente el lugar cuando se volvió viuda y su marido había tenido una pequeña casa allí.
-es tranquilo, estoy seguro que te gustara. Tiene arboles como te gustan… yo ya no puedo vivir aquí.
-y tu trabajo?
-ya estoy suficientemente vieja como para ser jubilada hija- soltó. Lento acomodo el mechón rojo de Elizabeth y sonrió ante el corto. El suyo era igual de corto.-se que serás feliz donde estés. Pero no puedo estar aquí. Lo siento.
Negando parpadeo las lágrimas, su hijo parecía reconocer el dolor de s madre ya que parecía sollozar.- shu… estoy bien baby.- ella conocía el dolor de ver la sombra de tu amado, talvez por eso siempre iba a otros lados, no sabia.- estaremos bien. Cuando planeas irte?
-en unos meses. Luego me iré.
-es pronto- dijo suave.- yo iré preparando lo demás. Llamare al abogado por la casa y todo el resto.
Asintiendo su madre beso su cabeza y el ambiente se volvió melancólico. Ambas tenían fantasmas que no querían soltar.
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Los meses parecían irse volando. Elizabeth paso el tiempo con su madre y ella le enseño todo lo que debía saber siendo madre soltera, incluso le dio tips para un hogar.
Su hijo era preciso ante sus ojos. Según el calculo tenia cerca de 8 meses de nacimiento y estaba feliz probando gatear y perseguirla en todos lados. Su madre se volvió una buena abuela y mimaba a su hijo.
-donde iras hija?- pregunto su madre cuando estaban ambos en el aeropuerto.
-ire un tiempo a Suiza- dijo abrazando a su hijo.- luego veré que hacer madre.
-ven a visitarnos.
Elizabeth le sonrió y beso su mejilla. Cuando partió no respondió nunca a su pregunta. Su hermana la seguía odiando, y ella aun no sentía el momento para volver.
-bueno hombrecito, vamos a Suiza, Gilbert adoraba esos lugares- dijo suave tomando su maleta de viaje y yendo a bordo.- será divertido.
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Suiza era perfecto con nieve y el ambiente a fiestas.
Su nuevo hospedare era una casa cabaña cerca de las montañas frías, era perfecto para ellos dos.
-que frio, es hermoso- dijo mirando a su hijo incomodo- que te pasa bebe? Estos días pareces tenso.
Lento lo tomo, parecía algo cálido y suspiro hacia la chimenea, era un poco fuerte el fuego.
-salgamos un ratito- dijo abrigándolo y saliendo a recorrer los lugares. Aun había sol por lo que paseo y se divirtió con su niño.
Los lugareños eran amables, había muchos turistas y parejas felices. El lugar olía precioso y su niño parecía mas relajado.
-sabes, mi esposo le hubiera gustado aquí- dijo mirando el cielo nocturno.- adoraba la nieve. Y adoraba abrazarlo.
Riendo ante la memoria lento volvió a su hogar. El lugar era mas calmado y tras una cena volvió a dormir con su bebe en brazos.
A media noche sentía un despertar. Algo la despertaba y mientras despertaba vio que su niño sollozaba bajo y parecía incomodo.- que pasa pequeño? Cambio de pañal?
Bostezando lo tomo y se sorprendió al sentir una fiebre muy alta.- dios! Que te paso?- dijo y lo destapo. Estaba empapándose de sudor y estaba preocupada.- ya mi bebe, ya… mejor bajo la fiebre.
Rápido corrió al baño y puso una temperatura baja, lento puso a su hijo en el agua quien chillo ante el cambio de temperatura pero debía hacerse. Besando su cabeza le prometió que estaría bien mientras lo remojaba, pero ni toda la experiencia del mundo le enseño a entender lo que ocurrió.
Ante sus ojos y manos su niño empezaba a cambiar. Su piel canela lento parecía moverse y su niño parecía mas incomodo y molesto. Antes de darse cuenta su niño cambio ante sus ojos y manos dejándola con un grito bajo pero sin atreverse a soltarlo.
-pero que…? Que pasa…
Sorprendida sus ojos verdes vieron lo que no debía ocurrir. En sus manos estaba un cachorro blanco y negro con ojos celestes hermosos. Era pequeño que cabía bien en sus manos y brazos. Su pequeña nariz negra olfateaba y gruño saliendo de su agarré.
Aun sorprendida se dejo caer quedando sentaba en el suelo de madera y lo vio salir de la bañera tambaleándose como un cachorro recién nacido.
-bebe? Bebe que paso?- pregunto como si pudiera responderle.
Su niño, ahora cachorro, se movía incómodo y con pasos inseguros salió del lugar.
Aun sorprendida parpadeo escuchando como rascaba la puerta. Preocupada corrió golpeando algunos muebles cuando lo vio salir al bosque.
-no!- grito asustada. Era su hijo, no importa cómo se transformó. Corriendo lo siguió sin importarle el frio ni su pijama de short y remera.- Gilbert! Gilbert!
Preocupada por su hijo lo persiguió notando como iba adaptándose a su forma y corría mas rápido. Lo siguió chocando contra ramitas y sin perderle la vista. Hacia frio, pero le preocupaba su niño sobre todo. Sentía las extremidades heladas y las piernas igual, no le sorprendería si perdía algún dedo ni tener pulmonía, su hijo estaba perdido.
-no entiendo porque cambiaste baby, pero vuelve!- grito cuando lo perdió.- hijo! Por favor vuelve! Gilbert! Gilbert! Donde estás? Ven hijo, ven!
Preocupada sintió el corazón rompiéndose, su hijo estaba perdido. Llorando busco pistas hasta que escucho el movimiento en un arbusto seco. Lento se acerco notando al mismo cachorro y este parecía asustado.
-hola… hola baby- dijo suave tragando el temor de perderlo. Lento acerco sus dedos pero este se alejo.- ya… mami esta aquí, todo estará bien- le dijo intentando otro acercamiento. El cachorro olfateo y al poco dio leves ruidos que la cautivaron- hola mi bebe, hola… mami esta aquí, nada te pasara. Vamos, ven.
El cachorro olfateo y con cuidado se acerco a su cuerpo. Cuando estaba cerca lo tomo en brazos y lo abrazo escuchando el sollozo del perrito como su lengua golpeando su mejilla.
-ya bebe, ya… vamos a casa y luego veremos que paso.
Con cuidado se levanto y sintió las fuerzas acabar. Hacia frio y no era bueno salir en pijamas en la nieve ni bosque. Con cuidado volvió a sus pasos notando las luces encendidas de la casa y sonriendo entro encendiendo la chimenea.
-dios, hace frio… me moriré de frio.- dijo abrazando al cachorro y volviendo hacia el baño. Mirando el agua tuvo dudas- cambiaste por el agua? No importa, ahora es mejor entrar en calor- se obligo a evitar castañear los dientes, estaba helada!
Rápido puso el agua a media temperatura sabiendo que no debía elevar su temperatura rápido o podía colapsar. Al terminar y sin importarle su pijama entro al agua sin soltar a su hijo. Si el agua lo cambio y ella cambiaba quería estar a su lado.
Espero unos segundos y minutos pero nada. Abriendo sus ojos vio a su hijo aun lobo en sus brazos y ella elevo la temperatura para calentar su cuerpo.
-hijo… que te paso- dijo suave acariciando su pelaje.- eres incluso lindo de cachorro. Pero… como es que estas así… volverás a ser mi bebé?
No sabía que pensar. Nada la preparo para este cambio. Su hijo cambiado ante sus ojos? Sabia que no era sueño, el frio la despertó totalmente y sus manos aun sentía el cosquilleo del cambio, como su piel se volvió peluda, como sus ropitas se rompieron y su hijo era un cachorro.
Espero unos minutos y salió mojando el suelo. Se descambio rápido y en una bata salió al living donde la chimenea estaba dando su calor. Seco a su hijo sin dejar de verlo, como si volvería a cambiar si no lo tenia en mira.
-que haremos?- dijo suave.
Espero, espero que cambie, pero nada. No lo soltó y lo abrazo esperando que cambie. Cuando el sol salió ella seguía despierta mirando a su hijo dormido.
-que haremos?- se pregunto por enésima vez. Suspirando decidió que era momento de comer.- mejor te daré la mamadera.
Con dolor por estar acostaba en el sofá todo el tiempo fue a la cocina. Con una sola mano preparo el biberón notando a su hijo despertar. Este chillo cuando vio su mamadera y parecía feliz en comer.
-puedo darte el biberón así?- se dijo preguntándose que hacer.
Asintiendo para ella misma le dio como siempre. Al poco se llevo la sorpresa de que su hijo volvía a cambiar mientras se alimentaba. Cuando estaba humano y como lo encontró lo abrazo.
-hola hijo, hola… es bueno tenerte en brazos otra vez-
-gah!- chillo con su biberón.
-si, estoy feliz. Mamá esta feliz. Solo espero saber porque cambias.- suspiro tomando su café.- quien mejor que internet y libros para ayudarse.
Con un plan en mente decidió su rumbo.
Su hijo estaba en el corralito con sus juguetes. Elizabeth cambio su computadora mirándolo cada segundo y filmándolo todo el día. Noto que cambiaba cuando estaba malhumorado y sus ropas se rompían, por lo que lo dejo solo con el pañal. Además parecía calmado y volví a ser humano.
Internet dio muchas teorías, muchas eran ficticias pero cuanto puede ser ficticio si tu hijo se convertía en lobo en tus brazos? Asique tomo cada detalle y búsqueda.
-bueno, tenemos varias teorías. O eres hijo de un hombre lobo? Pero no había luna llena anoche- dijo tachando- puedes ser un lobo con una maldición… eso es plausible. Luego esta la de que puedes transformarte a voluntad por la luna, es un lindo mito… me quedo con eso. Bueno baby… que haremos?
Miro a su hijo, nuevamente un lobito corriendo tras la cola que se veía del pañal y rio. Era su hijo y debía solucionarlo de alguna forma.
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kya! me siento con verguenza de solo publicarlo!
esperare comenzarios buenos o malitos. buenas noches a todos!
