Say Goodbye


Disclaimer: Digimon pertenece a Akiyoshi Hongo. Este fic participa en el topic "Las mendigas fickeras II" del foro "Proyecto 1-8" y es inspirado en el siguiente reto de Earendil Amarth.

Pairing: Hikari/Takeru/Catherine como base, las demás que puedan haber al gusto.

Características: Takeru es un escritor famoso que está escribiendo una novela sobre detectives y asesinatos. El por fin consigue, después de muchos intentos, entrevistar a la detective Catherine para recaudar información para su novela. No imagina que en su entrevista esta tenga que ir al lugar de un homicidio. Para su sorpresa es en su casa, donde hay un brutal asesinato. Una mujer colgada en la pared con los brazos levantados formando una cruz con su cuerpo; es la novia del rubio. Siendo que es el principal sospechoso por ser su domicilio el escritor se verá obligado a encontrar su inocencia. En la búsqueda de pruebas, el joven da con el paradero de Hikari quien es un familiar de la mujer asesinada quien también es una sospechosa, lo que hará que ambos se ayuden a probar la inocencia del otro.


Capítulo 1: El día en que todo cambió


El día en que la vida de Takeru cambió comenzó como cualquier otro. Se levantó a la misma hora de siempre y desayunó café con tostadas como solía hacer todos los días. Después de tomar un baño comenzó con la limpieza, al vivir en un departamento pequeño no le tomó mucho tiempo por lo que pudo continuar con su nuevo libro.

A pesar del tiempo en que se dedicó a escribir no pudo sentirse satisfecho con la historia. Cada vez que escribía una hoja terminaba borrando más de la mitad. No era el primer libro que escribía, pero sí la primera vez que escribía algo de esa temática. El principio de la historia fue sencillo, no tuvo problemas para introducir la historia, a los personajes y el mundo que se desarrollaba, los problemas comenzaron cuando la protagonista se encontró con el primer cadáver, tenía la impresión de que sus teorías eran demasiado aceleradas y más que deducir era él quien hablaba a través de su personaje.

Aunque no acostumbraba a permitir que otra persona a parte de su editor leyera sus libros antes de terminarlo hizo una excepción con Hikari. Ella le había dicho que le gustaba lo que tenía escrito y aunque le creía eso no bastaba para que se sintiera satisfecho. Sentía que conforme avanzaba la historia su calidad empeoraba.

Hizo una pausa para leer el periódico como hacía todos los días, pero a diferencia de las veces anteriores encontró algo que cambiaría, no solo su rutina, para siempre. Se dirigió al puesto más cercano, varias veces le habían dicho que podían adquirir una subscripción, pero lo descartaba al instante. Takeru disfrutaba salir a caminar y leer su periódico en el pequeño parque que quedaba cerca de su departamento.

Ese día lo encontró vacío. No era algo a lo que le dio importancia pues solía ocurrir con cierta frecuencia, especialmente en esa época, cuando los niños se encontraban en la escuela. A pesar de que tenía la esperanza de encontrar un anuncio para él no pasó directamente a la sección de anuncios. Leyó varias de las noticias e incluso la sección de comics y consejos. No encontró nada acerca de su hermano o su banda, pero sí fue una gran sorpresa ver que finalmente aceptaron los cómics de su amigo.

Leyó los anuncios varias veces buscando uno que fuera diferente a los demás. La mayoría eran las típicas publicaciones que solían encontrarse en esa sección, gente amistades o parejas para poder cumplir sus fetiches. Tuvo que hacerlo dos veces antes de encontrar la publicación que le interesaba.

"Mujer traviesa busca compañeros de juego que la acompañe en una locura:

Para mi hombre de las manos manchadas, tú ganas.

Te veo en el lugar donde la luz y la esperanza brillaron con todo su esplendor, a la misma hora en que todo empezó".

El mensaje en sí podía parecer confuso, pero Takeru solo necesitó de algunos segundos para entenderlo y saber a quién iba dirigido, después de todo no era la primera vez que usaba ese medio para comunicarse con él. Aquellas palabras lo llenaron de emoción, después de mucho tiempo y de largas conversaciones la famosa detective Catherine había accedido a una entrevista.

Descifrar el lugar le tomó un poco más. Catherine hacía referencia a uno de sus libros, específicamente "Alas de amor", ambos se habían conocido el día en que lo presentó, todavía podía recordar su sorpresa cuando ella le pidió un autógrafo. Se trataba de una cafetería francesa, un lugar que no visitaba con tanta frecuencia pero que le pareció ideal para que los protagonistas de su novela tuvieran su primer beso.

Consultó su reloj. Su primera opción fue la hora en que los protagonistas de su libro se conocieron, pero no necesitó revisarlo para saber que él en ningún momento había mencionado alguna hora o fecha en el mismo. Después de pensarlo por un largo rato llegó a la conclusión de que Catherine hablaba de ellos y la hora en que se conocieron. Se apresuró en preparar todo lo que pudiera necesitar para una entrevista y se dirigió a la estación más cercana sabiendo que no contaba con mucho tiempo antes de que el reloj marcara la hora en que la firma de autógrafos dio inicio.

Lo primero que hizo al llegar a la cafetería fue buscar a Catherine. Al no encontrarla buscó un lugar lo suficientemente apartado para que nadie pudiera verlo pero que a la vez le permitiera observar a todas las personas que ingresaran. Las agujas del reloj avanzaban y las esperanzas de Takeru disminuían, había pedido un café y un pastel de fresa para hacer más llevadera su espera, pero comenzaba a creer que había malinterpretado su mensaje.

Estaba por pagar la cuenta cuando la vio. No se veía cómo esperaba. Llevaba su cabello únicamente peinado con una diadema, del mismo modo en que lo tenía la primera vez que la vio. También llevaba un vestido, rojo como su diadema, pero nada que cubriera sus lentes. Durante todo el tiempo que se mantuvieron en contacto se había asegurado de mantener en secreto sus conversaciones, pero en ese momento se veía bastante normal.

No tuvo que hacer grandes esfuerzos para que notara su presencia. Takeru tuvo la sensación de que Catherine sabía dónde se encontraba incluso antes de que él la hubiera visto. Ella le devolvió el saludo y se sentó en la silla que se encontraba al frente de la suya.

—Te felicitó por tus deducciones, casi perfectas, pero te equivocaste con la hora.

—¿Qué te hace pensar que no acabo de llegar?

—La taza de café vacía y las sobras de pastel —Catherine señalo los objetos de los que hablaba —, normalmente cuando uno se reúne con una persona espera a que esta llegue para pedir algo y por tu posición era fácil deducir que estabas por salir a pagar la cuenta.

—No puedo argumentar nada contra esa lógica, hice bien en pedirte ayuda —Takeru volvió a tomar asiento —. ¿Quieres pedir algo? Te recomiendo los pasteles de fresa.

—Espero que tengas buen gusto porque te haré caso.

—Me hago responsable —le dijo Takeru con una sonrisa —. ¿Qué te hizo aceptar esta entrevista?

—Lograste resolver todos los acertijos que te puse y consideré que lo merecías —luego agregó en un tono confidencial —, además soy tu fan, he leído varios de tus libros.

—Si lo dice una famosa detective como usted no puedo negarlo.

Aunque habían tenido varias conversaciones en el pasado era la primera vez que conversaban acerca de sus vidas. Los anuncios que colocaban en el periódico eran impersonales, a veces acertijos, pero la mayoría eran peticiones de una entrevista. Takeru sacó su libreta en cuanto Catherine terminó su pastel.

—Guarda esa libreta, no la necesitaras a dónde vamos. Si quieres conocer a un detective ¿Qué puede ser mejor que verlo en acción?

Aquellas palabras tomaron por sorpresa a Takeru. Sintió deseos de preguntarle a Catherine por sus planes, pero supo que de hacerlo sería en vano. Sin contar que una parte suya no deseaba hacerlo, le resultaba divertido lo que la joven detective hacía, algo que podría servir para una historia. Se apresuró en pagar la cuenta y en seguir los pasos de Catherine.

Takeru no quiso creer que se dirigían a su departamento. Incluso cuando reconoció el camino por el que Catherine lo había llevado creyó que se dirigían a otra parte. Intentó adivinar qué era lo que ocurría, pero las ideas que tenía eran pocas. A pesar de que había vivido en ese departamento durante varios años conocía poco a sus vecinos. Como escritor famoso tenía poco tiempo libre, por lo poco que hablaba con ellos era difícil que alguno de ellos se metiera en un problema que requiriera la intervención de un detective.

—Hemos llegado —le dijo Catherine.

Cuando Takeru vio la entrada de su departamento creyó que se trataba de una broma de Catherine. Aunque su dirección no era algo que se encontraba fácilmente supuso que Catherine como detective pudo acceder a esa información. Una mirada bastó para que sus sospechas perdieran validez y en cuanto abrió la puerta pudo comprobar lo que ocurría.

En la pared se encontraba el cuerpo de una mujer. Sus muñecas y pies se encontraban clavados de tal manera que le daban una apariencia de cruz. Su cuello se encontraba doblado de una manera antinatural, Takeru no necesitaba de conocimientos en medicina para saber que esa era la causa de la muerte. Un hilo de sangre brotaba de sus labios, probablemente los había mordido para evitar gritar.

La única evidencia de tan terrible crimen era el cuerpo de la mujer y la sangre que salpicaba en el piso. En el resto del departamento no había ningún rastro de violencia. Ni siquiera la puerta lucía evidencias de haber sido forzadas. Para Takeru eso no tenía sentido, la única persona a la que le había dado la llave era a su novia.

Quiso acercarse a la mujer, pero no pudo, era como si fuera incapaz de moverse por su propia cuenta. Sentía muchos deseos de vomitar, aquel escenario era más de lo que podía soportar, pero lo que más le afectaba era la identidad de la mujer, se trataba de Yume, la novia que creía se encontraba en Francia, visitando a sus padres.

—No hay signos de resistencia por lo que es probable que la víctima conociera a su asesino —comentó Catherine, lucía pensativa, expresión que cambió al ver a Takeru —. ¿La conoces?

—Sí, es mi novia, Yume Yagami y este es mi departamento.

—¿Sabes la situación en la que te encuentras? —le preguntó Catherine, su tono de voz era acusador.

—Sí.

Takeru no mentía al decir eso. Claro que lo sabía, toda la evidencia lo hacía ver a él como el principal sospechoso. Era su novia la que murió en su departamento, de haber estado en otra posición también habría sospechado.

—Pero yo no fui —agregó —, estuve toda la tarde contigo.

—No, estuve escribiendo. No vi nada.

—Ambos sabemos que no es así —Catherine continuó con el análisis del cuerpo —, mis cálculos no son del todo precisos, pero tengo la fuerte certeza de que ocurrió en la mañana.

Takeru sintió la mirada de Catherine sobre él. A diferencia de la primera vez que la vio en esa ocasión era acusadora. A pesar de lo mucho que deseaba esquivar la mirada no lo hizo. "Soy inocente", se dijo mentalmente, no tengo nada que temer. Podía probar el tiempo que pasó en la cafetería, pero sabía que había un espacio vacío entre el tiempo que tomó el tren y el posible asesinato de su novia.

—Me voy a arrepentir de esto, comienzo a hacerlo, pero te daré una oportunidad para demostrar tu inocencia. Nadie tiene por qué saber que viniste conmigo. Buscare pistas y si descubro algo te lo haré saber de la manera de siempre pero no esperes que haga algo más para ayudarte.

Takeru no respondió ni esperó a comprobar si decía la verdad. Salió corriendo, buscando un lugar donde pudiera esconderse. Cuando le había pedido a Catherine una entrevista había querido aprender más sobre los detectives, convertirse en el protagonista de una de las novelas policiacas no formaba parte de sus planes.