Bueno, Lucendi reportándose con su segundo fic de TLoZ, espero que les guste, nació de un sueño raro, como verán es un crossover con Kh, siempre he tenido la curiosidad de escribir uno con trama original y un poco cruel (?). Bueno, sin mas, disfrútenlo, nos leemos más abajo.
Las diosas estaban dolidas…
Aquel día los reyes decidieron separar aquellos mundos
Una forma de terminar con el dolor de esos días
Sellaron la puerta que unía sus reinos
Pero antes…
Juraron que el día en que la oscuridad los alcanzara nuevamente
Esa puerta volvería a abrirse
Y que
Con la ayuda de su valor y su luz
La oscuridad estaría acabada.
Una nueva esperanza nacería.
Una figura caminaba a paso lento por aquel pasillo largo y blanco. Se escuchaban esos pasos fuertes causados por sus botas. Parecía encontrarse en un templo lleno de vitrales que contaban una historia antigua.
En ese momento un hombre de capucha blanca cubriéndole el rostro salió de una habitación situada detrás de la pequeña estatua con la forma de un soldado del templo. Al ver aquella figura se acercó amablemente a ella.
-Buenos días. ¿En qué podemos ayudarle?
-¿Dónde está?- una voz ronca se dejó escuchar.
-¿Disculpe?-se acercó unos pasos hacia aquel ser.
-Él…-continuó caminando, esta vez hacia la estatua-Él…él está aquí-al ver que se encontraba frente a la estatua el hombre intentó alejarlo.
-Por favor, retírese-se notaba preocupado.
-Esta oscuridad…-en ese momento la estatua comenzó a brillar-…los conectará-el lugar comenzó a temblar.
-¡Será mejor que dejes la estatua!-desenfundó una espada que llevaba bajo su capucha.
-Es verdad…-volteó hacia el hombre- Nunca entienden nada-alzó un brazo y en su mano apareció una esfera oscura, ésta fue lanzada directo al pecho del hombre.
-¡Papá!-gritó un niño que salía de la misma habitación. Estaba por acercarse cuando notó a aquella figura, al verla directamente a los ojos quedó petrificado.
-¡No!-intentaba levantarse al ver que su hijo no hacía nada más que temblar y aquel ser se acercaba lentamente a él-¡Huye!
En ese momento…
El niño no hiso más que gritar…
-Es bastante sorprendente, ¿no crees?-decía una niña rubia en un balcón a una mujer de ojos rojos que permanecía de brazos cruzados a unos metros de ella.
-¿De qué habla?-se acercó a ella.
-El cielo…el mar…son muy bonitos-sonrió con ensoñación al ver el atardecer-¿Acaso en todos lados lucirán igual?
-Sigo sin entenderla-le sonrió dulcemente.
-Sí…es difícil de entenderlo para mí también-la mayor se sorprendió al ver que la niña volteaba hacia ella con una sonrisa aún más grande-Pero de verdad…siento que alguien tiene la misma duda que yo en alguna parte-nuevamente se giró hacía aquel paisaje que tanto le encantaba-Sé que…alguien…en algún lugar tiene el mismo sentimiento que yo tengo.
-Princesa, pareciera que está divagando mucho-le acarició la cabeza.
-Tal vez sea así…-alzó el rostro hacia el cielo- pero…
-Siento que hay alguien más…-dijo una niña pelirroja que mantenía su vista hacia el cielo que estaba oscureciéndose poco a poco y dejaba ver algunas estrellas.
-No te entiendo-dijo un castaño bastante confundido.
-Tal vez…algún día lo comprendas-rió la niña.
-Me confundes, ya no sigas-agitó los brazos provocándole una risa a la pequeña.
-Hey, ya es tarde-dijo un peliplateado-Nuestros padres nos regañarán si llegamos tarde-los otros pequeños comenzaron a caminar hacia su amigo-¿De qué hablaban?
-Kairi me contaba algo sobre otra persona-decía el moreno despreocupado.
-Ay, Sora-la niña negó-Aun no entiendes-sus amigos pararon un momento para ver a su amiga un poco confundidos-No se queden ahí, hay que ir a casa-se adelantó junto con Sora dejando al peliplateado atrás.
-No entender…-dijo en voz baja mientras volteaba hacia el cielo.
-¡Riku!-le gritó el moreno-Apúrate-le sonrió.
-Sí-asintió.
Había amanecido en el pueblo. Era hermoso. La gente ya comenzaba sus labores desde temprano. Se sentía la brisa provocada por tanta vegetación. Ordon había cambiado con el paso de los años, lo había hecho junto con su país, Hyrule. Tal vez no era un pueblo muy grande a comparación de otros pero vaya que era un lugar muy agradable donde vivir. Los niños podían jugar sin problema alguno, podían salir al bosque que no estaba nada lejos para explorar, convivían con algunos animales que habitaban cerca. Si, era perfecto, sin embargo, los habitantes eran muy distintos a los demás que vivían en Hyrule, ellos no eran hylianos, ellos eran humanos, pero entre ellos se encontraba un pequeño hylian, o al menos uno que era hijo de un hylian, eso lo mostraban sus orejas mínimamente puntiagudas.
El pequeño normalmente se encontraba dormido a esas horas. Realmente acomodado en su cama y abrazado fuertemente a sus cobijas. Normalmente haciendo gestos de disgusto mientras dormía. Siempre se le encontraba así en aquel pequeño establecimiento durante las mañanas, sin nadie que le dijera una sola palabra a menos que saliera de casa. Así era, él vivía solo, sin nadie que esperara en casa, sin embargo esa soledad se iba cuando su querida amiga llegaba a despertarlo.
Aquella chica que llevaba un gorro verde en su cabeza se había colado a la habitación del menor. Sonreía enternecida al verlo abrazado a su almohada y con un hilillo de saliva bajando por su barbilla. Era normal encontrarlo así durante las mañanas, pero eso no quitaba el hecho de que le encantaba verlo de esa manera. Se acercó a la cama y comenzó a mover al rubio. Rió al escuchar ''cinco minutos más''. Definitivamente era divertido.
-Ey…-con su dedo índice picó la mejilla del otro- Despierta…-hizo un puchero cuando el rubio le dio la espalda- ¡Que despiertes!-le gritó justo en el oído haciéndole caer al suelo.
-Sariaaa…-dijo con desgane-¿Por qué me gritas?-se tallaba los ojos para comenzar a abrirlos poco a poco dejando ver un color azul realmente profundo-Es sábado.
-Lo sé-se acercó a él para ayudarle a levantarse-Pero prometiste salir conmigo.
-Sa…salir…-se sonrojó al escuchar eso y cuando la pequeña notó lo que había dicho se volteó avergonzada.
-Sabes bien que es una cita de amigos-comenzó a jugar con sus manos haciendo que la pena desapareciera de ella y de su amigo. Cuando se dieron cuenta de su estado comenzaron a reír-Te espero abajo, Link-sonrió y salió de la habitación.
-Es verdad…-volteó hacia el calendario de su habitación-¡Hoy hay fiesta en el pueblo!-se emocionó sonriendo de oreja a oreja y se alistó en cinco minutos. Cuando bajó a la cocina la peliverde no pudo evitar sorprenderse.
-Debes estar muy emocionado-se acercó a él con una pequeña caja forrada de un papel muy bonito color azul y un listón blanco.
-¿Qué es esto?-tomó la caja algo confundido.
-Es mi regalo-se sonrojó y bajó la mirada apenada.
-Regalo…-quedó pensativo un momento-regalo… ¿a qué se debe?-arqueó una ceja.
-Lo olvidaste…-dijo atónita-Link, hoy es tu cumpleaños-el rubio abrió los ojos llenos de sorpresa, pareciera que no podía creerlo-Hoy cumples ocho años, ¿realmente lo olvidaste?
-Oh…-sonrío algo avergonzado-Es que hoy es la fiesta en el pueblo y me emocioné tanto que me olvidé por completo de eso-dejó la pequeña caja en un sofá para dos personas-No puedo creerlo, me diste un regalo, pero no era necesario, hoy vamos a pasar tiempo juntos, con eso era suficiente-las mejillas de la niña se pintaron de un rosa tenue-Lo abriré ya-en ese instante su amiga lo detuvo.
-Ábrelo cuando regreses de la fiesta-Link infló las mejillas.
-Pero quiero abrirlo ahora-hizo un puchero.
-Jeje, lo sé, pero por favor, aguanta un poco, quiero que estés lleno de emoción cuando lo abras.
-De acuerdo, pero deberás comprarme un helado enorme-salieron de la casa.
Una vez afuera se pudo ver claramente como el pueblo estaba adornado y muchos puestos estaban en su lugar con muchas curiosidades. Globos, comida, flores, juguetes, máscaras, todo era realmente pintoresco.
-Perfecto, ¿adónde quieres ir primero?-Saria volteó hacia el rubio que se quedó pensativo, realmente era difícil decidir, quería verlo todo.
-Em…ya sé, hay que ir al…-en ese momento se escucharon unas risas. A Link se le hinchó una vena en la frente al escucharlas.
-Pero miren quien está ahí-dijo un pelirrojo de ojos azules acompañado de otros tres niños, dos gemelos rubios de cabello alborotado y otro un poco más alto de cabello castaño y con una cara un poco regordeta.
-Vete a otra parte Mido-Link se había cruzado de brazos muy molesto.
-Oh, mírenlo, se enojó-comenzaron a reírse-Yo quiero quedarme aquí, ¿algún problema?-le desafió.
-Estas frente a mi casa, vas a volver a dibujarme un dinosaurio en la pared-el rubio se veía muy molesto.
-¿Eso? Vamos Link, no seas rencoroso. Somos amigos, eso no debería enojarte, ¿verdad, Saria?-le mandó una mirada coqueta a la mencionada.
-Ya vete, Mido-le dijo la niña de muy mala gana.
-Saria…-en ese momento se enojó bastante-No te entiendo, ¿cómo es que prefieres estar con ese niño raro con mano marcada y de orejas puntiagudas a estar conmigo?-en ese momento Link ocultó las puntas de sus orejas con sus manos intentando que su mano izquierda fuera cubierta por su cabello, estaba bastante apenado y con una mirada triste-Tan solo míralo-lo señaló-Ningún niño quiere acercársele ¿Por qué tu si?
-¡Porque Link es mi mejor amigo!-tomó una de las manos de Link-¡Y porque él es mucho mejor persona que tú!-en ese momento todos se sorprendieron, Mido estaba rojo de furia y Link miraba atento a Saria-¡También porque lo quiero mucho!-sonrojada tomó fuerte la mano de su amigo.
1…2…3… ¡CAPOOH!
-¡¿QUÉEEEEE?!-Mido explotó como bomba del coraje.
-Sa…Saria…-Link estaba realmente rojo y sus ojos estaban abiertos de tanta sorpresa.
-¡ERES HOMBRE MUERTO, LINK!-al ver esa mirada asesina ambos niños comenzaron a correr.
Los cuatro niños corrían salvajemente intentando atrapar a Link y a Saria, claro, sólo querían golpear al primero ya que, según Mido, Saria era su futura esposa, aunque la pequeña no tenía ningún interés en eso y si fuera así el pelirrojo no estaría exactamente en sus planes.
Luego de varios minutos de persecución lograron perderlos escondiéndose detrás de un puesto de tiro al blanco. Se encontraban agitados y se habían sentado del cansancio.
-Estuvo cerca-dijo la peliverde con una sonrisa de alivio-¿Link?-el rubio mantenía la mirada perdida, se notaba triste-Link… ¿te sientes bien?-le tomó de la mano y el pequeño la alejó en el acto.
-Saria, Mido tiene razón-apretó sus manos volviéndolas puños-No deberías estar conmigo. Soy raro…soy muy diferente a ustedes… ¿por qué te gusta estar conmigo?-abrazó su piernas.
-Ya lo dije-Link volteó levemente hacia su amiga-Te quiero, eres una persona muy importante para mí y eres mi mejor amigo-nuevamente le tomó de las manos sonriéndole dulcemente-Aunque a ellos no les parezca nunca me iré de tu lado. Siempre seremos los mejores amigos ¿verdad?-al pequeño le aparecieron lágrimas en los ojos y éstas salieron así como también una sonrisa muy grande.
-¡Sí!-comenzaron a reír mientras sus mejillas estaban sonrojadas-Dices cosas muy vergonzosas-se levantaron.
-Jaja, bueno, nos hacen reír-se sacudieron el polvo-Bien ¿a dónde vamos?
-Aprovechemos que estamos atrás del puesto de tiro al blanco, hay que jugar.
-Vamos.
Las horas pasaron rápidamente. La fiesta se había animado aún más cuando se dio la tarde. Comenzaron los bailes, los concursos de disfraces donde Link y Saria participaron, ambos vistieron de ninjas y comenzaron a lanzar harina para simular su huida, después hubieron pasarelas donde muchas chicas lucieron vestidos hermosos y el pobre Link se llevó varios coscorrones por parte de Saria ya que éste quedaba embobado por las modelos. Hubo comida, dulces, obras de teatro, muchas huidas estratégicas ya que se encontraban con Mido e inclusive terminaron lanzándole su harina ninja para escapar. Cuando anocheció y el reloj dio las 10 pm ambos subieron a la azotea de la casa de Link para ver el último espectáculo.
-No puedo creerlo-el rubio estaba realmente emocionado-Ya está por comenzar.
-Lo sé, no puedo esperar más-Saria agitaba sus brazos.
-Por Din…-ambos sonreían y sus ojos brillaban, de verdad la emoción estaba dibujada en toda su cara.
Entonces muchas luces comenzaron a iluminar el cielo nocturno. Los fuegos artificiales habían sido lanzados y el par de amigos observaban asombrados. Verde, azul, amarillo, blanco, rojo y muchos colores más iluminaban a Ordon y en los ojos de aquellos niños se reflejaba aquel momento que siempre consideraban ''mágico''.
-Link…-el mencionado giró hacia su amiga con una gran sonrisa.
-Saria, tenemos que repetir esto los próximos años-le pequeña nuevamente se sonrojó.
-Claro, que sea una promesa-ambos asintieron con gran alegría y por primera vez fue Link quien le tomó de la mano.
Cuando todo el festejo terminó la gente comenzó a regresar a sus casas. Saria se despidió de su amigo no sin antes darle un abrazo de feliz cumpleaños y correr velozmente ya que no quería estar ahí cuando su amigo abriera el regalo que le había dado.
-Ow…estoy cansado…-bostezó y se acercó al sofá para abrir aquella caja azul. Una vez abierta sacó lo que parecía ser un muñeco realmente curioso a sus ojos. El pequeño muñeco tenía una forma humana, ojos grandes y rosas, cabello blanco, piel pálida, una sonrisa grande, su ropa constaba de una capa blanca, un chaleco cerrado gris, unos guantes blancos y unos pantalones cortos negros, estaba descalzo, creía que los zapatos se le pudieron haber caído por lo que volvió a ver en la caja y no encontró más que una carta, al verla sus dudas aumentaron ¿por qué Saria le regalaría algo así? Fue entonces cuando abrió la carta dispuesto a leerla.
''Link…
Estaba muy emocionada por pasar este día contigo.
Aunque tu deberías estar más emocionado que yo jeje.
Link, Feliz Cumpleaños…
Sabes, sé que debes sentirte solo en esa casa y bueno… Me imagino que estas sorprendido por mi regalo. Ese muñeco estará acompañándote cuando yo no esté. Se podría decir que él cuidará de ti en mi lugar. Parece muy feliz, tal vez porque sabía que el destino lo uniría a ti. Será un gran amigo, sé que te entenderás muy bien con él.
Su nombre es Eón.
Es lindo ¿no crees?
Con cariño…
Saria''
-Un amigo…-sonrió levemente. Cuando le acarició el cabello notó que sus orejas eran muy peculiares-Son…puntiagudas…-abrió los ojos con sorpresa-Como las mías…-sonrió lleno de alegría y sin darse cuenta quedó dormido en el sofá abrazado de aquel pequeño muñeco.
Es hora de que una luz sea apagada
…
Es hora de que la oscuridad lo consuma
…
Aquella esperanza
…
Morirá
-Ah!-la rubia despertó asustada, giró su rostro hacia la ventana de su habitación, llovía muy fuerte, las gotas golpeaban violentamente el cristal-¿Qué es esto?-tocaba su pecho al sentir una opresión.
Y cuando sea borrada de todos
…
Entonces
…
Yo tomaré el control
-Uh…-la pequeña pelirroja se levantó de su cama y se asomó por su ventana. El aire era bastante fuerte y el cielo se encontraba nublado-¿Una tormenta?-alcanzó a ver como el mar se movía violentamente y en un impulso, al ver algo en la orilla del mar, salió apresurada de su habitación.
Vamos
…
Despierta
…
Juguemos un momento
…
Tienes que ver lo que ocurre afuera
Abrió sus ojos con pesadez, pero al hacerlo gritó horriblemente. Una sonrisa y una mirada escalofriante habían aparecido frente a él...muy cerca de él.
-¿Qué fue eso?-intentó encender la luz pero al parecer no había-Eón…-recordó al muñeco que apenas había recibido. Lo buscó pero no había nada-Estaba conmigo…-entonces escuchó un trueno realmente fuerte y la luz de un relámpago dibujó una silueta extraña en la ventana-¿Qué…?
Entonces el miedo comenzó a consumir su cuerpo, pero la curiosidad le hiso salir de su casa.
La calle estaba desolada…o eso creyó hasta que vio a una persona caer al suelo violentamente. Se acercó, quería ver que le pasaba.
-Señor…-su mirada estaba en blanco-¿Qué…?
-¡AAAHH!-escuchó muchos gritos, todas las casas eran inundadas por ellos.
-¡Saria!-corrió alterado a casa de su amiga. Mientras corría veía a la gente desfallecer, sangrar y algunas sombras extrañas moverse de un lado a otro- ¿Qué…qué ocurre?
Al llegar a casa de Saria pudo notar que la puerta se encontraba abierta y no dudó en entrar.
Vio un gorro verde en el piso y lo levantó. Caminó un poco más, con cuidado, intentando no caer ya que no había luz que le ayudara a ver. Entonces su pie chocó con algo, se detuvo al instante, dio un paso atrás y sintió como su pie resbaló. Un relámpago más le ayudó a ver que aquello que había pisado no era más que sangre y que esa sangre provenía de…
-¿S-Saria…?-estaba horrorizado, su mano se acercó lentamente a la niña, estaba fría-Saria…despierta…Saria…-la niña no respondía por lo que decidió cargarla sin importarle si se manchaba de sangre o no-Saria…no me asustes… ¿Saria?-le dio unas palmaditas en la cara pero no funcionó…la niña ya había…-¡SARIA!-comenzó a llorar, las lágrimas fluyeron dejándose un camino hasta el cuello de Link, algunas lograron caer a la mejilla de aquella niña sin llegarle a causar alguna reacción ante al contacto-¡Prometiste que verías los fuegos artificiales conmigo los próximos años!-la abrazo sin parar de llorar, sollozando, respirado agitado…
Aquella persona que tanta compañía le hacía…
Aquella niña que tanto le hacía sonreír…
La niña que se suponía no se iría de su lado…
Aquella persona que era tan preciada para él…
Se había ido…
-Sa…ria…-su mirada se oscureció al sentir que era observado. Tomó aquel gorro que siempre llevaba su amiga y se lo puso-Devuélvanmela…-algunas lágrimas aún eran visibles y aquella sombra estaba justo detrás suyo-Saria…-apretó sus puños-¡Devuélvanmela!-se giró rápidamente y golpeó a aquel ser, pero éste no se inmutó.
Link estaba furioso, su mirada no mostraba más que ira y dolor. Respiraba agitado y se escuchaba claramente. Sentía su corazón alterado, palpitando de manera desmesurada.
-¡Regrésenme a Saria!-cuando estaba a punto de golpear nuevamente a aquel monstruo alguien apareció de la nada y le tomó del rostro, levantándole del suelo, haciéndole daño por la presión.
-Patético…-dijo un hombre de voz ronca, burlándose de aquel niño-Aprenderás lo que es vivir en oscuridad…sufrirás con esto por toda tu vida…si no fuera por lo que eres…ella estaría viva.
Esas palabras…sin duda lo destrozaron. Dejando de luchar, sin parar de llorar sintió como una energía extraña lo rodeaba. Todo se volvió negro. Se sentía en un vacío. No lograba tocar nada y no hacía más que escuchar risas horribles. Las lágrimas seguían fluyendo sin parar. Comenzó a sentir como unas manos extrañas lo tocaban. Parecían garras, le lastimaban, le hacían gritar. Gruñidos, eso fue lo que logró escuchar antes de que sintiera cómo le mordían.
*O*O*O*O*O*O*O*O*O*O*
Un sentimiento de alivio le llenó por completo. El dolor físico había desaparecido, sin embargo no sabía a qué se debía. Sentía como el agua fría le tocaba hasta las rodillas y su ropa se pegaba a su cuerpo debido al agua, tal vez. El viento lo tocaba agitando su cabello. Juraría que algo había cubierto su cabeza momentos atrás.
-¡Ey! Despierta-recordaba haber escuchado algo así en algún momento-¡Vamos, despierta!-esa voz, sentía que ya la había escuchado. Abrió los ojos con mucho cuidado, su vista aún permanecía borrosa pero le parecía ver cierta cabellera verde-¡Qué bueno! Parece que se encuentra bien-sonaba alegre.
-¿Crees que esté lastimado?-esa voz no le parecía conocida en lo más mínimo, al parecer era un niño-No se ha levantado.
-Debe ser porque llegó del mar. Debe tener frío-entonces el niño tomó una manta que le cubría del frío y se la dio al otro.
-¿Puedes levantarte?-preguntó la niña.
-Sa…-intentó hablar-Saria…
-¿Eh?-ambos se sorprendieron.
-¿Quién es Saria?-preguntó el niño.
-¿Venía contigo?-la niña se le acercó un poco más.
-Saria…-su mirada se aclaró y notó como aquella cabellera verde desaparecía para dejar ver una roja-…tu no…no eres Saria…-el pequeño se notaba dolido.
-¿Quién es Saria?-se animó a preguntar nuevamente el niño castaño, pero entonces el rubio rompió en llanto-Espera…-se preocupó
-Tal vez…era quien lo acompañaba-ambos se acercaron al pequeño extraño-Puede que se hayan alejado.
-Ey, no llores-el castaño captó la atención del niño al sonreírle intentando consolarlo-No estarás solo. Mi nombre es Sora-le tomó de la mano izquierda haciéndole sentir una opresión en el pecho.
-Mi nombre es Kairi-dijo la pelirroja y al igual que Sora le tomó de otra mano sacándole otra lágrima al rubio-¿Cómo te llamas?-le sonrió dulcemente.
-Me…-se sentía extraño, nunca había sido tan bien recibido por otros niños-…me llamo…Link...-bajó la mirada, estaba nervioso.
-¿Link?-el castaño estaba curioso por el nombre-Bueno, ven con nosotros, te puedes enfermar aquí.
-Es verdad, llevémoslo a mi casa-sonrió.
-¿Casa…?-Link estaba confundido.
-Sí, estoy segura de que te ayudarán, a mí me ayudaron mucho cuando llegué aquí.-le tomó del hombro.
En ese momento Link comenzó a temblar, nuevamente estaba llorando, pero extrañamente ese sentimiento desapareció cuando Sora y Kairi le tomaron fuertemente de la mano.
-Ven, vamos a hacerte compañía-dijo Sora mientras le ayudaba a levantarse.
-Cuida que la manta no se te caiga, hace mucho frío-Kairi le sonreía muy feliz.
De alguna manera, ellos lograron hacerle sentir muy aliviado.
Bien! Aquí esta el primer capitulo, espero que les guste (claro, sé que me pasé con el pequeño Link), de ser así dejen un review con su criticas, tomatazos, con todo, los recibiré gustosa.
Nos leemos luego!
