Había pasado un año después de la boda fallida, Ranma y Akane estaban en su último año de preparatoria, su relación era tan peculiar como siempre celos, peleas, malentendidos y algunos buenos momentos. Sin embargo todo estaba por cambiar.
Un día cualquiera la Familia Tendo se encontraba dispersa en sus actividades. Kasumi había salido con el Doctor Tofu (sí, al fin estaban saliendo, aunque después de cada cita el doctor siempre salía corriendo por la ciudad con Bety en la espalda), Nabiki se encontraba haciendo las cuentas del día, Soun y Genma se encontraban jugando Shogi, mientras Akane y Ranma estaban en el dojo.
-Vamos Ranma, tu sabes que he mejorado y puedo entrenar contigo- Comentó Akane
-Ya te dije que no me gusta pelear con mujeres- replicó Ranma poniendo los brazos detrás de la cabeza.
- ¡Ah vamos! Solo es una práctica, puedes enseñarme katas o algunos trucos sencillos, así no tendrías que golpearme ¿Si?- dijo la peliazul sonriendo tiernamente y mirando suplicante.
Ranma solo balbuceo, había quedado sin armas ante aquella sonrisa, trataba de dar una respuesta coherente cuando lo muros del Dojo se abrieron dejando ver a una voluptuosa China con un plato de Ramen.
-¡Airen! Tu comerás lo que te he traído- dijo abrazándolo efusivamente
Ranma trataba de liberarse mientras notaba un aura roja que emanaba de su tierna marimacho, quien ya había hecho aparecer su mazo y se destinaba a golpearlo brutalmente cuando apareció una chica con una espátula gigante
-¡Shampoo déjalo! El sólo comerá mis Okonomiyakis- dijo mientras se disponía a separarlos.
La pelea estaba por comenzar cuando una chica con leotardo y una risa muy particular hizo su entrada
- ¡jojojojo! dejen ya de pelear, ¿Cuándo entenderán que Ranma es sólo mío?- dijo Kodachi quien al notar que nadie le prestó la menor importancia, se molestó y dijo- Ninguna de ustedes es digna de mi amado Ranma y ahora peleare con todas ustedes y cuando las derrote él será solo mío.
-Por mi hagan lo que quieran-dijo Akane intentando mostrar indiferencia, pero su molestia era más que obvia. Sin mirarlos caminó hacia la salida del Dojo
-Claro seguramente tienes miedo, y es de esperarse no eres competencia para mí, jojojo-dijo Kodachi
-Sí, tampoco eres rival para Shampoo-dijo la amazona desafiantemente
Akane detuvo sus pasos en cuanto oyó estas frases, volteó estrepitosamente y dijo en un grito colérico - Yo no tengo miedo de nadie, y soy lo suficientemente buena como para ganarles
Al momento todas se pusieron en posición de ataque y se disponían a comenzar el combate cuando una voz las hizo detenerse
-Ya es suficiente- Hizo su aparición Nodoka- Deben dejar de pelear por quien será la futura esposa de mi hijo y de destruir la casa de los Tendo.
Las chicas la miraban en silencio, nadie se atrevía a contradecir a la Señora Saotome y mucho menos cuando tenía su katana consigo.
-Haremos un trato- hizo una pausa, miro a su hijo quien la miraba totalmente desconcertado y prosiguió - Ranma cumple 18 años en 2 meses y creo que el ya ha convivido suficiente tiempo con todas ustedes para tomar la decisión de quien será su esposa
Al decir esto, Ranma se puso nervioso quería contradecirla, pero no había manera de hacerlo cuando tenía su katana cerca, así que resignado la miraba prediciendo lo que vendría.
-Así que Ranma elegirá a su futura esposa a más tardar el día de su cumpleaños si no, sus padres lo haremos por él – Hizo una pausa y prosiguió -Hasta entonces no quiero más peleas, discusiones, hechizos ni tretas para manipular a mi hijo, además de que aceptarán la decisión que el tome sin hacer más nada ¡¿entendido?-Su voz sonó tan amenazadora que nadie se atrevió a imponerse, así que sólo asintieron con la cabeza.
Después de eso las tres prometidas que recién habían llegado se fueron sin decir palabra, mientras en el Dojo quedaron Akane, Nodoka y Ranma. Akane quien todavía estaba pensando en las palabras de la madre de Ranma, no decía nada, si embargo después de unos minutos salió del dojo en silencio directo al baño sin decir una palabra a nadie.
-¿Por qué hiciste eso mama?-dijo Ranma con un dejo de molestia en su voz
-Porque ya es tiempo de que tomes tu decisión- Contestó Nodoka tomándolo de la barbilla para que la mirara a los ojos para continuar- que por cierto estoy segura que tomaste hace tiempo- Le dijo sonriéndole tiernamente.
Ranma solo miro al suelo y se sonrojo ligeramente. Nodoka sonrió y se disponía a salir cuando Ranma la llamo -Pero…y si ella… no…-balbuceaba el artista marcial
Nodoka se puso frente a él y puso su mano en el hombro y le dijo tiernamente -Ella te quiere hijo, y cuando se lo digas entrégale esto- Le extendió la mano y le dio un anillo de compromiso. Ranma la miraba con asombro, mientras ella bajo la mirada para continuar
-Es el que tu padre me dio cuando nos casamos, llevo escondiéndolo varios años para que él no lo robara-dijo esto con una sonrisa melancólica -Cuídalo bien hijo.
Ranma solo asintió y lo guardo en su bolsa al tiempo que Nodoka caminaba hacia la casa.
Después del acontecimiento, Ranma subió al tejado para pensar las cosas, lo cierto es que su madre tenía razón, el había tomado su decisión años atrás.
En su mente pasaban todos los momentos que había pasado junto a ella, aquella mujer que sin saber cómo se había ganado su corazón, aquella a la que amaba más que a su vida, aquella que lo sacaba de sus casillas y en menos de un minuto lo dejaba embobado con sólo una sonrisa. Trataba de pensar en cómo se lo diría, pero de inmediato pensaba que seguro ella no lo quería, y no era para culparla, él era un fenómeno un hombre a medias y ella era simplemente hermosa. En seguida su mirada se torno triste y se sentía sumamente agobiado, así que decidió ir a su habitación a dormir.
Cuando estaba por entrar a su cuarto se encontró con Akane en las escaleras, ambos se miraron fijamente sin decir palabras, cada uno trataba de transmitir sus inseguridades al otro pero simplemente no se atrevían a sincerarse.
-Sería más fácil si dejan de mirarse y por fin se besan-dijo Nabiki, quien los miraba con una amplia sonrisa.
Al momento ambos se pusieron rojos y estaban a punto de replicar algo pero un grito proveniente de la entrada los llamo al instante.
-Ranma, Akane vengan rápido- dijo Kasumi bastante alterada
Sin pensarlo bajaron rápidamente para encontrarse con Kasumi, quien sostenía una carta y los miraba angustiada.
