Descarga de Responsabilidad: My Hero Academia/Boku no Hero Academia no me pertenece, solamente estoy usando sus personajes y algo de la trama para esta historia.
Hola aquí está su querido Funka, para lo que no sepan se me ocurrió esta idea luego de ver y escuchar el ending 2 de la sería Boku no Hero Academia Season 2, y como ven aquí está. Por ahora está historia solo tiene un capítulo como una clase One-Shot por eso hay una pequeña posibilidad de que haya siguiente capítulo pero no digo nada más y vamos con la historia.
The Lonely Princesa and The Exile fo The Red
En país en la Edad Media podemos ver un castillo enorme en una pendiente cerca de una ciudad algo rústica pero con su toque de tranquilidad, adentro de la gran instalación de piedra en una habitación con una gran ventana que va a un mirador había una cama matrimonial de color vainilla y se podía ver un bulto dentro de ella que estaba en forma de bola.
–Hime-sama, por favor levántese ya es de mañana–desde la puerta de la habitación una mujer de más de 50 años de edad en un traje de sirvienta entro de ahí y el bulto en la cama se removía con un ligero gruñido generado desde ahí.
La sirvienta dejo salir un resoplido al ver que de nuevo la misma rutina de todas las mañanas, acercándose a la cama y sin ningún tipo de aviso tiro las sabanas que cubrían el cuerpo de la persona dentro de ellas revelando su apariencia y al mismo tiempo cegándola con los rayos solares que le llegaron a la cara.
Era una chica de alrededor de 15 o 16 años de edad, cabello negro azabache todo desaliñado y ojos amarillos, vestía un vestido de dormir con varias capas de tela para el frío. Descalza se levantó de su cama y mirando a la sirvienta con cierto enojo dejo salir un bostezo que cubrió con una de sus manos.
–Aurora, avisa que ya estaré para el desayuno tengo que cambiarme–sentenció y con una pequeña reverencia la otra persona se marchó del cuarto dejando la puerta cerrada con un sonoro cierre, de un momento a otro vemos como la chica ahora estaba caminando por unos lujosos pasillos del castillo con una vestimenta diferente.
Tenía el pelo suelto ahora liso dejándose mover un poco por su movimiento mientras camina, su vestimenta consistía en un vestido holgado violeta con los hombros descubiertos y la parte de la mangas ajustadas en sus brazos, en la parte baja del vestido tenía un corte en el dejando ver que llevaba unas botas marrón hasta cerca de las rodillas, en el cuello y muñecas tenía unos accesorios de plata brillando con las gemas que llevaban cada vez que le llegaban a tocar los rayos del sol, pero lo que más se le notaba era un ceño en su cara que causaba intimidación a las personas que pasaba a lado de ella y se susurraban en voz baja pero de igual forma la chica lo escuchaba.
–Otra vez se levantó de mal humor–esa y más relacionadas con el humor de la azabache se oía de los sirviente y de algunos caballeros que hacían guardia, pasando a lado de la princesa y rápidamente se callaban al sentir la mirada amarilla de ella en ellos.
–Tch–se pudo escuchar cómo se quejaba antes de entrar por unas enormes puertas y encontrarse con una gran habitación iluminada mayor parte por las ventanas que había pero se notaba la gran cantidad de lujos que tenían las lámparas con solo entrar al lugar, llegando a la inmensa mesa rectangular se sentó en uno de los costados bajo la mirada de cierta mujer.
Era una mujer de alrededor de los cuarenta años de edad, el mismo cabello negro azabache que la adolescente sentada a un par de sillas de ella pero con unas cuantas cajas por la edad, unos ojos amarillos fluorescentes miraban a la princesa comer en silencio bajo su mirada, su hermoso vestido amatista con algunos toques más oscuros y una gran variedad de anillos, collares, pulseras y colgantes dorados. Pero lo que más se le notaba era una corona de oro con varias gemas de color negro y la más grande era de un púrpura brillante en el centro.
–Natsuki–la princesa detuvo una pieza de su desayuno a medio camino hacia su boca mirando con sus ojos la adulta que la llamo con cierta autoridad en su voz–Más tarde me acompañaras a fuera a la espera de un envío personal mío y necesito que estés a mi lado para que lo veas–sentenció esperando la respuesta de la chica que dejo el cubierto a un lado del plato y con una servilleta se limpió la boca de los restos que podría tener alrededor de sus labios.
–Si madre–fueron las últimas palabras que se dijeron entre sí antes de que volvieran a la comida y durante el tiempo que estuvieron desayunando no hubo ninguna clase de señal que sugiere que una de ellas dos quisiera comenzar una conversación.
Luego del desayuno la princesa Natsuki caminaba por el pasillo de vuelta a su dormitorio pasando por unas sirvientas que no se dieron cuenta de la presencia de la azabache y la adolescente pudo escucha como decían en voz baja las sigueintras palabras.
–Sabes, hay un rumor de que el pedido de la reina es en realidad un esclavo que mató a sus anteriores dueños por puro capricho–
–¿En serio? ¿No es peligroso que la reina Jigoku lo haya hecho?–
–No lo se, además hay otro que dice que es un regalo para su hija, Hime-sa–ni siquiera pudo terminar al ver como su compañera empezaba a sudar y con sus ojos fijados a sus espaldas, dudosa y tragándose una bola que se hizo en la garganta de forma sonora se giró y esa más que ayudarla le causó mucho más nerviosismo al ver a la persona tras suya.
–¡Hime-sama!–dio un leve brinco al igual que la otra sirvienta retrocediendo un poco al ver la mirada de la chica.
–Pídele a mi entrenador que vaya al campo de entrenamiento–las dos mujeres dieron una reverencia de forma algo robótica y solo pudieron escuchar el golpeteo de las botas de la princesa resonar con su caminata pero se detuvo–Y la próxima vez que las oiga decir esas cosas en el castillo se las verán conmigo, ¿entendieron?–sentenció con un tono de voz casi idéntico a la de la reina pero con la diferencia que tenía un ara negra rodeándola poniendo mucho más nerviosas a las sirvientas.
–Entendido, Hime-sama–desaparecieron de los pasillos luego de decir eso y un suspiro de al azabache se pudo escuchar antes de que volviera a su caminata yendo a cambiarse la ropa.
–Necesitamos nuevos sirvientes menos metiches–
–Madre, ¿puedo preguntar qué es lo que estamos esperando?–decía Natsuki mirando a la reina quien sin mirarla le respondió al instante.
–No es mucho, será mejor que lo veas con tus propios ojos–fue lo único que dijo antes de que ambas mujeres siguieran su recorrido por uno de los elegantes pasillos del lugar y traspasar unas puertas que dieron a luz a una gran cantidad de tropas en armadura y en el centro había un carro con su caballo en el y dos hombres que estaban sonriendo con un descaro muy notable en sus facciones.
–Su majestad–cuando ambos bajaron se arrodillaron y inclinaron diciendo esas dos palabras con respeto algo fingido muy notable pero fueron ignorados por la reina.
–Dejen lo que pedí y váyanse, es mejor que este vivo por lo menos–con un tono demandante la persona de mayor nivel entre todos ahí, señalándolos les dijo que hicieran lo que tienen que hacer.
Uno de ellos tuvo que ocultar su cara de asco rápidamente por lo que había dicho y dándole una mirada al otro que solo puso un rostro que daba la sensación que estaba amargado, caminaron hacia el carruaje a la parte de atrás la cuál era una clase de jaula con barrotes y un pedazo de piel enorme cubría mayor parte de ella pero se podía ver lo de adentro pero estaba muy oscuro para poder verse.
Natsuki levantó la ceja intrigada al ver como los dos hombres se empezaban a cubrir de alguna clase de mineral y noto que ambos en esa forma se parecían algo pensó qué tal vez eran hermanos o gemelos, uno de ellos agarro de donde estaban los asientos de afuera en el carruaje una clase de lanza con la punta hecha de cristal rojo. El otro se acercó a la puerta trasera de la jaula y saco una llave entre sus ropas, también noto como en ellas tenían cortes de algún objeto afilado y varias partes chasmucadas por altas temperaturas, salió de esa imagen cuando el sonido que hizo la llave abría la puerta haciéndola resonar cuando sonó causó que tuviera que resistir un escalofrío por su columna vertebral.
–¡Oye niño del demonio! ¡Sal d–ni siquiera pudo terminar de hablar cuando un puñetazo escarlata se estampó contra su cara mandándolo a caer de espaldas a un par de metros de distancia.
–¡Hermano mayor!–grito preocupado el hombre confirmando el pensamiento de Jigoku pero todos los ojos de quienes estaban ahí estaban más prestándole atención a la fuente de la reciente sombra que apareció por arriba del tipo que había dicho esas palabras justo antes de mirar hacia arriba con una cara de terror en sus rasgos.
El mismo puñetazo estaba apunto de llegar a darle al tipo que no hizo ninguna clase de movimiento para esquivarlo solo esperaba que sea rapido y sin dolor, lo que tanto su atacante como el no esperaban era que una chica de 16 años de edad en un vestido pateara al causante de su temor lejos de el, en menos de lo que podía parpadear. Natsuki aterrizó con elegancia en el suelo dejando un aire de realeza mientras se arreglaba un poco el pelo, miro hacia al que había pateado notando que apenas podía ver su barbilla y la mitad de su brazo derecho, el cual parecía estar en una clase de armadura escarlata con toques negros y con los dedos tan afilados como garras, todo oculto en una manta gastada y vieja igual que a lo que ocultaba la jaula atrás suya.
Pudo notar que parecía ser humano ya que lo poco que podía ver de su cabeza estaba apretando los dientes por lo que parece ser frustración al ser detenido de golpear al hombre que había protegido, también se dio cuanta que le superaba unos cuantos centímetros de altura y por como parecía tener su complexión, supuso que era un chico de tal vez la misma edad que ella. Quiso abrir la boca para decir algo pero una orden de su madre con un tono autoritario y en menos de un parpadeo el que etaaba ocultó en esa manta se encontraba rodeado de varios soldados en armaduras señalándolo con sus lanzas justo en lo que se suponía este el cuello dejándolo sin oportunidad de escapar o atacar.
–Sácate esa cosa sucia de encima tuyo, inmediatamente–sentenció la reina caminando con unos sonoros pasos hacia donde estaban sus soldados y poniendo una mano de su hija que estaba cerca de ellos–Lo hiciste bien hija mía, aunque no creo que haya sido buena idea haberlo detenido de su trabajo–se volteó por un momento hacia el tipo tirado en el suelo que parecía haberse hecho en sus pantalones–Ven, déjame que te enseñe lo que quería darte–
–¿Así que era cierto que me ibas a dar una clase de sirvientes?–recibió una mirada de confusión por un instante de la mujer mayor y poco después un suspiro seguido de un murmullo sobre algo sobre las sirvienteas y los chismes.
Ambas personas femeninas se giraron hacia el que estaba abrigado que hablo con una voz dejando notar que era un humano, más específicamente un chico castaño de ojos verde jade que mientras hablaba se sacaba ese trapo sucio de su cuerpo dejando notar una ropa mucho más desgastada y rasgada en varios lugares de ahí, con varias zonas quemadas al parecer. Y no solo eso sino que en su cuello había lo que parecía ser el resto de un collar hecho de alguna aleación metálica de un tono azabache muy gastado y podía verse una pequeña tira de la cadena a un costado colgando en el aire.
–Supongo que ahora tendré este tipo de trabajo de nuevo, ¿cierto?–
–Madre, ¿podrías explicarme por favor?–preguntó la menor entre ambas mujeres en una enorme sala donde podía verse a la reina sentada en un trono dorado con uno más pequeño a lado, encontrándose a la princesa sentada en ese, la mayor miro hacia su propia sangre desde la esquina de sus ojos.
–Muy simple, desde hace unas semanas empezó a haber asesinatos de personas cercanas a mi círculo y varios nobles donde murieron de una forma extraña y horripilante. Decidí ponerte un sirviente para así no dejarte sola cuando tenga que ir a algún lado a hacer una reunión o otra cosa, y no los soldados o sirvientas no cuentan querida–eso último causó que Natsuki cerrara la boca cuando quiso protestar pero lo cambio por un bufido.
–Puedo entender eso, pero no crees que hubiera sido mejor alguien con mejor experiencia y años en cuidados, y no a ese chico–dijo empezando a escuchar pasos acercándose a la sala del trono.
–Cierto, aunque este es mucho mejor para tu caso–lo último que salieron de los labios de la madre de la chica antes de volver su rostro a su semblante más conocidos por sus súbditos.
Las puertas se abrieron con un sonoro ruido avisando la llegada de cuatro guardias armados y una persona en medio que parecía estar murmurando algo en voz baja haciendo que los cuatro hombres que lo rodeaba empezarán a tensarse por alguna razón aparente, notándose podían ver al mismo chico castaño de antes pero ahora mucho más limpio. Su viejas ropas gastadas habían sido cambiadas por unas más limpias y bien cuidadas, una camisa manga larga de un color negro debajo de un chaleco ajustado a su cuerpo bordo escarlata, unos guantes blancos con un botón dorado en la parte de la muñeca, llevaba unos pantalones del mismo color que la camisa y unos zapatos marrones con la punta de metal.
La azabache más joven pudo notar que el collar aún seguía en su cuello remarcadoss aún más por las ropas pero como parecía le dio un aire refinado y cuando se detuvo se paró en una que dejo notar una elegancia algo desconocido de su parte que no había notado, y no solo eso sino que noto como su cabello parecía estar mucho más desordenado que antes y sus ojos verde jade estaban mirando los suyos amarillos por un instante cuando sus miradas se conectaron.
–Su majestad–los cuatro soldados se arrodillaron con rapidez poniendo su mano derecha sobre su corazón dejando notar el respeto por la mujer de mayor nivel que ellos–Hemos traído al esclavo como pediste–
La reina miro hacia el chico de ojos jade encontrando con su mirada y una disimulada sonrisa apareció en su rostro, con elegancia se levantó de su silla acercándose por las pequeñas escaleras que tenía el lugar donde se encontraba su trono dorado y dejando resonar sus pisadas en sus tacones llego a donde estaba el castaño.
–Tu nombre–bajo la mirada de todos inclinó un poco el cuerpo teniendo el del chico a escasos centímetros del de ella–Dímelo ahora mismo, es una orden–lo dijo en un tono tan autoritaria que casi hizo que su propia hija temblara por como resonó por toda la enorme habitación en la que estaban.
Cuando estaba abriendo los labios empezó a inclinarse quedándose en una posición cercana a los 90 grados y teniendo la cabeza mirando hacia el suelo–Soy Eien Lucas, reina mía. Aunque sea un simple esclavo estaré bajo sus servicios hasta que usted decida, mi señora–decía con un tono de respeto pero tanto la mujer superior enfrente a el, la chica de ojos amarillos sentada y los soldados pudieron notar cierto veneno en aquellas palabras que la mayor de cabellos azabache ignoro haciéndole una seña de espaldas a su hija para que se acercara.
–Mucho mejor, Eien, a partir de ahora serás el sirviente personal de mi hija Natsuki, estaré esperando que no hagas ningún problema como cuando llegaste y lo que le hiciste a uno de los hombres que te trajeron–hizo una pequeña presentación hacia la princesa que se para lado de ella y cuando dijo lo último recibió un pequeño bufido de parte del chico.
–Eso fue por una razón pero ahora es diferente–se acercó un poco a donde estaba la chica que podía suponer que era de su misma edad–Estaré a sus servicios, Hime-sama–se arrodillo haciendo la misma pose que hicieron los guardias cuando recién llegaron.
Natsuki solo miro por un momento al castaño antes de decir una pequeña despedida seguida de–Espero que estés preparado para todo, sirviente–Eien solo la siguió sin decir nada luego de decir un adiós a la reina de forma educada y dar un leve asentimiento a los cuatro soldados que volvieron a su trabajo luego de eso.
–Haré lo que me pida a la pie de la letra, Hime-sama–
…¿Continuará?...
Pues aquí tienen este pequeño One-Shot espero que les haya gustado y les diré que puede que haga una continuación pero lo haré cuando se me plazca y tal vez sean como un tipo de especial luego de que llegue a cierto número de capítulos como el de ahora que hice este por llegar al número 20 o puede ser por otra razón como una festividad aunque no creo que llegue a hacerlo para dicho día. Nos leeremos después, Bye Bye.
