¡Ohayo~! Estaba yo jugando al jueguecito en cuestión; intentando que el GerIta se hiciera canon, pero no. Qué va. Tuve que travestir a Italia :(.

Disclaimer: Hetalia no me pertenece. Es de Himaruya-san.

Advertencias: BL (también conocido como yaoi, dulce dulce yaoi).

Japón miró indignado a la pantalla, y con cara de enfado chilló como nunca antes lo había hecho.

-¡No!

Grecia, que estaba entretenido acariciando a uno de sus gatos, se giró hacia su novio y le preguntó:

-¿Pasa algo?

Kiku apartó la vista de su preciada consola, y con ojos de desesperación anunció:

-No logro conseguir que te enamores de mí.

-¿Qué quieres decir? Si ya sabes que te quiero mucho.

-¡Me refiero en el juego!

-Ah, ¿es ese jueguecito al que llevas días enganchado?

-Sí… Parece ser que no acepta yaoi.

Si no fuera porque Grecia estaba ya familiarizado con Japón y sus palabras extrañas, no hubiera entendido ese término. Se acercó al fundashi y le abrazó por la espalda.

-Si tienes aquí al Heracles real…

A lo que, sonrojado, respondió:

-Ya… ¡Pero es que no me gusta! Ni yo a ti te gusto ni tú a mí me gustas ni a Alemania le gusta Italia ni a Italia le gusta Alemania ni a España le gusta Romano ni a Ro-

-No hace falta que me lo recites. Me lo puedo imaginar. –miró a alguna parte de la habitación y dijo:- ¿Y si les cambias el sexo a uno de ellos?

Japón se sorprendió al oír eso. No lo había contemplado; y lo cierto es que no se le hubiera ocurrido. Pero… Se sentiría mal travistiendo a sus amigos. Él tenía muy claro que Italia y Alemania; por ejemplo, eran chicos. Y simplemente, no se podía imaginar a Italia con partes de mujer (el hecho de imaginar a Alemania no le había rondado ni siquiera por la cabeza. En la relación entre esos dos, estaba bien claro quién era el uke y quién el seme).

-Supongo que esa es una posibilidad… ¡Pero es que a mí me gusta el yaoi! –replicó indignadamente.

-Ya, yo eso ya lo sé. Y tengo una pequeña idea… si cierras la DS, ¿quieres que lo creemos tú y yo?

-Grecia… Ya lo hemos hecho esta mañana, y mis caderas no aguantan tanto…

-Oh… -Japón le miró a los ojos. Ver esa expresión de desilusión no le hacía ninguna gracia, la verdad. Así que cerró la Nintendo de golpe, posteriormente dejándola en la mesa. Le rodeó el cuello con los brazos a su amado griego, y le dijo:

-Bueno… En verdad creo que mis caderas hoy tampoco andan tan mal. Y el juego me ha dejado un poco desanimado, así que…

Grecia sonrió, y se fundieron en un beso. Al terminar, cogió a Japón en brazos como a una princesa, y se lo llevó a su habitación.

A la que lo tuvo tendido en la cama, se le colocó encima; y con aires sensuales dijo:

-Demostrémosles a los de Nintendo que todo Japón está de parte de las relaciones homosexuales.

Y teniendo ese juego... ¿Qué tipo de fujoshi/fundashi no ha intentado juntar a dos personas del mismo sexo?